El regreso de Mirian Rosell - 2 -
Sigue la noche
Susana no dejaba de morrearme, besaba de vicio. Enrique me hizo levantar los brazos y me sacó completamente el vestido, dejando en pelotas del todo.
- Que hija de puta, que buena estás, ¿estás viendo esto Marius?
Me agarraba fuerte de las tetas y me abría el coñito con sus dedazos. La situación me tenía en trance. Susana acariciándome las tetas, cuello, oreja con mucho tacto y suave. El sobándome como si fuera material y sabiendo que el chofer ejercía de mirón.
Hasta ese momento me dejaba hacer, dejé mis brazos inertes a los lados, me gustaba estar así.
Enrique empezó con su dedo índice a hacerme una paja mientras me mordisqueaba el pezón de la teta. Me iba a correr otra vez sin moverme. Noté como el chofer cogía uno de mis pies y se lo llevaba a la boca. No pude más.
- Agghhhhhhh Siiiiiiiiiiiii
Enrique notó que me venia de nuevo, y con toda la manaza empezó a darme fuerte. Le agarré fuerte la mano para que parara, no quería que vieran que así me corría chorro. Susana de nuevo dio una vuelta mas de tuerca a la situación y dándome un manotazo en los pezones que me hizo estremecer dijo:
- Aquí se para o se sigue si yo lo mando, que sea la ultima vez que frenas a mi marido, ¿te queda claro zorra?
No dije nada solo la miré y asentí con la cabeza aun dolida del manotazo.
Enrique volvió a coger ritmo. Susana ya solo me maltrataba los pezones mirando el espectáculo de como yo me retorcía con la paja. No aguanté ni un minuto y levantando el culo y buscando desesperadamente la boca de Enrique, que me agarró de la cabeza y metió su enorme lengua para corresponderme, me corrí a chorros llegando incluso a la cara del chofer que no había dejado de comerme y lamerme los pies.
Los tres rieron con mi espectáculo, Susana de nuevo me beso. Enrique tenia la mano empapada y nos la dio a lamer. Las dos lo hicimos.
- ¿Qué te parece Mirian, hasta el momento ya te has corrido 4 o 5 veces y sin hacer nada, ves como no te he mentido?
- Salid del coche.
Salimos los tres, Enrique por un lado y Susana y yo por el otro.
Me cogió de la mano de nuevo y llevo al lateral del camino, al césped.
Enrique se acercó a nuestro lado.
- De rodillas nena, ahora te toca a ti.
- Marius sal del coche que te va a compensar por haberte manchado de flujo.
Obedecí sin rechistar, me arrodillé ante ella mirándola con cara de zorrita sumisa obediente.
El chofer se bajo la cremallera y se sacó la polla, la tenia durísima, se la tocaba despacito. Susana se quitó los pantalones y las bragas. Y mandó a Enrique ponerse delante de mí.
Susana colocándose detrás de él, le bajó la cremallera y desabotonó en vaquero.
Le empezó a masajear el rabo por encima del slip, el bulto era enorme se veía gordo y largo, pero algo fallaba, no estaba aún dura.
- Ahora vas a ver lo que te va a destrozar todo, pero como ves tiene un problema. Tomo muchas mierdas de joven y necesita ayudas para ponerse a tope.
Bajo el slip y un rabazo gordo y grande se quedó colgando. Ella se la agarró y me lo llevó a la boca.
Abrí todo lo que pude pero casi no me cabía, me esforcé por tragarla.
Susana le pajeaba. El chofer se puso a mi lado pajeandose, le miré de reojo.
- Cómesela. Me ordenó Susana.
Se la cogí y la atraje a mi boca, le di caña. Susana intervino:
- Así le vas a hacer correr rápido, si lo hace, espero que seas de verdad la puta que creo.
La entendí perfectamente y aumenté el rimo de la mamada, mientras ella seguía pajeando al marido.
El chofer no aguantó, y gritando de manera exagerada me agarro del pelo y empezó a echar chorros de esperma en mi boca. Yo intentaba tragar pero el asqueroso debía llevar semanas sin correrse y me salpico por la cara además de desbordar mi boca.
Se retiró, me quede mirando a Susana y Enrique, Fui a pasarme la mano para limpiarme, pero Susi me la paró y agachándose paso su lengua por donde tenia semen y se fundió conmigo en un morreo que me hizo estremecer. Me agarró de la cara y me hizo abrir la boca, enseño los restos de semen a su marido y me lo escupió suavemente dentro de mi boca. Me lo trague todo.
