El Regreso de David - Capitulo 2

El fin de semana continua con mi cuñado

Después de pasar una noche increíble de un sexo fantástico mi cuñado y yo quedamos tumbados en la cama, desnudos, exhaustos y satisfechos. En la mañana siguiente el sonido de mi teléfono celular vibrando sobre mi mesa de noche me despertó de un sueño muy rico.  Era Gabriel, mi hijo, llamándome desde el extranjero como lo hacía a diario; me pregunto si su tío querido había llegado a casa sin novedad.  David se encontraba al lado mío y me sonrió en complicidad cuando escucho a su sobrino en el teléfono; le guiñe, sonreí, y puse mi dedo índice sobre mis labios en señal de silencio para que su sobrino no se percatara de nada.  Sin decir nada me agarro una teta y comenzó a estrujarla y a jugar con mi pezón que comenzaba a endurecerse.

Un gemido broto de mis labios y Gabriel me pregunto qué pasaba…. ¿Estás bien mamá?.....”Si hijo solo bostezaba”.  La mano tibia de David se sentía riquísima jugando con mi pezón túrgido, mi cuñado me abrazo, acercándose más a mí, así de esa manera tomó con su mano mi pecho derecho mientras que chupaba el pezón del seno izquierdo.  Yo me retorcía del placer y mi vagina se humedecía.  Tuve que cortar la llamada de mi hijo súbitamente ya que otro gemido delataría mi estado de lujuria.

Yo –  “Amor me voy a despedir porque voy a la cocina a preparar el desayuno a tu tío, nos hablamos más tarde, te amo”

Gabriel – “Si mama después hablamos, les das un abrazo a tío David de mi parte, chao”

David – “Si mamacita dale a tío David ese abrazo que te encargaron”

David y yo nos abrazamos como amantes calientes, el me besó suavemente mientras yo extendía mis brazos alrededor de su cuerpo. David rozó sus labios sobre los míos, besando las esquinas de mi boca brevemente. Suavemente, sensualmente, una y otra vez, él me besaba mis labios hasta que gemí con su dulzura. Su aliento era cálido y se mezclaba con el mío mientras yo exhalaba en sus labios. Él sostuvo mi rostro en sus manos mientras me besaba la boca, esta vez con más fuerza y ​​pasión. Yo me aferre a sus hombros para tener mejor balance, inclinando mi cuerpo contra el de él. Sus musculosos brazos y anchos hombros se sentían increíbles bajo mis manos mientras yo le acariciaba la parte superior del cuerpo, aferrándome fuertemente a sus hombros mientras nos besábamos.

Mi cuñado comenzó a deslizar lenta y profundamente su lengua dentro de mi boca, con fervor creciente. A medida que su pasión crecía, él movía una mano sobre mi cabello, sosteniendo la parte posterior de mi cabeza firme bajo el ataque de su boca. Con su otra mano acariciaba hacia abajo, tocando mi cuello, apretándolo ligeramente y deslizando sus manos sobre mis senos desnudos, piñizcando mis pezones. Mis pezones, duros como dos cerezas parecían hincharse aún más con su toque sensual. Su polla se hinchaba y parecía latir con vida propia. La deseaba muchísimo. David bajó su cabeza y respiró hondo sobre la piel del valle que se formaba entre mis senos. Mirándolo, dulcemente le pase mis dedos por el pelo y le acerque su boca a un pezón como darle de amamantar a un bebe. Él abrió la boca y lamió mi duro pezón, mordiéndolo y chupándolo, descargando gemidos de lo más profundo de mí ser. Yo gemí aún más fuerte cuando sentí sus manos subiendo y bajando por mi espalda, acomodándose en mis nalgas, apretándolas y acariciándolas con pasión.

Él levantó momentáneamente la boca de mis senos y con una sonrisa me dice: …“Marlene mi querida cuñadita, no sabes cómo me gustan tus tetas”. Yo solo sonreía y gemía de placer, mi cuñado querido me hacía sentir tan bien, tan rico. David arrodillándose frente a mí, movía las manos por mis gruesas piernas y nuevamente comenzó su tierna atención a mis senos, me lamia el cuerpo entre mis senos hasta la parte inferior de mi abdomen. Bajando y rodeando mi conchita mojada solo dándole lamidas a mis blancos muslos. Me mataba de la anticipación, quería que me comiera la concha, con gemidos y aullidos le imploraba que metiera su lengua y me comiera todita.

