El restaurante de la laguna (5)

Alicia...

Alicia no supo como tomo el elevador con esas lagrimas corriendo por sus mejillas, esperaba que a esa hora nadie estuviera en el edificio, las imágenes de Fernanda y Dulce en el auto sin decirse palabra, la mirada de Dulce al ver caminar a Fernanda, el beso que se dieron al encontrarse rondaban en su cabeza y no podía desaparecerlas

cuando entro a la oficina lo único que sentía era ese inmenso dolor, coraje y ganas de estar sola, ella y su alma, sabía que el cariño… ella se había engañado todo este tiempo, no podía ser cariño lo que sentía por Dulce, tanto tiempo juntas en aquel departamento cuando estudiaban, las salidas, las risas, las lagrimas, los consuelos, no podía sacarlos de su mente, estaba enamorada de ella… en aquel momento se dio cuenta, ni siquiera cuando leyó la carta de Fernanda, la chica que le estaba robando a su Dulce… ella la conocía más que nadie, habían sido tantos años de contacto, lo que no entendía era ¿Cómo no se había dado cuenta? O ahorita estaba confundía… los sentimientos se amontonaban en su cabeza, cariño, felicidad, coraje, dolor y amor… pero amor de hermanas o ese amor que ella creía sentir por el que ahora era su esposo?

No le gustaba el silencio, no cuando en su cabeza y corazón tenia tantos sentimientos encontrados, fue a la sala de juntas, tomo ese disco que le dió Dulce el ultimo día que vivió con ella, después de tanto tiempo aún lo conservaba "MAS" de Alejandro Sanz y como no hacerlo si era de su amiga, casi hermana y por la que ahora estaba confundida

Caminó despacio hacia el estéreo que se encontraba en su oficina, sabía que no era bueno poner el disco, le recordaría a ella, pero era necesario tener música, quería despejarse y aunque Alejandro Sanz le recordaba a Dulce, no podía negar que sus canciones eran buenas, sus oídos empezaron a reconocer la primer canción que sonaba, "Amiga Mía", hizo que Alicia perdiera la cabeza y que de su boca solo salieran pequeñas palabras… recordó todas las veces en que Dulce se ponía a llorar por la pérdida de Vanessa con esa canción, gracias a un choque en la carretera cuando iban camino a Acapulco a pasar las vacaciones de semana santa

Aquella voz otra vez en su cabeza… "no me dejes", "eres mi mejor apoyo", "somos una familia", la voz de Dulce diciendo eso, sus lagrimas volvieron a aparecer, quería correr, esconderse de ella, sacar sus recuerdos de la mente, quizá morir en ese momento y dejar que Dulce y Fernanda fueran felices en ese mundo que se habían construido, no podía meterse entre ellas 2, no cuando ella había sido la causante de que se volvieran a ver y que ahora estuvieran camino a no sé donde, no cuando ella había visto esa luz en los ojos de ellas cuando a Fernanda le dijo que estaba Dulce fuera de su casa, sintió un dolor en el pecho, como si de repente su corazón no reaccionara y solo fuera por instinto el sentirlo latir, se sentía muerta y su mirada cambio, era vacía, sin expresión, solo hablaba en modo automático, quería que ese encuentro nunca se hiciera realidad pero no podía fallarle a Dulce, nunca se lo perdonaría

Recordó como le hizo para poder hablar con Fernanda, cuando la muchacha de servicio le abrió la puerta

-Buenas tardes, se encontrara la Srita. Fernanda Torrealba? Mi nombre es Alicia Munguia, estoy aquí porque la Srita. Torrealba pidió informes sobre la Universidad Anáhuac, nos mando un mail y aquí me encuentro para aclarar sus dudas

-Buenas tardes, Si, permítame un segundo, voy a ver si la Srita. la puede atender

