El restaurante de la laguna (9)

Y De Nuevo La mirada A Mis Espaldas Y El Dejo De Excitación En Mi Entrepierna No Me Dejaban Sentirme Tan “Natural”...

La música del celular de Fernanda llego lentamente a los oídos de las chicas que se encontraban sobre la cama en la recamara de huéspedes.

Se podía sentir el calor compartido bajo las cobijas, sus piernas entrelazadas y con el brazo de Alicia sobre el cuerpo de su huésped, esperaba poder mover al menos el brazo para que cuando Fernanda despertara no se hiciera ideas que en verdad no existían, movió suavemente y despacio el brazo hasta que de la boca de Fernanda salió una frase casi inaudible.

  • No tiene caso que te muevas intentando no despertarme… ya lo hice.

  • Yo… lo siento… no quise… no quiero que te imagines cosas que no… lo siento de verdad

  • ¡Hey! Porque te preocupas? solo dormirnos y simplemente nos acomodamos de una forma cómoda, si alguien tiene la culpa de esto soy yo por pedirte que durmieras conmigo

  • Dejemos de hablar de algo que no sucedió y qué te parece si me levanto y hago algo de comer, ¿tienes planes para hoy?

  • Me levanto contigo y te ayudo mujercita, tú no puedes hacer siempre de comer solo por que sea tu inquilina, ¿planes? No, ¿querías salir?

  • No quiero estar en la casa, no quiero encontrarme a Saúl, te parece si vamos con Dulce y… no sé, ¿una tarde de películas o algo así?

  • Mientras sea con ella no me importa que hagamos.

Sentí como Alicia se levanto de la cama después de darme un beso en la mejilla, esa mujer tenía algo especial desde la noche anterior, tal vez había sido la llegada de su esposo, el tenerme más confianza y confesarme lo que sentía por mi pareja, el hecho de que yo le haya pedido que durmiera conmigo o sencillamente esa mujer era fácil de querer.

Fui hacia la ducha mientras escuchaba a lo lejos las gotas caer desde el baño de la habitación principal, sin duda era Ali la que se encontraba bañando, no tarde más de 15 minutos bajo la regadera, mi estomago empezaba a dar señales de hambre, ese dolor característico en el que te grita que necesita algún alimento.

Tome las primeras prendas que vi y me vestí con ellas, tampoco era que yo tuviese mucha ropa, pero al menos podía hacer combinaciones diferentes para no parecer retrato, abrí la puerta de la habitación y en el pasillo que conectaba a la cocina se inundo de olor a café, hot cakes, fruta recién picada y posiblemente jugo de naranja.

Dejé que el olor me llevara, cerré mis ojos y me imagine como era comer de nuevo con tranquilidad, el tener a esa amiga que había encontrado en esa casa, el día pintaba bien, bueno, y como no hacerlo sabiendo que iba a ir con la mujer de mi alma.

El simple hecho de recordar su nombre hacia que mi cuerpo se estremeciera de esa forma linda, particular e indescriptible.

El desayuno transcurrió entre lo que había pasado con su esposo la noche anterior, el empezar a hacer planes muy tranquilos para el día obviamente sin confirmar nada ya que teníamos que esperar a escuchar las opciones de Dulce, tomamos las cosas necesarias para salir y nos dispusimos al encuentro de mi pareja y la mejor amiga de mi anfitriona

Fernanda tomó el móvil en sus manos y escribió un sms con destinatario a ese número que a pocos días se había aprendido de memoria, "Amor, tenemos pensado Ali y yo pasar por ti y tener una tarde tranquila, tienes planes para hoy?", le dió enviar y esperaba ansiosa la respuesta, era suerte que le contestara rápido ya que… aunque fuese fin de semana Dulce siempre se encontraba ocupada en el departamento aclarando u ordenando las cosas para el lunes, simples cosas insignificantes y que dejaba al instante sólo por estar en contacto de su única y hermosa prioridad.

