El rellano
Mostrando a su mascota.
La miro a través del espacio de la puerta semi abierta, temblando con el miedo y la emoción de siempre ante su llegada. Desnudo con tan solo el collar abrochado en mi cuello, mis manos y rodillas al suelo, y la correa del collar doblada en la boca, la espero emocionado para ofrecerle el mango de la correa. Pero ella al salir del ascensor no da mas pasos. Se detiene en el rellano mirándome como mis ojos asoman tras la puerta semi abierta. Lleva una bolsa de compras y justamente se coloca de pie a espaldas de la puerta del vecino, frente a mí. Milena ladea la cabeza y sonríe al verme ruborizado tras el escaso espacio que deja la puerta entre abierta. Me pregunto por que no entra, ¿que hace allí parada en el rellano?. Entonces chasquea los dedos y señala con el índice el lugar del suelo donde debo acudir.
Oh noo!!!, se que no puedo dudar ante una orden. Así que abro la puerta empujándola con la nariz, y gateo hacia el rellano. Esta idea es nueva y puedo entender que quiere humillarme mas aún. Nuestra relación promete convertirse en un largo viaje a la humillación, y yo no estoy seguro hasta dónde podría llegar. Salgo con cautela y me pregunto a mi mismo, ¿qué haría si el vecino saliera a través de su puerta en estos momentos?. Mi dueña esta delante de la puerta del vecino, y yo solo espero tener tiempo para salir corriendo en el caso de que este salga. Esta claro que mi dueña quiere añadir una dimensión audaz a este humillante escenario. Desde que nos conocimos y accedió a jugar a este juego, me ha prohibido estar de pie y vestirme en su presencia.
Me arrastro mientras mis oídos se quedan atento a cada sonido que pudiera salir de la puerta de los extraños. Sorprendido de mi mismo por ser capaz, todo me parece diferente desde aquí abajo. Me siento pequeño. Gateando sobre la alfombra sucia de bienvenida hasta llegar a mi dueña, demuestro conocer la rutina de nuestra relación de ama y mascota.
Aquí estoy yo, en el pasillo de un edificio de apartamentos, completamente desnudo, y sobre mis manos y rodillas. Rojo de vergüenza y temblando de miedo por ser atrapado en esta posición tan humillante. Sin embargo me levanto en cunclillas delante de ella. Pongo mis manos recogidas a la altura de mi cuello, como el perro que quiere andar. De mi boca le ofrezco el mango de la correa como siempre hemos hecho. Milena acaricia mi cabello y luego coge el mango satisfecha por mi ofrenda. Mi erección roza sus jeans negros ajustados, haciendo que me olvide por un rato de los vecinos. Es agradable tocarla con mi sexo totalmente erecto. Una vez tomado la correa en sus delicadas manos, ella me sonríe la indiscreción pensando que ha sido a propósito.
- Guau Guau Guau!!!
Le digo en un mensaje codificado expresando lo feliz que soy por verla.
- Aquí!.
Dice mi dueña dando palmadas a un costado de su muslo izquierdo.
Me arrastro a su lado izquierdo y tomo mi lugar. Intento no pensar más acerca de los vecinos. Los castigos de mi dueña se habían convertido en eficaces soluciones para mi conducta, y por ello hago esfuerzos para evitarlos. Apoyado en mis codos, antebrazo y rodillas, dejo caer la mirada al pie izquierdo calzado con unos estiletos clásicos en cuero negro. Mientras espero el primer paso, ajusto y reajusto mi postura con las rodillas. Se que ella espera mi culo lo suficientemente alto para que mi equilibrio sea perfecto. Me mira por encima del hombro mientras yo rezo por no ser visto por los vecinos a través de las mirillas de las puertas. Sigo ajustando mi postura deseoso por ser dirigido a nuestro apartamento lo antes posible. Miro a mi dueña y la veo mirando a su alrededor, mirando orgullosa y casi que parece que espera a que alguien aparecería. Luego me mira y acorta la cadena de mi collar para acercarme mas a su costado. Mi formación de esclavo y mascota obediente son mis objetivos principales. Puedo sentir que esto va ser el comienzo de una fase nueva.
