El regalo de mi tío
Mientras seguíamos caminado le pregunte si me dejaba tocarlo antes de llegar a la casa, me miro y me preguntó que quería tocar, no le conteste pero mire hacía su pantalón, me preguntó cuanto había tocado y le dije que dos, pero que me había gustado más el suyo. Me dijo en dónde los tocaste-, le conteste que en el metro y sonrió, me dijo que sólo una vez y ya. Me emocione y le conteste que sí.
Después de mi experiencia en el metro me excitaba cuñado recordaba como había tomado entre mis manos esos pedazos de carne tan duros y calientes y como había logrado hacerles "eso" a esos tipos que nunca más iba a volver a ver en mi vida. Eso era lo que más me excitaba, en no saber a quien había masturbado en el metro.
Un día acompañe a mi tío que vino de visita para que comprara algunas cosas en el centro. El siempre me había dado regalos de pequeña y me daba mi domingo cuando venía. Estaba muy encariñada con él y también lo veía guapo, aunque no lo era. Pero a mi degustaba.
Fuimos de tienda en tienda hasta que logro conseguir lo que necesitaba. Decidimos regresarnos en metro por sugerencia mía. No estaba planeando nada, todavía, pero ya adentro cambie de opinión.
En el anden le dije que a veces los hombres se me repegaban mucho y que pos favor me cuidara. Se puso a tras de mi y sujetaba las bolsas con ambas manos. Cuando llego el convoy estaba a reventar por lo que cuando entramos lo hicimos como estampida y quede de frente a un señor y con mi tío a la espalda.
Con una mano abrace mi bolsa y la puse a la altura de mis pequeños senos y con la otra mano libre empecé a palpar a mi alrededor a "ver que encontraba", pues estando cerca mi tío me excita mucho.
Empezó a avanzar lentamente el convoy y con ligeros movimientos trataba de palpar al señor de enfrente con mi mano, puse dos dedos encima de su "cosa" y sentí que empezaba a crecer, se estaba poniendo caliente esa "cosa" y disimuladamente jugaba con mis dedos poniéndolos encima y empujando levemente. No estaba muy complacida por eso así que pensé en otra cosa.
Le dije a mi tío que tenía comezón en mi espalda y pase mi mano hacia atrás, sabía que no alcanzaría pero rozaba insistentemente su pene. Tal vez lo sentía porque comenzó a sudar. En la siguiente estación bajaron y subieron más personas y quedamos al fondo del vagón, yo con mi tío a la espalda lo que hacía era repegar mis caderas a las suyas, haciendo pequeños movimientos para que me sintiera.
Sentí su bulto entre mis nalgas y ese calor tan rico que cuando lo recuerdo me excito. Me voltee y quede frente a él, le dije que si me podía agarra de él para no caerme. Me contestó que sí. Lo tome de la cintura y poco a poco estaba tomada de su cinturón cerca de su cierre. Estaba sudando cada vez más y yo lo miraba y le preguntaba si estaba bien y me contestaba que era el "calor".
En un enfrenón puse mi mano en su pene, sobre la ropa sentí su calor, estaba húmedo, era delicioso sentirlo como antes nunca lo había hecho, porque siempre había sido respetuoso conmigo. Le dije que no me podía agarrar y que me disculpara, no me miró pero dijo que no era nada. Aproveche otro enfrenón para agarrarle su "cosa" con mimano. Le dije perdón-, me contestó está bien no te preocupes.
Me recargue en él porque estaba muy lleno el vagón, pero no quite mi mano, lo seguí estrujando lentamente, despacio, sin hacer movimientos bruscos, subiendo y bajando mi mano por su pene, apretando lentamente y sin prisa, y de vez en vez yo me tocaba mi "cosita" sobre mi ropa, me estaba gustando y no quería dejar de hacerlo.
Ese pene erecto lo sentía mío y no lo quería dejar ir, por eso lo sobaba despacio, recorriéndolo de arriba hacia abajo, palpándolo con la palma de mi mano, hasta que la baje más para sentir sus testículos, que estaban hechos bolita, disfrutaba de ese tocamiento más que nadie en el mundo.
Desgraciadamente en dos estaciones más iba a bajar mucha gente para el transbordo así que de manera frenética empecé a masajearle más rápido, concentrándome en la cabeza de su pene, tocándolo a dos dedos, luego a tres y con toda la mano, yo ya estaba sudando de excitación y mi tío también.