Mientras Fernanda esperaba la contestación por el mismo medio la sorprendió el ver a Alicia pensativa, ahora, ¿Qué ocultaba esa mujer?, tenia la mirada perdida pero con un brillo tan especial, no… no quería hacerse ideas ilógicas en la cabeza pensando que la forma en como la trataba y el tener la idea de una tarde tranquila era por que planeaba quitarle a la mujer que se había convertido en su vida entera.

"Calma Fernanda… deja de pensar idioteces y mejor enfócate en los nervios que se hacen cada vez mas presentes por volverla a tener frente a ti" se decía por sus adentros.

En lo que esos típicos nervios me carcomían e inundaban por dentro sentí el vibrar del celular… su contestación fué: "pues solo tengo algunos pendientes (cosa extraña en mi –nótese el sarcasmo-) pero, me haría bien verlas por esta tarde, sobre todo a ti, pero no le digas a Alicia :P ¡Te Amo Fer!"

Mi sonrisa fue espontanea y de esas en las que sientes que podrías iluminar al planeta si no existiera luz eléctrica, esa mujer tenia todo de mi, era difícil ocultar o decirle a mis poros que dejaran de extrañar su tacto, busqué a Alicia y le confirmé los planes

  • ¡¿De nuevo pensativa Alicia?... que pasa?
  • No, no pasa nada, pensaba en… en… si vemos películas o vamos a algún otro lugar.
  • ¿Algún otro lugar? ¿No que no querías salir?
  • No, no quiero pero tampoco quiero quedarme todo el día en casa de Dulce para terminar oliendo a palomitas de microondas y empalagosa de tanta miel que derraman películas.
  • ¿Por que piensas que pondremos películas de ese genero?
  • ¡Por Dios! Se ve que no conoces los gustos por la cinematografía de Dulce, ¡puedo casi jurar prefiere eso a escuchar a su cantante español favorito!
  • Mmm… si, sé que la conozco muy poco a comparación tuya pero eso no quita que el sentimiento que ella hizo nacer en mi deje de crecer.
  • Lo siento si lo tomaste a mal… esa no era mi intención, solo… recordaba nuestras tardes así.
  • ¡Que va! Solo hable con el corazón en la mano, no te preocupes Ali

Tomamos el par de suéteres, algunas películas que tenia Alicia en el cuarto de tv y salimos en dirección al departamento de Dulce, no podía impedir el temblor repentino de mis manos o el pulso acelerado de mi corazón, si, a pesar del tiempo y todas las cosas vividas con ella siempre existía esa misma emoción, como aquella primera vez en el restaurante.

Empecé a reconocer los rumbos, era imposible quitarme el hábito de contemplar por la ventana el paisaje citadino… edificios grandes, con pequeños balcones y el color blanco o gris característico con vitrales que se reflejan.

De nuevo en ese diminuto espacio, en el mismo en el que pase los mejores momentos de mi vida, aquel en el que me podría quedar de pie por una eternidad sólo por el simple hecho de contemplar a esa mujer hacer sus labores cotidianas.

Después de el estacionar el auto en el garaje tomamos las cosas y subimos para el encuentro, era complicado seguir el paso de Alicia sin perder el equilibrio por sentir a Dulce tan cerca de mi, a unos pocos metros de distancia, fué un esfuerzo sobrehumano el llegar a la puerta y darme cuenta que se encontraba emparejada.


Escuché el movimiento de la puerta del departamento cuando yo esperaba que las palomitas estuviesen listas (a veces creo que mis oídos son mañosos y escucho de mas) volteé para encontrarme con las miradas de mi mejor amiga y mi pareja actual.

  • ¡Llegaron! ¡Preparaba las palomitas!
  • ¡Hey! ¡Y como sabias que iba a ser tarde de películas amor!
  • Tal vez el sexto sentido o complementación que tenemos, dicen que eso hace el amor.

Sentir sus brazos a mi alrededor fué volar sin despegar los pies del suelo… su calor corporal uniéndose al mío y no querer que se separase jamás… busque su mirada para después unir nuestros labios en un beso especial, como el primero… como el último que sé, jamás llegará.