Atento a su primer paso, comienzo arrastrarme con las rodillas y antebrazos tratando de recordar todo lo que tengo que hacer. El fin es rastrear correctamente. De esta manera arqueada soy más consciente de mi desnudez. Mis bolas y mi pene se balancean debajo mientras me muevo. Me imagino cómo debe verse y lo que un vecino podría pensar si me viera así. Mi dueña tira de mis preocupaciones controlando mi mente. Con un tirón de la cadena me recuerda de que no estoy en posición de preocuparme de mi vergüenza, y que solo le debo obediencia. Dejo una larga linea pre-eyaculatorio como una baba casi transparente cayendo en los pisos del rellano. Esto es una característica mía la cual Milena adora. Mi excitación es tal, que doy fugas de semen por todas partes. El final de mi pene siempre es acompañado con una cadena larga y pegajosa que nunca parece terminar. Ella me ha dicho que es un divertido tema de conversación entre algunos de sus amigos.
Por fin termina el arrastre por el rellano, y una vez dentro del apartamento, la puerta se cierra tras nuestra. Ahora me siento mas seguro y feliz.
Llevamos con esta relación dos semanas, y mi dueña ha aprendido de mi todo lo que tiene que saber para controlarme mas allá de mis límites. Sabe manipularme, degradarme y hacerme realizar los actos más repugnantes. Mi dueña ha aprendido a controlarme a través de mis órganos sexuales. Con la mano izquierda me da placer y me mantiene al borde del orgasmo, manteniéndome siempre jadeante. Mantiene mis pelotas hinchadas y mi polla dura babeante como si follara al aire cuando no me toca. Cuando estoy autorizado a usar su mano disponible, eso si, en los momentos más extraño, siento que vivo solo para ello. Nunca sé cuando se deja caer de una silla de descanso, pero cuando lo hace, salto a la carrera hasta su dulce mano izquierda. A veces tengo que probarlo, es decir... beso y lamo su mano para pedir su aprobación en primer lugar. Chupo los dedos a la espera de que ella abra la palma hacia arriba. Cuando veo que he logrado su aprobación, entonces puedo colocar mi erección en su palma. Y esperando que los dedos se estrechen alrededor de ella, puedo empezar a follar su mano. Ella no tiene que hacer nada, solo mantiene una mano vaga alrededor de mi erección, y yo soy quien debo moverme ridículamente en un frenesí exagerado en busca de eyacular entre sus dedos. Una vez que su mano reciba el semen espeso, me veo obligado a limpiar la mano con mi lengua de tal manera que debo tragarme mi propio semen. En los momentos que mi dueña ve la televisión, podría follar su mano por una hora o más, siempre y cuando no eyacule. No se me esta permitido cuando no me ordena poner una toalla o paño en el suelo. Por ello a veces el gozo puede ser frustrante y peligroso en caso de escape.
Es la mano derecha la que temo. Su mano derecha es la causa de mis penas. Penas que se han vuelto en un profundo dolor durante el poco tiempo que nos conocemos. He llegado a tenerle pánico, y haría casi cualquier cosa para evitar su mano derecha. Ha conseguido hacerme llorar, también ha encontrado formas ingeniosas de mantenerme en lugar deseado. Totalmente manipulado apenas tengo margen para el error. Esa es la mano del castigo, de la corrección, la que dirige la orquesta de mi humillante vida, la mano que causa dolor intenso en mis pelotas y la de los azotes.
Hoy mi dueña tiene una invitada y yo estoy preparado para entrar en su sociedad. Tanto su mano derecha y la izquierda han sido hábiles entrenadores para prepararme en esta nueva vida. Me ha prometido la experiencia más humillante que aún no haya experimentado. Si embargo soy incapaz de imaginar de que pueda soportar más vergüenza de lo que ya he sido obligado a asumir.
Al principio de nuestra relación mi dueña sabía el propósito de los roles. Ser su mascota desde el inicio ha sido fundamental para el desarrollo de mi tolerancia a la vergüenza, pero aún así mi dueña busca en mí mas entrega. Siempre ha sido muy creativa a la hora de usar sus técnicas. A veces suaves y a veces crueles con el único objetivo de llevarme a la degradación total. Su promesa una vez que haya entrenado bien mi posición de mascota, es la de que un día me llevará a una gran fiesta con todos sus amigos para presentarme en sociedad tal como soy, como su mascota.
- Muy bien perrito!
Dice mientras camina hasta su sillón.