Bajamos y no me dijo nada. En la calle caminamos y le pregunte si le había gustado, me contestó que si pero que no estaba bien. Le pregunte si lo había hecho mal o lo había lastimado, me contestó que no era eso, sino que no era correcto que lo hiciera yo.
Se me salieron dos lagrimas y trató de calmarme, le dije que no era mala, solo que quería hacerlo sentir bien. Me dijo que había sido lo mejor que había sentido en su vida. Me alegre y deje de llorar.
Mientras seguíamos caminado le pregunte si me dejaba tocarlo antes de llegar a la casa, me miro y me preguntó que quería tocar, no le conteste pero mire hacía su pantalón, me preguntó cuanto había tocado y le dije que dos, pero que me había gustado más el suyo. Me dijo en dónde los tocaste-, le conteste que en el metro y sonrió, me dijo que sólo una vez y ya. Me emocione y le conteste que sí.
Antes de llegar a casa entramos en una construcción cercana, salió el velador y preguntó que estábamos haciendo ahí. Mi tío se fue unos pasos atrás con él y le dio un billete. Se fue y no nos volteó a ver. Dejo las bolsas en el suelo y se paro enfrente de mi, le dije que cerrara los ojos, mientras le baje el cierre y exhalaba y daba suspiros, saque su pene y lo empecé a jalar, a sobar, primero con una mano después con las dos, era muy rico sentirlo como saltaba y como se ponía duro, estaba húmedo y olía rico, para mí era rico, lo sobe durante un rato, alternando movimientos de adelante hacia fuera, le dije que necesitaba más espacio y que se bajara el pantalón.
Con los pantalones abajo le pude acariciar los testículos con una mano y con la otra lo seguía masturbando. Era delicioso para mí y estaba muy excitada. Me dijo que ya era tarde y que nos teníamos que ir. No lo pensé más y lo masturbaba más rápido, quería hacerlo eyacular, me dijo que no me fuera a manchar la blusa y le dije que tendría cuidado.
Deje de tocarlo y me desabroche la blusa y le deje ver mis pequeños senos, los vio y le pregunte si le gustaban, me dijo que si y seguí en mi faena, me preguntó si me habían cogido y le dije que no, me contestó que no me la iba a meter, pero no me importaba, yo tenía lo que quería, su pene.
Mi excitación me hizo empezar a tocarme mi "cosita" por debajo de mi falda, mientras seguía en lo mío. Era importante para mí tener ese pene en mis manos, nunca lo pensé tener pero ahora era mío, sólo mío. Jugué con él un poco más y le dije que si me daba lo "suyo", me sonrió y de pronto eyaculó en mis manos.
Siguió saliendo ese líquido blanco y de pronto perdió fuerza su pene. Se subió el pantalón y nos arreglamos. Le di un beso en los labios y nos fuimos. Cuando llegamos a la casa me di cuenta que se me había olvidado una bolsa en la construcción y dijimos que había sido en la tienda.
Regrese corriendo y cuando entre ya no estaba, me metí más adentro para preguntarle al velador y los sorprendí masturbándose, tenía un pene grande, como el de mi tío y no lo pensé. Trató de taparse y vi que ahí estaba mi bolsa. No le dije nada y me puse frente a él, le quite las manos de su pene y comencé a masturbarlo yo, había quedado muy excitada por mi tío, así que seguí masturbándolo como yo quería, lo hacía fuerte y rápido, no como con mi tío, así que era más fuerte.
Lo jalaba con mis dos manos y de pronto el tipo ese me dijo que como estaba agarrando sus cosas que el también tenía derecho a agarrar las mías, así que me tocaba por encima de la ropa los pechos, me empezó a gustar y ya tenía sus manos bajo mi blusa, tocándome descaradamente, no estaba haciéndolo como me hubiera gustado pero lo deje seguir.
Cuando eyaculó me retire y ya iba saliendo de ahí cuando ya venía mi tío. Me dijo que se había preocupado y me miró las manos húmedas y sonrió. Antes de regresar me preguntó que había hecho y sólo sonreí. Antes de subir a la casa le tome de la mano y lo lleve atrás de las escaleras, me levante la falda y le ofrecí mis nalgas, las apretó, las estrujo y las sobó muy rico. Me quite las pantaletas y se la di de regalo.
Cuando se despidió no me dijo nada de eso pero yo lo iba a guardar como un regalo muy preciado para mi.