El relato de Marta y Pedro

Como una misma situación la cuentan dos personas.

INTRODUCCION:

Marta y Pedro, nacieron el mismo día y a la misma hora aproximadamente, se podría pensar que eran gemelos o mellizos; pero no eran ni tan siquiera hermanos y Pedro nació diez años después que Marta.

El nexo de conexión entre Pedro y Marta era Mario. Pedro era el hermano menor de Mario, se llevaban 15 años, demasiados años. Marta era la mujer de Mario, llevaban 5 años casados, demasiados años.

Cuando Pedro tenía 10 años, Mario 25 años, murió el padre de ambos, fue un palo para los dos pero mucho mas para Pedro por su corta edad. Significo la separación de los hermanos. Se volvieron a ver dos años después con boda entre Mario y Marta.

Tuvieron que pasar 5 años para que los hermanos se volvieran a encontrar. Con 17 años Pedro había aprobado el acceso a la universidad, y Mario, tenia 32 años, era profesor de la universidad. Pedro se fue a vivir con Mario, y como no con Marta, con 27 años, llevaban 3 meses de convivencia.

RELATO SEGÚN ME LO CONTO MARTA

Sábado por la mañana, hacia una hora que se ha marchado Mario, estaría fuera cuatro días, por asuntos de la universidad. Antes de marcharse, aun en la cama habíamos comenzado a acariciarnos, estaba muy excitada, dispuesta a que Mario, me metiese la polla, y me hiciera alcanzar el séptimo cielo; pero eso no sucedió, pues era tarde y Mario se fue dejándome muy excitada.

Me levante de la cama, me puse las bragas, dude si ponerme el sujetador, me mire en el espejo, me recree mirándome, sobretodo aquel par de tetas que sobresalían de mi cuerpo, algo grandes, los pezones eran a juego también grandes.

Me puse una bata corta y me dirigí al baño, iba despistada así que entre, mi sorpresa fue ver dentro a Pedro, el hermano de mi marido, totalmente desnudo, recordé que ya lo había visto desnudo antes cuando Pedro tenía diez años.

-          Pero Marta, como se te ocurre entrar – dijo Pedro tapándose como pudo con la toalla.

-          No me di cuenta, creía que estaba vacío – dije saliendo.

No fue mucho lo que vi, pero si me pareció ver que tenia una buena verga, muy buena verga, tal vez era impresión mía al comparar la que tenia con diez años a la que tenia ahora, y también influenciada por mi necesidad no cubierta.

Me fui a la cocina me prepare el desayuno, después llego Pedro ya vestido.

-          Perdona lo de antes, pero no sabia que estabas dentro – dije.

-          No pasa nada, Marta voy a salir, iré a comer con unos amigos, vendré luego a la tarde –dijo cogiendo un par de bollitos y se marcho.

Lo vi salir y no podía quitarme de la cabeza el pedazo polla que me pareció ver, me sentí excitada, y como se humedecía mi coño, me fui al baño. Llene la bañera de agua me apetecía darme un baño, antes de meterme en la bañera fui a mi habitación, rebusque en el cajón del armario hasta que encontré un juguetito, una polla de plástico. Me metí en la bañera, dentro del agua me acaricie el clítoris y los labios vaginales, me introduje la polla de plástico en la vagina, mientras la metía y la sacaba no pensé en mi marido sino en Pedro, tuve un orgasmo explosivo como pocas veces lo había tenido.

Me vestí y salí a dar una vuelta, pase por una tienda de lencería y decidí entrar vi un conjunto de braguitas y sujetador caladas de color rosa y me lo compre. Comí en un restaurante del centro de la ciudad. Y después me volví a casa, Pedro no había vuelto, me fui a mi habitación y me puse el sujetador y las braguitas que había comprado, me mire como me quedaba en el espejo, sentí que alguien entraba en la casa supuse que era Pedro. Me vestí y fui a recibirlo.

-          No has salido de casa – me dijo.

-          Si fui de compras y a comer al centro – dije sentándome en el sofá encendí la tele.

El se sentó a mi lado, sentí un cosquilleo en la entrepierna.

-          ¿Que has comprado? – me pregunto.

-          Poca cosa… - dije, pensé en enseñarle la ropa interior.

-          ¿Cómo que? – insistió el.

-          Mira – y le enseñe parte del sujetador.

En la televisión estaban dando una película de romanos muy aburrida.

-          Entre tú y yo, hay confianza – le dije.

-          Si claro, ¿Que sucede? – me pregunto.

-          ¿Tienes novia? – le pregunte, sin saber realmente lo que preguntaba.

-           No, aunque hay alguna que… - me dijo.