- Hoy es un día muy importante para ti, quizás el más importante de toda tu vida.
Se sienta alegre e indica con un dedo mi lugar frente a ella. No dudo y me dirijo hacia mi dueña gateando tan perfecto como pude. Tal como me ha enseñado con la esperanza de impresionarla. Me gusta excitarla. Me coloco en el lugar indicado con los brazos extendidos. Hago lo posible para que mis nalgas queden lo mas alto posible. Muevo el culo en un gesto felicidad. A cada paso mis pensamientos son una fuente de imaginación perversa y retorcida.
- Esta será la primera vez que te mostraré a otra persona.
Dice mientras la miro extrañado, pero intentando no perder la sonrisa. No es que una sonrisa le importe, pero forma parte de la postura ordenada. Todo lo que quiere de mí es una profunda obediencia, una total sumisión. Mientras habla no deja de mirarme midiendo cuidadosamente mi perfil...
- A partir de esta tarde nuestra relación ya no será un secreto...
Las gotas de sudor comienzan hacer cosquillas por mi cuerpo. No me gusta esa idea.
Una compañera de trabajo va a conocer nuestra relación. ¿Que te parece?...
Guau, guau.
Le contesté.
Escúchame bien!, te quiero obediente y ridículo.
Guau, guau.
Lo digo en serio!. No me defraudes hoy!.
Guau, guau.
Estoy muy nerviosa y no quiero ningún problema... Así que por favor, compórtate por tu propio bien. Todo lo que has aprendido con migo lo debes mostrar con mi amiga, por qué si no voy a ...
Mi dueña casi gruñe, pero luego se calma. Puedo sentir sus ojos por encima de mi cuerpo en busca de una razón para castigarme y continuó...
Es mejor actuar con rapidez hoy. Y nunca, nunca, nunca, dudes. Es decir... ni siquiera una fracción de un segundo.¿Me entiendes?! eh?..
Guau, guau!.
No quiero tener que advertirte dos veces, y no estoy bromeando, chucho... Espero que usted se mueva cuando lo diga, y de inmediato.
Guau, guau!.
Intento ladrar de nuevo para hacerle comprender de que no la voy defraudar. Entonces mi dueña se calma, y dice con un tono más agradable...
- Mi mascota, me estoy preparando para que la gente me conozca tal como soy. Pronto formarás parte de ello. Muestra relación ya no será ningún secreto, y tu solo te concentrarás en entretener a los huéspedes, no quiero ver ninguna pizca de vergüenza en ti...
Empiezo a sudar delante de mi dueña que está muy relajada en sus propios pensamientos y continua sus palabras...
- La próxima semana te llevaré a conocer a mi familia. En mi coche estarás desnudo. No habrá necesidad de vestirte. Te sentará en el asiento frente a mí y mirarás por la ventana como un perrito normal. Ladrarás a los autos y otros perros....
No doy crédito a lo que me dice. Mi mente es un remolino de sensaciones abrumadoras. Estoy totalmente desconcertado. ¿Entenderán otras personas mi relación con Milena?
- El próximo sábado por la mañana comenzará tu entrenamiento real, y en dos semanas voy a tenerte haciendo cabriolas por las calles principales mientras te paseo con la correa...
Contemplo dentro de la imaginación esa escena a la vez que me pregunto, ¿hasta qué punto vamos a llegar?. Ella me prometió una vez cuando me ajustó un collar de perro por primera vez, que sólo ella sería capaz de quitármelo, y que mi entrenamiento sería mas real de lo que yo me imaginaba.
- En fin ... La persona que va a venir hoy es de confianza.
Mi dueña mira el reloj situado en la cocina y...
- Ella estará aquí en cualquier momento!.
Mi dueña se levanta y se estirara un poco.
- Aquí!
Ordena que me lance a su lado.
- Buen chico.
Dice orgullosa.
Se agacha y alcanza su mano izquierda debajo de mi vientre, mientras yo trago saliva en un aliento. Sus dedos encuentra mi erección y pellizcan, agarran, frotan y acarician dejándome en un frenesí salvaje. Me trae cada vez más cerca, más cerca, más cerca y más cerca de la eyaculación. Moviendo mis caderas empiezo a restregarme a su mano juguetona fuera de control. Entonces cuando estoy a punto de perder el conocimiento, esa mano desaparece. Roto y en sudor, me quedé follando al aire. Y esa delicada mano se fue a mi boca.
