El regalo

Mi marido me regaló un fin de semana que nunca olvidaré

Fueron pasando los días hasta que llegó un miércoles por la noche a casa, me miró y me dijo que preparara las maletas que el viernes nos íbamos fuera, y que cogiera lo más sexi que tuviera ya que iba a ser un fin de semana muy especial y distinto a todo lo que habíamos vivido hasta ahora. Yo me quedé pensativa, nerviosa, emocionada..sin  pensar más me puse a preparar las cosas; a sacar los vestidos, la ropa interior y todo aquello que pensaba que le podía "poner"..

El viernes amanecí nerviosa.. Con una sensación extraña, ya lo tenía todo preparado porque nos íbamos por la mañana para aprovechar al máximo el finde. Llegamos al hotel después de comer, era precioso, estaba situado sobre una montaña apartada, era una villa con pocas habitaciones, tenía una fantástica piscina con camas balinesas para tomar el sol relajados.. Fuimos a la habitación y nos pusimos los bañadores para ir a a la piscina un rato antes de cambiarnos para la cena. Esa noche, el restaurante era normal, con una carta normal y gente "normal" que sólo venían a cenar. Pero llegó el sábado y nos sirvieron el desayuno en la habitación, la noche anterior nos habían avisado que el salón iba a estar cerrado para preparar una jornada "especial" y estaría cerrado hasta la comida, estando reservado exclusivamente para los huéspedes que nos alojábamos allí. Esa mañana nos fuimos a la piscina y empezaron a llegar parejas, se llenaron todas las habitaciones y antes de la comida nos llevaron a todas las parejas a una sala donde nos explicaron cómo iba a continuar el resto del día. Yo en ese momento me hubiera puesto a correr y no hubiera parado hasta llegar a casa, pero claro, eso no era posible. Mi marido me cogió fuerte de la mano, me miró a los ojos y me dijo: "Te quiero, espera que te va a gustar".

Nos dijeron que a las dos en punto teníamos que hacer en el salón , y que antes de entrar habría dos personas que nos vendarían los ojos y nos sentarian donde nos correspondía, y que nos acordaremos de coger lo necesario  las cosas personales que nos habían solicitado en el email, del cual yo no tenía ni idea. Nos fuimos a la habitación a ducharnos y cambiarnos. Mi marido me dijo que me hiciera un enema para estar preparada para todo..

Ya en el hall, éramos diez parejas y todos tenían muy buena pinta, ya que yo no había perdido el tiempo en la piscina y los había observado a todos para ver, nunca mejor dicho "lo que me iba a tocar".  A las 14.00 estábamos todos en la puerta del salón vestidos como si nos fuéramos de fiesta, nos taparon los ojos y nos pidieron a las chicas al oído (para que ellos no lo oyeran) que nos quitáramos toda la ropa interior (Yo en ese momento me quise morir de vergüenza). La pusimos en una cesta donde estaba el neceser y nos cogieron de la mano y nos sentaron. Una vez sentada noté que a los lados no había nadie, se me acercó alguien al oído y me dijo que me levantara el vestido para poder acceder mejor a mi coño o que me lo quitara si iba a estar más cómoda, yo opté por quitármelo. No pasaron ni cinco minutos y noté que ya había gente a mi lado, pero no sabía quién era hasta que me cogieron de la mano y sentí que era mi pareja que la habían sentado a mi izquierda. Pasaron unos minutos y nos sirvieron el primer plato dándonos la orden de empezar a comer y todos obedecimos, ya que se oia todo, pero la primera sorpresa no tardo en llegar; estaba sentada en una silla con un agujero, comiendo con los ojos tapados y sentí como introducían en mi coño unas bolas chinas y me susurraban al oído que me levantara y sentara cinco veces para que estas se golpearan con el movimiento, en ese momento en vez de oír cubiertos se notó en el ambiente algo distinto y se empezaron a oir gemidos y suspiros.. Continuamos comiendo y cuando se llevaron el plato nos sacaron del coño las bolas chinas, yo en ese momento solo tuve una sensación como si me meara, tenía un dolor en el estómago, de los nervios y del no saber que iba a pasar a continuació. Pasaron unos minutos y nos sirvieron el segundo plato, y una persona me pregunto que prefería para el segundo plato, yo le pedi un dilatador anal. Me pidió que me apoyara en la mesa y al instante noté como me introducían un plug anal que estaba bastante frío dí un respingo y entró, me pidió que me sentara y en ese momento noté como mi coño se mojaba, comencé a comer y al momento noté como alguien se colocaba debajo de la silla y empezaba a lamer suavemente mi coño, yo sabía que mi marido no era ya que notaba que  estaba sentado a mi lado. (La verdad es que hasta ese momento no había pensado lo que le estarian haciendo a él).