-Muchísimas gracias

Las preguntas surgieron de su cabeza, no se explicaba por qué estaba ahí, por que ayudar a Dulce, porque tenía que ser ella la que las uniera, porque no podía huir de esa puerta y decirle a Dulce que su plan no había sido perfecto… no sabía si iba a servir de algo el que ella estuviera ahí, pero con tal de no ver los maravillosos ojos de Dulce llorar hacia todo, pero no podía fallarle a su amiga, a esa persona por la cual estaba sintiendo ese amor tan especial y pocas veces descubierto, no en ese momento en el que ella se encontraba con esa ilusión que pocas veces había visto, no aunque ella estuviera ahí con el corazón roto y sin ganas de seguir con el plan

-Srita. Munguia, por favor sígame, la Srita Fernanda la espera en el despacho

-Gracias, con su permiso

Camino hacia el despacho, la casa de Fernanda era bella, no pudo poner la mayor atención a el decorado de la casa, solo seguía a la señorita de servicio con la mirada perdida y caminando por inercia, no sabía cómo controlaba su cuerpo sin salir corriendo y decirle a Dulce que la amaba y que se lamentaba por no traer a Fernanda a su lado aunque ella supiera que nunca estarían juntas ella estaría a lado de su bella Dulce por el resto de sus días, llego a la puerta del despacho, de la que solo pudo recordar que era de color blanco y con la cerradura en color negro, tocó y una voz desconocida le dijo que entrara

-Hola, Fernanda, cierto?

-Si, y tu eres? Me dijo Carla que eras una persona de alguna universidad

-Puedo sentarme? así hablaremos mejor

-Claro, disculpa mi falta de educación, pero me sorprendió lo que me dijeron, que yo recuerde no he mandado nada por correo a ninguna uni, aparte no estoy de humor como para presentarme frente a alguien, disculpa las fachas

Alicia solo tomo asiento enfrente del escritorio de el estudio solo teniendo la imagen de Dulce, esa mirada que le decía que estaba destrozada, que necesitaba de ella, recordó esa voz por el celular, no quería dejarla sola, no podía hacerlo, su cabeza y corazón daban vueltas y no se detenían, solo dijo las palabras justas

-No te preocupes Fernanda, déjame intento explicarte aunque no sé si sea clara, Soy amiga de Dulce, me ha contado su historia y me ofrecí a ayudarla a que ustedes tuvieran un encuentro para que pudieran aclarar sus cosas de frente

Fernanda en el momento que escucho eso se levanto de la silla y lo único que pudo hacer fue abrazar a Alicia… las lagrimas de Fernanda empezaban a caer lentamente por sus mejillas, la emoción de saber que iba a ver a esa mujer que la cautivo en aquel baño de el restaurante era muy grande, empezó a temblar y preocuparse por su apariencia, intentó aunque fué en vano el ahogar las lagrimas y sólo salió de su boca un pequeño sonido que decía "gracias" subió rápidamente a su cuarto y se quito esa pijama para al menos ponerse un juego sport, hizo lo posible porque su apariencia diera la menor lastima posible, tenía que estar bien para ella… su Dulce no la podía ver así

Alicia solo se quedo sentada enfrente del escritorio, las lagrimas de ella también empezaban a aparecer, sólo que estas no eran de entusiasmo, sino de dolor, una decepción tan grande, porque no se había dado cuenta de que amaba a Dulce? Porque sentía que su mundo se venía abajo? Intento calmarse y pensar fríamente las cosas… sabia que Dulce no iba a dejar de ser su amiga, que ahora lo que iba a pasar entre ellas dos iba a ser gracias a su intervención, que en algún momento de su vida iba a sonreír por hacer feliz a esa persona que amaba y que no se atrevía ni siquiera a verla con esa mirada que sabe que la delataría, mientras respiraba profundamente calmando poco a poco el dolor y las lagrimas la encontró Fernanda

-Alicia?, me dijiste que así te llamabas, no? Te encuentras bien, puedo ayudarte en algo?

-Si, Alicia… no… solo que… los problemas, ya sabes cómo es esta vida, si no es una cosa es otra

-Bueno, espero que mejoren, en mi puedes encontrar a una amiga, no conoceré mucho de el mundo, pero haré mi mejor intento para poder ayudarte

-Gracias Fernanda, pero… creo que esto es difícil de arreglar… estas lista? Ya salimos a que te encuentres con Dulce?