Ya no me preocupa la futura situación prometida, ahora mismo soy capaz de cualquier cosa. Bueno, mas bien me siento desplomado por culpa de la repentina ausencia de su mano. ¿Es posible repetir esta sensación con otras mujeres desconocidas?. Me caigo hacia adelante casi desmayado hacia su mano cerca de mi boca, y empiezo a lamer sus dedos lo mejor que pude. Ella me vacila y sube su mano para que la siga con mi lengua. Debo chupar la mano que amo. Me levanto sin dejar mis rodillas juntas en el suelo. Solo mis manos se alzan a la altura de mi pecho, intentando parecer agradable y gracioso. Deseo que mi dueña vea mi pene. Es como una forma de reclamar por lo que estoy sufriendo. Un por favor, un no me dejes así... Libérame del semen acumulado!!!
Su mano sube y baja a diferente niveles buscando la broma y reírse un rato. Mientras, yo sigo lamiendo con el único objetivo de limpiar y tragar el néctar de mis propios lívidos. Es mi trabajo limpiar mis propios placeres, como también besar la mano que me castiga. El significado de ambas manos, castigo y placer, son determinantes para mi adiestramiento. En conjunto, el uso y el abuso de mí a su voluntad, exigiendo un aprendizaje de mascota, son capaces de encontrar todas las debilidades de la manera mas rápida. Tengo mi vida en sus manos. Vivo entre la felicidad y el miedo. Mientras yo busco el afecto de una, no olvido evitar la confrontación con la otra. Las manos de mi dueña están redefiniendo mí comportamiento. Y la próxima semana ya tendrá dos semanas para completar su misión, que es de convertirme en una mascota humana real. Una nueva especie.
- Espero verte listo para lanzarse hacia ella en el rellano.
Dice mientras se mira la mano.
- Limpias como de costumbre...
Ella mueve los dedos y sonríe. Luego se seca la mano sobre mi lomo.
- Aquí!
Gateo cuidadosamente. Mi erección punzante babea por una emoción negada. Son dos semanas al borde de un orgasmo siempre negado. Su promesa de que no voy a querer mas nada en este mundo mas que un orgasmo, se está cumpliendo. Ella me ha prometido que antes de un orgasmo, haré las cosas más repugnantes que haya hecho aún. Disfruta viendo mis bolas hinchadas de pasión por la liberación. Y eso que podría levantarme y negarme ha tener esta relación. Pero no, realmente no puedo, sería el fin y nunca mas podría verla. Sin embargo me quedo con orgullo. Puede que pervertido, pero mi vida está llena de emociones. Mi dueña me ha llevado a un punto desde el cual no puedo volver nunca. A tal punto en el que las dudas dejan de existir.
- Ahora, cuando mi amiga llegue, la saludarás como sabes.
Dice mientras mira por la ventana.
-Creo que los vecinos salieron esta mañana y no han regresado aún ...
Ella me mira...
- ¿Sabes lo que eso significa?
La miro extrañado.
- Eso significa que puedes esperar en el pasillo su llegada. ¡¿No es excitante?! .
De repente se dirige a la puerta y la abre de par en par. Luego chasquea los dedos y me llama.
- Déjame ver tus cabriolas por el pasillo. Llega a la puerta del vecino y da vuelta.
No es un desafío agradable, pero no queda de otra. Además, dijo que los vecinos no están en casa.
- Recuerda lo que te dije acerca de dudar.
Agrega con fuerza en un grito desafiante. No puedo hacer nada, debo de ir a la puerta. Me mudo humildemente con temor, temblando, pero una patada me empuja hacia adelante.
- ¿Qué es lo que te he dicho?. ¿Usted nunca aprende o qué?.
Grita mientras me patea una vez mas.
- Vamos, vamos!!!.
Tal vez los vecinos del frente no estén, pero otros vecinos viven abajo, así que estoy muy asustado. No quiero que los gritos de mi dueña se oigan por los pasillos. Debo de ser prudente y cumplir su orden antes de que fuera demasiado tarde. Por un lado mi temor y la vergüenza, y por el otro la necesidad de obedecerla.
- Eso es, sigue hasta la puerta del vecino.
Cuando lo alcanzo, mi dueña grita...
- Llama a la puerta.