Sin darme cuenta, ya que mi mente iba y venía, de vez en cuando se oían gemidos y suspiros..y entonces llegamos al postre.. Y que postre !!!!.. Se llevaron el plato y me volvió a pedir que me levantara y me apoyara en la mesa, me sacó el plug anal y me pidió que no me incorporara, me quedé encima de la mesa y una persona se acercó y me colocó el pecho en unos agujeros y me colocó unas pinzas, pasó otra persona y me introdujo algo que no sabía lo que era en mi coño, pasó otra persona con su pene erecto y me pidió que lo chupara y que irían pasando varios y que fuera chupando, mientras iban chupando mi coño y moviendo lo que me habían introducido, llegó un momento que se puso una polla en mi coño y no se fue, pensé que era mi marido, pero no podía preguntar. Mi coño era una fuente, cada vez que estaba a punto de correrme, cambiaban de persona y se me cortaba, tenía un dolor en mi coño como nunca, sólo de pensar en ellos como estaban me ponía más cachonda. En ese momento alguien habló y las pollas se separaron de las caras, nos sacaron del coño lo que nos habían metido y nos quitaron las pinzas de los pezones. Nos pidieron entonces que nos levantáramos y nos sentáramos y.. Sorpresa, había alguien en la silla sentado con la polla erecta pidiendo coño, me senté e introduje aquel miembro en mi coño y comencé a  moverme como una loca de placer y él me cogió de la cintura y subió sus manos hasta mi pecho, apretándolo y besándome la espalda. Quise pensar que era mi pareja para no sentirme culpable de lo que estaba sintiendo, era brutal, me llegó el orgasmo y chillé como nunca, ni sabía lo que estaba pasando a mi alrededor, hasta que dejé de chillar y fui consciente de que no estábamos solos, se oían gemidos, chillidos, palabras obscenas..y alguien volvió a hablar y preguntó si ya habíamos acabado todos, se oyó un sí al unísono y nos pidieron que nos quitáramos la venda, miramos a la persona que estaba en la silla y sí era nuestra pareja, todo un alivio. Pero lo que no sabíamos era que aquello continuaba.

Nos volvieron a pedir que nos apoyáramos en la mesa a las chicas, ahora lo veríamos todo. A ellos les ordenaron que comieran el coño de su pareja y cuando sonara la campaña que cambiaran de pareja hacia la derecha y continuaran mientras los camareros nos iban poniendo sus pollas y nosotras íbamos chupando, mientras tanto las camareras iban chupando las pollas de nuestras parejas. Aquello fue algo que no sabría describir; la campana  sonaba y cada vez una polla distinta en la boca y una persona distinta en mi coño..mmmm..Hasta que llegó nuestra pareja y en ese momento la voz dijo que nos follaran, la camarera se puso delante de mí con el coño húmedo y comencé a comérselo mientras el camarero le daba por el culo, la voz volvió a hablar y pidió a nuestras parejas que nos dieran por el culo, en ese momento mi marido introdujo toda su polla  en mi  culo, yo no podía parar de chillar y comenz  a tirarme de los pezones  hasta que un camarero me puso unas pinzas en ellos para darme más placer, no sé cuántas veces me corrí hasta que él lo hizo. No podía más, estaba extasiada y agotada. Por fin la voz dijo que la sesión había acabado, eran las seis y nos podíamos ir a descansar que la noche iba a ser aún mejor.

Nos fuimos a la habitación, nos dimos una ducha y nos quedamos dormidos. Eran las nueve de la novhe y comenzó a sonar una música de fondo, aquello me  parecía un sueño, pero  no, comenzó a sonar una campana  más fuerte que la música lo que hizo que nos despertáramos, al cabo de unos minutos sonó una voz que nos dijo que a las Díez teníamos que estar a la entrada del salón. Nos levantamos y comenzamos a arreglarnos, pero volvió a sonar la voz, esta vez para decirnos cómo teníamos que ir vestidos. Yo miré a mi marido asustada porque no sabía que iba a pasar y la comida ya había sido completita. Presté atención a la voz y esta dijo:"Abrid la puerta y  encontrareis unas máscaras, ponéroslas!. Vosotras  solo podéis llevar ropa interior y tacones y vosotros pantalones sin ropa interior, ni camisa, salid  de la habitación y os iremos sentando en vuestros sitios". Yo abrí la maleta y me puse a observar mi lencería, no sabía que ponerme, me iban a ver todos, se acercó mi marido y cogió un tanga negro con un lacito en la parte de atrás y un sujetador que dejaba ver la mitad de mi pezón, cogió mis sandalias rojas y me dijo:"Ponte esto".

Eran las Díez menos diez y ya estábamos listos, a mí me temblaba todo, me cogió de la mano y dijo: "Vamos". Abrimos la puerta y todo el pasillo estaba iluminado con velas y rosas rojas , era precioso, además había un aroma en el ambiente muy agradable. Conforme íbamos llegando al salón nos íbamos cruzando con otras parejas y un escalofrío recorrió mi espalda.

