El repartidor

Historia verídica. Es mi primer relato espero vuestras opiniones. Este relato sucede en España. Como lector de relatos eróticos de esta web quiero felicitar a todos los autores.

Ahí va!

Ya me contaréis si os gusta, es la primera vez que me animo a escribir algo, espero que resulte fácil de leer y estoy deseando conocer vuestras opiniones.

Aunque parezca mentira está historia es verídica al 100%, salvo mi nombre, claro!

Lo dicho, que la disfrutéis!

Pasó hace un par de años, tendría unos 27 o 28 años...

Fue mañana de verano de las que no corre ni una triste brisa, precedida de una noche de calor infernal, lo que hizo que durmiera como el culo y si ya de por si soy bastante cerdo, esa mañana estaba especialmente cachondo, sabiendo que tenía tiempo para ver porno y poder hacerme una de esas pajas infinitas de Rodriguez en casa, a todo esto se sumaba el morbo de estar esperando al azaroso repartidor que debía entregarme un paquete de algo que compré por internet.

Vivo en un piso pequeño de los que entras directamente al salón en bloque nuevo y mi portal está de los más alejados a la puerta de acceso al patio interior. Os cuento esto porque siempre que traen paquetes o comida a domicilio (si los repartidores son nuevos) tardan unos minutos en encontrar la puerta del patio interior al portal, minutos que son perfectos para ir empalmándome, 😏.

A esto que me levanté, vestí con unos pantalones de algodón ya desgastados cortos grises y una camiseta roída, hice un café y encendí el ordenador, puse porno y comencé a pajearme con calma, perdiendo (como me pasa casi siempre) la noción del tiempo.

No se cuanto llevaba pero estaba empapao de sudor.

Debían ser sobre las 12:00 cuando sonó el timbre del telefonillo de la calle, lo cojo y digo;

  • si?

  • traigo un paquete de ... - contesta una voz súper masculina.

En el telefonillo presioné el botón del desbloqueo de la puerta y cuelgo.

Andaba ya medio morcillón, pero la idea de estar marcando rabo en mis finos pantalones frente a un repartidor, me pone cardiaco.

Asi que lance la web porno gay (Justo una escena en que una marica flaca le comía el pollón a un machorro hetero) a la tele mientras me sobaba el rabo, para que estuviera bien duro y marcase todo el capullo baboso en mi pantalón corto gris.

TINONINOTINONINO!!!!!! - suena de nuevo el telefonillo, esta vez con el timbre de la puerta del patio interior al portal,  descuelgo y presiono el botón de abrir directamente.

Mientras él sube en el ascensor tengo el tiempo Justo de darle al play a la peli que se reproduce en la tv,  a la que él tendrá visibilidad según yo habrá la puerta, pero no olvido subir el volumen lo suficiente para que se oigan los gemidos del hetero de la escena, al otro lado de mi puerta.

DIN DON!!! - Suena el timbre.

Aguanto unos segundos con la porno puesta, para asegurarme de que la oye, sobándome un poco el rabo a través del pantalón, consiguiendo que unas gotas de precum calen Justo en el ojo de mi polla, perfectamente definida.

Tras esto, pauso la peli y abro la puerta, sobándome ligeramente los cojones, cómo dándole a entender que me acababa de subir los pantalones.

Ante mis ojos un moreno algo sudado de mi altura 180cm, musculado de gym, pero sin pasarse, pelo corto, perilla y con cara de cabronazo. Para volverte loco.

Todo esto pasa en segundos: Me mira reparándose con discreción en mi empalme obvio y automáticamente desvía la mirada, como por instinto a mi TV donde encuentra en pausa a la zorra con el rabo en la boca.

Hola - digo

Juan Muñoz? - dice mi nombre (obviamente no es el que pongo)

Si - le contesto divertido y disimulando lo cachondo perdido que estoy.

Tengo un paquete para ti - me da la caja.

Joder que calor - le digo mientras dejo la caja en la mesa de al lado de la puerta y me despego el rabo empalmado del pantalón - quieres un vaso de agua? - le pregunto.

Vale - contesta con una sonrisa pícara.

Le traigo un vaso con agua de la cocina mientras me voy tocando los cojones con falso disimulo.

Él bebió mientras nos miramos, yo estaba apunto de trepar por las paredes con las señales que ese machote me estaba enviando a mi radar gay, joder iba a cumplir una de mis más cerdas fantasías gays!

Acaba el vaso y al dármelo, aprovecho para hacer algo que en situaciones de insinuación sutil y en la que notas cierta química con la otra persona suelo hacer, muy discretamente le toco un poco más de lo necesario los dedos de su mano, con los míos, mientras recojo el vaso y le miro a los ojos, con cierta mirada de tensión sexual sin parecer una puta desesperada, aunque en ese momento este perdiendo el control.

Quieres algo más? Lo que sea, que hace mucho calor- le digo, mientras me toco de nuevo el rabo ya cachondo perdido y pienso a la mierda lo de no parecer desesperado, o me llevo una hostia o una polla.

Él muy cabrón me mira, sonríe y me dice...

No, muchas gracias - mientras le da al botón del ascensor se sube y se pira...

A estas alturas mi cara de gilipollas, era considerable.

Lógicamente según cerré la puerta cayó un pajote monumental rememorando la situación tan cerda que acaba de vivir con su corridón correspondiente.

Que cabrón, lo perro que me ha puesto, pienso según me veo el pecho y abdomen bañados en mi Lefa.

El día continuó con normalidad, me duché, comí, me fui a currar...

Durante la tarde de vez en cuando  me acordaba de la situación tan puerca que había tenido, pero según llegaba la noche ya estaba en modo rutina.

Salgo del curro, conduzco, meto el coche en el parking, puerta,  pasillo, llave, ascensor, toco el botón de mi planta, subo, llaves, abro la puerta y digo...

Hola! - a mi pareja, le miro y veo que me mira muy contento.

Hola! - me dice él mientras me mira con una sonrisa enorme y mira al sofá...

Instintivamente sigo la mirada hacia donde él está mirando y ahí está, EL REPARTIDOR sentado en mi sofá!!!

La cara que se me quedo de Gilipollas seria estratosférica. Me quedé a cuadros.

Continuará...