No me atrevo a obedecerla, quiciera dar la vuelta y correr. Pero la voz de mando me mantuvo a raya.
- Vamos! Si no tocas la puerta, ahora mismo te cierro y te dejo fuera con esa pinta.
Levanto la pata hacia puerta del vecino, pero... no me atrevo a tocar.
- Maldita sea ...! No hay nadie en casa de todos modos. ¿A que esperas?.
Aturdido como nunca antes, se que tengo que actuar y no puedo ...
- ¿Qué te pasa, no confías en mí?, ¿Eh?, ¿Es eso?.
Antes de que sus gritos llame mucho la atención al resto de las plantas, llamo a la puerta.
- Más fuerte!.
Exige mi dueña y yo cumplo.
- Caramba!. Tenía razón.
Exclama en voz baja. Luego con un tono de decepción dice...
- Está bien, ven aquí.
Doy la vuelta con entusiasmo, y mientras me acerco a ella, me advierte...
- Te voy a castigar más tarde por vacilar una orden. Sabes que no tolero la vacilación. Tu castigo será severo te lo aseguro.
Sus palabras hacen eco en el rellano. Yo no puedo hacer otra cosa que esperar y escuchar sus advertencias. Temo por la llegada o salida de algún vecino en otras plantas. Al menos al que le toqué, nadie respondió. Y yo estoy seguro de que a mi dueña no le hubiera importado que alguien hubiera contestado.
Usted se quedará aquí para conocer a mi amiga. Agitarás ese culo con alegría y no olvides contestar con ladridos. ¿Entiendes?.
Guau guau.
Respondo con entusiasmo.
Usted irá hacia ella y harás lo mismo que con migo. Ya sabes... Cosas como... El espectáculo de su pene ... el culo ... Quiero verte juguetona!
Guau, guau.
Irás a una de sus manos y lamerás sus dedos.
Guau, guau.
Te quedarás en frente de ella y en una oportunidad, caerás sobre tu espalda y separarás las piernas como si estuvieras buscando que te froten la barriga. Me encanta cuando haces eso.
Guau, guau.
Pero no entorpezca su camino.
Guau, guau.
Ahora voy en busca de la cámara. Quiero hacer algunas fotos en el rellano.
Dice mi dueña mientras busca en el interior del apartamento. Esta aún no me invita a entrar a la casa,. ¿Que pretende?. Cuando vuelve con la cámara empieza a dar diferentes órdenes para mis poses, y así ir tomando fotos. Me quedo sorprendido por obedecer todas sus instrucciones aquí en este rellano. Siempre con el peligro de ser visto por algún extraño. Dios mío, esto es el colmo. Mi agonía se alarga mientras toma fotos y mas fotos a cada gateo y cabriolas que doy.
Terminado con las fotos se inclina y toma mi erección en su mano izquierda. Me permite hacer algunos de mis movimientos en un frenesí de violar su mano cerrada alrededor de mi falo. Pero pronto me instruye a esperar. No quiere mas movimientos. Luego con otra mano acaricia mi lomo, y da de nuevo permiso a moverme.
No me gusta la idea de ser visto desnudo por un extraño, pero sin embargo lo voy hacer. De eso es lo que se trata. Es esa parte del proyecto y motivo de ser humillado. Para eso estamos aquí en el rellano.
Me estremezco ante Milena con un hormigueo pero me anticipo a la espera de su siguiente orden. Ella es muy practica en el arte de los azotes, y me atrevo a decir que se ha convertido en un objetivo el cual tengo que evitar a toda costa. Estoy temblando con la piel de gallina a cada uno de sus sonidos. Podría salir corriendo y no lo hago. No puedo evitar de estar atento a todas las indicaciones que hace en este rellano público de modo que parece que estamos calentando el encuentro con otros extraños. Me había prometido ir con cuidado, tomando las cosas con calma, dándome tiempo para ajustarme y adaptarme a la nueva función. Poco a poco iríamos a un nuevo nivel. Sabía que voy estar público en cuestión de días con todas las decisiones impuestas por el destino. Me roe el estómago y se me desordena mis pensamientos con ideas enloquecidas. Ya no cabe duda de que Milena después de todo, aquí esta con migo en el pasillo con todas nuestras acciones más descaradas.
