El Repartidor

Un almuerzo de oficina aderezado con un delicioso repartidor es una receta excelente para un día monótono en el trabajo.

Un buen mensajero

¡Hola Amigos/as!, Espero estén bien. Recientemente tuve esta experiencia, quizás para muchos no sea gran cosa, pero a mí me encantó lo que viví aquel mediodía.

Actualmente estoy trabajando en un edificio que está en pleno centro de la ciudad, mi trabajo a veces puede llegar bastante pesado y aburrido, sobre todo a la hora del almuerzo, que por lo general siempre pido directamente, son contadas las ocasiones en que como afuera. Llamé al delivery, ordené mi almuerzo como ya estoy acostumbrado, y esperé a que llegara el muchacho con mi orden.

Pasó algún rato, cuando llega el repartidor a mi oficina, mmm… Por un momento me pregunté si la comida era él o lo que había pedido: Un chico alto, blanco, un poco gordito, pero delicioso, su camisa tenía una abertura que dejaba ver un pecho muy velludo, y ufff, vestía un short que hacía que se le marcara un paquete perfecto (al menos para mí), tenía una apariencia extremadamente varonil, muy hetero se veía el chico, me quedé fijamente viendo su paquete, y creo que él se dio cuenta, cuando me fue a cobrar, finjí como si no tuviese el dinero a mano, y le dije que esperara un segundo. Busqué, seguí buscando… Todo para al menos mantenerlo a la vista unos momentos, mientras ideaba algo. Él me había encantado y no quería dejar de probarlo.

Al pagarle, hice un truco que aprendí hace tiempo: Hice contacto visual directo con él, y llevé mi vista poco a poco hacia su bulto, cosa de que él siguiera mi vista, cuando llegué abajo, él se lo tocó. Fue mi oportunidad para preguntarle en leve tono de broma "¿Qué pasó?", a lo que él respondió un breve "Nada". Pero… Seguí con mi intento, le dije "¿Qué?, ¿Tienes a tu amigo preso?", se río y me dijo que no, pero que tenía mucho tiempo sin dejarlo "salir".

"Ah, pero uno no puede aguantar las ganas tanto tiempo, eso es malo" le dije, intentando por todos los medios decirle de manera indirecta que quería comérmelo, seguí hablando sin dejarle chance para respuesta, le dije "¿Nunca te ha quitado las ganas otro tipo?", él se puso serio y me dijo "No vale, estoy trabajando.", me puse frente a él y ya sin rodeos puse mi mano sobre su paquete," ¿Qué importa?, Es nada más un momento".

Puso su mano sobre la mía y me dijo "¿Adónde?", en ese momento le pasé seguro a mi puerta, me arrodillé, y comencé a sobarle el paquete, se veía bueno, prometía tener algo muy rico allí adentro. Bajé su short y ufff, llevaba unos interiores normales, un poco gastados, de color gris, que le quedaban preciosos, bajé su slip y descubro un trozo de carne sin circuncidar, de algunos 17cms, medianamente grueso, con una cabeza rosada que de solo verla, le despertaba las ganas a cualquiera, y unas bolas redondas, muy lindas, tenía todo su miembro velludo, al igual que su torso.

La tomé con mi mano izquierda y empecé a mamárselo, me lo metía completo, lo chupaba, degustaba aquella verga que tenía ahora entre mi boca, golpeaba mi cara con ella, le comía el frenillo y al mismo tiempo le veía la cara para ver si le gustaba, su reacción era de puro placer, me estaba viendo, pero en su pecho podía verse su respiración excitada, bajé a sus bolas, me las fui comiendo una por una, con suavidad, sintiendo todos los pliegues de su piel en mi lengua, disfrutando de aquel sabor a trabajo, a sudor de hombre, recibiendo ese olor a machito en celo, sus bolas estaban bien hinchadas, se veía que tenía litros de leche allí adentro. Le pregunté si podía pedirle algo, me dijo "¿Qué?", le dije que quería lamerle el pecho. Se levantó la camisa, un poco gordito como dije anteriormente, pero bastante velludo, comencé a besarle los pezones, mordiéndolos muy suavemente, con delicadeza, lamí el camino desde su ombligo hasta el medio de su pecho, pasando mi lengua una y otra vez, su olor me encantaba, con mis manos acariciaba su espalda, pero en mi cuerpo sentía la presión de su verga que estaba cada vez más dura.

De pronto me agarró del cabello y bajó mi cabeza, haciéndome señas de que quería que siguiera mamando, puse la cabeza de su miembro en mi boca, lamiéndola, haciendo como si quisiera meter mi lengua por el huequito de esa verga tan rica, volví a comérselo entero, esta vez con más ímpetu, con más ganas, me puso las manos sobre la nuca y comenzó a cojerme por la boca, me lo hundía hasta adentro, taponaba la entrada de mi garganta con su capullo, y me encantaba, me la dejaba hasta que le hiciera señas de que estaba ahogándome, que rico, su capullo sabía a gloria, el resto de su tronco era guao, divino, tenía todo el miembro lleno de mi saliva, la cual yo lamía y me bebía junto al precum que estaba botando de manera cada vez más abundante, seguía empujándomela muy duro, no tenía compasión, podía ver las ganas en sus ojos, él sólo me decía "Sí, dale, mámalo", hasta que me dijo que no podía más, que iba a acabar, me agarró con todas sus fuerzas y me la hundió, echando dentro de mi toda su leche, no quería bebérmela, pero no podía hacer nada, me tenía la entrada de mi garganta bloqueada.

Descargó una buena cantidad de semen, lo sentí muy cálido, espeso, y con un sabor entre dulce y ácido, soltó mi cabeza cuando lanzó su disparo, y la dejó adentro, yo le chupaba y lamía su capullo, bebiéndome hasta la última gota de su líquido, jejeje, porque… Ya que me había bebido toda la carga, no me quedaba de otra.

Su frente y su pecho se empaparon de sudor, pero le vi MUY relajado, me dio un apretón de manos y me dio las gracias, dijo que tenía meses sin hacer nada, y que yo le había calmado. Se vistió rápidamente y le di el dinero de su orden, más una buena propina, le pedí su número, me dijo que no confundiera las cosas, que a él no le iban los hombres, pero le respondí "Tranquilo, te lo pido por tu trabajo, así te aviso directamente en vez de llamar a la central", me lo dio sin estar muy convencido, aún así me dijo que trabaja toda la semana. Se fue con una sonrisa inmensa en su cara, dándome otra vez las gracias.

Aquella tarde fue espectacular, el sabor de su semen no se iba de mi boca, y por supuesto, el almuerzo que le pedí me lo comí con todo el gusto del mundo.

Gracias por sus comentarios, ¡Que estén bien todos! =)