-          ¿Eres virgen? – pregunte de pronto.

-          ¿Por qué preguntas eso? – pregunto por contestación.

-          ¿Lo eres? – inquirí.

-          Si, ¿Por? – dijo.

-          Esta mañana te vi desnudo, como cuando eras pequeño – dije.

-          Si pero no es lo mismo – dijo.

-          Lo se, lo vi – dije – aunque dudo si era real.

Hubo un momento de silencio, acerque mi mano a su paquete, el no se movió, metí mi mano bajo el pantalón  y bajo el slip y le agarre la polla, era grande y estaba empezando a ponerse dura, el seguía sin moverse, no sabia si era por la sorpresa o porque lo estaba deseando.

Intente desabrochar los pantalones para sacarle la polla, el hacerlo con una mano era difícil, pero el me ayudo. Cuando la polla estuvo fuera comprobé lo grande que era, el tenia la polla grande y yo las tetas, nunca había tenido una polla tan grande entre mis manos, debía tener unos 4 centímetros de grosor y de larga pasaba de los 20 centímetros. Le acaricie la polla, y sin dejar de mirarle acerque mi boca a su polla, acaricie con la lengua la punta de su polla, sentí como su cuerpo se estremecía.

-          ¿Alguien te ha chupado la polla? – le pregunte.

El negó con la cabeza.

Metí su polla en mi boca, me costo de lo grande que era, imaginarme aquella polla en mi vagina me excitaba mucho, sentí como se humedecía mi coño. Metí  y saque su polla en mi boca, me cogió del pelo y marcaba el ritmo que a él le gustaba, a veces la sacaba por completo y con la lengua recorría desde sus testículos hasta la punta para volver a metérmela en la boca, en algunas ocasiones me daba arcadas de lo profunda que llegaba.

-          Estoy a punto de correrme – dijo Pedro

Lo mire, tuve una duda dejar que se corriera dentro de mi boca y sacarla para que se corriera fuera. Duda que duro poco, necesitaba saber como era la leche de Pedro, le apreté la base de la polla, y con los labios de la boca, como si fueran labios vaginales seguí tragándomela , pronto sentí que las primeras gotas de semen caían en mi paladar, solté la base de la polla y deje que eyaculara libremente, sentí como dos corros potentes de leche golpeaban el interior de mi boca, iban directamente a mi garganta, saque un poco la polla para que los dos siguientes chorros de leche se quedaran en mi boca y así poder saborearla, pero aun le quedaba mas, y como había sacado la polla de la boca seguí comiéndome la polla, el nuevo chorro de leche fue a caer en mi cara y parte en  el canalillo de los dos pechos, volví a meterme la polla en la boca para no desperdiciar ni una gota. Termine chupándole la polla hasta no dejar ni rastro de leche.

Me levante y me fui a la cocina con servilletas de papel me limpie, cogí un par de servilletas y volví al salón, Pedro seguía en la misma posición con la polla fuera pero ya mucho mas pequeña y delgada.

-          Termina de limpiarte – le dije, entregándole las servilletas.

-          Y ahora ¿Qué? – pregunto mientras se limpiaba y se guardaba la verga.

Me miro, era una mirada angelical, me senté en el sofá junto a él.

-          Tú ya has disfrutado, ahora me toca disfrutar a mí – dije, recostándome.

Me subí la falda dejando ver mis braguitas rosa, metí la mano bajo las bragas me acaricie el clítoris,  saque la mano y se la acerque a su nariz.

-          Huele, ese es el olor de una hembra necesitada de macho – dije.

Me quite las bragas y me abrí de piernas enseñando mi coño, me desbroche la blusa y el sujetador, quedando al aire mis pechos.

-          Te toca comerme el coño – dije – supongo que habrás visto alguna película porno.

-          Si he visto alguna, pero como lo hago – dijo inocentemente.

-          Mete la cabeza entre mis piernas, utiliza la lengua, los labios, y los dedos para acariciar mi clítoris y los labios vaginales y con los dedos también puedes acariciar e introducirlos en la vagina – le dije a modo de lección.

Me hizo caso, sentí como su lengua, recorría el clítoris y los labios vaginales, poco después metía sus dedos en mi vagina, mi excitación iba en aumento, me agarre los pechos y estruje mis pezones, de vez en cuando Pedro me miraba, alzo una mano y me magreo el pecho y pellizco los pezones. Cuando mas excitada estaba.

-          Tengo la polla otra vez dura – dijo.

-          Si, de verdad, enséñamela – le dije.

Y me la enseño, nuevamente pude observar aquella magnifica polla.

-          Métemela, cógeme de las piernas y penétrame – le dije.

