El reportaje
Hacer un reportaje en un puente puede resultar un fastidio.... o una buena oportunidad de expandír horizontes sexuales.
EL REPORTAJE
- El diré te espera en su despacho
Es lo primero que me dijo mi secretaria cuando llegué a la redacción de la revista donde trabajo, dejé el bolso en la mesa, puse en marcha el ordenador y me fui a ver a Carlos, su secretaria me hizo pasar inmediatamente, estaba con Juan, uno de los mejores fotógrafos que tenemos, sabía que me iba a proponer un reportaje, me encanta trabajar con Juan porque es un chico muy majo, conozco a su novia, hemos ido a cenar con mi marido varias veces.
- Tiene que ser un gran reportaje, le estaba diciendo Carlos a Juan cuando entré.
- No conozco nada del tema, le respondió, espero que Carmen sí.
- De que se trata, dije.
- Carlos nos ha encargado un reportaje de un pueblo nudista, tu sabes algo de esto?
- No, soy de las que no se quitan el bañador ni con disolvente, dije entre irónica y extrañada.
- No tendrás que sacártelo, me tranquilizó Carlos, se trata de que conviváis con ellos el puente que hay dentro de dos semanas y después escribáis el artículo, saldrá en el siguiente número, no podemos retrasarnos, es un tema de verano.
- Pero vamos allí sin que lo sepan?, nos echaran a palos cuando vean a una pareja vestida y con una máquina de fotos
- No, ya he contactado con ellos y están de acuerdo, además seréis tres, también os acompañará Marcos pero hay algunas limitaciones, no podréis sacar las caras de los que no den su consentimiento y además no habrá ningún menor, no sea que se nos cuele alguna foto.
Nos dijo donde debíamos ir y con quien contactar, pensé que a mi marido no estaría muy contento, teníamos planes para el puente, al salir Juan me dijo:
- Ya sabes, me pasaré cuatro días fotografiando tetas
- Las mías ni las veras, le dije riendo
- Qué pena, deben ser muy bonitas
- Si lo son, le dije siguiendo el tono de la conversación.
Se lo conté a Paco, tal como esperaba no le hizo ninguna gracia pero sabe que en mi trabajo si dejo pasar una oportunidad se la estoy traspasando a otro y eso no es bueno.
Pasaron las dos semanas, Marcos y yo nos estuvimos documentando del tema, el miércoles por la mañana ya tenía la maleta preparada con un par de bañadores dentro, me despedí de Paco sabiendo que no nos veríamos hasta el domingo por la tarde, en la redacción ya nos habían preparado un coche, teníamos que recorrer 400 km, suerte que estar con Juan y Marcos nunca es aburrido, su descaro les hace únicos, Juan me comentó el polvo que había hecho con su novia como despedida aquella mañana y sin rubor me preguntó que tal el mío, mi respuesta fue muy escueta, "sin comentarios", claro que no realmente estuvo nada mal, algunas veces creo que estas separaciones son buenas.
Llegamos al pueblo más cercano, en el bar nos tenía que espera una pareja que nos acompañaría y allí estaban, nos presentamos, ellos eren Javier y María, tendrían nuestra edad, algo más de 30 años, nos sugirieron que dejáramos el coche en el pueblo ya que el camino era muy malo así que cargamos el material en su todoterreno y nos adentramos por un camino.
Casi un cuarto de hora después un cartel advertía que llegábamos a una comunidad nudista y poco más tarde divisamos de lejos un pequeño pueblo, al acercarnos vi a un par de personas desnudas, a pesar de ser algo esperado me chocó mucho, nos adentramos a la plaza, alrededor de ella estaban todas las casas, no más de 6, la gente nos vino a recibir, todos desnudos tal como vinieron al mundo, en este punto no pude evitar turbarme ante tanto hombre con sus aparatos al aire, en una sola imagen vi más pollas que las que había visto en toda mi vida. No me costó observar que a Juan y a Marcos les pasaba algo similar con las tetas de las mujeres.
María nos preguntó si necesitábamos dos o tres habitaciones, inmediatamente respondí que tres, nos acompañó a una de las casas, la más grande, y nos mostró nuestros aposentos, eran habitaciones sencillas pero aparentemente confortables. Antes de que pudiéramos observarlo nos dijo que no había cerradura, dejé mi maleta al igual que mis compañeros y nos enseñó los lavabos, una sala grande con unas duchas contínuas sin separación "aquí no nos escondernos para ducharnos" nos dijo, "lo único cerrado es el váter".
