El renacer del fénix 1

Una antigua criatura sellada se ha liberado con el objetivo de destruir a los humanos. Lo más extraño es que parece guardar relación con el Kyubi.

El renacer del fénix.

I

El sabio de los seis caminos observaba cómo el cuerpo de Phoenix era convertido en piedra. Mientras se petrificaba, la criatura, todavía viva, le habló.

__ Sabes que esto no acaba aquí, dios ninja. Aunque me hayas derrotado, yo no estoy acabada. Yo soy el fénix y regresaré con toda mi fuerza para aniquilar a los humanos.

El Rikudou Sennin le miró con tristeza.

__ Phoenix, ¿no puedes librarte de ese odio que te corrompe?

__ ¡No!__ gritó el ave.__ ¡Al igual que yo, mi odio es eterno! ¡Los humanos desaparecerán bajo la sombra de mis alas!

Cuando la petrificación llegó a su cuello, Phoenix susurró sus últimas palabras:

__ Adiós, querido Kyubi.

Finalmente, todo su cuerpo se convirtió en piedra. Un aullido de rabia y dolor sacudió resonó en la oscuridad de la noche.

__ Kyubi.__ pensó el sabio.__ Me pregunto que pasará a partir de ahora.

Con ese último pensamiento, el hombre que fue venerado como un dios murió.

Muchos años después.

Naruto paseaba por las calles de Konoha. Tras meses de esfuerzos por parte de los habitantes del lugar, la villa había sido reconstruida después del ataque de Pain. Durante todo ese tiempo, Tsunade había puesto en alerta a todos los ninjas ante un posible ataque del resto de la organización Akatsuki. Sin embargo, la derrota de Pain debió de ser algo que nunca se esperarían pues no se produjo ningún ataque ni se escuchó de ninguna actividad de sus miembros.

__ ¡Naruto!

Sin darse cuenta, el rubio había llegado al restaurante de Ichiraku. Allí se encontraban Sakura, Konohamaru, Moegi y Udon.

__ Jefe, ven a comer ramen con nosotros.__ le invitó el nieto del tercer Hokage.

El jinchüriki les sonrió. Pero era una sonrisa falsa que no pasó inadvertida ante la capacidad analítica de la pelirrosa, que le miró con preocupación.

__ Gracias, Konohamaru, pero ahora estoy cansado y quiero ir a casa para dormir un poco.

__ ¿Naruto rechazando un plato de ramen? ¿Le sucede algo malo?__ le preguntó Moegi a Sakura mientras el rubio se alejaba.

__ Algo le pasa aunque no sé el que.__ respondió la chunnin.

Desde la lucha contra Pain, Naruto se había vuelto taciturno. Ya no mostraba entusiasmo por el entrenamiento ni se peleaba con la Quinta Hokage cuando les mandaba una misión que el rubio consideraba por debajo de su capacidad. Permanecía en silencio, sumido en sus pensamientos.

Sakura se mordió los labios. Aquel no era el Naruto que ella conocía.

__ ¿Pasa algo, Sakura?__ le preguntó una voz detrás de ella.

__ No, Kakashi sensei.__ respondió cuando se volvió y se encontró con su maestro.__ Pareces cansado.

__ La maestra Hokage nos ha tenido buscando a esa criatura que lleva rondando la villa en los últimos días. Pero no hemos encontrado ni rastro de ese ser.

Hacía unos que la villa era acosada por un espeluznante aullido de un animal desconocido. Era un aullido lleno de odio, de dolor. Pero sobre todo era un aullido tan poderoso que hacía temblar toda las estructuras del lugar.

Cuando llegó a su casa, Naruto se fue directamente a la cama. Tras quitarse la chaqueta y la camiseta, echó un vistazo al sello del abdomen. Desde que el Kyubi casi se liberara durante la batalla contra Pain, el sello palpitaba y brillaba con un color rojo similar al del metal candente.

Demasiado cansado para pensar en ello, Naruto se durmió. De pronto, se encontró en medio de un bosque en llamas. Oyó gritos y vio un grupo de ninjas rodeando a un hombre.