Y él lo hizo, me metió la polla por la vagina, sentí como entraba, como se iba abriendo paso su polla por mi vagina, arrancándome gritos de placer, cruce mis piernas en su espalda. Pedro me agarro las tetas y me mordisqueo los pezones. Pedro empujaba con ímpetu, pero le faltaba cierto ritmo por su falta de su experiencia, nunca había tenido dentro de mí una polla como aquella, mi excitación iba en aumento, Pedro acelero el ritmo, estaba a punto de conseguir el orgasmo.

-          Estoy a punto de correrme – dijo.

-          Córrete, quiero sentir tu leche dentro de mí – dije.

Unos segundos después se corría, sentía como los chorros de leche inundaban mi vagina. Se dejo caer sobre mi exhausto.

RELATO SEGÚN ME LO CONTO PEDRO

Sábado por la mañana, hacia un rato que había escuchado salir a mi hermano Mario, estaría fuera unos cuatro días, me toque la polla imaginando que antes de irse le habría dado un repaso a su mujer Marta.

Decidí darme una ducha, mientras me duchaba me cogí la polla y me masturbe, Salí de la ducha con la polla aun tiesa, de pronto se abrió la puerta y entro mi hermana, intente taparme como pude.

-          Pero Marta, como se te ocurre entrar – dije tapándome con la toalla.

-          No me di cuenta, creía que estaba vacío – dijo saliendo.

Aunque fuese mi hermana tenia que reconocer que estaba muy buena, llevaba puesta una bata que a penas cubría sus piernas, y marcaba sus dos tetazas, nunca las había visto pero cuando se ponía ropa ajustada se intuían dos grandes tetas. Me sentía excitado, pensar en las tetas de mi hermana siempre me excitaba, pero además pensar que ella me había visto desnudo, y seguro que había visto mi polla aun era mayor la excitación.

Me masturbe pensado en mi hermana, me corrí, dejando caer mi leche en el baño. Me seque, fui a mi habitación y me vestí. Como había quedado con unos amigos me fui a la cocina, allí estaba mi hermana, sentada en un taburete, con las piernas cruzadas, que dejaba ver sus muslos.

-          Perdona lo de antes, pero no sabia que estabas dentro – dijo Marta, descruzo las piernas y las volvió a cruzar.

-          No pasa nada, Marta voy a salir, iré a comer con unos amigos, vendré luego a la tarde –dije cogiendo un par de madalenas y me marche.

Cuando pase junto a ella, la bata la tenía algo abierta y dejaba ver uno de sus pechos hasta su pezón, que rico, le habría pegado un mordisco, pero me contente dándoselo al bollito.

Me reuní con los amigos, uno de ellos hablo de mi hermana para recordarme que estaba para darle un repaso. Tras comer con los amigos, fuimos a jugar a una bolera, allí quedamos con unas chicas para la noche, aunque yo no estaba muy seguro de ir.

Me fui a casa, entre y unos minutos después salía mi hermana del interior de la casa.

-          No has salido de casa – le dije, quedando asombrado, llevaba una falda muy corta y una blusa blanca que marcaba el sujetador.

-          Si fui de compras y a comer al centro – dijo sentándose en el sofá encendiendo la tele.

Me senté junto a ella, mire a la televisión.

-          ¿Que has comprado? – le pregunte.

-          Poca cosa… - dijo, dudo por un momento.

-          ¿Cómo que? – insistí en mi pregunta.

-          Mira – y me enseño parte del sujetador, de color rosa y muy calado.

Sentí que a mi polla le gusto lo que había visto, deseando ver mas. Pero no enseño nada más. Y nos pusimos a ver la televisión, que daban una de romanos, muy interesante.

-          Entre tú y yo, hay confianza – me dijo.

-          Si claro, ¿Que sucede? – le pregunte.

-          ¿Tienes novia? – me pregunto.

-           No, aunque hay alguna que… - le dije.

-          ¿Eres virgen? – pregunto de pronto.

-          ¿Por qué preguntas eso? – pregunte algo sorprendido.

-          ¿Lo eres? – volvió a inquirir.

-          Si, ¿Por? – dije.

-          Esta mañana te vi desnudo, como cuando eras pequeño – dijo.

-          Si pero no es lo mismo – dije, pensando con diez años tenia pilila y ahora era un pilón.

-          Lo se, lo vi – dijo – aunque dudo si era real.

Hubo un momento de silencio, acerco su mano a su paquete, no podía creer lo que estaba sucediendo, ¿hasta donde llegaría?,  metió su mano bajo el pantalón  y bajo el slip y me agarro la polla, era la primera vez que me la agarraban, debía haberla parado pero yo era el primero que no quería que parase.

