El regreso a casa

Continuación de El crucero. La vuelta a casa nos depara alguna que otra sorpresa, y mucho sexo.

El regreso a casa.

Llegamos al coche, guardamos las maletas y nos pusimos en marcha. Edgar fue adelante conmigo, ya que al ser alto, iba a ir muy incómodo en la parte de atrás del coche.

Fuimos hablando muy animadamente los cuatro en el coche, Raquel y yo, no perdimos la ocasión de reírnos un poco de ellos, por haberles dado vergüenza el decirnos que si les podíamos llevar a Madrid.

“Edgar, ¿Cuándo te empezó a dar vergüenza el pedirnos si os podíamos llevar? ¿Cuándo me estabas dando por culo, o cuando estabas viendo como Jorge daba por culo a Rosario?” – dijo mi mujer, ella y yo nos empezamos a descojonar de risa. Ellos se empezaron a reír también, por lo ridículo de la situación.

“Joder, es que no queríamos que pensarais que estábamos tratando de aprovecharnos” – dijo Edgar.

“Hombre, no te preocupes, creo que ninguno de los que íbamos en el crucero lo hubiésemos pensado, simplemente necesitáis ir a una ciudad, y viniendo con nosotros os ahorráis un dinerillo. Además nosotros os entendemos mejor que nadie, ya que, yo llevo un par de meses en paro, por la maldita crisis esta” – les dije.

“Bueno, y ¿en Madrid donde vivís?” – les pregunté yo, para saber dónde les teníamos que dejar.

“En realidad vivíamos en la costa, pero nos mudamos a Madrid para ver si encontramos trabajo allí más fácilmente, nos vamos a quedar en casa de un primo nuestro, con el que nos llevamos bien, aunque hace mucho tiempo que no nos vemos, está por la zona centro, pero esta noche nos quedamos en un Hostal, ya que, nuestro primo está de viaje y no llega hasta mañana al mediodía” – nos explicó Edgar.

“Es decir, que tratáis de ahorraros el billete de tren, pero os vais a gastar la pasta en un Hostal” – le dije yo.

“¿Te repito la pregunta, Edgar?, ¿Cuándo te ha empezado a dar vergüenza pedirnos algo, cuando……?” – le empezó a repetir mi mujer. Ella y yo nos empezamos a reír otra vez.

“Vamos si no habéis entendido la indirecta, que os podéis quedar a dormir en nuestra casa que hay sitio de sobra” – le dije.

“¿En serio? Muchísimas gracias” – nos dijeron los dos verdaderamente agradecidos.

“Os podemos asegurar, que es un placer que os quedéis en nuestra casa por una noche, además lo mismo nos lo cobramos en carne, ¿verdad Raquel? Aunque no sé, porque lo mismo Raquel se mal acostumbra a tu polla Edgar” – les dije, empezando a reírme de nuevo.

“Quien sabe, lo mismo soy yo la que se tendría que poner celosa de las tetas de Rosario” – dijo mi mujer, siguiendo con las bromas.

Ellos terminaron de relajarse del todo, y empezaron a bromear con nosotros.

“Rosario, al final les cobraremos por enseñarles cómo se forman unos cuerpos perfectos como los nuestros” – dijo Edgar.

“Eso, pero no se enseña en una sola clase, por lo que tendremos que ir varias veces, y cobrarles por visita” – dijo Rosario, riéndose a carcajada limpia.

Seguimos así bastante tiempo, hasta que paramos a comer. Edgar insistió en pagar el la comida, diciendo que nosotros estábamos pagando la gasolina, y que le parecía justo pagar la comida, además ya se iban a ahorrar bastante dinero, si también se quedaban a dormir en nuestra casa. Acepté, porque me parecía normal que el chico quisiera pagar algo también, no ir de gorra, y encima le hacía sentir mejor, tanto a él como a su hermana. Comimos muy animadamente, y acordándonos de la buena comida del crucero. Ya sabéis que los restaurantes de carretera, no son famosos por la calidad de sus productos. De todas formas, la comida nos sirvió para matar el hambre.

Nada más emprender el camino, las chicas se quedaron dormidas, y Edgar se portó de puta madre conmigo durante todo el viaje, ya que no paró de hablar para mantenerme alerta durante todo el viaje y que no se me hiciera tan pesado, a pesar de que le dije, que si quería dormir podía hacerlo sin ningún problema. Pero el insistió, en que no estaba cansado, y que no dejaría que me pegara yo toda la paliza, mientras el resto del pasaje iba descansando todo el camino. Es más, me dijo, que no me ofrecía el conducir él, porque no tenía el carnet de conducir convalidado en España, y si nos paraba la policía podíamos tener problemas. Le agradecí el gesto, y continuamos el viaje charlando animadamente.

Mi mujer se despertó a 50km de Madrid, cuando ya era de noche prácticamente, y se empezó a meter conmigo, para variar.

“Pero Jorge, todavía estamos por aquí, pero si ya deberíamos haber llegado a casa hace un buen rato. ¿Has quitado el freno de mano, no?” – me dijo, continuando con la broma.

“Muy graciosa aquí la dormilona, bien a gusto, que habrás ido dormidita atrás, que no he ido más rápido, para no conducir más bruscamente y despertaros con el movimiento” – la dije, con una sonrisa, y un poco ofendido por su burla.

Llegamos a casa, media hora después, metimos el coche directamente al garaje, nada más salir del coche sufrimos el calor sofocante de la ciudad de finales del mes de Julio. Con lo bien que estábamos en alta mar con la brisa del mar recorriendo todos los poros de nuestra piel.

Sacamos las maletas, nos metimos en el ascensor y subimos a casa. Una vez dentro de nuestra casa, se la enseñamos y les explicamos donde estaban todas las cosas. También les explicamos que la nevera estaba vacía, por lo que, pediríamos alguna pizza para cenar. Les preguntamos que cual era la pizza que más les gustaba, estuvimos todos de acuerdo, que la que más nos gustaba a todos era la barbacoa, llamé por teléfono a la pizzería, e hice el pedido. A la media hora nos lo habían traído y estábamos en la mesa del salón, comiéndonos la pizza y unos refrescos que también habíamos encargado. Dentro de nuestra casa, se estaba de fábula con el aire acondicionado.

“Cariño, mañana tenemos que ir a hacer la compra” – la dije a Raquel.

“Ya lo sé, menudo coñazo” – dijo ella.

Cuando terminamos de cenar, recogimos la mesa, guardamos los platos en el lavaplatos, y nos fuimos al salón.

“Bueno yo me voy a pegar una ducha, si queréis hacer lo mismo estáis en vuestra casa, eso sí, os advierto que nosotros en casa solemos ir desnudos, y como vosotros ya nos habéis visto, yo no me voy a cortar, que se está mucho más fresco sin nada encima, podéis hacer lo mismo si queréis” – les dije.

“¿Y no os importa, que os puedan ver los vecinos? Qué la gente tiene muy mala idea, y si os ven seguro que os empiezan a criticar” – dijo Rosario.

“Si algún vecino nos ve, pues esa alegría que se lleva para el cuerpo, pero si os sentís más tranquilos se bajan las persianas y se acabó el problema” – dije yo. Me fui hacia la ventana y empecé a bajar la persiana, e hice lo mismo en las persianas de los dormitorios. Volví al salón y les dije que ya estaban todas las persianas bajadas, que podían estar tranquilos. Yo me fui al baño de nuestra habitación, me di una ducha que me dejó como si fuera una persona nueva, y tras secarme, me fui al salón tal y como dios me había traído al mundo. Allí me encontré, a las dos mujeres solas.

“Edgar se ha ido a duchar, pero ya debe estar acabando, porque no se oye el agua” me informó mi mujer.

“Bueno cuando salga Edgar, dúchate sin ningún problema Rosario, si no te acuerdas cómo funcionan los mandos del agua le dices a Jorge que te lo vuelva a explicar” – la dijo mi mujer a Rosario.