La tarde transcurrió entre risas, chascarrillos, palomitas volando de un lado al otro de el sillón que se encontraba frente a la pantalla… una película tras otra, diferentes temáticas aunque sin dejar el género de romanticísmo puro… en el que siempre la protagonista termina siendo la mujer más hermosa del mundo y por la que andan embobados otros tantos personajes… (Hombre o mujer, dependiendo el caso).

El sueño y felicidad se combinaban en mi, podía cerrar mis ojos y sentirme en esa nube que te envuelve poco a poco hasta que llegas a tener el sueño más profundo y reparador.

Me relajé, me hacia falta hacerlo y que mejor estando acompañada por las dos personas más importantes en mi vida, ¿no?, los suspiros entrecortados llegaban lentamente a mi, haciendo mucho mas presente el sueño y cansancio acumulado por esas horas de estrés en la oficina, todo era perfecto hasta que escuché un grito que me hizo brincar del susto

  • NOOO!! NO PUEDE SER! YO QUERIA QUE SE QUEDARA CON SU ESPOSO Y NO CON LA QUE LE ORGANIZÓ LA FIESTA!!

Fernanda en pleno grito y haciendo casi berrinche por que no era el final de la película que esperaba mientras yo aclaraba la garganta e intentaba reponerme de la huida rápida del sueño.

  • ¡Calma amor!... a veces las películas te dejan mucho a desear o simplemente en el final te rompen los límites sospechados

Alicia rompió el silencio y se dirigió hacia Fernanda.

  • ¡Ya sé! Dulce empezaba a dormirse, a mi ya se me entumió el cuerpo de estar en el sillón y tu no tienes los finales que esperas en las películas, busquemos algún lugar donde la música nos deje sordas, el alcohol haga de las suyas y nosotras podamos bailar, ¿les agrada la idea?
  • Eso es todo Alicia! Andaaaaa!! Amoooooor!! Vamos, ¿si?
  • Vale, vale, pero… ¡no me lo pidas así que me haces quererte comer a besos! Y no creo que sea justo hacerle un espectáculo lésbico a Alicia o… ¿si?

Las risas se resonaron y chocaron en esa sala, "creo que si lo veo, después de tener el corazón roto me echaría a correr sin rumbo fijo" conteste en silencio uniéndome a las risas de Fernanda y Dulce.

Opciones no tenía, algún lugar conocido mucho menos y siendo esta ciudad la numero dos en crímenes homofóbicos lo mejor era ir a un bar de ambiente, a mi no me incomodan esos lugares y prefería que Dulce estuviera segura entre su comunidad, estaba dispuesta a casi matar a esa gente que no entiende que el amor no conoce de genero.

La recamara se lleno rápidamente de tres mujeres arreglándose para salir de fiesta en la noche… Fernanda, desviviéndose con la ropa de Dulce, tomando su maquillaje y besándose a cada poco, Dulce, sentada frente al tocador retocándose el cabello, diciéndole a su pareja que buscase la ropa que mejor le gustaba como se le veía y yo… solo hurgando en la habitación, pensativa y recordando vagamente el sueño húmedo de la noche anterior.

Cuando todo estuvo y las 3 nos encontrábamos un poco mas decentes para salir a algún bar, bajamos al garaje y tome mi auto, creo que lo mas lógico es que la pareja vaya atrás y yo solo me integre a ellas en cualquier plática sin ocuparme simplemente por manejar aunque poniendo demasiada atención a lo mismo.

Llegamos a esa zona tan bien conocida en esta tierra azteca, demasiados antros y bares de ambiente, parejas homosexuales saliendo o entrando a aquellos lugares, una vida nocturna en la que puedes ser quien eres sin tener que esconderte.