__ ¡Ya te tenemos!__ gritó uno de los hombres.__ ¡No escaparás, Kyubi!

__ ¿Kyubi?__ Naruto observó al hombre.

No tardó en reconocer al Kyubi en los rasgos del hombre. Tanto los ojos como el largo pelo eran de color rojo y todo su rostro recordaba al de un zorro. Pero lo que más demostró que él era el Kyubi eran las nueve colas que se agitaban a su espalda como si de llamas se tratasen.

Naruto estaba confuso. No sabía que el Kyubi pudiera obtener forma humana. ¿Qué estaba sucediendo allí?

El ninja que había hablado realizó un jutsu eléctrico que lanzó un relámpago contra el Kyubi. Pero una sombra azulada se interpuso antes de que el ataque le alcanzase. Todos los presentes observaron boquiabiertos caer a un hombre de cabellos azules con una terrible herida humeante en el pecho.

Kyubi rugió de rabia y atacó al grupo de ninjas, destrozándoles a todos únicamente con sus garras. En un abrir y cerrar de ojos, todos los ninjas cayeron excepto el ninja que había lanzado el ataque. El demonio, completamente cubierto con la sangre de sus enemigos, se acercó a él con la intención de darle muerte. Sin embargo, una mano le detuvo.

__ No hace falta que te pongas así, Kyubi.

Naruto y el ninja se sorprendieron al ver que el hombre de cabellos azules se había levantado como si nada. Su cuerpo no mostraba ninguna marca del ataque que había recibido.

__ ¿Otra de tus bromas, Phoenix?__ le preguntó el Kyubi, molesto.__ Eres demasiado cruel.

El llamado Phoenix sonrió a modo de disculpa.

__ No era mi intención molestarte, Kyubi. Es sólo que me gusta cuando te pones hecho una furia.

El ninja retrocedía, aterrorizado por lo que veía.

__ ¡¿Quién eres tú?! ¡¿Cómo es que no has muerto después de recibir ese ataque?!

Sin mirarle siquiera, Phoenix le señaló con un dedo.

__ No es algo que necesites saber.

Unas llamas azules comenzaron a devorar el cuerpo del ninja, que se retorcía de dolor y trataba de apagar el fuego. Sin embargo, las llamas no desaparecieron y el ninja acabó reducido a cenizas.

Phoenix se tumbó en el suelo para descansar.

__ ¿Cómo te puedes tumbar tan tranquilamente en medio de un incendio?__ le preguntó el Kyubi.

__ Ese fuego no podrá hacerme daño.__ respondió su compañero.__ Ni a ti tampoco.

Phoenix le echó un vistazo al Kyubi con gesto pensativo.

__ ¿Qué…pasa?__ le preguntó éste.

Tal vez fuese imaginaciones de Naruto pero le veía un poco… ¿cohibido?

Phoenix volvió a sonreír.

__ Estoy pensando que te ves muy mono con toda esa sangre.

__ Cá…cállate.__ replicó el pelirrojo.

No, no eran imaginaciones de Naruto. Podía ver el rubor en el rostro del zorro.

De pronto, todo desapareció en la oscuridad y Naruto despertó con los ojos rojos y rugiendo. Su rugido se extendió por toda la villa, despertando a sus habitantes, y mucho más allá.

Muy lejos de allí, un templo era atacado por bandidos. Al estar habitado únicamente por sacerdotes y sacerdotisas pacíficos, los bandidos se hicieron con el control de lugar sin ninguna dificultad. Atraparon a los habitantes y registraron cada habitación para robar cualquier objeto de valor que hubiese allí.

__ Señor, hemos encontrado una puerta sellada.__ le comunicó uno de los hombres al jefe de la banda.

Llevándose al sumo sacerdote con ellos, el grupo de bandidos descendió hasta lo más profundo del templo y se detuvo al llegar a una puerta de roble macizo cubierto de talismanes.