“De acuerdo, no te preocupes” – dijo Rosario.

Mi mujer se fue a duchar, y me quedé solo con Rosario.

“UF, que a gusto se queda uno después de una ducha, tras un viaje como este, el coche es una mierda, todo el día sentado sin hacer nada y encima acabas sudando como un pollo” – la dije.

“Si la verdad, es que los viajes en coche son una porquería” – dijo Rosario, mirándome a la cara, aunque vi que trataba de no mirarme la polla, la chica seguía sin estar acostumbrada del todo al nudismo.

Edgar salió de la ducha, también desnudo, y la dijo a su hermana:

“La ducha es toda tuya hermanita”

“¿Qué tal te has quedado?” – le pregunté a Edgar.

“De lujo” – me respondió. Rosario se levantó y se fue al baño a ducharse.

Mientras las mujeres estaban en la ducha, puse la Wii y empezamos a jugar al tenis. Estábamos en un partido muy disputado, y bastante picados, cuando mi mujer apareció en el salón, ya duchada y desnudita. Como estábamos con el cachondeo del partido, la recibimos con silbidos. Ella se empezó a reír, y se puso a vernos jugar.

“Mírales con todo al aire, de un lado para el otro cada vez que dan un golpe” – dijo Raquel.

La miramos y nos empezamos a reír por la ocurrencia del comentario. Se cruzó por delante de nosotros para sentarse, en un sillón al otro lado de la televisión. Edgar al ver otra vez a mi mujer desnuda se empezó a empalmar.

“Pero bueno Edgar, no te pongas contento, que no sé si voy a saber contenerme” le dijo Raquel.

“Joder, perdonar pero al verte desnuda y recordar los polvos que pegamos en el crucero no he podido evitar, que se me pusiese dura la herramienta de trabajo” – dijo Edgar, con una sonrisa.

“O eso, o estas presumiendo de rabo” – le dije riéndome, “tío que en eso no puedo competir contigo”. Seguimos jugando para terminar la partida, pero a Edgar ya no se le bajó el empalme que llevaba.

Cuando salió Rosario del baño, también lo hizo desnuda, menudas tetas que tenía la niña. Se quedó mirando a su hermano, y le dijo:

“Tu estas enfermo tío, menuda erección” – le dijo Rosario a su hermano.

“Ha sido sin querer te lo juro, al ver a Raquel, y acordarme de los polvos del crucero, no he podido evitar excitarme” – dijo Edgar.

“No te preocupes, si a mí me está pasando lo mismo al ver a tu hermana” – le dije yo. “Es una reacción que los tíos no podemos esconder, pero que las tías si podéis, a lo mejor estáis igual que nosotros pero no hay un signo externo como el nuestro, que os delate tan claramente como a nosotros”.

“La verdad es que tienes una pedazo de polla impresionante Edgar” – le dijo mi mujer al mulato.

“Muchas gracias, Raquel” – contestó este.

“Bueno ¿habrá que bajarte la hinchazón, no?” dijo mi mujer. “Lo siento Rosario, pero yo estoy muy cachonda, y no lo puedo evitar tampoco”. Se levantó, se acercó a Edgar se arrodilló delante de él, y empezó a hacerle una mamada. Yo al ver a mi mujer, me empalmé más si cabe, y me empecé a masturbar. Miré a Rosario que no sabía qué hacer, entonces me acerqué a ella, la senté, la puse la polla delante de la boca, y ella me la cogió y me la empezó a chupar también.

“¿Vámonos cada uno a una habitación, no?” – dijo Rosario, “que estar follando delante de mi hermano, me da un poco de vergüenza”.

“Pues no sé porque, después de lo del otro día lo tendrías que tener superado” – la dije.

“Es que no quiero que se convierta en una costumbre” – me contestó.

“Tranquila, no creo que te vayas a ver en muchas situaciones parecidas, relájate y disfruta” – la volví a decir. Ella volvió a meterse mi polla en la boca y siguió haciéndome la mamada. Mi mujer seguía con la polla de Edgar en la boca.

“Joder, mañana otra vez con dolor de mandíbula” – dijo mi mujer. Nos empezamos a reír los cuatro, por el comentario. Raquel se levantó le sentó en el sofá, y se empezó a meter la enorme polla de Edgar por el coño.

“AAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que bueno, menuda polla que tienes cabrón, esto es oro en especie, madre mía que maravilla” – decía mi mujer. Edgar la miraba con una cara de estar pasándoselo genial, follándosela. Yo me había sentado y Rosario se había puesto de rodillas en el suelo y seguía comiéndome la polla. De repente se levantó, me miró y se dio la vuelta, y de espaldas a mí se empezó a agachar hasta que su coño se chocó con mi polla, y se la empezó a meter. Comenzó a follarme, muy lentamente, enseñándole a su hermano como entraba mi polla en su coño.

“Joder hermanita, como te lo estás follando” – la dijo Edgar.

“Pues anda que tendrías que ver la follada tuya desde aquí, como para no calentarse, con esa pedazo de polla” – le dijo Rosario. Nos empezamos a reír y seguimos cada uno con su polvo.

“Quiero volver a sentirla, perforándome el culo”  - dijo mi mujer, levantándose cogió a Edgar y se lo llevó a nuestra habitación. Yo levanté a Rosario, y la dije:

“Vamos para allí que esto no me lo pierdo”.

“Vamos, pero con la condición de que me folles el culo también” - me dijo Rosario con una sonrisa.

“Eso está hecho cariño” – la contesté.

Cuando llegamos a la habitación, Edgar estaba tumbado sobre la cama boca arriba, mi mujer se estaba empezando a sentar sobre su polla metiéndosela por el culo. Rosario se puso a cuatro patas en el suelo apoyando sus brazos en la cama, y con un primer plano de la enculada de Raquel. Yo nada más llegar y ver en esa posición a Rosario, la agarré del culo y se la empecé a meter por el coño, metiéndola un dedo en el culo, que luego pasaron a ser dos. Mi mujer se contuvo muchísimo en cuanto a lo de dar gritos, y aunque sí que gemía, controlaba mucho el volumen de los mismos.

“UUUUUUUUUUUMMMMMMMMMMMMM, UUUUUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFF, que bueno, empieza a moverte Edgar, poco a poco, por favor” – le decía mi mujer. Y este empezó el mete y saca muy lentamente, según mi mujer se iba acostumbrando fue incrementando el ritmo de la follada.

Yo se la había sacado del coño a Rosario y empezaba a follármela por el culo. Que estrechito lo tenía, como apretaba mi polla, era una gozada sentir mi polla aprisionada en su culo.

“Qué bueno, que estrechito tienes el culo Rosario, que gozada” – la decía.

“Sigue no pares, AAAAAAAHHHHHHHHHHH, que gozada, me encanta que me follen el culo, lo que me he perdido estos años” – decía Rosario. Empecé a moverme más rápido, por lo que los gemidos de Rosario fueron en aumento. Mi mujer había incrementado el ritmo de la follada también, y ahora sí, se estaba metiendo por completo el pollón de Edgar.

“AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII” – es lo único que se nos oía decir a los cuatro. Estábamos realmente disfrutando del polvo. Mi mujer me miró y me dijo:

“Cariño, por favor, métemela en el coño, que con esta polla en el culo, lo voy a gozar de lo lindo. Lo siento Rosario, pero necesito que me follen los dos”. Rosario la dijo que no se preocupara. Yo se la saqué a Rosario del culo, que se tumbó en la cama y empezó a masturbarse viéndonos. Me acerqué a mi mujer y se la puse en la entrada del coño, y se la fui metiendo poco a poco.

La cara de mi mujer era un poema, y su coño una auténtica fuente, no paraba de emanar jugos. Empezamos a movernos más rítmicamente los tres, y fuimos aumentando el ritmo de la follada, esto provocó el primer orgasmo de mi mujer.

“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, MMMMMMEEEEEEE CCCCCOOOOORRRROOOOOOOOO, SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que bueno, ni se os ocurra sacarla todavía, continuar follándome, por favor” – nos pedía mi mujer, que quería seguir siendo follada por ambos.