**

Entramos al bar, aquel en el que entraba por primera vez pero del que tenía buenas referencias gracias a Dulce y Fernanda, nada fuera de lo común, mesas pequeñas con sillas altas para tomar y reír con tus acompañantes, meseras, luces parpadeando, humo y un láser que hacía a las personas ver de manera curiosa en la pista de baile, la única diferencia y claro, para mi nada fuera de lo normal era ver a dos personas del mismo sexo tomadas de la mano, abrazándose, besándose y si esforzaba un poco más la vista podía ver en un rincón oscuro a dos chicas a la que al parecer les empezaba estorbar ropa, no sé por qué en ese instante mi cuerpo reacciono haciendo que mi vagina se lubricara.

Escuchaba voces, a la lejanía y no tomaba mucha atención a ellas, de hecho, olvidé por completo a la pareja que tenía en la misma mesa conmigo riendo y disfrutando del ambiente gracias a una mirada un tanto acosadora, segura, coqueta y que me llamaba demasiado la atención.

Intente dejar de estar distraída y volver a la plática con ellas, hablaban de la canción que sonaba en el momento, siendo sincera no sé cual era pero al parecer a ellas y a otras tantas personas ya las había colmado por que empezaron los silbidos y la pista se cambio al instante por otra.

Mi mano tomo el vaso que se encontraba frente a mí, un par de hielos y de color amarillo, conociendo los gustos de Dulce lo más seguro es que fuese vodka con jugo, tome un pequeño sorbo para saber que tan cargado estaba y de nuevo la mirada a mis espaldas y el dejo de excitación en mi entrepierna no me dejaban sentirme tan "natural" por llamarlo de alguna manera hasta que la voz de Dulce llego a mis oídos, sin saber cómo había llegado a mi lado.

  • ¡Uno no viene aquí a tener cara larga y quedarse solamente a contemplar lo que los demás hacen para divertirse! Vamos ¡Ali! Ven con nosotras a bailar ¿siiiii?
  • Es que… ¡sabes que no sé bailar! ¡No pienso hacer el ridículo en la pista y dejar que todo el mundo vea a una mujer hetero con dos pies izquierdos!
  • ¡No seas apretada! ¡Anda! Aquí nadie te ve, ¡cada uno está sumido en sus cosas!
  • Mmm… ¡ok! Pero… ¿déjenme estar en medio de ustedes si? De verdad no quiero sentir que todo mundo me vé por el simple hecho de venir aquí acompañada por una pareja que debería estar sola y disfrutando de su intimidad.
  • ¡No te comportes así! Sabes que me revienta que digas eso, eres nuestra amiga y el que nosotros seamos pareja o no jamás va a cambiarlo ¡¿ok?!
  • ¡¡Ya pégame!!
  • ¡¡Bueno!!

Sentí como me jalo Fernanda de un brazo, Dulce me dio una nalgada y me jalaron juntas hacia la pista de baile, un poco apretada pero así era más factible que la chica con mirada profunda y que me causaba inmensa curiosidad me perdiera un momento de vista.

Bailaba… hacia el intento de… recordando cada segundo que en ese lugar (cómo bien lo había dicho Dulce) no se encontraba nadie que haya ido allí simplemente para ver como baila una mujer más dentro de aquel tumulto. Cerré los ojos y respire profundamente dejando de lado las presiones que llevaba cargando a mis espaldas, centrándome simplemente en la música, en mi cuerpo llevando el ritmo y en esas manos que me tomaban de la cintura… manos… ¡¿manos?!... ¡¿MANOS?!.

Trate de voltear a para ver el rostro de esas manos, mi corazón latía desbocadamente pensando que sería Dulce quien estuviese haciendo eso para quitarme la tensión de no encontrarme "en mi lugar", una mano subió por mi costado, rozando ligeramente mi seno e hizo que un gemido saliera de mi sin ser escuchado gracias al volumen de la música llegando a detenerme el rostro para no voltear.

  • No pienso hacer nada que tú no quieras

Esa frase resonó en mi oído haciendo que el mundo se detuviese, no logre reconocer la voz y mucho menos el perfume que traía esa persona tras de mí, sentí un suave beso en mi nuca que hizo mi piel se erizara y con poca pero la suficiente fuerza esa mano que continuaba en mi cintura me volteo para encontrarme con aquellos ojos, los mismos que no podía sacar de mi mente desde el momento en que entre ahí.

