El remero de traineras

Relato 100% real. Como ligarse a hombres masculinos, heterosexuales y que nunca habían probado con un hombre. Tácticas de como ligar a un heterosexual.

EL REMERO DE TRAINERAS

Como ligarse a un heterosexual

Relato 100% real

Hola amigos de Todorelatos. Hoy os voy a contar otra de mis vivencias 100% reales que he vivido con hombres este mismo verano de 2004. Vivo en una ciudad del norte de España. En verano es muy habitual en todas las regiones del norte de España: País Vasco, Cantabria, Galicia etc. la celebración de competiciones de remo. Las famosas Banderas, donde compiten los distintos clubes de remo de las distintas localidades costeras y marineras. La trainera es una embarcación que lleva aproximadamente 12 remeros más el patrón que la dirige. Yo siempre había tenido auténtica fascinación por los remeros. Son hombres que tienen sus trabajos y sus profesiones, ajenos a este deporte y que a lo largo del año entrenan muy duro para poder competir en verano en las distintas competiciones que hay cada fin de semana en localidades costeras del norte de España. Estos hombres, ni que decir tiene, son auténticos machos, grandes, con cuerpazos de escándalo, musculados y con unos culos....Para competir se ponen el plátano , se le llama así a una especie de malla, como la de los ciclistas pero de una pieza entera. Como podéis imaginar, se les marca todo: el paquete, las musculosas piernas, el culazo, los potentes pectorales, dejando al descubierto unos brazos muy fuertes y una espalda muy ancha. Ligan mucho, las mujeres se los rifan en las competiciones, les dejan los teléfonos a escondidas de sus novios y maridos. Esto es real, me lo decían varios remeros.

Pero, vamos a lo que interesa, ¿Cómo conseguí ligarme a uno de estos maromos?

Era Domingo, había asistido a la Bandera a una localidad cercana a donde yo vivo. Llegué un poco antes del inicio de la competición a la zona portuaria donde se celebraba el evento. Había muchas furgonetas grandes, en las que traen el material y la propia trainera tirada por un remolque en cada furgoneta. Los remeros vienen algunos en sus coches particulares y otros vienen en la propia furgoneta. Yo empecé a merodear por la zona, viendo a los distintos clubes de remo, que llegaban y se preparaban para competir. Todos estaban de vicio. Me había fijado en algunos, en concreto en uno que era el que conducía la furgoneta de "un club A" (le llamo así, para mantener el anonimato del club de remo). Y en otro de un "club B". ¿Qué hice?. Lógicamente, no se le puede entrar a estos tíos así, hay mucha gente alrededor y además corres el riesgo de meter la pata y quedar el ridículo. Pues entonces, escribí unas notitas en un papel en las que le ponía que era una chica de 26 años, con mi teléfono móvil, que me gustaban mucho y que quería conocer a un remero aguerrido. Dicha notitas las puse en el parabrisas de la furgoneta de un club y en la puerta del conductor de una de la furgoneta de otro club. Me fui a ver la competición y a esperar las llamadas.

Pasó la mañana y por la tarde cuando ya todo había terminado recibo la primera llamada de un remero. Como siempre, me hice pasar por tía y después de unos preámbulos empecé a calentarlo telefónicamente. El me dijo que me quería conocer, que ya se habían ido del lugar donde se celebraba la competición, pero que por la semana, no le importaba volver y conocerme. Yo encantado con la idea le seguí el rollo. Un día de semana, me llamó y me dijo que estaba en mi ciudad, dado que era transportista y venía a realizar un servicio. Yo le dije que bien, que nos veríamos, pero claro tenía que decirle que era un tío. Cuando se lo dije, no reaccionó mal, pero tampoco bien. Es decir, me dijo que sentía mucho que fuese un tío, pero a él sólo le gustaban las mujeres. Yo insistí un poco, pero nada. Intento fallido.