Rosario seguía mirándonos y masturbándose, se estaba metiendo tres dedos en el coño, que de vez en cuando sacaba y se metía por el culo. La chica estaba realmente cachonda. Mi mujer se dio cuenta también y la dijo:

“Rosario, en el primer cajón de la mesilla que tienes al lado, hay un consolador, cógelo si quieres, seguro que te ayuda”. Rosario se giró abrió el cajón y lo sacó.

“Muchas gracias” – la dijo a mi mujer, y empezó a frotarlo por su coño, pero apuntó a su culo y lo metió allí gimiendo, mientras con la otra mano seguía metiéndose dos dedos por el coño, menuda paja se estaba haciendo.

“¿A qué no está mal?” – la preguntó mi mujer.

“UUUUUUUUUMMMMMMMMMMMMM, no nada mal, pero si te soy sincera donde esté una polla calentita, que se quite cualquier sucedáneo” – contestó Rosario.

Nosotros tres cambiamos de postura, yo se la saqué del coño, mi mujer se levantó, se giró y se sentó sobre la polla de Edgar, metiéndosela en el coño, y dejándome todo el culito a mi disposición. Se lo miré, y lo tenía enorme, no se iba a enterar de que yo se la metía por el culo. Empecé a empujar, y entró sin el más mínimo esfuerzo, me empecé a mover, tratando de follármela lo más duro que sabía, y con la clara intención de que se volviese a correr. Estuvimos un rato así, cuando empezó a tener el segundo orgasmo de la noche.

“Joder, SSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIII, AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, que bueno, que follada me estáis dando cabrones, que corrida” – dijo mi mujer. Entonces ya sí que se la saqué del culo y me fui a por Rosario.

“Ven aquí Rosario que ahora te toca a ti” – la dije, quitándola el consolador y cogiéndolo yo con mis manos. La puse a cuatro patas y empecé a follarla por el coño, cogí el consolador, y empecé a metérselo por el culo.

“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, UUUUUUUMMMM, que bueno, no me extraña que quieras hacer una doble penetración siempre que puedas” – le decía Rosario a mi mujer, “esto es una pasada, como se siente, que maravilla” y no paraba de moverse, y de soltar jugos por su coño.

“MMMMEEEEEEEEE CCCCCCCOOOOOOOOOORRRRRRROOOOOOOOOOO, por favor, chúpame la polla” – la dije a Rosario, que se giró me agarró la polla y empezó a tragársela, a los pocos segundos empecé a llenarla la boca con mi leche, menuda corrida acababa de tener.

“Muchas gracias, ha sido genial” – la dije a Rosario, y al ver su cara, me di cuenta que ella todavía no se había corrido. La cogí la tumbe en la cama boca arriba y empecé a comerme su coño, y a meterle el consolador por el culo, por lo que no tardó en empezar a correrse.

“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, no pares, que ya me corro. MMMMMMMEEEEEEEEEEE CCCCCCCCCCCOOOOOOORRRRRRRRRRRRRROOOOOOOOOOOOO” – decía Rosario, relajándose totalmente encima de la cama.

“Ahora sólo quedo yo” – dijo Edgar. Mi mujer al oírle se puso a cuatro patas, ofreciéndole cualquiera de sus agujeros. Este se levantó se puso detrás de ella, apuntó su polla a su culo y se lo empezó a follar bien duro, hasta que ya no pudo aguantar más.

“MMMMMMMEEEEEEEEE CCCCCCCCCCOOOOOOOOOOORRRRRRRRROOOOOOOOOO, ¿dónde lo quieres Raquel?” – la preguntó Edgar.

“En la boca cariño, que quiero volver a probar tu leche” – contestó mi mujer. Edgar se la sacó del culo, y volvió a metérsela en la boca, donde empezó a correrse como un animal, mi mujer apenas podía tragarse toda la leche que salía de la polla del mulato.

“AAAAHHHH, joder menuda corrida, casi me atraganto con tanta leche” – dijo mi mujer.

Nos empezamos a levantar, estábamos exhaustos del polvo que habíamos pegado y del viaje. Nos miramos unos a otros y dije yo:

“Vamos a necesitar otra duchita para volver a refrescarnos”. Se empezaron a reír, y nos fuimos para el baño. Mi mujer cogió a Edgar y se lo llevó a nuestro baño, mientras yo cogí a Rosario y me la llevé al otro baño.

Nos metimos dentro, y nos empezamos a duchar, la empecé a enjabonar y ella hizo lo mismo conmigo, cuando llegó a mi polla, me la agarró bien y la enjabonó a conciencia, lo que provocó que me volviese a empalmar.

“Menudo soldado que tienes, le encanta la guerra, porque no hace más que levantarse en armas” – me dijo Rosario empezándose a reír. Yo por más respuesta, y riéndome también, la giré la puse de espaldas a mí, y agarrándome a sus tetas se la empecé a meter por el coño otra vez, y lo trataba de alternar con su culo de vez en cuando. En un momento dado, se la saqué la giré, me agache y levanté una de sus piernas, empezando a comerme su coño otra vez, me encantaba su sabor, sobre todo porque no paraba de soltar jugos, me tenía loco, cuando noté que estaba a punto de correrse, me puse de pie, la volví a girar y empecé a follarla por el culo nuevamente, donde yo ya no pude aguantar mucho más, se la saqué y me corrí en su espalda. Nos volvimos a enjabonar, nos duchamos en condiciones y salimos.

La llevé a la cama del cuarto de invitados, y allí nos tumbamos y nos quedamos dormidos.

En el otro cuarto de baño, la situación por lo que me contó mi mujer fue muy parecida. Se metieron en la ducha, y cuando se empezaron a enjabonar se calentaron, mi mujer agarró la polla de Edgar, para enjabonarla, y por lo visto, este ya estaba empalmado, entonces ella se agachó y se la empezó a chupar por enésima vez esa noche, cuando la tenía como una piedra la puso de pie, la levantó una pierna y al igual que había hecho yo con Rosario, empezó a comerla el coño y el culo a mi mujer. Cuando notó que se iba a correr, se levantó y en la posición en la que estaban se la empezó a meter por el coño, acabaron corriéndose los dos salvajemente, y él la lleno el estómago y las tetas con su leche. Se volvieron a enjabonar, y a duchar, y salieron de la ducha.

Cuando salieron a ver dónde estábamos, nos encontraron durmiendo en la habitación de invitados por lo que se fueron a nuestra cama a dormir.

A la mañana siguiente fui el primero en levantarme, como ya he dicho antes no soy muy dormilón, como los vi a todos profundamente dormidos, me fui a la cocina a hacerme un café y no molestar al resto. Cuando me estaba terminando el café, y estaba viendo la televisión en la cocina, apareció Rosario, que se acababa de levantar.

“Hola buenos días” – me dijo, acercándose y dándome un beso. “¿Queda café?”

“Sí, además todavía debe de estar caliente, en la nevera tienes leche, y si quieres leche condensada esa te la proporciono yo” – la dije riéndome. Ya que al verla desnuda, me había vuelto a empalmar, y es que, volver a la normalidad después de una semana de no parar de follar, era complicado.

Ella se sirvió una taza de café, se giró y me miró, se fue a la nevera y cogió la leche desnatada.

“Lo siento, pero con el café, lo que me gusta es la leche desnatada” – me dijo, riéndose también. Se sentó en otra silla, y empezó a beberse su café. Cuando acabé el mío, llevé la taza al lavaplatos y la guardé, al levantarme fue cuando comprobó el empalme que llevaba.

“Anda, tan temprano, y ya estás de esa guisa” – me dijo Rosario.

“¿Qué esperas?, después de la semana que hemos pasado, eso de no follar a primera hora de la mañana me parece un suplicio” – la contesté.

“Si quieres me termino el café y nos vamos a la habitación, que yo también estoy bastante entonada” – me dijo. Lo que provocó que mi polla se pusiese más dura todavía. Se terminó el café corriendo, y nos fuimos a la habitación.