Volvió de nuevo a besarme con mucha pasión y lujuria, Me encantaba como me besaba y me metía la lengua.
Se puso de rodillas conmigo y empezamos a compartir el rabo de su marido.
Jugábamos con la polla y con nuestras bocas.
- Vámonos para adentro, me muero por follarte y tu guarda el coche y vente para dentro luego- Mandó a todos Susana.
Entramos al casoplon y pasamos a un salón enorme y subimos para arriba.
La habitación era espectacular con el cuarto de baño separado por cristales transparentes.
Susana me llevó de la mano hasta el borde de la cama. No dejaba de sobarme y besarme por todos los sitios me tenía en el cielo.
Enrique cogió de la mesilla una pastilla y se la tomó. Se puso detrás de mi agarrándome las tetas y mordiéndome el cuello:
- Vamos zorrita, agáchate y mama veras en un minuto como se me pone y como te vamos a poner.
Susana me dio la vuelta y me fundí en un morreo con su marido.
Me agarro del pelo y me puso de rodillas. Agarré el mango y me puse a mamar.
Susana se retiró y se fue al vestidor. Me esmeré y mamé el pollon lo mejor que sabía. Enrique lo gozaba. La polla empezaba a reaccionar.
Me maltrataba obligándome a tragarla todo lo que podía. Era bestial.
Susana apareció en escena de nuevo, venia con cinturón con polla de goma de unos 25 cm puesto , un bote de lubricante y una bola para mi boca.
La polla de Enrique ya era un palo durísimo y gordísimo. Susana me levantó. Volvió de nuevo a besarme. Me cogió de las manos y se las puso en su culo. Me colocó la bola en la boca.
- Ahora guapa, solo obedecer y callar. NO muevas la putas manos de mi culo y ni te muevas. Vamos a ver de que estas hecha.
Le paso el bote a su marido. Este me empezó a embadurnarme bien el culo y el coño.
Susana me abrió los cachetes del culo con fuerza y le dijo:
- Sírvete, la zorra esta no es virgen ni por la orejas. Osea que por donde quieras.
Noté como apoyaba el monstruo en mi ano. Llevaba mucho tiempo sin que me follaran el culo.
Empezó a apretar, me dolía. Susana me agarraba del cuello y pellizcaba mis tetitas.
El pollon empezaba a entrar, me temblaban las piernas.
Enrique seguía apretando y mi culo empezaba a ceder. Me dolía mucho, pero a la vez, las caricias de Susana en mi tetas y coño, me excitaban.
Enrique entro entero. Empezó bombear, el dolor ya se mezclaba con el placer de sentirme llenísima.
Susana aceleró el ritmo de su paja y no pude más. Me corrí por las patas abajo recibiendo las embestidas del marido, que al notar mis espasmos empezó a llenarme el culo de leche caliente gritando como un cabron.
Enrique se salió de mí. Seguía con la polla como una piedra. Susana me llevó al baño y me lavó en el bidet.
Me llevó de nuevo a la habitación y me hizo ponerme en la alfombra a cuatro.
Yo solo obedecía, y me dejaba llevar.
De nuevo apareció el chofer, desnudo.
Enrique y el se pusieron en mi boca. Susana se puso detrás y me metió la polla de goma. Me follaba duro. Yo mamaba alternado una con otra.
La polla de Enrique era maravillosa, durísima con mucha venas el capullo morado.
EL chofer era completamente estándar, pero la tenía super dura. Me maltrataban con ellas también.
Susana se acopló completamente encima de mí, y con sus manos empezó de nuevo a pajearme. Con sus pollazos, sentir dos pollas en mi cara y boca y su paja, me corrí de nuevo de gusto.
Salió de mí. Susana se tumbó en el borde de la cama y cogiéndome del pelo de llevo a su coño. Se apartó la polla y me obligó a comérselo. Lo tenia empapado. Me esperé quería hacerla gozar.
El chofer aprovechó y me la metió por detrás. Me daba duro. Me ahogaba comiéndoselo a Susana. El chofer no aguantó mucho y saliéndose se corrió en su mano.
Enrique le dijo que se fuera ya y ocupó su lugar.
La noche fue muy muy larga, gocé muchísimo con ellos, me hicieron de todo.
No se las veces que me corrí.
Dormimos los tres juntos.
Son mis amantes. Me han pedido que me vaya a vivir con ellos. Ya veremos.
¿Continuara?