Yo – “Cabrón ya no puedo más, cómeme ya por favor me estas matando David”. Gritaba de placer.

David – “Ruégamelo gatita linda, ruega que tu macho te coma esa concha deliciosa que tienes”

Yo – “Siiiiii papi, dame tu lengua que me derrito de placer. Mmmmmmmmmm”

Sintiendo su lengua lamiendo mis muslos y esquivando mi vagina, parecía un gallo caliente bailándole a una gallina en celo.  Yo jadeaba y gozaba a lo máximo llevando mis manos a su cabeza de nuevo. Pasando los dedos por su cabello, movía mis caderas con lujuria atrayendo su cara hacia mi manjar caliente mientras él me lamía. Abrió la boca y sacó la lengua, instándome a frotarme contra él. Yo me moría, David me llevaba a un paraíso al que solo él me podía llevar.  Él me agarraba por el culo fuerte con sus manos  y me atraía hacia él, mordiéndome el capullo que era mi clítoris. David amaba el sabor de mis jugos de mujer madura.

Él extendió su ataque oral, me besó la parte interna de mis muslos hasta la rodilla, las pantorrillas y los tobillos para luego regresar a mi coño empapado. Con dos dedos me tocó suavemente, sintiendo lo mojada y lista que estaba para él. David quería enterrarse en mi calor húmedo. Tomándose su tiempo, empujó un dedo dentro de mí, moviéndolo dentro y fuera mientras yo giraba mis caderas frenéticamente. Usando su pulgar, frotaba mi clítoris suavemente.

Me estaba volviendo loca. Yo quería hacer sentir a mi huésped así de bien. Me arrodille y lo bese, saboreándome en sus labios. David mantenía sus dedos ocupados entre mis muslos, continuamente sumergiendo dentro y fuera de mi coño mojado, alternando entre ligeros toques y frotando con fuerza sobre mi clítoris.

Desesperada por compartir este éxtasis que sentía por él, extendí mi mano, frotando mis manos sobre su entrepierna y sintiendo su polla dura debajo. Él gimió cuando mis manos encontraron a su miembro. Se sentía más dura que nunca. Metí mi mano entre nuestros cuerpos y coloque mi mano completamente alrededor de su palpitante polla. Era larga y gruesa en mi mano, la suave piel aterciopelada se sentía increíble en mis manos. Lleve mi segunda mano y agarre sus bolas, a tientas y frotando. Me moví un poco de lado y envolví ambas manos alrededor de su miembro, girándolo en ambas direcciones, usando un apretón fuerte. Maldijo por lo bueno que se sentía mientras arqueaba la espalda dándome más espacio para poder enseñarle a mi cuñado lo mucho que gustaba estar en esta posición.

“Dios Marlene, que rico me jalas la verga mi amor, ohhhhhhh”

Yo sonreí por el alago y le pedí que se pusiera de pie, quería que me viera sumisa frente a él. Quería que viera como la puta que soy delante de mi macho. Él se puso de pie algo tembloroso delante de mí. Agarre su verga dura con la mano derecha mientras le acariciaba sus bolas con la mano izquierda dulcemente. Metí su verga en mi boca y lentamente comencé a succionar el glande hinchado.  David me miraba intensamente y acariciaba mi pelo tomando mi cráneo entre sus fuertes manos.

Expertamente tome la cabeza de su polla entre mis labios y alise la punta de mi lengua en un entorno plano. Su verga se sentía caliente en mi boca, inhale y gemí mientras chupaba la punta de su verga, sonidos obscenos de chupadas y despegues de mi boca llenaban el dormitorio; mi mano izquierda continuaba masajeando y frotando sus bolas. Use un dedo presionando en esa área tan erógena que es la mitad de camino entre su verga y su ano otorgándole un placer increíble. David maldijo de nuevo cuando moví la boca más abajo sobre su verga, usando mi lengua para bañar la parte inferior mientras la chupaba.  Moví la cabeza hacia arriba y hacia abajo chupando y succionando duro y largo.  David, incapaz de soportar tanto placer dijo que necesitaba que me detuviera.

