El renacer de Lara

Una chica explosiva descubre que es lesbiana.

Lara era una chica sumamente explosiva. De estas rubias de ojos color miel, piel bronceada y cuerpo de infarto.

Todo lo que tenía de atractiva lo tenía de desdichada con los hombres.

Ninguno cuajaba para ella, no encontraba en ellos lo que necesitaba, pero, jamás se había planteado la idea de que tal vez, fuese lesbiana. Nunca murió a una mujer con deseo, nunca tuvo fantasías con alguna fémina... Ella, era una mujer cañón y se debía al sexo opuesto, que la veneraba por su sensualidad, su calidez y belleza.

Un día conoció a alguien en el bar donde trabajaba.

Nuria había llegado nueva a la ciudad, no tenía amigas ni amigos, tan solo, dos semanas allí donde había dedicado su tiempo a la mudanza y reconocimiento de la ciudad. Aquella noche fue la primera en salir, aquella noche conoció a Lara.

Solo al entrar ya la vio.

Su cabellera rubia y su amplia sonrisa, un escote de vértigo y una sensualidad nata, la llevó a sentarse en la barra y pedirle a ella de beber.

El flechazo fue inmediato, Nuria, una chica treintañera, muy bien parecida y de buena conversación comenzó a charlar con ella amigablemente.

Ese fue el único paso que dio aquella noche.

A la semana siguiente, y pensando en ella a cada hora, volvió al bar y para su sorpresa, Lara la reconoció enseguida y la invitó a la primera copa.

Aquella noche la esperó terminar su turno y salieron jutas.

Las risas, las copas... Lara era una mujer encantadora, y era demasiado pronto para atacar, además, no sabía del todo si ella sería lesbiana, como ella

Al acabar la noche, muertas de risa, se intercambiaron los teléfonos.

Lara iba algo bebida, y Nuria la llevó a casa, en la entrada, cuando fueron a despedirse, Nuria se envalentonó y la besó en los labios. Lara no se apartó, sino todo lo contrario, la abrazó y besó apasionadamente y entre sorpresa y risas, la invitó a pasar.

Allí mismo, en el pasillo comenzaron a desnudarse. El alcohol a Lara la desinhibió completamente, la cual se dejaba besar apasionadamente por aquella mujer. Cuando se sacó el vestido y Nuria contempló su cuerpo de diosa, sufrió un escalofrío en su interior, pero Lara, le sugirió ponerse mas cómoda.

Fueron al sofá y siguieron besándose, Lara le dijo que jamás había estado con una mujer, Nuria la tranquilizó diciéndole que harían lo que ella solo quisiera, pero Lara estaba tan a gusto...

Nuria comenzó a besarla por el cuello y a acariciarle los pechos por encima del sujetador, con maestría, la liberó de él, pudiéndole besar sus rozados pezones erectos, con su lengua succionando cada uno, arrancándole un suspiro cada vez que los mordisqueaba con delicadeza, bajando por su cintura con sus manos, llegando al tesoro que flanqueaban sus piernas.

Lara se dejó resbalar y Nuria se acomodó entre sus piernas. Su sexo lampiño le pareció francamente delicioso.

Pasó un dedo sobre él y su humedad le proporcionó la información que deseaba. A Lara le estaba gustando estar con ella.

Con su lengua, lamió muy despacio de abajo a arriba todo su sexo, deteniéndose en su clítoris que acariciaba con la yema de sus dedos, mientras la penetraba con su lengua. Su sabor era exquisito.

No tenía prisas, quería saborearla hasta el fin de sus días. De vez en cuando la miraba y reconocía su cara de placer.

Introdujo un dedo en su vagina, que sacaba y metía muy despacio mientras su lengua la devoraba y así, le arrancó un orgasmo.

Volvió hacia ella y la besó con pasión. Ella, estaba exhausta, y no sabia bien que hacer. Nuria sonrió y le pidió que la acariciase mientras ellas se besaban.

Lara escondió su mano bajo sus braguitas. Estaba tan caliente que sus dedos resbalaban solos. Ella pensó en acariciarla como ella misma se hacía y Nuria disfrutó enormenete. Con la lengua en su boca y sus dedos en su vagina, ninguna mujer le haya dado tanto placer que esta chica inexperta con las mujeres.

Lara, con sus dedos, hacía circulitos alrededor de su clítoris, bajaba e introducía uno, dos...volvía a sacarlo y a acariciarla hasta que notó un bombeo, un discreto temblor y Nuria se corrió como jamás lo había hecho.

Después se quedaron abrazadas en el sofá, sin nada que decir. Hasta que Nuria rompió el silencio diciendo que se marchaba, y fue ahí cuando Lara le pidió que no lo hiciera, que durmiera con ella esa noche y que al despertar, hablarían de la experiencia.

Y después de una caliente ducha, ambas durmieron abrazadas en la cama comiéndose a besos hasta despertar de nuevo.

Y la sorpresa fue mayúsculas cuando al despertar Nuria, Lara, estaba despierta y mirándola y diciéndole.

"Soy lesbiana", ¿y ahora, que?