Llegamos a la puerta y un camarero nos acompañó a nuestros sitios, nos dijo que él y su compañera iban a estar pendientes de nosotros toda la noche.

Una vez estuvimos todos en el salón se acercaron los camareros a nosotras y nos pidieron que nos tumbáramos en la mesa con los pies apoyados en la silla. Curiosamente nosotras no teníamos ni cubiertos, ni platos en nuestro sitio. Yo obedecí y el cogió unas esposas para los pies y me los sujetó separados, luego me pidió que me pusiera los brazos en cruz y la sorpresa fue que me esposó las manos con la compañera de al lado. Pasaron unos minutos y comenzaron a servir la cena, pero la sorpresa fue mayúscula, cuando nosotras éramos el plato y los cubiertos eran sus bocas.

Todo empezó muy suave, ya que todavía llevábamos la poca ropa que nos habíamos puesto, pero conforme iban sacando comida, el camarero nos iba quitando ropa ycolocando la comida en sitios muy concretos de nuestro cuerpo. En un momento de la cena la voz pidió que nos introdujeran las bolas en el culo y en la vagina nos colocaron un plátano cubierto de chocolate, era el postre y la sorpresa fue que entró en escena la camarera, puso su coño en mi boca y la voz nos pidió que chuparamos. Cuando se acabaron el postre la camarera se quitó y se puso delante de mí coño y me limpió todo mi cuerpo con agua suavemente, mientras mi pareja tenía que follarse a la camarera, pedido por la voz en off, yo en ese momento me hubiese levantado pero llegó mi camarero y me introdujo su miembro en mi boca. Aquello era una tortura sin poder mover ni los brazos, ni juntar las piernas, mi coño volvía a ser una fuente, los gemidos eran escandalosos.Ella una vez acabó de lavarme comenzó a comerme el coño y a jugar con las bolas chinas, mientras mi marido se la follaba y se corría dentro de su coño, yo me corría y el camarero derramaba toda su leche en mi cara. La voz nos pidió que nos soltaran y nos sentáramos. Ahora nos tocaba cenar a nosotras, ellos se tumbaron, las camareras nos colocaron las pinzas en los pezones e introdujeron un huevito vibrador en nuestro coño, se sentaron en la silla y con el mando nos iban poniendo el vibrador en marcha, provocando lo que querían en nosotras. Llegó el momento del postre y colocaron una rodaja de melón en su miembro erecto y mientras nos lo comíamos el camarero nos daba por el culo, orden de la voz y ellas colocaron su coño en su cara, por sus pechos comenzaron a tirarse chocolate y nosotras teníamos que limpiarlo con la lengua a la vez que nos comíamos el melón. Allí solo se oía jadear y chillar, él se corrió en el interior de mi culo, mi marido en mi boca, mi coño de nuevo chorreaba como una fuente y ella se corrió en la boca de mi marido.

Nos mandaron sentar y ella lo lavó a él y él me lavó a mí, ellos se limpiaron solos y cuando estábamos todos otra vez listos la voz volvió a hablar, esta vez la orden que dio nos sorprendió a todos a todos, "con quien quisiéramos menos con nuestra pareja", vaya sorpresa. La noche continuaba, habíamos entrado a las Díez y era la una de la madrugada y aquello no acababa, ya no notaba mi coño, me metían consoladores y ni los notaba, solo sabía gemir y echar flujo. Miré a mi pareja y él me miró, me tiró un beso y se cogió a la camarera, comenzó a comerle los pezones y a tocarle el coño, le metió un consolador gigante y ella gimió, yo cogí a mi camarero y lo baje hasta mi coño y comenzó a comérmelo, llegó alguien y me introdujo su polla en la boca y una chica me puso pinzas en los pechos y comenzó a jugar con ellos. Aquello se desmadró, todos con todos y por todos lados, te corrías y volvías a empezar, no había fin, no sé cuántas veces me corrí y se corrieron dentro y encima de mí, ni cuantas pollas me comí. Por fin, vi a mi marido y me besó, me preguntó qué tal y le dije que no sentía ya mi coño, pero que me volvía loca la idea que me diera por culo él y que fuera el último y así fue. Me cogió e introdujo su polla en mi culo sin ninguna resistencia, llegó una chica y se puso a comerme el coño y me puso el suyo en mi boca y así una vez más nos corrimos, chillé de placer y me corrí, llené toda su cara de flujo, se giró y me besó, mi marido al ver la escena le metió la polla en el coño de la camarera y se la folló, mientras nosotras nos mordíamos los pechos y nos besábamos, ella se corrió y nos quedamos exhaustos y tirados.

Eran las cuatro de la madrugada cuando nos fuimos a la habitación, nos duchamos y nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente nos levantamos tarde como era de esperar, pero algo al mirarnos hizo que una vez más nos folláramos como locos, nos fuimos follados a desayunar y de ahí a casa, a la vida real.

Y este no había sido un sueño, había sido un fin de semana muy follado.

Fin