Ella me está dejando como un yonqui adicto a la vergüenza. Miro a mi alrededor y me pregunto quién soy yo. No puedo creer ni entender quién soy. Es cierto que mi mente está totalmente dominada por mi pene, y Milena lo sabe. Entiende y conoce las funciones de mi pene y pelotas muy bien. Sabe dominarme a través de ellos. Su mano izquierda me reduce a nada, y la derecho me espabila a su atención. Mi ser se ha reformado para adaptarse a sus caprichos. Soy su juguete, su mascota a sus pies. Totalmente re-creado para su diversión y lo más importante, para su auto-estima.
Hago movimientos con el descuido de la mano de Milena. Follar su puño como el marido a su esposa en su noche de bodas, es mi premio. En el pasillo se hace eco por los sonidos de mi feliz baile. Y si alguien lo oye, no me importa. Mi dueña me permite continuar durante bastante tiempo con la condición de no tirar mi carga. Soy un espectáculo para ella, una imagen muy obscena que la mantiene entre lágrimas de risa. No le interesa si los vecinos están o no en casa, ¿por qué iba a hacerlo?. Con los ojos cerrados sigo girando mi pelvis como un par de adolescentes haciendo el amor en el pasillo. Ella completamente vestida, mira el espectáculo con la mano quieta agarrando mi falo. Pronto comienza ha tararear una melodía. Una piscina de lubricante ya se había formado en la alfombra debajo de mi órgano. La piscina esta conectada y alimentada por el lubricante exudado de mi erección a largos filamentos gruesos de pre-eyaculatorio balanceándose y balanceándose con cada movimiento completo. Tanto la mano de Milena y mi erección se empapa de néctar. Mis rodillas se deslizan en mi sudor. Lucho para mantener el equilibrio suficiente para mantener mi pene en su puño. No hay cama de matrimonio, igual podría haber sido más dulce, más subida de tono, haciéndole el amor de verdad, hacer de Romeo, no se... Pero ahora soy el hombre más feliz en la tierra.
Me viene en mente el orgasmo. A pesar de que rara vez se me permite un orgasmo, yo lo vivo como inicios continuos. Vivo en un orgasmo intenso sin dar toda mi carga. Mi vida pasa a través del ritos de orgasmos. Ella podría llevarme a la calle llena de gente en este momento, y yo seguro que ciego de esta sensación hubiera accedido. Pero...
Derepente se abre el ascensor!!!!
Su amiga se presenta en el rellano...
- Vaya a saludar.
Dice mientras limpia la mano en mi espalda.
Su mano derecha da una bofetada rápida a mi mejilla despertándome del dulce tormento. . No he podido recuperar el aliento, y sin aliento gateo hacia la desconocida. No tengo tiempo para considerar mis incapacidades mentales, simplemente corro con fe ciega.
- Guau, guau. Guau, guau guau., Woo ..
Ladro alegre sin aliento a pesar de que aún no puedo distinguir a la persona que se acerca. Esta cuanto me ve cae contra la puerta del vecino y se echa a reír a carcajadas. Sin duda que las risas podría atraer a todos los vecinos del edificio.
- Dios mío!
Dice con un continuando ataque de risa.
Me arrastro con la vergüenza insoportable en este rellano, y ya cerca de ella me subo de rodillas. Levanto mis brazos y los pongo en cada lado de mi cara. Estoy lo mas humillante esperando frente a una desconocida, tal como mi dueña me prometió. Ojalá termine pronto esto... Ya que siento una vergüenza que nunca había experimentado antes. Sin embargo, continuo.
- Guau, guau
Saco mi palpitante erección hacia ella. Me sacudo de un lado a otro enviando los jugos por todas partes, sacudiendo las cintas de semen en un intento de parecer adorable. Entonces la desconocida mira a mi dueña con los ojos llenos de lágrimas de reír tanto...
Que lindo ... nunca me imaginé algo así, ¿Y aquí en el rellano?.
Guau, guau!
Yo sigo moviendo mi erección, sacudiendo mis caderas y enviando mi lío por todas partes.
- Oh, esto es muy irreal... No me lo puedo creer.