“Marlene, mi amor necesito follarte ya, no aguanto más”

Solté su polla de mi boca y le sonreí como una colegiala lista para perder su virginidad.  David se arrodillo en el suelo y se inclinó para besarme, manipulándome hacia atrás.  Mientras me recostaba sobre mi espalda, levante mis rodillas y envolví mis piernas alrededor de su cintura.  Con nuestros cuerpos entrelazados tome su verga en mi mano y frote el glande baboso con sus fluidos pres seminales contra mi coño mojado y mi clítoris.  Sentía la suavidad del glande que frotaba contra mi clítoris, se sentía increíble y no podía más que arquear mi espalda hacia arriba y reclinar mi cabeza hacia atrás cerrando mis ojos y abriendo mi boca en pura pasión.

Colocando un brazo debajo de mi cuello y apoyando su peso sobre mí, mi cuñado empujó hacia adelante, con la guía de mi mano, dentro de mi apretado y húmedo coño. "Mi amor, tu verga se siente tan bien, cariño", susurre, besando su cuello y lamiendo su piel. Me encantaba su sabor a hombre y mi coño apretaba su polla con fuerza mientras él entraba y salía de mí.

Cuando él empujó más profundo, yo alcé las rodillas más alto, dándole un mejor acceso para empujar más profundo y más duro. Su ritmo se aceleró cuando mis gemidos se hicieron más fuertes y mi reacción a su bombeo se hizo más entusiasta. Yo me retorcía de placer cuando sus embestidas se hacían más profundas, tocando el lugar correcto en mi interior; haciendo que mi coño pulsara cuando David me hacía venir una y otra vez, gritando su nombre. Yo rascaba mis largas uñas por su espalda y brazos cubiertos de sudor. Me encantaba sentir los músculos duros de mi macho moviéndose debajo de mi piel. Manteniéndolo firme, presionaba mi cuerpo hacia arriba para enfrentar sus empujes con igual pasión.

A medida que el incesante bombeo de mi cuñado se volvía más profundo, más duro y más rápido, yo necesitaba terminar, pero no quería hacerlo todavía. David trato de hacer que este momento durara el mayor tiempo posible antes de empujar su verga y explotar profundamente dentro de mí lanzando chorros de esperma dentro de mi concha dilatada. Besándome apasionadamente cuando su orgasmo le llegó, se sintió increíble. Sentí olas de placer de la cabeza a los pies mientras mi cuñado se movía dentro y fuera de mí. Su polla había terminado de disparar su leche caliente pero permaneció dura durante varios minutos después mientras se movía dentro de mí, me encantaba sentirla moviéndose despacio como un pistón dentro de mí. David estiro su mano para frotar mi clítoris, manteniendo su polla dentro. Mi macho quería asegurarse de que su hembra se viniera como él. Tomando mis tetas en sus manos mientras me bombeaba con su verga, piñizco mis pezones, lo que me hizo venir rápidamente. Sentí mi alma escapar mi cuerpo cuando pegue el grito más fuerte de mi vida. Estaba empapada, tratando de retomar mi aliento, satisfecha y contenta, él sabía exactamente cómo hacer que esta gata en celo se derrita con sus cariños.

Moviéndome una vez más, David colocó ambos codos al lado de sus hombros y ambas manos a cada lado de mi cara. Su boca hizo contacto con la mía mientras su lengua se deslizaba lentamente hacia adentro y hacia afuera, provocando que mi lengua jugara con la de él. Con un esfuerzo exagerado después de la batalla de sexo que habían tenido, David se movió a un lado y me atrajo hacia el con un tiro de su brazo el para qué descansáramos abrazados. Yo apoye la cabeza sobre su pecho y le frote el pecho, el estómago y la polla suavemente y lentamente con mi mano. Sonreí mientras me dormía descansando, sintiéndome feliz de tener a un macho como David en mi cama.

CONTINUARA