Juan, Marcos y yo nos miramos, no sé qué pensaban ellos pero estaba claro que una ducha abierta no era lo que deseaba para cinco días. María nos dijo que nos pusiéramos cómodos y que en media hora nos enseñaría el pueblo, sin decir nada cada nos fuimos a nuestras habitaciones, lo que mejor me hubiese sentado era una ducha pero no estaba dispuesta a hacerlo desnuda delante de todos.
Cuando ya me había cambiado de ropa llamaron a la puerta, era Juan con su máquina de fotos en el cuello, le hice pasar y le dije mis temores respecto a la ducha, su respuesta no me tranquilizó mucho:
- Con el calor que hace, si hay que ducharse en pelotas, se ducha en pelotas, no pasa nada
- Delante de tanta gente?
- Es lo que hay, me respondió dando por acabado el tema.
Salimos a la plaza, Marcos ya estaba allí, la gente iba y venía, enseguida vimos a Maria completamente desnuda, al vernos vestidos nos dijo:
- Veo que no habéis vencido la vergüenza, no os preocupéis, a todo hay que acostumbrarse.
María nos enseñó las casas, el comedor que a la vez hacía de sala de actos y la piscina, en un momento que nos quedamos solos Juan y yo me dijo:
- Te has fijado, aquí no existe el vello púbico
- Si, respondí riendo, ya tengo otro motivo para no desnudarme.
- Guau!, eres de las que lo llevan al natural!, me gusta
- Pues vételo imaginando por qué no lo veras.
- Oye, dijo llamando a Marcos, está tiene el pubis a lo natural
Los ojos de Marcos se abrieron como platos, le dije
- Ya he advertido a Juan que tenéis que imaginarlo porque no lo veréis.
Mientras Juan sacaba fotos nos dedicábamos a hablar con la gente, de lo que sintieron la primera vez que se denudaron, de cómo viven aquello, me chocó tanta naturalidad y como habían roto tabús, por ejemplo había una pareja con su hija y el novio de esta, todos en pelotas.
Tanta visión de cuerpos masculinos desnudos no me dejaba indiferente, y el calor reinante no ayudaba mucho.
La cena era a las 9, fui tan ingenua como para preguntar a María como debía vestirme, me dijo:
- En esta comunidad este tema nunca ha sido importante, viste como quieras, y si no quieres vestirte, estarás como la mayoría.
Tenía razón, Juan, Marcos y yo fuimos los únicos que cenamos vestidos, me gustó ver la naturalidad con que compartían la mesa con su cuerpo a la vista, como hablaban, como se movían, sin ninguna inhibición. En realidad me lo estaba pasando muy bien, eran gente muy sana pero especialmente inteligente, hablar con ellos de cualquier tema era un placer.
La cena se alargó mucho, hacia la una nos fuimos a la habitación, antes de entra Juan dijo:
- Tanto cuerpo desnudo me ha puesto sensible
- Pues no veas como estoy yo, dijo Marcos, tú tienes novia, yo no
- Pero no aquí
- Pues tenéis un problema que resolver ., les dije riendo
- Y tú tienes el mismo, que lo sé!, te he pillado algunas miradas, dijo Marcos.
- Pero yo sé contenerme, dije
- Tú te lo pierdes, respondió Juan
Entré en la habitación, me desnudé pensando en la última frase de Juan, "tú te lo pierdes", tenía razón, no aprovechar lo que le pasaba a mi cuerpo era una pena así que recordé como me masturbaba de soltera, en realidad lo recordé varias veces aquella noche.
A primera hora de la mañana el sol entraba por la ventana, me desperté contenta, supongo que haberme corrido cinco veces ayudó bastante, me vestí, me puse unas braguitas y un vestido ibicenco sin sujetador y me fui hacia la habitación de Juan, llamé a la puerta repetidamente sin que respondiera, con cuidado abrí la puerta, le vi tendido en la cama desnudo, con el culo mirando hacia mí, no sabía qué hacer pero me decidí a entrar y acercarme a la cama, le di unos empujoncitos en la espalda y se despertó sobresaltado, se giró tapándose con la sábana, le dije riendo:
- No te tapes tanto que de lo que escondes aquí fuera hay muchas.
- Lo que tu escondes también hay muchas.
- Déjalo, dije, vístete que hay que trabajar, voy a despertar a Marcos, te espero fuera.