  • Me llamo Perla, espero no haberte espantado.

Busque con la mirada a Dulce o Fernanda, pensando que ellas podían sacarme de esto, jamás las encontré entre tanto tumulto.

  • ¿Sabes? Es que… vengo… acompañada y… mis amigas se fueron no se a donde… se pueden preocupar.

Dije pensando en que esa voz me podía llevar hasta el mismo infierno si sólo dijera las palabras correctas e inventando cualquier excusa para no caer en algo de lo que no sabía qué resultado podía tener.

  • Estas grande, no necesitas a nadie que te cuide y mucho menos darle explicaciones a la pareja con la que venias, es una pareja y tu quedas mejor conmigo.
  • Ah… si… lo sé… pero… de verdad… no quiero espantarlas.
  • ¿Espantar a un par de personas que cuando están juntas no ven más allá que los ojos de la otra profesándose la lujuria que se ve en sus ojos? Lo dudo hermosa… por cierto, ¿podrías darme tu nombre?
  • A… Alicia.
  • Entonces… Hermosa Alicia… ¿me acompañas por un trago a la barra?

No espero a que le contestara y tomo de mi mano para llegar, seguía buscando a mis amigas, termine esforzando tanto la vista que mis ojos empezaron a doler, necesitaba afirmar la orientación sexual que creía empezaba a tener y… Perla llego en el momento justo.

Tomamos un par de copas, empezaba a sentirme relajada y en confianza después de algunas frases en las que ella dejaba ver muy claramente su gusto hacia mí, nunca me han gustado los "hubiera" así que… me decidí por tomar su invitación a un lugar un poco mas apartado de la muchedumbre.

  • ¿Traes auto?
  • Sí, pero las llaves las trae Dulce en su bolso, una de mis amigas.
  • Vaya, ¡no importa! ¡Tomaremos taxi!

Caminamos media cuadra tomadas de la mano para encontrar la base de taxis más cercana al lugar, podía sentir mi sexo mojado al mínimo contacto de su piel y la mía. Escuche decirle al taxista una dirección, alguna zona lejana para mí que no conocía y de la que de hecho me importaba conocer muy poco, no pensaba regresar ahí.

El interior del auto se encontraba oscuro, simplemente se podían ver los numeritos rojos del taxímetro subiendo cada vez más, mis nervios aumentaban y yo pretendía ocultarlos viendo por la ventana hasta que ella giro mi cabeza para que nuestros labios se encontraran y su mano subiera por mi pierna hasta llegar a mi sexo.

  • Llegamos, baja y yo me encargo del taxista, ¿si?

La escuche decir mientras el auto empezaba a frenarse poco a poco, la obedecí y baje del auto contemplando los alrededores, llego a mi lado y tomando de la mano abrió la puerta de una casa sin luces encendidas.

Me llevó por un pasillo hasta entrar a una habitación pequeña pero con ese calor que tenía mucho tiempo no existía en mi casa, parecido al calor que emanaba del departamento de Dulce aunque sabiendo muy en el fondo que en el aire el nombre que gritaba no era el mío.

Perla llevo a Alicia contra la pared, rosándole levemente sus costados para dirigirse solo a besar las partes en descubierto de su cuerpo, podía verse como Alicia movía su cadera sin darse cuenta de ella mientras Perla bajaba lentamente por su espalda y desabotonando la blusa con sus manos por el frente que impedía el paso de unas caricias puras sólo con su piel.

El pudor había desaparecido para Alicia, recordaba vagamente las sensaciones de aquel sueño húmedo y presiono las manos de Perla que se encontraban en sus senos. La respiración agitada de las dos chicas era el único ruido que se escuchaba en esas cuatro paredes, Alicia volteo para poder ver el rostro un poco difuminado de Perla gracias a las sensaciones que esta le ocasiono desde el instante en que cruzaron su mirada.