__ Está muy bien protegido.__ observó el líder.__ Lo que significa que debe de haber algo valioso dentro. ¡Derribadla!

__ No debéis hacerlo.__ dijo el sacerdote.__ La razón de que la puerta esté sellada es que lo que hay dentro es

A una señal del líder, un bandido amordazó al sacerdote mientras los demás golpeaban la puerta con sus hachas. La barrera generada por los talismanes dificultaba el proceso pero finalmente lograron echar la puerta abajo.

Se encontraron en una inmensa sala iluminada por antorchas. Allí no parecía haber nada de valor para los bandidos. Salvo

__ ¿Qué es eso?__ preguntó uno de los bandidos.

Señaló una figura inmóvil en lo más profundo de la cámara. Cuando se acercaron, vieron que se trataba de una reluciente estatua de una extraña ave.

__ Vaya, vaya.__ susurró el jefe de la banda, que pasó las manos por el raro material del que estaba hecha la estatua.__ ¿Qué tenemos aquí?

El sumo sacerdote trató de hablar pero la mordaza bloqueó sus palabras.

En ese momento, un rugido atravesó el aire y sobresaltó al grupo.

__ ¡¿Qué ha sido eso?!__ exclamaron los bandidos.

La vibración generada por el rugido hizo surgir grietas en la estatua, de la que surgieron rayos de luz azulada. La temperatura del lugar empezó a aumentar y el fuego de las antorchas se volvió azul. Al tiempo que un sobrenatural sonido invadía el lugar, la estatua estalló en pedazos. Los presentes fueron derribados por la onda expansiva mientras la figura de algo parecido a un águila de fuego azul se elevaba hacia el cielo, abriendo un enorme agujero en el techo.

__ ¡¿Qué está ocurriendo, maldito monje?! __ le preguntó el líder al sacerdote mientras le quitaba la mordaza.

__ Nuestra perdición.__ fue lo único que dijo el sacerdote, cuya voz estaba llena de pesar.

De pronto, las llamas empezaron a comprimirse hasta adoptar la forma de un hombre joven de pelo azul vestido con un abrigo de plumas del mismo color.

__ Phoenix.__ susurró el sacerdote.

Al escuchar su nombre, el joven abrió los ojos, que parecían contener el mismo fuego azul que unos momentos antes había iluminado el lugar.

__ Esto de ser una estatua durante cientos de años es muy duro.__ comentó mientras flexionaba todas sus articulaciones.

Los bandidos desenvainaron sus espadas y rodearon a Phoenix, que les miró del mismo modo que un depredador mira a su presa.

__ Menudo recibimiento.

Al chasquear los dedos, todos los bandidos estallaron en llamas. Caminando por entre los cuerpos carbonizados, Phoenix se acercó al sacerdote.

__ Tú eres descendiente del hombre que construyó este templo, ¿verdad?

__ Así es. Mi familia construyó este templo y durante años te ha mantenido oculto del mundo.

__ Una tarea loable. Te respeto a ti y a tus amigos por haberme mantenido sellado en esta estancia durante tanto tiempo. Es por eso por lo que vuestra muerte será más dulce que la de esos bandidos.

Tras carraspear, Phoenix empezó a cantar. Se trataba de una serie de sonidos armónicos muy similar a los de un pájaro cantor. Era un sonido sobrenatural, imposible de emitir para cualquier otra criatura. Y aunque se encontraban a varios metros bajo tierra, la canción llegó a los oídos de todos los habitantes del templo, que quedaron fascinados ante aquel hermoso sonido.

Minutos más tardes, Phoenix abandonó el templo, dejando los cadáveres de todos los habitantes tirados en el suelo. Con un simple chasquido, todo el templo estalló en llamas. Desde una colina cercana, Phoenix observó el espectáculo de llamas azules. Sin embargo, no se sentía complacido.

__ Esto no es lo mismo sin Kyubi.__ suspiró el fénix.__ ¿Qué habrá sido de él?

Estaba seguro de que aquel rugido era de él. Sólo su compañero podía generar todo ese poder con su simple rugido.