Intento desabrochar los pantalones no podía, así que le ayude. Me saco la polla, la miraba como sorprendida. Me acaricio la polla, y sin dejar de mirarme acerco su boca a mi polla, sentí como su lengua acariciaba la punta de mi polla, me estremecí.

-          ¿Alguien te ha chupado la polla? – me pregunto.

Negué moviendo la cabeza.

Agarro bien mi polla y se a metió en la boca, pareció costarle sentí el roce de su boca en mi polla, comenzó a subir y bajar la cabeza tragándose una y otra vez mi polla, le agarre de los pelos y fui marcando el ritmo como si me estuviese masturbando, a veces sacaba la boca y con la lengua recorría mi polla longitudinalmente desde la base hasta la punta para volver a tragársela, algunas veces tan adentro que le daban arcadas y la sacaba rápidamente. Sentí que me corría.

-          Estoy a punto de correrme – dije con un jadeo.

Sin sacar la polla de su boca me miro, pensé que la sacaría, pero no lo hizo me agarro fuertemente de la base de la polla y siguió tragándosela, cerro los labios sentí como el roce de los labios con mi polla se incrementaba, haciendo que aumentara mi excitación.

De pronto sentí como mi polla quedaba libre, y como mi leche salía disparada dentro de su boca hacia el interior de su garganta, la saco un poco para que la leche quedara en su boca, pero tanto la saco que quedo fuera, llegándole un chorro de leche a su cara y sobre el pecho. Para que no volviera suceder, volvió a meter la polla en la boca, para chupármela y dejarla limpia de semen.

Me quede desfondado sobre el sofá, ella se levanto y fue a la cocina, unos minutos después volvía con dos servilletas de papel en la mano.

-          Termina de limpiarte – dijo, me dio las servilletas.

-          Y ahora ¿Qué? – pregunte mientras me limpiaba.

Me guarde la polla, y me quede mirándola. Ella se sentó en el sofá junto a mí.

-          Tú ya has disfrutado, ahora me toca disfrutar a mí – dijo, recostándose.

Se subió la falda dejándome ver sus bragas rosa, metió la mano bajo las bragas un par de toques y la volvió a sacar acerco su mano a mi nariz.

-          Huele, ese es el olor de una hembra necesitada de macho – dijo.

Seguidamente se quito las bragas, el vello púbico cubría su sexo, pero al abrirse de piernas lo dejo al descubierto. También se desabrocho la blusa y el sujetado dejando sus pechos libres.

-          Te toca comerme el coño – dijo – supongo que habrás visto alguna película porno.

-          Si he visto alguna, pero como lo hago – dije, manifestando mi inexperiencia.

-          Mete la cabeza entre mis piernas, utiliza la lengua, los labios, y los dedos para acariciar mi clítoris y los labios vaginales y con los dedos también puedes acariciar e introducirlos en la vagina – me dijo, como si fuera profesora de sexo.

Metí mi cabeza entre sus piernas,  delante mío tenia su coño, abierto, veía su clítoris y sus labios vaginales, utilice la lengua para acariciar su clítoris y los labios vaginales, también introduje mis dedos dentro de su vagina, sentía como mi polla volvía a ponerse dura y grande, estire la mano para tocar uno de los pechos de Marta, y pellizcarle el pezón.

-          Tengo la polla otra vez dura – le dije.

-          Si, de verdad, enséñamela – me dijo como retándome.

Me baje los pantalones y el slip y se la enseñe, la tenia tiesa y dura, se quedo mirando la polla.

-          Métemela, cógeme de las piernas y penétrame – le dijo.

Le cogí de las piernas, encare mi polla en la entrada de su vagina, un pequeño empujo y se la metí, parecía costar al principio, pero la lubricación de su vagina facilito la penetración, Marta grito y jadeo.

Entrecruzo sus piernas a mi espalda, le agarre las tetas, aquellas grandes tetas, le estruje los pezones, mientras yo seguía empujando, recorriendo una y otra vez su vagina con mi polla. Sentí que me corría y lo dije.

-          Estoy a punto de correrme – dijo.

-          Córrete, quiero sentir tu leche dentro de mí – dije.

Unos segundos después me corría, mi leche entraba en sus entrañas. Me deje caer sobre ella cansado.

EPILOGO

:

La relación de Marta con Pedro, aquel sábado, y los siguientes días fue una relación de profesora y alumno. Con el tiempo paso de ser una relación de amantes, y confidentes de algunas de sus aventuras en separado o en pareja.

En una de estas aventuras fue cuando yo los conocí, pero eso será otro relato.