Ya véis no siempre funciona la táctica que utilizo. Pero yo había puesto dos notas, la otra nota la había puesto en la puerta de una furgoneta, porque había visto al conductor de la misma, que debía ser el entrenador del club. Éste también me llamó por teléfono. Mantuvimos varias conversaciones telefónicas, muy calientes. Pensando él en todo momento que yo era una hermosa y caliente hembra de 26 años. Él tenía 35 años, era técnico de refrigeración y los fines de semana entrenaba al "club de remo A". Él también había sido remero unos años atrás, ahora a veces también competía, aunque ya menos.

Os voy a relatar como era: Un cuerpo de escándalo, pelo castaño, de ojos verdes, 1,85 m. de alto, 93 kg de peso, espalda anchísima, pectorales y hombros impresionantes, piernas musculosas y potentes y el culo redondo, prieto, respingón. Vamos, un maromo macizo en toda regla. Un día me llamó y me dijo que tenía que venir a una localidad cercana a la que vivo a revisar unas máquinas. Era verano, habían pasado sólo unos 10 días desde la primera vez que le dejé la nota en la competición. Yo estaba de vacaciones, y le dije que no me importaría desplazarme hasta ese lugar por la mañana para verlo. Así hice, como la localidad a la que venía era cercana a mi residencia, no me importó desplazarme, aún sabiendo que con éste también se podía ir todo al garete y nada de nada.

Cuando llegué al lugar y a la hora que me había citado, lo vi, él a mí no me conocía. Entonces fue cuando por teléfono le dije que era un tío que disculpara, que esto era una fantasía, que admiraba mucho a los remeros de traineras y que lo había visto y tenía curiosidad en conocerlo. Le dije también que era muy discreto y que tenía novia, ya veis toda la historia que siempre les cuento para que cojan confianza conmigo.

Cual fue mi sorpresa que me dijo, que ya le parecía todo un poco raro, que le parecía muy difícil que una mujer se comportara así por teléfono. Pero, que bueno, no le importaba conocerme y tomar algo y ya se vería. Yo no tenía nada que perder, así que me presenté y estuvimos hablando y tomando algo. Me dijo que como entrenador de dos equipos, ya sabía lo que era ver a chicos jóvenes desnudos, pero que nunca había intentado nada, pues tampoco se le había presentado la oportunidad ni se lo había planteado. Me dijo que estaba casado y me comentó que sí se había ligado a muchas mujeres: a la mujer del presidente del club de remo, a la novia de un chico del club, etc.

Me dijo que él no las buscaba, que eran ellas las que lo buscaban a él. Lógico, ¡con lo bueno que estaba!. También me dijo que nunca nadie lo había puesto tan caliente como yo por teléfono. Yo le dije, " ¿por qué no pruebas y vemos que pasa? ". No lo veía muy convencido y le dije, " has venido desde lejos hasta aquí, no me importaría hacerte una gratificación económica ". Me dijo que si la mamaba bien, y que él no era un puto que cobrara, que no necesitaba el dinero. Yo le dije que no lo viese así, que lo de ofrecerle dinero no era para intentar convencerlo sino como gratitud por venir y por quedar conmigo. Ya veis, tengo mucha labia y poder de convicción.

Al poco rato estabamos en su coche camino de un monte cercano y despoblado de casas. Al llegar, nos bajamos del coche y nos fuimos a una zona entre árboles y matorrales. Se dejó llevar y me dijo que le hiciese a lo que quisiera, menos follarlo. Otra vez un macho que se deja hacer, pero que él no hace nada. Bueno, así son los héteros. Yo ardiendo le quité la camisa, el pantalón y pude ver y palpar el pedazo de cuerpo que se gastaba. La polla era grande, gruesa y larga. Se la chupé muy despacio, se volvía loco. Le comí los huevos, el culo, los pectorales. Tenía un cuerpo de vicio y escándalo.¡ Un pedazo de macho en toda regla!. Al final se corrió en mi pecho una abundante cantidad de leche. Al terminar, nos vestimos. Cumplí mi promesa y le di una cantidad de dinero como gratificación.

Hace poco le mandé un sms y le ponía que me acordaba de él, que me gustaría volver a verlo.

Me contestó y me dijo que en unos días tenía que volver por la zona por motivos de trabajo y que me llamaría, me dijo que también a veces pensaba en " la polla tiesa que tienes ".

Estoy deseando volver a verlo...

Saludos