Llamé a la puerta de Marcos y ya estaba despierto, me dijo que acababa de vestirse y salía, me quedé en la puerta, por el pasillo iban y venían gente de las duchas, al poco se abrió la puerta de Juan, iba envuelto en una toalla y me dijo:
- Me voy a duchar.
Y se adentró al cuarto de las duchas, justo antes de entrar dejó caer la toalla, sin duda una maniobra para que le viera el culo, me extrañó la rapidez con la que mi compañero había asumido aquello. Deseaba entrar y ver como se duchaba entre tanta gente pero no me atreví, al rato salió envuelto en la toalla y me dijo:
- Te recomiendo una ducha, no seas vergonzosa.
Realmente me moría de ganas y lo deseaba, Juan se encerró en su habitación para vestirse, entré en la mía, me saqué el vestido y las braguitas y me enrollé una toalla para ir a la ducha, al entrar había dos parejas, estaba muerta de vergüenza pero de un tirón abrí la toalla quedando completamente denuda ante ellos, no hubo ninguna reacción, no le dieron importancia a que estuviera desnuda, realmente no tenía por qué haberla, ellos también lo estaban.
Me puse debajo del agua y disfruté de sentir como caía por todo mi cuerpo refrescándolo, cuando abrí los ojos tenía a un hombre a mi derecha y una mujer a mi izquierda, era maravilloso!
Salí y me sequé, estuve tentada de ir hacia la habitación denuda pero pensé que si me encontraba con Juan o Marcos podía darles algo, y efectivamente estaban esperándome, cuando me vieron quedaron sorprendidos pero no dijeron nada, entré en la habitación para vestirme pero entraron detrás de mí y Juan me dijo:
- Y si hoy vamos desnudos?, así estaremos como ellos.
Lo dudé un momento, me estaba muriendo de ganas pero no me atrevía, siguió hablando Marcos
- Me parece una genial idea, no hay que tener vergüenza
- Nos desnudamos nosotros primero y después lo haces tú, dijo Juan
Y en un abrir y cerrar de ojos estaban los dos delante de mí tal como vinieron al mundo, casi no me atrevía a mirarles, Marcos me dijo:
- Míranos, no pasa nada
Lo hice, empecé por Marcos, mis ojos se clavaron en la cara, bajé al pecho, vientre, y al llegar a la polla la tenía morcillona, no estaba mal equipado el chico, después hice lo mismo con Juan, su polla era algo más gorda, vaya compañeros de trabajo que tengo, pensé.
Me quedé unos segundos sin saber que hacer pero al final me decidí, puse los dedos en la toalla y despacio deshice el nudo que la sujetaba, la dejé hacer mostrándome a mis compañeros de trabajo, me miraron con descaro y pasó lo que tenía que pasar, sus pollas empezaron a levantarse descaradamente, dije:
- Pues para ir desnudo tenéis un problema, no podéis salir así.
- Lo siento, no he podido evitarlo, dijo Juan
- No te preocupes (en el fondo estaba orgullosa)
Lo que no sabían es que a mí me pasaba lo mismo pero no se me notaba tanto, claro que los pezones también lo indicaban pero es menos evidente.
- Venga, dije, haceros una paja y se os bajará
No me creía que fuera capaz de decirle algo así pero ya estaba hecho, me respondió Marcos:
- Quieres que lo hagamos aquí?
- NO!!!!, en vuestra habitación!
Y se fueron, mientras se lo hacían no sabían que también lo hacía yo, no pude soportarlo.
Marcos regresó justo cuando acababa de correrme, por muy poco no me pilló con los dedos en el coño, poco después vino Juan.
Con el "asunto" solucionado salimos a la plaza, María nos vio y se alegró de nuestra decisión, se me quedó mirando y me dijo:
- Tu coño no está a la moda pero lo solucionaremos.
Aquella mañana compartimos sus actividades, nos bañamos en la piscina como unos nudistas más, hablábamos con todos mientras que Juan hacía fotos, después de comer regresamos a la habitación para hacer una siestecita, toda la mañana viendo los atributos de mis compañeros de trabajo hicieron que necesitara estar a solas, y me lo pasé tan bien jugando con mis dedos que me quedé dormida después de correrme, no sé cuánto tiempo pasó pero me despertó Juan, me lo encontré a mi lado, me estaba haciendo fotos. Me quejé amargamente pero me dijo:
- No pasa nada, antes de irnos tenemos que borra las de la gente que no quiere salir y también lo haré con las tuyas, pero estas tan guapa que no puedo evitarlo
Supongo que aquellas palabras sirvieron para que me pusiera bien y dejar que me hiciera las fotos que quisiera, mientras lo hacíamos vino Marcos que se quedó observándonos.