-Nunca sabré como darte las gracias… esto que estás haciendo no tiene nombre, jamás podre agradecerte, pero si algo necesitas y puedo ayudarte sabes dónde estoy

-No des las gracias… solo es por amor a mi Dul… dulce amiga

En ese momento Fernanda notó el titubeo en su voz y como sus ojos volvían a ser tristes, su intuición le decía que estaba así por lo que estaba haciendo, que en vez de estar feliz porque vería a su amiga junto de ella era como si fuera un gran peso, un reto que tenía que superar para demostrarle al mundo que sabia ser una buena amiga a pesar de no estar bien y que el dolor la consumiera por dentro… intentó hacer caso omiso a su presentimiento y sólo le sonrió, volviéndola a abrazar, salieron juntas de el estudio, Fernanda le habló a la chica de servicio

-Carla… Si es que llegan a venir mis padres o el tío Andrés les dices que fui a visitar el campus de la universidad Anáhuac, la que está al sur… mmm… no, solo les dices que sali y que si quieren algo marquen al cel.

-Si señorita, no se preocupe yo les paso el recado

-Gracias Carla, que tengas una buena tarde

-Igualmente señorita… Cuídese

Al ver cómo le hablaba Fernanda a la empleada de su casa Alicia se quedo sorprendida, pocas veces había visto a una persona referirse así a su empleada, entendía ahora porque Dulce estaba así de enamorada… tenía una educación inigualable… algo que nunca podría hacer Alicia

Caminaron hacia la puerta y Alicia busco con la mirada a Fernanda, podía saber donde se encontraba con el simple olor que dejaba su perfume a su paso, pero no podía dejarse llevar, tenía que ser simplemente la intermediaria entre ellas 2, aunque su corazón se sintiera muerto, aunque respirara y no sintiera que el aire llegara a sus pulmones ella tenía que tener esa misma cara, esa con la que no demostraba sentimientos, esa que solo decía "estoy ahí para lo que quieras", volteo a ver a Fernanda y vio ese maravilloso brillo en sus ojos, esa mirada que nunca le podría regalar a Dulce, esa sonrisa que se dibujaba en la cara de Fernanda, era simple y sencillamente felicidad en su más puro esplendor, una sonrisa que moría por salir de sus labios cada que veía a Dulce, a su mejor amiga a la que ahora estaba entregándole otros brazos

Al momento de ver como los labios de Dulce y Fernanda se unían, su primer reacción fue agachar la cara, sintiéndose destrozada, un temblor inundo sus sentidos, no sabía cómo se sostenía de pie, su mirada se perdió en el suelo, lo único que logro ver fue esa neblina, sentía que sus extremidades no respondían, no quería estar con ellas, en poco tiempo no iba a aguantar todos los sentimientos que ahora reprimía, pensó en una excusa rápida, y lo único que dijo fue que quería ir por algunos papeles para arreglar algo de la casa, el hilo de voz que salía de ella apenas era audible, espero la afirmación de Dulce y solo contestaba a lo esencia, regreso a encerrarse a ese mundo en el que había ocurrido un terremoto del cual no entendía cuando había empezado… cuando logro entrar en razón sin explicárselo ya estaba en el auto, escuchando la radio y sin ponerle atención a la música, solo intentado tener esa cara que la caracterizaba, esa que le decía a Dulce que todo estaba bien

Llegaron a la oficina y lo único que deseaba era bajar de el auto y echarse a correr hasta que sus pulmones no lo soportaran, hasta que su corazón estuviera a punto de salir de el cansancio, pero conocía a Dulce y sabia que no solo la dejaría ahí, si no que bajaría y la despediría, la agonía iba a durar más y ella tenía que salir de esa charla rápidamente, la pregunta era como hacerlo sin que ninguna se diera cuenta de lo que sentía, ella era experta ocultando sus sentimientos, al menos de eso se dio cuenta en este día… quizá no sabía que esos sentimientos estaban ocultos en algún lugar de su cabeza y corazón