Una vez allí me tumbé encima de la cama, ella se puso encima de mí en la posición del 69 y empezamos a darnos placer el uno al otro. Empezamos a gemir, ya que los dos íbamos con un calentón considerable. Cuando llevábamos un rato en esa posición, oí un ruido en la habitación, miré para la puerta y me encontré a Edgar con un empalme considerable.

“Hombre, buenos días” – le dije, “te invitaría a participar, pero me parece que no corresponde”.

“Buenos días, sobre todo para ti. No te preocupes, que ahora cuando se despierte Raquel, espero darme un homenaje” – me contestó.

“Buenos días, hermanito. ¿Te gusta el espectáculo?, pues siéntate a mirar y disfruta” – le dijo Rosario.

“Me encanta el espectáculo, a eso se le llama empezar bien el día, hermanita” – y se empezó a reír. Edgar se sentó en una silla que había en la habitación, y siguió masturbándose observándonos.

Rosario se levantó, se empezó a sentar sobre mi polla de cara a su hermano, metiéndose mi polla por el coño, y mirando como este se masturbaba.

“Menudo primer plano” – dijo Edgar, al cabo de un par de minutos no debía aguantar más, y se levantó salió de la habitación y se fue a buscar a Raquel, pero volvió solo.

“Joder, sigue completamente dormida y no quiero despertarla” – nos dijo.

“Pues puedes esperar tranquilo, que es bastante dormilona, sobre todo si está cansada” – le contesté, mientras su hermana seguía follándome.

“Menuda putada, con el calentón que llevo” – dijo Edgar, y se volvió a sentar. Rosario seguía follándome cada vez a mayor ritmo, y mirando a su hermano.

“Joder, que polla tienes hermanito, como no descargues pronto te va a llegar al cielo” – le dijo Rosario. Yo empecé a reírme, por la situación.

“Despierta a Raquel, no te cortes, seguro que la encanta despertarse con tu polla ensartada en el coño” – le dije yo.

“Pues me parece que es lo que voy a hacer” – dijo Edgar levantándose otra vez y dirigiéndose a nuestra habitación. Rosario y yo nos empezamos a reír mientras seguíamos follando.

“Levántate y déjame que te la meta por el culo” – la dije a Rosario. Ella se levantó se puso a cuatro patas en la cama, yo me puse detrás de ella y se la empecé a meter por el culo.

“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIII, fóllame fuerte, pero joder como me gusta, que me des por el culo Jorge, no pares” – me decía Rosario.

“Y a mí me encanta follártelo, Rosario, menudo culazo que tienes, como me aprieta la polla es impresionante, AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH” – la decía yo.

“AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, cabrón fóllame, que despertar más bueno, menuda pedazo de polla tienes” – se oía decir a Raquel desde la otra habitación.

“Vamos con ellos a la otra habitación que me encanta verles follar, y Raquel seguro que quiere que la hagáis una doble penetración entre los dos” – me dijo Rosario.

“Menos mal que ayer te daba corte follar delante de tu hermano” – la dije yo sacándosela del culo y ayudándola a salir de la cama para ir a la otra habitación. Cuando llegamos a la otra habitación nos encontramos a Edgar encima de mi mujer, que estaba de espaldas a él con las piernas totalmente abiertas, y Edgar con su polla metida en el coño de Raquel, y follándosela bien duro.

“Joder menudo polvo te están pegando cariño” – la dije a Raquel.

“UUUUUUUUUUFFFFFFFFF, no lo sabes tú bien. Buenos días Rosario, ¿Qué ya habéis follado?” - me dijo girándose para saludarme.

“Estamos en ello, pero queríamos venir a pasárnoslo bien con vosotros” – dijo Rosario. Yo la puse a cuatro patas y volvía a metérsela por el culo.

“AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, sigue así métemela por el culo, dame duro otra vez, métemela fuerte AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, me encanta sentirla entrando y saliendo de mi culo” -  me decía Rosario.

“Joder hermanita, al final te vuelves adicta al sexo anal” – dijo Edgar.

“Ya lo soy” – contestó Rosario.

“Y yo también, por lo que estas tardando en metérmela por el culo Edgar” – dijo Raquel a Edgar. Este no se hizo esperar y se la empezó a meter por el culo, “AAAAAAHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, pero menuda pedazo de polla que tienes, me parte en dos, cabrón, fóllame fuerte, no pares”.

Yo seguía dando por culo a Rosario y estaba a punto de correrme.

“AAAAAAAAAAAHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSIIIIIIIIIIIII, que maravilla de culo que tienes, me corro, me corro” – la dije a Rosario, se la saqué del culo, la di la vuelta y me corrí en su cara, me encantaba el contraste de su piel color café y el blanco de mi corrida. La puse perdida la cara de leche. Como ella todavía no se había corrido, volví a sacar el consolador del cajón, y se lo metí en el culo, y la empecé a comer el coño, lo que provocó que ella también se corriese.

“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, yo también me corro, OOOOOOOOHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, sigue comiéndome el coño, AAAAAAAAHHHHHHHHHHH” – dijo Rosario mientras se corría, cuando se empezó a recuperar me dijo:

“Joder como me has dejado voy a tener que ir a lavarme”  se levantó y se fue al baño para limpiarse. Yo me tumbé al lado de mi mujer, poniéndola mi polla a la altura de su boca.

“Si consigues que me recupere, te pegamos una doble penetración” – la dije a Raquel, ya que sabía que se moría por recibir nuestras dos pollas en sus dos agujeros.

“Ven aquí, que te vas a enterar” – me contestó ella y se empezó a comer mi polla, de una manera alucinante, jamás me había comido la polla de esa forma, no tardó ni un minuto en ponerme la polla tan dura como cuando era un quinceañero.

“AAAAAAAHHHHHHHHHHHH, pero que bien chupas la polla” – la dije a Raquel.

“Pues ya que estas recuperado del todo, ya sabes lo que tenéis que hacer” – dijo Raquel, Edgar se levantó sacándosela del culo, y Raquel se puso encima de mí y se metió mi polla por el coño, Edgar se colocó detrás de ella y se la empezó a meter por el culo. Estuvimos un buen rato follándonosla.

“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, que bueno, que despertar más bueno, menuda follada me estáis pegando, me voy a correr, seguir no paréis, AAAAAHHHHHHH, OOOOOOHHHHHH, como me gusta sentir dos pollas dentro de mí. AAAAAAAHHHHHHHHHH, me corro” – dijo Raquel corriéndose.

“UUUUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFF, yo también me corro” – dijo Edgar, se la sacó del culo, y cuando se giró Raquel, se corrió en sus tetas. “AAAAAAAHHHHHHHHHH, menudo polvo más cojonudo, para empezar el día” – dijo Edgar.

“Vamos a ducharnos, que tenemos cosas que hacer, tenemos que ir a hacer la compra, que no tenemos nada para comer, y os tendremos que acercar a casa de vuestro primo” – dijo Raquel, levantándose y dirigiéndose al baño para ducharse. Nosotros empezamos a seguirla, Edgar se metió en el baño con ella, yo me fui al otro baño, para ver como andaba Rosario. Cuando entré en el baño, me encontré a Rosario saliendo de la ducha, yo que iba empalmado debido a la mamada y el medio polvo que había echado con Raquel, la miré y la dije:

“No salgas que mira cómo me han dejado estos dos, a ver como lo arreglas ahora” – la dije a Rosario, mientras me acercaba a ella.

“Madre mía pero que recuperación, al final te vas a tener que andar con cuidado, porque si no ese será el estado permanente de tu polla” – me dijo Rosario riéndose. Yo que ya había llegado a donde se encontraba ella, me agaché y empecé a chuparla las tetas, lo que provocó que ella también reaccionara agarrándome la polla y empezando a masturbarme muy lentamente. Nos metimos los dos en la ducha de nuevo, me agaché entre sus piernas y empecé a comerme su coño de nuevo metiendo mi lengua lo más que podía en él y metiendo también el dedo gordo de mi mano derecha en él.