Volvió a cantar. No con la intención de destruir, sino con la de llamar a su antiguo compañero. Su hermosa voz se extendió a través del frío aire de la noche.

__ Lo único que recuerdo es que estaba soñando y de pronto estaba todos vosotros estabais aquí.__ dijo Naruto.

Varios jounins habían encontrado a Naruto poseído por el Kyubi, rugiendo furioso. Pero cuando se acercaron a él, todo rastro del demonio zorro desapareció y Naruto volvió a la normalidad.

__ ¿Desde cuándo te pasa esto?__ le preguntó Kakashi.

__ Empezó desde la lucha contra Pain y ha ido empeorando.__ respondió su antiguo alumno.

__ ¿Qué es lo que soñabas?__ le preguntó Sakura.

Antes de que Naruto pudiese contestar, oyó una voz. En realidad era una serie de sonidos pero eran los sonidos más hermosos que había escuchado en toda su vida. De pronto, el sello palpitó y un dolor agudo atravesó su cuerpo. Naruto se encogió y empezó a temblar.

__ Naruto, ¿qué te pasa?__ le preguntó Konohamaru.

Los rasgos del gennin empezaron a cambiar, influidos por el chakra del Kyubi que habitaba en su interior.

__ ¡Naruto!__ gritó Sakura.

El Kyubi alzó una zarpa y lanzó a Sakura contra una pared de un solo golpe. Yamato juntó las manos y varias ramas de árbol surgieron del suelo e inmovilizaron a Naruto, que no cesaba de gritar:

__ ¡Phoenix! ¡¿Dónde estás?!

__ ¿Phoenix? ¿A quién está llamando? __ pensó Kakashi.

Mientras ocurría todo esto, Naruto observaba una escena muy diferente. Vio al Kyubi en su forma humana tumbado sobre una rama de un árbol. Observaba la luna con sus brillantes ojos rojos mientras el llamado Phoenix caminaba en el aire.

__ ¿No puedes estarte quieto un momento, Phoenix?__ le preguntó el Kyubi.

__ Mi cuerpo tiene mucha energía.__ replicó su amigo.__ No estoy echo para permanecer calmado mucho tiempo. No soy tan manso como tú.

A Naruto le pareció muy extraño que alguien llamase manso al Kyubi, una criatura temida por su fiereza y su poder destructivo.

Kyubi se levantó y saltó a la rama en la que se había posado Phoenix y, para sorpresa de éste, le abrazó por detrás.

__ Creo que sé cómo deshacerte de toda esa energía que te sobra.

__ ¿Qué ha sido del tímido zorro?__ le preguntó Phoenix, que se estremecía al sentir el aliento de su amigo en la nuca.

__ Yo también soy un animal y tengo instintos.

Empezó a dar suaves mordisquitos en la oreja derecha de Phoenix, que de inmediato comenzó a gemir. Kyubi se concentró en el lóbulo, uno de los puntos más sensibles del cuerpo de Phoenix, para después bajar por el cuello hasta el hombro.

Naruto, que les observaba boquiabierto, se iba poniendo rojo. Él siempre había visto al Kyubi como un demonio que sólo ansiaba destruir todo lo que le rodeaba. Nunca se habría imaginado que el Kyubi pudiera sentir algo así por nadie. Y mucho menos por alguien de su mismo sexo.

Se escuchó un crujido. El Kyubi y Phoenix se separaron mientras veían luces moviéndose a través del bosque.

__ ¿Nunca dejarán de perseguirnos?__ preguntó Phoenix con tristeza.

__ Vamos.__ le instó el Kyubi mientras le cogía de la mano.

Los dos jóvenes corrieron perseguidos por un gran grupo de ninjas.

Naruto se despertó en una habitación que no reconocía. Se sentía extrañamente excitado, lo que se manifestaba por una dolorosa erección. Se preguntó si lo que había visto en el sueño había ocurrido de verdad. ¿Sería posible que el Kyubi hubiese tenido un amante?