Dejo mis patas delanteras en el suelo y me preparo para el siguiente paso. Me caigo a un lado y ruedo sobre mi espalda hasta abrir mis piernas. Me traigo las rodillas hasta los hombros, y mis manos se mantiene recogido a cada lado de mi cara. Arqueo la espalda en el deseo de ser frotado por sus manos Mi erección rebota hacia arriba y abajo entre mi vientre y el culo buscando ser provocativo. La miro con la boca abierta y la lengua bailando en el aire. La mujer que ríe intenta recobrar la compostura.
- Preciosa ... dios mío es precioso!
Me mira mientras se limpia las lágrimas de sus ojos. Apenas puede controlar la risa, pero lo intenta. Sin embargo yo sigo moviéndome como un verdadero perro.
- Increíble!
Fue todo lo que pudo decir. Finalmente se seca los ojos y termina con un suspiro.
Me detengo y miro hacia mi dueña sonriendo, luego miro a su amiga que anda hacia mi dueña para besarle la mejillas. Me levanto y voy en busca de la mano caída de la extraña para besar sus dedos. Comienzo a lamerlos, chupo cada dedo. Había capturado pronto los dedos a la vez, y luego cada uno de forma individual. Después del amamantamiento, ella los saca de mis labios lentamente. Me encanta su sabor. Su olor y sabor son un maravilloso descubrimiento.
- Creo que mi perro está encantado por su visita.
Dice mi dueña.
- Guau, guau.
Añado tímidamente tratando de mostrar lo mucho que quiero entrar a casa con ellas. Estoy muy preocupado por los pasos y murmullos de extraños en otras plantas del edificio.
- Bueno, toma mis dedos.
Dice la amiga bajando la mano para que yo los vuelva a lamer. Los tomo con los labios y la lengua de inmediato. Se que son deliciosos, pero se están oyendo los pasos de gente acercándose por las escaleras. Estoy asustado pero a la vez caliente. Por un lado estoy a punto de levantarme y correr, pero por el otro no debo ni puedo dejar de succionar los maravillosos suaves y largos dedos de la amiga. Puedo ser visto así, lo presiento, me siento morir...
- Adelante.
Mi dueña pronto sugiere.
Tiene una sonrisa en su rostro. Parece complacida y encantada de verme en un total éxtasis. Seguido entra en el apartamento tras su amiga. Yo voy detrás gateando sintiéndome a salvo de mas extraños. Por fin entramos a casa!!!
Miro a mi dueña y esta silba. Seguido llego hasta los talones de Milena. Pronto me siento seguro en cuanto mi dueña cierra la puerta. Las miradas de las damas hacia mí me hace sentir algo extraño, sobretodo en el momento que su amiga se lame los labios en un gesto de maldad.
Milena sabe lo avergonzado que estoy así desnudo ante una completa desconocida. Me mira y mira a su amiga, y sonríe en cuanto me ajusto en mi postura a su lado. ¿Qué otra cosa puedo hacer?
- ¡Qué bonito perrito!
Estoy cargado de sudor, caliente como siempre y escucho los piropos de la desconocida.
- Aprende rápido.
Contesta mi dueña. Palabras que me llenan de orgullo mientras ambas damas ríen.
Milena le sugiere algo para tomar. En cuanto Milena muda el pie izquierdo la sigo hasta la cocina. Su amiga camina detrás de mí mientras comenta halagos sobre mi trasero. Me aseguro que mis huevos sean visibles. También muevo mi culo lo mejor que puedo a cambio de su cumplido. Me siento muy emocionado por su crítica, mas bien eufórico. Cuanto mejor gateo, más larga es mi erección.
Cuando llegamos a la cocina, me separo de mi dueña por un rato para ir en busca de mi bandeja en el suelo de agua y beber un sorbo. Cada sorbo de agua es una recarga de energía y euforia. Tenía mucha sed, pero se que las fuerzas perdidas no han sido en vano. Tengo una emoción mientras, mi dueña abre la nevera e invita a su amiga a unas cervezas. Yo calmo mi sed condicionado por mi rol. ¿Mi rol?. Casi olvido que he traspasado los límites de una actuación. ¿Me ven?. ¿De que rol hablamos?. Una extraña esta sentada en mi cocina con Milena tomándose unas cervezas mientras yo lameteo un recipiente de agua en un cuenco para perros. No he mediado palabra, no habido ninguna presentación antes de proceder al juego de estos supuestos roles. ¿Lo ven?. Me he convertido en algo real. No estamos actuando. He dejado mi humanidad muy lejos!
Continuará en otros títulos