El beso llego, un beso lleno de pasión, curiosidad, lujuria y por qué no, un poco de miedo por parte de las dos al saber que en cualquier momento podría aparecer ese alejamiento dejando todo a medias.

Alicia tomo el valor que tal vez, llamado para ella "curiosidad" o alguna manera extraña de reafirmar la teoría que aparecía en su mente por no ser parte de la gente "normal" sabiendo que esa palabra era puramente relativa.

Los labios de Perla recorrían su vientre, sentía su aliento cálido al llegar a su piel, subió pacíficamente a sus senos, aunque no grandes cabían perfectamente en sus labios ese par de pezones que empezaban a erectarse por las caricias que recibían de su lengua.

Alicia tomo con precaución la cabeza te Perla, acariciándole el cabello y dejándose llevar por las sensaciones que esta le regalaba, sus manos buscaron el inicio de la blusa en la espalda baja de la chica que se encontraba acariciándole los senos, una mordida a su pezón derecho hizo que su espalda se arqueara y soltara sin pena el primer gemido de placer.

Sin saber cómo Alicia llevo a Perla a la cama matrimonial que se encontraba dentro de la habitación, término abriendo las piernas y sobre ella empezó a explorar por primera vez el tener una relación sexual lésbica.

Los ojos de Perla se encontraban cerrados, los labios de Alicia descubrían cada centímetro de su cuerpo al desnudo, para estas alturas a las dos chicas solo las cubría una delgada sabana, dejando ver por la ventana de la habitación sus movimientos llenos de lascivia.

Alicia se separo por unos momentos, el nombre de Saúl llego a su mente pensando que él se merecía ésto y más pero en cambio Dulce no por mucho amor que sintiese hacia ella. Contemplo a Perla desnuda, sus senos, cintura, pierna y sobre todo esa cadera que le llamaba a gritos para que continuaran con lo que había quedado pendiente entre ellas.

Alicia no controlo la sensualidad que emanaba de esa mujer y fué bajando despacio, midiéndola beso a beso poniendo especialmente atención a ese par de senos que tan apetecibles se veían. Llego al monte de Venus, el olor que llegaba hasta ella hizo que cualquier cosa que ocupara su mente de esfumara, solamente teniendo en mente poder desahogar el fuego que tenía en su interior.

Entre quejidos de placer y gritos Perla tomo la cabeza de Alicia y la llevo de nuevo a sus labios, no quería que la chica que se encontraba por primera vez en su casa tuviese que hacer todo el trabajo, tomaron diferente posición, ahora Alicia se encontraba bajo Perla quien se aferró a la sabana que estaba bajo ellas mientras la misma bajaba sin conciencia hasta el sexo ahora mojado de esa mujer.

Alicia sentía la lengua de su acompañante por sus ingles, el vaivén de su cadera aumentaba a pesar de que no haber recibido aun ninguna caricia, de pronto sintió un leve beso por sus labios mayores, cosa que hizo que ella en un acto rápido y sin pensar tomara sus senos para empezar a masajearlos.

Perla no hizo esperar a la mujer que empezaba a desconocer, acaricio su sexo solo con la lengua, tomo su mano derecha para ayudarse y abrir un poco mas sus labios para poder llegar a esa parte tan bien disfrutada y conocida en las mujeres, el clítoris, lo beso, lo mimo como jamás se lo habían hecho a Alicia, después de encontrarse varios minutos tomándole la atención prestada a Alicia decidió que lo mejor sería ir por algo un poco más fuerte, tomo sus dedos medio e índice y los llevo a su boca para poder lubricarlos un poco mejor y después introducirlos en la vagina de Alicia, la misma gemía como nunca lo había hecho, sentía el sudor correr por su cuerpo y sin tomarle mucha atención le imploraba a Perla que no se detuviera.

El placer dominaba en el cuerpo de las chicas, Alicia dejándose llevar por las sensaciones inexplicables que las caricias, lengua y dedos en su interior le provocaban y Perla explorando la intimidad de aquella mujer y al mismo tiempo acariciando su clítoris como tantas veces lo había hecho en el pasado.