“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, que bien me comes el coño, me encanta como lo haces, eso méteme un dedo, OOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, joder que mañana más buena, bien follada desde primera hora del día” – decía Rosario, yo seguía a lo mío, de vez en cuando subía mi mano izquierda para agarrarme a ese pedazo par de tetas que tenía, que duritas, que pezones más duros se la pusieron. Después de estar un buen rato en esa postura, acabé por levantarme, y la dije:

“Chúpame la polla un poco, que te voy a follar de lo lindo, por tus dos agujeritos” – la dije.

“Ven aquí” – me dijo arrodillándose y metiéndose mi polla hasta la campanilla, y pasando su lengua por toda la longitud de mi polla. Me empezó a hacer una mamada tan bestial como la que me había hecho Raquel un rato antes, parecía que se quería tragar mi polla de la forma tan salvaje que estaba succionándome la polla. Como siguiese así, me iba a correr en breve, y quería volver a meterla mi polla por el coño, y sobre todo por ese culito tan apretadito que tenía.

“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, para, para, que me voy a correr, y antes quiero volver a follarte, OOOOOHHHHHHHHHHHH, que mamada más increíble Rosario” – la dije.

“¿Te ha gustado? Eso ha sido por lo bien que me lo has hecho pasar estos días. Bueno ¿Por dónde quiere meterme la polla el señorito?” – me dijo, dándome la espalda e inclinándose hacia adelante para dejarme una vista perfecta de sus agujeritos.

“Pues mira, tenía intención de follarte por los dos sitios, pero con la mamada que acabas de hacer no voy a aguantar mucho, y lo que me apetece de verdad, es follarte el culo otra vez” – la dije, acercando mi polla a la entrada de su culo, y metiéndosela allí.

“AAAAAAAHHHHHHHHH, SSSSSSSSIIIIIIIIIIIII, yo también quería que me dieras por culo, otra vez, me encanta sentir tu polla dentro, OOOOOOOOOOHHHHHHHHHHH” – me dijo Rosario. Empecé a follarla fuerte, para mi sorpresa aguanté bastante con la follada, y empecé a alternar su culo con su coño.

“AAAAAAAAAAHHHHHHHHH, pero no decías que te ibas a correr enseguida, OOOOHHHHHHH” – me dijo Rosario, sorprendiéndose al igual que yo de mi resistencia.

“Eso creía yo, pero mira que sorpresa, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, OOOOOOHHHHHHH, me encanta follarte por todos lados, UUUUUUUFFFFFFFFFF, que coño y que culo tienes, se tragan mi polla de una forma alucinante” – la dije a Rosario. Estuvimos un buen rato así, hasta que ya no pude aguantar más y nos corrimos casi al mismo tiempo.

“AAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, me corro, me corro, OOOOOOOOOOHHHHHHHHH” – la dije a Rosario.

“Espérate a guanta un poco que yo también me corro, AAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, SSSSIIIII” – me dijo Rosario, aguanté como un campeón y en el momento que se terminó de correr, se la saqué, la di la vuelta y me corrí en sus tetas.

“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHHHH, que dos corridas más increíbles, la verdad es que no sé de dónde saco tanta leche, si no hace ni una hora que me había corrido” – la dije a Rosario, al ver como la había puesto otra vez de leche, “me encanta el contraste de colores entre tu piel y mi leche” – la dije, y empecé a extenderla mi leche por sus tetas como si fuera crema corporal.

“UUUUUUUUUUUFFFFFFFFFF, joder que bueno, menuda mañana” – me dijo Rosario.

Nos enjabonamos bien, nos duchamos, salimos sequitos del baño, y nos fuimos a vestir, ya que iba siendo hora de ir haciendo cosas como había dicho Raquel antes. Raquel y Edgar, tuvieron una sesión muy parecida a la nuestra en el otro baño.

Cuando estuvimos todos vestidos nos fuimos a hacer la compra, porque se nos estaba haciendo muy tarde, decidimos acercar primero a Edgar y Rosario a casa de su primo, ya que debía de estar a punto de llegar. Bajamos al garaje, cogimos el coche, y cuando íbamos a mitad de camino, llamó el primo diciéndoles que ya estaba en su casa, que se acercasen cuando quisieran. Llegamos al que iba a ser su nuevo barrio, una zona bastante céntrica de la ciudad, y les dejamos allí, al despedirnos, nos dimos los teléfonos y nos prometidos estar en contacto con ellos, para ayudarles a conocer gente en la ciudad, y cualquier otra cosa que quisieran.

Después de dejarles Raquel y yo nos fuimos, a hacer la compra, ya que se estaba acercando la hora de comer y no teníamos absolutamente nada en la nevera que echarnos a la boca, y la verdad que de semen y jugos vaginales, no se puede sobrevivir.

Hicimos la compra, llenamos bien el carro, y el coche, y nos fuimos para casa, donde colocamos todo y organizamos también la poca ropa que habíamos utilizado en el crucero, la pusimos en la lavadora, y empezamos a hacer la comida. Se me hacía extraño, estar los dos solos después de la semana que habíamos pasado en el crucero, siempre con alguna otra pareja, o cada uno por su lado.

“Joder, se me hace hasta raro estar los dos solos otra vez” – la dije a Raquel.

“Estaba pensando exactamente lo mismo, a ver si ahora nos va a costar acostumbrarnos el estar los dos solos” – dijo Raquel. Terminamos de hacer la comida y nos sentamos a comer, ahora que estábamos los dos solos podíamos hacer balance de todo lo que habíamos vivido durante la última semana.

“Yo creo que todo lo que hemos vivido ha sido una pasada, nos lo hemos pasado genial y nos hemos desinhibido totalmente, sin duda, al año que viene tendremos que repetirlo” – dijo Raquel.

“Estoy de acuerdo, nos lo hemos pasado genial, además hemos conocido a un montón de gente muy simpática, con la misma filosofía de vida que nosotros, y el sexo ha sido una pasada. No es por nada cariño, pero hemos follado sin parar durante toda la semana, casi estoy por decirte que físicamente estoy más cansado que cuando nos fuimos, aunque mentalmente estoy muy relajado, se me ha pasado todo el estrés” – la dije yo.

“El estrés se te ha pasado, porque en lo único que piensas es en follar, y no piensas en otras cosas” – me dijo Raquel riéndose de mí, ya que era cierto lo que acababa de decir.

“Puede que tengas razón, pero prefiero pensar todo el rato en follar, a no como me pasaba antes del crucero, en que le estaba dando vuelta a un montón de cosas y a todas las gilipolleces de mis ex jefes” – la dije yo.

Terminamos de comer, recogimos los platos nos fuimos al salón y nos tumbamos en el sofá para dormir la siesta de rigor, en un día de verano. No nos habíamos quitado la ropa que nos habíamos puesto para ir a hacer la compra, y la verdad después de estar una semana entera completamente desnudos, llevar ropa resultaba un poco incómodo, por lo que me levanté y me fui a desnudar a nuestra habitación. Cuando volví al salón, mi mujer me vio y dijo:

“Estaba pensando en hacer lo mismo, porque después de una semana sin ropa, es muy incómodo llevar algo de ropa puesto, ¿no crees?”

“¿Porque te crees que me he desnudado?, no aguantaba más con ella puesta” – la contesté. Raquel se levantó, y se fue a desnudar a nuestra habitación, volviendo completamente desnuda. Cuando pasaba por delante de mí, no pude evitar la tentación de darla un buen azote en el trasero.

“No te emociones, que necesito una siesta, que hoy me habéis levantado muy temprano, y encima para hacer ejercicio” – me dijo riéndose y acercándose a mí para darme un beso.

Cada uno se quedó en un sofá y nos dormimos. Nos pegamos una siesta de dos horas, y hubiese sido de más, si no es por que sonó el teléfono, me levanté a cogerlo, mientras Raquel se desperezaba también.