Cuando ya salíamos vimos a María, venía con una bolsita y me dijo:
- Ahora toca ponerte a la moda el coño
Volvimos a entrar a la habitación, me hizo tumbar en la cama, Marcos y Juan miraban, me puso una toalla en el culo y separé las piernas, inmediatamente Juan sacó la máquina de fotos y empezó a disparar, Maria cogió espuma la extendió por el pubis, todo sin que mi compañero dejara de inmortalizar aquellos momentos, se me ocurrió decir riendo:
- Mi marido lleva 5 años pidiéndomelo y no lo ha conseguido, no sé cómo se lo contaré pero tendré que esconder algún detalle.
- No te preocupes, dijo Juan, le mandaré las fotos
- Si lo haces te mato, dije riendo
Y María con una maquinilla fue cortando mis pelitos, cuando sus dedos me tocaron el coño me sobresalté, incluso sentí un escalofrío, supongo que se dio cuenta y vio lo húmedo que estaba pero no dijo nada.
Me dejó el coño como una niña de 5 años, me miré al espejo, estaba preciosa, me arrepentí de no haber hecho caso a mi marido, Juan lo inmortalizó con sus fotos, estaba tan loca que dije:
- Y a ellos, no piensas depilarlos?
- Por mi no hay problema, pero necesitaré tu ayuda
- Encantada, dije
No fue fácil pero conseguimos convencerlos, primero a Marcos, se tumbó en mi cama, María estaba bastante nerviosa, no menos que mi compañero, humedeció sus huevos y puso espuma de afeitar encima, después con la mano la extendió, inmediatamente la polla de Marcos empezó a crecer pero ella no le daba importancia, cogió con una mano la cuchilla y con la otra, de una manera muy cuidadosa, la polla que seguía dura, para apartarla, iba rasurando los pelos de los huevos y alrededores, con la otra mano iba poniéndole la polla donde no molestara hasta que me dijo:
- Antes te he dicho que tendrías que ayudarme, aguántasela tú.
- Yo!!!!, no puedes hacerlo tú?
- En eso debemos colaborar todos
Estaba roja de vergüenza pero me acerqué, Marcos me giñó un ojo mientras se sonreía, cosa que no me tranquilizó precisamente, me subí a la cama, ella me pasó la polla que la cogí con dos dedos, como si fuera algo que no se toca, noté lo firme que estaba, incluso palpitaba, María me indicaba como ponerla y Marcos encantado con el masaje, le dejamos unos huevos sin un solo pelo.
Le tocaba a Juan, cuando llegó el momento de cogerle la polla no esperé las indicaciones, lo hice enseguida, su polla estaba igual de dura que la de Marcos, mi coño estaba encharcado, tocar dos pollas en un solo día era algo nuevo para mí, por suerte María estaba allí impidiendo que hiciera alguna locura.
Todos depilados continuamos el trabajo, en la cena fuimos también desnudos, al acabar pusieron música y las parejas salieron a bailar, Marcos me pidió enseguida hacerlo, me daba corte ya que su polla tocaría mi pubis pero le dije que si, al agarrarme sentí algo extraño, y al acercarse y notar aquello clavado en mí mientras mis pezones tocaban su pecho me puse muy nerviosa y caliente pero conseguí disimular, al rato Juan me pidió bailar, me separé de Marcos y repetimos la situación, necesitaba urgentemente masturbarme!
Alegué que estaba cansada y me fui a la habitación casi corriendo, me tumbé en la cama, cerré los ojos y empecé a repasar todo lo que habíamos hecho aquel día, cuando vi el culo de Juan, como me desnudé en la ducha, cuando mis compañeros se desnudaron, al dejar caer la toalla y enseñarles mi cuerpo, la sesión de fotos, como María me depilaba, el agarrarles la polla, los roces del baile, todo mientras me acariciaba el coño y las tetas y me corría una vez tras otra.