Alicia detuvo a Perla justo en el momento en que empezaba a sentir muy próximo su orgasmo, por alguna extraña razón quería volver a besar a esa enigmática mujer y perderse entre el placer, deseo y esos inescrutables ojos negros.

La chica que experimentaba su primer sexo lésbico movió a Perla de manera experta, dejando sacar toda su lujuria reprimida por años, estando sobre ella y mientras se estimulaba el clítoris con el roce de su vientre la cabalgo de manera inenarrable para que después Perla cambiar al tribadismo, la más común, posición de las tijeras, un poco más de experiencia le daba un papel de dominadora.

Las caricias eran intensas, el pudor desapareció y Alicia llevando el ritmo desenfrenado de Perla obtuvo su primer orgasmo, Perla por su parte se contenía, conocía tan bien su sexualidad que sabía que al retener el orgasmo por mucho más tiempo le causaba mayor placer al tenerlo.

Mientras Alicia se reponía del pequeño pero no tan insignificante orgasmo Perla no dejaba de llevar las manos de la mujer que la acompañaba hasta su hinchado clítoris y sin dejar de lado el vaivén de su cadera tomo de un hombro a Alicia e hizo una pequeña insinuación para que bajara hasta su sexo húmedo y caliente.

Alicia, sin algún sentimiento en contra bajo recorriendo con su lengua el estomago y vientre de su primer amante para después, sin saber cómo acariciar su vulva sin ningún rechazo.

El movimiento que producía la cama era cada vez más intenso, no se podía escuchar más que los gemidos de las dos chicas experimentando uno de los mejores placeres de la vida, Perla sintió el orgasmo cerca mientras Alicia se excitaba cada vez más, tal vez el voyerismo que había experimentado en ocasiones anteriores se hacía presente.

Perla moviendo una vez más a Alicia hizo que subiera recostándola a su lado, no existía otra cosa más que caricias intensas en ese minúsculo espacio dedicado solamente al placer.

Las mujeres se movían sin importar lo demás, podía estallar el mundo a su alrededor, sin saber cómo después de pocos minutos de estar recostadas en la cama, frente a frente y penetrándose una a la otra el orgasmo se hizo presente ahora simultáneamente haciendo que las dos arquearan sus espaldas, tomaran una gran bocanada de aire y gimieran sin pudor.

El sueño apareció, las caricias tiernas no se hicieron esperar y se dejaron llevar por el cansancio, una sobre la cama en la que dormía noche a noche y la otra sintiéndose liviana por el haber podido dejar atrás su erótico, sensual y atrapado placer.


El tiempo avanza rápido, mucho más de lo que yo quisiera.

Sé que tal vez suene como excusa, pero el trabajo, estudios y sobre todo falta de inspiración son lo que provocaba el retraso de estos escritos.

No quiero dejar de agradecer cada una de esas palabras y tiempo dedicado para leer estas líneas, tal vez no lo mejor pero si una revoltura de sentimientos que ni yo misma logro entender muy bien.

Tengo que agradecer especialmente a aquellas personas que pierden un poco de su tiempo para contactarme, a aquellas que me conocen desde antes de que yo publicase algo en esta magnífica pagina y sobre todo a aquellos contactos de esa tan popular mensajería instantánea que nos hace romper distancias gigantescas.

El final se aproxima en el siguiente capítulo y puede ser que encuentren una o quizá hasta dos sorpresas que espero sean de su agrado.

=N.B.S.M.=

"Renuncia A Todo Y Ven Conmigo… [A.H.M.]"

"¿Sentiste Alguna Vez Lo Que Es Tener El Corazón Roto?,

¿Sentiste A Los Asuntos Pendientes Volver Hasta Volverte Muy Loco?;

Si Resulta Que Sí, Sí Podrás Entender Lo Que Me Pasa A Mi Esta Noche;

Ella No Va A Volver Y La Pena Me Empieza A Crecer Adentro;

La Moneda Cayó Por El Lado De La Soledad Y El Dolor. [A.C.]"