“Dígame” – dije con una voz de dormido impresionante.

“Os he pillado durmiendo, JAJAJAJAJA” – era Sara la mejor amiga de mi mujer, fue con ella con la que empezamos a practicar el intercambio de parejas (algún día os contaré esa historia). No vino con nosotros al crucero, porque a su marido lo han trasladado fuera de España, a un país asiático y no vienen mucho por España desde entonces, además él tiene bastante trabajo y no puede andar yendo y viniendo cada dos por tres.

“Hola Sara, sí que nos has pillado dormidos, menuda siesta nos estábamos echando” – la dije, “¿Quieres hablar con Raquel?”.

“Sí, pásame con ella, un besito” – me dijo Sara.

“Un beso” – me despedí de ella, y la di el teléfono a mi mujer.

“Hola Sara, ¿Qué tal estas?” – dijo Raquel nada más coger el teléfono, y se pusieron a hablar entre las dos. Mi mujer la empezó a decir que sí llamaba para que la contara que tal nos había ido, pero la dijo que no, que eso mejor se lo contara en persona.

“¡¡Anda!! ¿Cómo es que estas en España? Genial, entonces nos vemos hoy. ¿A qué hora te vas a pasar por aquí? Muy bien te esperamos, pero no traigas mucha ropa que me parece que no la vas a necesitar” – dijo mi mujer, colgando el teléfono.

“Esta chica, esta como una cabra. Me dice que ha tenido que venir a España a arreglar unos papeles, pero que se va mañana por la mañana. Sus padres se acaban de ir al pueblo esta misma tarde, y no tiene la más mínima intención de pasar la noche sola. Además quiere que la contemos en persona que tal nos ha ido en el crucero, y si puede ser con demostraciones mejor que mejor” – me dijo Raquel, nada más colgar el teléfono.

“¿Ha venido sola?” – la pregunté yo.

“Sí, Jota (que es como llamamos a su marido) se ha tenido que quedar allí” – me contestó Raquel.

“BUF, pues como no se traiga a alguien no sé cómo la vamos a hacer la demostración en condiciones” – dije yo riéndome.

“Esa ya sabes, que siempre encuentra a alguien” – me dijo Raquel.

“Es decir, que te ha dicho con quién viene ¿no?” – la dije a Raquel.

“Sí, ha llamado a Mario su primo” – me dijo mi mujer. Mario también ha participado en más de una ocasión con nosotros en alguna fiesta, incluso follándose a la salida de su prima, que es la que nos ha introducido a todos en este maravilloso mundo del intercambio de parejas.

“Me lo imaginaba. Pero que bien os lo vais a pasar las dos” – la dije. Mario es un chico no muy guapo, más bien tirando a feo de cara, pero con un cuerpo bastante trabajado en el gimnasio, y con un señor pollón de 24cm, con el que tanto mi mujer como Sara se lo han pasado en grande más de una vez. Raquel se empezó a reír asintiendo.

“Bueno, tu tampoco te lo vas a pasar nada mal, que sé lo mucho que te gusta follarte a mi amiguita del alma, además, hoy voy con practica después del pollón de Edgar, no creo que note tanto la diferencia como otras veces” – me dijo Raquel.

“Como tú digas” – la contesté, ante la grata tarde que nos esperaba, porque como bien había dicho mi mujer, a mí me encanta follar con Sara, siempre que es posible. No es un bellezón, pero todo lo tiene muy bien puesto, no es alta mide (1,68m) tiene unas tetas de muy buen tamaño con las que hace las mejores cubanas que os podáis imaginar, y un culo muy bien trabajado en clases de aerobic y pilates, por lo que es un placer follárselo mientras lo pone duro atrapándote la polla, de cara como he dicho antes no es un muy guapa, es castaña clara tirando a rubia, con lo ojos marrones, en general la gente dice que su cara no dice nada especial, pero a mí siempre me ha dado mucho morbo follármela, debe ser porque es la mejor amiga de mi mujer y porque es increíblemente simpática.

Llegaron una hora después, Sara venía con un vestido de verano, y Mario con unas bermudas y una camiseta. Nada más entrar por la puerta mi mujer y Sara se fundieron en un abrazo, ya que llevaban tres meses sin verse, aunque hablaban un par de veces cada semana. Mario y yo nos dimos la mano saludándonos, es muy buen tío.

“Hola Jorgito” – me dijo Sara, nada más verme “¿Qué tal estas?” y nos abrazamos, donde aproveché para tocarla bien el culo.

“Hola Sara, ¡¡Uy!! Cuanto he echado de menos este culito” – la dije yo, mientras la sobaba el culo a conciencia levantándola un poco la falda. Ella no fue menos y empezó a tocarme la polla por encima del bañador que me había puesto para abrir la puerta, por si nos encontrábamos con algún vecino, no era plan de dar el espectáculo, mi mujer por su parte le dio dos besos a Mario, y también aprovechó a tocarle bien la polla.

“Espero que vengas con la herramienta a punto” – le dijo Raquel a Mario.

“Ya se ha encargado tu amiga de engrasarla por el camino” – dijo Mario riéndose, y empezando a tocar el culo a mi mujer. Pasamos todos al salón.

“Bueno contarme como fue el crucero, que seguro que os lo habéis pasado de maravilla, menuda envidia me dais cabrones” – dijo Sara.

“Primero vamos a ponernos cómodos, ¿no?” – dijo mi mujer, desabrochándose la bata que llevaba y quitándosela, la dejó encima de una silla, yo hice lo mismo con el bañador que llevaba. Sara se empezó a quitar el vestido, quedándose en sujetador y bragas, los que no tardaron en desaparecer también, lo dejo todo junto a la maleta que traía, ya que se iba a quedar a pasar la noche con nosotros, y por la mañana la llevaríamos al aeropuerto. Mario también se quitó la ropa que traía y la puso en otra silla.

“Menudo empalme que llevas Mario, pues tenías razón Sara te ha engrasado bien la herramienta” – dijo Raquel, al ver la empalmada que llevaba este. Yo estaba más tranquilo debido al trajín que había tenido durante la mañana.

“Pues yo pensaba que tu soldadito, se iba a alegrar más de verme” – me dijo Sara a mí.

“Se alegra muchísimo de verte, lo que pasa que ha estado muy atareado y aprovecha cualquier momento para recuperar fuerzas” – la dije yo riéndome, y volviendo a cogerla del culo cuando volvía hacia el sofá. Empezamos a contarles como había sido el crucero, con todo lujo de detalles, estuvieron haciéndonos preguntas.

“En definitiva, que al año siguiente repetís, que os lo habéis pasado genial” – dijo Mario.

“Sí” – respondimos mi mujer y yo.

“Joder, a mí me habéis puesto como una moto, tengo que decírselo a Jota, para que se vaya organizando para el año que viene” – dijo Sara.

“Los que van como motos, son estos dos, mírales como tienen las pollas” – dijo Raquel levantándose, y acercándose a Mario se arrodilló delante de él y empezó a comerse su polla. Yo también me había empalmado con el relato de nuestras experiencias en el crucero.

“Eso tía, prepáramelo que necesito que me follen los dos a la vez, que hace un motón que no me follan dos tíos a la vez” – dijo Sara, levantándose y cogiéndome de la mano me hizo levantar y me llevó a la habitación, “vamos a la cama, que estaremos mucho más cómodos allí”, la seguí pegándome bien a ella, y agarrándome a sus tetas, la iba pellizcando los pezones que los tenía duros como piedras.

“UUUUUFFFFFFF, que ganas tengo de follarte” – la dije a Sara, “tantos meses sin probar tu coñito es una auténtica putada”, cuando llegamos a la habitación me tumbé en la cama y empezamos a hacer un 69 espectacular, se ve que ella también tenía ganas de comerse mi polla, porque lo hizo con auténtica ansia, se tragaba mi polla hasta los huevos. Yo por mi parte, me empecé a comer su coño, todo lo mejor que sabía.

“AAAAAAHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que ganas tenia de que me comieses el coño, que Jota no lo hace tan bien como tú, y en Hong Kong todavía no he encontrado a nadie que me lo haga” – me dijo Sara.

“¿No me estarás buscando sustituto?” – la dije en plan de broma.

“Sólo momentáneamente” – me contestó, mientras se volvía a meter mi polla en la boca.

“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, dios, que bien la comes Sara, que forma de mover la lengua, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII” – la decía yo. Con la mamada que me estaba haciendo, no pude aguantar más, quité a Sara de encima de mí, la tumbé sobre la cama, la abrí bien de piernas, y se la empecé a meter por el coño. Justo en el momento que se la estaba empezando a meter, aparecieron por la habitación Raquel y Mario.

Mi mujer se puso encima de Sara, en la posición del 69, y empezó a comerse el coño de su amiga, mientras yo me la estaba follando. Sara por su parte empezó a hacer lo mismo, con mi mujer, mientras Mario se puso detrás de ella, y empezó a metérsela en el culo.

“Joder que bien te ha entrado, te lo han tenido que estar follando todos los días cabrona” – dijo Sara.

“Y qué esperas con el pedazo culo que tiene, me imagino que todo el barco habrá querido follárselo” – dijo Mario, empezando un mete y saca en el culo de mi mujer.

Mi mujer, sacó mi polla del coño de su amiga, y me la empezó a chupar, cuando la llenó bien de saliva, la puso en la entrada del culo de Sara, y me dijo:

“Venga fóllate su culo, empieza a dilatárselo, que os la tenéis que follar los dos a la vez”. Yo no me hice de rogar, y se la empecé a meter por el culo.

“AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que bueno, que ganas tenía de montarme una fiestecita de estas, OOOOOOOOOHHHHHHHHHH, UUUUUUHHHHHH, allí todos nuestros amigos son demasiado mojigatos, y no hemos podido organizar ninguna fiestecita de estas, AAAAAAAAAAHHHHHHHHH” – nos dijo Sara.

“OOOOOOHHHHHHHHHH, UUUUUFFFFFFF, joder como aprietas el culo Sara, me encanta como lo haces, apenas me dejan meter y sacar la polla, es una pasada, AAAAAAAHHHH” – la decía yo a Sara.

“SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIII, joder que pollón tienes Mario, vamos sigue follándome el culo, AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, que buena como la siento entrar y salir” – dijo Raquel, “AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH”.

Seguimos follando en esa postura, hasta que mi mujer nos dijo:

“Vamos follaros a Sara los dos a la vez”. Yo me levanté sacándosela del culo, me tumbé boca arriba, Sara se sentó encima de mí metiéndose mi polla en el coño.

“Venga primito métemela por el culo, que no puedo esperar más, necesito que me folléis los dos a la vez” – le dijo Sara a su primo. Mario se puso detrás de Sara y empezó a metérsela por el culo.

“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIII, OOOOOOOOOOHHHHHHHHHH, pero como he podido estar estos meses sin hacer esto, no os podéis imaginar cómo os he echado de menos, UUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFF, que maravilla” – decía Sara, Mario empezó a darla por culo realmente fuerte lo que hacía que botase sobre mi polla de una manera impresionante.

“AAAAAAAHHHHHHHHHHHH, que coño más bueno tienes, está completamente empapado” – la dije a Sara.

“SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIII, joder, estoy completamente empapada, AAAAAAAAAAHHHHHHHHH, me voy a correr joder, AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro, como necesitaba esto, AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHH” – dijo Sara corriéndose, mientras se corría empezó a apretar su coño y su culo, lo que provocó que casi nos corriésemos con ella. Pero queríamos aguantar para follarnos a Raquel.

Mario se la sacó del culo a Sara, y se tumbó boca arriba, mi mujer se sentó sobre su polla metiéndosela en el coño, Sara se levantó de encima de mí.

“Vamos fóllate a tu mujercita, que lo estará deseando” – me dijo Sara. Me puse detrás de Raquel, y apuntando mi polla a su culo se la empecé a meter por allí.

“AAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, como me gusta que me follen por mis dos agujeritos” – dijo Raquel, nada más recibir mi polla en su culo. La empecé a dar por culo con las mismas embestidas que la había dado Mario a su prima antes.

“SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que culo tienes cariño, la verdad es que es una pasada, no me extraña que todo el mundo quiera follártelo, no te puedes imaginar lo afortunado que me siento, AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH” – la dije a Raquel.

“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, follarme los dos, vamos no paréis” – decía Raquel.

“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, UUUUUUUUFFFFFFFFFFFF” – eran los únicos sonidos, que se oían de Mario que estaba entretenido comiéndose las tetas de mi mujer, mientras nos la follábamos. Yo se la saqué del culo, y empecé a empujar para metérsela por el coño a la vez que lo hacía Mario.

“AAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, que follada, mierda, me voy a correr, me corro, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH, AAAAAAAAHHHHHHH” – dijo Raquel, cuando apenas se la había metido en el coño junto con la polla de Mario.

“Joder que pasada, eso lo tengo que probar luego” – dijo Sara. Yo me levanté, me acerqué a ella y la metí la polla en la boca, con la intención de correrme allí. Raquel se sacó la de Mario del coño, y se la empezó a chupar también.

“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, me corro, SSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIII, sigue chupándomela, no pares, me corro” – la dije a Sara y sin dejarla que se sacara mi polla de la boca me corrí allí dentro. Ella empezó a tragarse toda la leche, y me empezó limpiar la polla.

“AAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, UUUUUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFF, yo también me corro, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH” – dijo Mario, mientras Raquel seguía comiéndose su polla y cuando se corrió se tragó toda la corrida.

Nos quedamos los cuatro tumbados en la cama, tratando de recuperarnos.

“UUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFF, que a gusto me he quedado, no os podéis ni imaginar las ganas que tenía de darme un homenaje de estos” – nos dijo Sara.

“Pero si en esos países, podéis encontrar sexo muy fácilmente” – la dije yo.

“Si pero con prostitutas, no te jode, pero encontrar una pareja que me permita tener la oportunidad de follarme a dos tíos a la vez, está resultando complicado” – me respondió Sara, “con nuestras amistades no nos atrevemos a decir nada, porque la verdad es que son un poco tradicionales todos, y no queremos montar un cisma, y con putas pues no nos apetece, que a saber lo que te pueden pegar”.

“Pues sí, que estas jodida” – la dijo Mario.

“Jodida lo que se dice jodida, va a ser que lo justito, y gracias a que Jota lo está dando todo” – dijo Sara y se empezó a reír.

“Pobrecita mía, que no folla todo lo que ella quiere” – la dijo Raquel, dándola un abrazo. Nos empezamos a reír. Nos levantamos de la cama, y nos fuimos al salón. Allí nos estuvo contando cosas de la vida en donde estaban viviendo, como era la gente del lugar, las costumbres, etc. A todos, nos pareció muy interesante, y la dijimos que trataríamos de ir a visitarles cuanto antes.

Seguíamos hablando de todo un poco, cuando sonó mi móvil, era María la que llamaba.

“Hola guapa” – dije nada más contestar a la llamada.

“Hola ¿Qué tal lleváis la vuelta a casa?” – me preguntó María.

“Bien ¿y vosotros?” – la pregunté también yo.

“También un poco liados, pero echándoos de menos a todos” – me dijo ella, “Bueno te llamaba, porque mañana queremos hacer una barbacoa, con vosotros, Eva y Luis, ¿os apuntáis?”

“Espera que lo consulto con Raquel, pero por mi parte, sí” – la dije. Se lo consulté a Raquel, que me asintió con la cabeza, “dice que sí, que contéis con nosotros”.

“Genial, entonces mañana os esperamos, venir a eso de las 12 de las mañana, y por favor, vosotros que tenéis una gasolinera al lado de casa, traer hielo y bebida” – me dijo María.