Llegaron a su destino, el tan ansiado refugio que necesitaba Alicia, quería llorar hasta que su cuerpo quedara seco, quería gastar todas esas lagrimas que estaban a punto de aparecer, tomo una gran bocanada de aire… se despidió de ellas 2 en el mejor tono de voz que tiene, fue un esfuerzo grande, extremadamente grande, con esa forma de ser tan relajada y cómica que la hacía ser especial, después de callar mientras Fernanda le pedía el numero de su móvil a Dulce toda su fuerza se vino abajo, se sentía con las rodillas en el piso, derrumbada por una persona que Dulce conoció en un restaurante, ya no podía hablar, si lo hacía terminaría llorando y soltando todo lo que tenia dentro, quería solo decir adiós sin más explicaciones, quería que sus piernas se doblaran, quería quedarse solo en el piso, llorando junto con su alma que poco a poco agonizaba aunque ella ya se sintiera muerta

Al sentir los brazos de Dulce rodeándola no pudo mas, sus ojos empezaban a reaccionar ante el dolor que sentía, haciendo un esfuerzo sobrehumano intento apartar todos los sentimientos que tenia, no pudo hacerlo… por poco deja caer su peso en los brazos de Dulce, hasta que se separo de ella, vio a Fernanda y con otro abrazo le dijo con ese lenguaje tan peculiar en el que no se necesitan palabras que la cuidara, que la tratara como ella se merecía, que era una magnifica persona que ya había sufrido mucho

Salió corriendo hacia las escaleras dejando que las lágrimas salieran de sus ojos, sin retenerlas, lo único que intentaba era no caer al piso, no mientras ellas la estuvieran viendo, no para preocupar a Dulce, no porque su orgullo no se lo permitía, nunca dejaría que nadie la viera así

Al terminar su recuerdo volvió a llorar inconsolablemente, parecía que su cuerpo se iba acostumbrando a esas punzadas en su corazón que cada vez lo dejaban más débil y sin ganas de seguir adelante… se tranquilizo después de varias horas, respiro profundo e intento sacar de su boca una sonrisa que no pudo siquiera imaginar… su mente volvió a trabajar, que diría su esposo si se enterara de esto, nunca le había comentado que tenia tendencias lésbicas, de hecho no siquiera ella lo sabia pero… su matrimonio se arruinaría? Bueno, si es que a lo que vivía en casa se podía llamar matrimonio, solo eran compañeros, solo se veían en las noches y como los dos llegaban cansados a lo mucho que salía de su boca era un "buenas noches" y se dormían… no podía negar que su esposo era una buena persona, en el tiempo que llevan casados no se había enterado de alguna infidelidad, entendía que él era un buen hombre, pero en su forma de pensar… como era? Nunca se lo había preguntado, de hecho ni siquiera sabía la inclinación sexual de Dulce

Qué pensarían en su trabajo… su familia… sus amigos… inclusive Dulce… qué pensaría de ella? Que la había estado engañando todo este tiempo? Como explicarle que esto que ahora sabía que era amor no tenía ni la mas mínima idea que existía, como decirle que se dio cuenta en ese día, el mismo en el que le entrego en charola de plata a Fernanda, decirle que la amaba y que no sabía desde cuando

En ese momento el escuchar como vibraba el celular en el escritorio la saco de sus pensamientos, lo tomo y se dio cuenta que era Dulce… respiro profundamente y tomando el poco valor que aún le quedaba contesto

-Hola señorita, todo bien en su mundo de maravilla?

-Hola Ali, mmm… si todo bien, si todo perfectamente, como te fue con eso de la casa?

-Todo bien gracias, a que se debe tu llamada?

-Es que necesito un favor, se que por hoy has hecho bastantes pero este en verdad me importa, no puedo hacerlo yo sola… es algo difícil de pedir

-Anda ya! No hagas eso mas "difícil" como tú lo llamas, suéltalo

-Se puede quedar Fernanda a vivir por unos días en tu casa? Por su manutención no te preocupes, yo me hare cargo, solo que ahora necesito tu apoyo