Cuando acabé estaba más despierta que nunca pero muy sudada, decidí darme una ducha, cogí la toalla y salí de la habitación, al abrir la puerta vi a Juan y Marcos que se estaban duchando, no me vieron, me saqué la toalla y me puse entre ellos, cuando se dieron cuenta que estaba allí se alegraron mucho, Juan, que siempre ha sido el más atrevido, me dijo:
- Te enjabono la espalda?
- Claro, respondí instintivamente girándome
Cogió gel y se lo puso en la mano para a continuación expandirlo por la espalda, sus manos avanzaron por los costados y bajaron lo justo para no llegar al culo, le dije:
- Esto es maravilloso
- Más lo sería a cuatro manos, dijo Marcos
- A qué esperas .
Así cuatro manos me acariciaban la espalda. Sus palmas se adentraban peligrosamente por los costados hasta casi rozarme las tetas y bajaban hasta casi el culo, en aquel momento me hubiese dejado hacer cualquier cosa pero por desgracia no avanzaban, cuando acabaron y me giré vi a los dos con la polla a tope, me reí y les dije:
- Ahora me toca a mí, giraros
Puse gel en las dos manos y simultáneamente se lo pasé por las espaldas, poco a poco iba bajando, no se quejaban así que acabé tocándoles medio culo, les hice girar, volví a ponerme gel en la mano y se lo pasé por el pecho, mi mano iba bajando cada vez mas llegando a rozarles las pollas, en este momento Juan cogió gel y se lo puso en la palma de la mano colocándola en mis hombros, Marcos le imitó, no sabía donde llegaría aquello pero si alguien tenía que cortarlo no sería yo, mientras acariciaba sus pechos y vientre bajando hasta rozar las pollas ellos me acariciaban los hombros sin atreverse a bajar, ¿Cómo hacerlo para que se dieran cuenta que lo deseaba?, estaba claro, bajé la mano hasta ya no solo rozar las pollas si no acariciarlas descaradamente, no se lo pensaron, una mano de cada uno se puso sobre mis tetas, estaba fuera de mí, agarré fuerte sus pollas mientras no cesaban de darme placer en las tetas, Juan no tardó en bajar la mano, inmediatamente de forma instintiva abrí las piernas para que sus dedos tocaran mi coño, lo necesitaba imperiosamente, al fin noté los dedos en mi clítoris pero en pocos segundos fueron los de dos manos que estaban allí y no pude evitarlo, me corrí como una loca agarrándoles sus pollas.
Cuando acabó el orgasmo me di cuenta que estábamos en un sitio público y podíamos armar un escándalo, les sugerí continuar en la habitación, casi corriendo nos encerramos, pedí a Juan que se tendiera en la cama, no quería preliminares, me subí encima suyo apuntando la polla al coño y de un solo golpe me bajé notándome completamente penetrada, hice que Marcos se pusiera a mi lado, acerqué mi boca y le comí la polla mientras cuatro manos y una polla me hacían disfrutar, empecé a subir y bajar, no sé cuantas veces me corrí o fue un solo orgasmo continuado antes de que Juan disparara dentro de mí.
Pero necesitaba la polla de Marcos, hice que se intercambiaran los puestos, entró en mi coño del que salía todavía la leche de Juan, y yo me puse en la boca la polla que unos segundos antes había vaciado en mi coño, chupaba y cabalgaba, la polla de Juan tardó poco en volver a estar dura y mi orgasmo regresó inmediatamente, los dos hombres se me corrieron simultáneamente llenándome de leche dos agujeros entre mis convulsiones, es curioso que en este momento pensé por primera vez en Paco, y no por arrepentirme de ponerle los cuernos con dos maravillosos hombres a la vez, estaba imaginando el placer que podía sentir si en aquel momento su polla me penetrara el culo, y es que simplemente quería más.
Nos quedamos tumbados en la cama, pasamos así la noche y ya podéis imaginaros los dos días que quedaban.
Las fotos no las borramos todas, hemos hecho un álbum privado, espero que nunca lo vea nadie ya que Juan hizo algún reportaje muy íntimos de los tres.
Cuando llegué a casa me costó explicarle por que llevaba el coño depilado, le dije que estando sola se me ocurrió complacerle para sorprenderle cuando regresara, por suerte no pudo ver que durante aquellos días mis tres agujeros fueron usados por dos pollas, y ninguna era la suya.
Por cierto, hemos pedido a Carlos poder hacer otro reportaje los tres, "veo que os lleváis muy bien y eso me gusta" nos respondió, no tiene ni idea , como Pablo.