Me estuvo diciendo que bebida llevar, y nos despedimos hasta el día siguiente.

Estuvimos hablando hasta la hora de cenar con Sara y Mario, nos preparamos unas ensaladas y cenamos, continuando con la conversación. Cuando terminamos empezamos a recoger todo, mientras Mario y yo traíamos los platos del salón, las chicas los iban enjuagando y guardando en el lavaplatos. Sara era la encargada de guardarlos en el lavaplatos, y más de una vez cuando entramos, en la cocina estaba agachada guardándolos dejándonos una vista espectacular de su culo y de su coño. Mario que iba bastante más descansado de lo que lo estaba yo, se empezó a empalmar de nuevo al ver a su prima así. Y cuando ya estábamos llevando el mantel, se puso detrás de ella y se la empezó a restregar por el coño y el culo.

“UUUUUUUMMMMMMMMMMMM, así me gusta, que me tengo que desquitar esta noche antes de irme mañana por la mañana” – dijo Sara, levantándose y cogiendo a su primo de la polla y llevándoselo a la habitación. Yo me quedé ayudando a Raquel a terminar de recoger, y guardar los platos. Cuando terminamos, fuimos al salón, y mientras estábamos colocando la mesa, se oían los gemidos de Sara y Mario que venían de nuestra habitación, al terminar de colocar todo cogí a mi mujer, me la llevé al sofá y la senté sobre mí.

“Ven aquí que me apetece tenerte un poquito para mí solo” – la dije, empezando a metérsela por el coño.

“AAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, eso méteme la polla, cariño” – dijo Raquel, empezando a subir y a bajar sobre mi polla muy lentamente, disfrutando del polvo que estábamos echando. Esta vez no teníamos ninguna prisa, me apetecía disfrutar de cada centímetro del cuerpazo de mi mujer. Nos estábamos besando mientras follábamos y de vez en cuando, yo le chupaba las tetas, que me quedaban a la altura de la cara.

“OOOOOOOOHHHHHHHHHHH, que coño tienes cariño, pero que bien follas, no te puedes ni imaginar lo afortunado que soy, con una mujer como tú” – la decía yo, que estaba disfrutando de verdad del polvo que estábamos echando.

“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me encanta que me folles así, sin prisas” – dijo Raquel. Después de estar un rato así, se levantó y se puso a cuatro patas, lo que me dejo una vista inmejorable de su culo, por lo que me puse detrás de ella, y se la empecé a meter poco a poco en el culo, y agarrándome a sus tetas desde atrás.

“Pero bueno, esto que es, que yo os estaba esperando en la habitación” – nos dijo Sara que había venido a buscarnos, “Jorge vente por favor, que necesito que me folléis los dos a la vez, que esta va a ser la última vez hasta dentro de mucho tiempo”.

“Vale ya vamos para allí” – la dije, sacándosela del culo a mi mujer.

“Ya seguiremos luego cariño” – la dije a Raquel, y me fui a la habitación seguido por Raquel. Cuando llegamos a la habitación Sara ya se había subido a la cama se había puesto encima de Mario, y tenía media polla de este ensartada en su coño.

“Vamos que no aguanto más, por favor, AAAAAAAAHHHHHHHHH” – me dijo Sara, nada más vernos aparecer en la habitación. Me subí a la cama, me puse detrás de ella, y empecé a metérsela por el culo.

“UUUUFFFF, que culito tienes Sara, que pena que te vayas mañana, AAAAHHHHHH, como me gusta metértela en el” – la dije mientras empezaba a follarla por el culo.

“AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, seguir, joder que cachonda estoy, no paréis, darme duro, OOOOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHH, vamos metérmela hasta los cojones” – decía Sara.

“UUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFF, primita, pero que bien follas, como te he echado de menos, estos meses, me encantan tus fiestecitas” – decía Mario.

“Vamos follárosla, que la pobrecita no va a poder volverse a follar dos pollas al mismo tiempo en mucho tiempo” – nos dijo Raquel, animándonos a follarse a su amiga, mientras se masturbaba tumbada junto a nosotros.

“AAAAAAAHHHHHHHHHHH, me corro, me corro, SSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIII, que bueno, esto es una gozada, que corrida más impresionante” – dijo Sara. Seguimos follándonosla, un buen rato después, se la saqué del culo, y en la misma posición en la que estábamos, empecé a metérsela por el coño, junto con la polla de Mario.

“Joder me has pillado de sorpresa, con cuidado, que nunca lo he hecho antes” – me dijo Sara, se la fui metiendo poco a poco hasta que tuve la mitad de mi polla dentro de su coño, y nos empezamos a mover todos.

“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH, OOOOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH, UUUUUUUUFFFFFFF, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH, no puedo más, no paro de correrme, AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, cabrones pero como me estáis haciendo gozar” – decía Sara, con nuestras dos pollas metidas en su coño, y teniendo orgasmo tras orgasmo. Hubo un momento en el que ya no pudo más y se dejó caer sobre el pecho de Mario. La sacamos nuestras pollas, dejándola que descansara un rato, la dejó su sitio a Raquel, que se subió encima de Mario de espaldas a él y se empezó a meter su polla por el culo, y dejándome su coñito para mí.

“AAAAAAAAHHHHHHHH, menudo pollón tienes Mario, como me entra en el culo, SSSSSIIIIII, vamos cariño, métemela en el coño” – dijo Raquel, esperando que se la metiese por el coño. Yo no la hice esperar y me acerqué a ella metiéndosela en el coño.

“UUUUUUUFFFFFFFFFFFFF, Raquel, que culazo que tienes, es una pasada follártelo, AAAAAAAHHHHHHHH, OOOOOOHHHHHHHH, me voy a correr enseguida, AAAAAHHHHHHHH” – decía Mario, mientras se follaba a mi mujer por el culo.

“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, si follarme los dos, esto es una pasada, me encanta tener dos pollas al mismo tiempo” – dijo Raquel.

“AAAAAAAHHHHHHHHH, vamos cariño, córrete con nosotros, que ya nos tenéis a punto” – la decía yo.

“AAAAAHHHHHHHH, SSSSSSSSSSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII, me corro, me corro, pero que día llevo, menudos polvos desde primera hora del día, no puedo más, tengo el coño, que parece un río de tantos jugos que estoy echando” – dijo Raquel. Se la saqué del coño, y se levantó sacándose la polla de Mario del culo.

“Chúpamela, que me voy a correr ya Raquel” – la dijo Mario. Raquel se giró y poniéndose a cuatro patas empezó a comerse la polla de Mario, para hacerle correr en su boca. Yo al ver a mi mujer con el culo a mi disposición, me acerqué a ella por detrás, y se la metí en el culo.

“AAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH, me corro, me corro, UUUUUUUFFFFFFFFFFFF, eso es trágate toda mi leche” – la dijo Mario a mi mujer, mientras se tragaba toda la leche de Mario. Yo seguía follándomela por el culo, pero ya no aguantaba mucho más.

“OOOOOOOHHHHHHHHHHH, mierda yo me corro también” – dije, se la saqué del culo, me acerqué a Sara, y metí mi polla entre sus tetas, empezando a hacerme una cubana con ellas mientras me corría. Mis lechazos la llegaron a la boca y a la cara a Sara, que parecía encantada en recibirlos. Cuando acabamos nos quedamos todos exhaustos, y tumbados en la cama.

Al rato, nos levantamos y nos fuimos a duchar uno por uno, después mi mujer y yo nos fuimos a nuestra habitación a dormir, mientras que Sara y Mario se fueron a la habitación de invitados.

A las seis de la mañana sonó el despertador, ya que era la hora a la que se tenía que levantar Sara para ir al aeropuerto. Nos levantamos todos para desayunar juntos, una vez terminamos Sara y Mario se vistieron para irse, y nos dejaron a Raquel y mí solos en casa, lo que aprovechamos para volver a dormirnos. Hasta las 10 de la mañana hora a la que nos teníamos que levantar para irnos a casa de María para la barbacoa a la que nos habían invitado.