El regalo de mi madre
Ella con 53 años, me entregó el mejor regalo de mi vida.
Apenas egresé de mi carrera, las puertas laborales se me fueron abriendo muy rápidamente y al poco tiempo ocupaba un importante puesto en una prestigiosa empresa. Ganaba muy bien y trabajaba en lo que me gustaba.
Pero a si y todo, muy suerte no terminó ahí. Mi desempeño en esta empresa fue excelente y la gerencia, me ofreció irme a cargo de una nueva sucursal que se abriría en el país vecino.
Me costó un mucho decidirme a marchar, ya que como hijo único, de padres separados, con una familia muy reducida, dejaría a mi madre casi completamente sola. Sin embargo fue ella misma la que me incentivo a seguir mi destino.
Con mucha tristeza aborde mi avión, un poco con miedo dejando atrás mis amigos, mi casa y a mi madre. Por mi padre no me preocupaba, ya que el había rehecho su vida.
Pasaron los años y mi situación económica fue excelente. Me daba lujos que nunca pense darme en mi vida.
Quise muchas veces traer a mi madre a vivir conmigo, pero ella no quería.
Viajaba a mi país con mucha frecuencia y siempre invitaba a mi madre a que me visitara, pero con un miedo terrible a los aviones, me decía siempre que no.
Pasaron los años, yo ya me había independizado y monte mi propia empresa. El dinero me sobraba. Comencé a comprar, propiedades en fin todo lo que el dinero puede comprar, sin embargo me encontraba solo. Muchas mujeres pasaron por mi vida, pero ninguna me había logrado conquistar el corazón. Aparte que mi vida de soltero era increíble. Con 35 años, bien parecido y con mi excelente situación económica, era un imán para cualquier mujer y muy supe aprovechar eso, y no quería aun amarrarme con solo una.
Cerca de mi cumpleaños, mi madre me llama y me dice que estaba dispuesta a viajar para estar conmigo. Me alegró mucho esa noticia y yo mismo viaje en su búsqueda.
Abordamos el avión, ella casi se muere cuando se pone en marcha, pero ya en el aire se relajo completamente.
Llegamos. Uno de mis empleados nos había ido a buscar al aeropuerto. Al llegar a mi casa, mi madre no lo podía creer que su hijo tuviese una casa de tal magnitud, aunque muchas veces le había mostrado fotos, pero estar ahí, para ella era increíble.
Esa misma tarde, salimos recorrer la ciudad. Ella quedó maravillada con el clima, la ciudad, el trato de la gente en fin. Y se arrepentía de no haber viajado antes.
Llegó el día de mi cumpleaños. Mis amigos y conocidos quisieron hacerme una fiesta, pero les dije que no, que tenía otros planes.
Ese día quería compartirlo con mi madre. Salimos a cenar en la noche. Mi madre aun con sus 53 años, era una mujer muy jovial y muy hermosa. No aparentaba para nada su edad, su físico era la envidia de cualquier mujer más joven. Muchas horas de gimnasio, yoga, dietas habían logrado mantener ese cuerpo en perfectas condiciones, aparte que en su juventud, fue profesora de educación física.
Ese día se vistió muy hermosa. Se coloco un vestido azul, muy ceñido al cuerpo, que mostraban todos sus atributos con un generoso escote. Le verdad se veía preciosa.
Salimos de la casa y nos fuimos al mejor restauran de la ciudad. La velada fue muy simpática y al final terminamos en una disco. Mi madre acaparaba las miradas de todos los hombres que en ese lugar se encontraban. Su gran altura, su pelo rubio ondulado, sus turgentes y grandes pechos dentro de su generoso escote, sus ojos verdes, una cintura muy marcada que terminaba en un trasero hecho a la medida culminando con unas tremendas piernas. La verdad me sentía muy halagado de estar con semejante hembra.
Nos sentamos en una apartado, donde la música no molestaba tanto. Ordené una botella de champagne y brindamos por mi cumpleaños. Salimos a bailar y nuevamente los movimientos de mi madre, atrajeron las miradas de varios hombres que se colocaron detrás de ella para verla bailar. El ritmo cambio a una salsa y tomando de la cintura a mi madre, comenzamos a movernos. Podía sentir su estrecha cintura, su perfume, su risa, me tenía encantado. En una paso de baile, ella queda abrazada por mi, dándome la espalda, sintiendo como sus generosas nalgas se rozaban contra mi verga. Yo sabía que era mi madre y que no podía estar excitándome con ella, pero el alcohol ya estaba haciendo su efecto y por mas que traté de que mi verga no se empalmara, no lo conseguí.
No se si ella se habrá dado cuenta.
Muchas veces paramos a beber a nuestro apartado, iba a ordenar otra botella de champagne, pero ella me dijo que prefería tomar otro trago. Nos bebimos otro par de tragos y ya nos reíamos de cualquier cosa. Mas que madre e hijo, parecíamos pareja una pareja de enamorados. Abrazados todo el tiempo, besándonos en la cara en fin, nadie hubiese sospechado nuestra relación familiar.
Salimos a bailar nuevamente, ya nuestros movimientos no eran tan coordinados. Luego de una par de bailes rápidos, la música cambió y las luces bajaron. Nos abrazamos y comenzamos a bailar my apretados. Mis manos aferradas a la cintura de mi madre, mientras ella reposaba su cabeza en mi hombro. Me decía lo mucho que me quería y lo felíz que estaba al saber que yo estaba bien. También me dijo que le daba cosa no haberme comprado algún regalo, ya que yo lo tenía todo, no era fácil hacerme un regalo a mi.
Yo le dije que el mejor regalo era que ella hubiese viajado, haber pasado esa noche con ella, y poder estar bailando con una mujer tan interesante siendo la envidia de los hombres del local.
Entonces, me dijo haremos que esta noche no termine aun y seguiremos bailando hasta caer rendidos. Dándome un suave beso en mi boca.
Nunca antes ella lo había hecho, pero fue solo un leve beso, sin nada de sensualidad, solo con amor y cariño. Sin embargo mi verga no lo tomo así, y dio un movimiento de haber sentido ese beso. Ella solo me miraba a los ojos.
La música cambio y nuevamente comenzamos a bailar. Mi madre terminó por soltarse completamente y giraba de lado a lado en la pista, abrazándome y bailando ya mucho mas sensual. No sabía que decir, solo la miraba y admiraba su vitalidad. De vez en cuando se ponía de espaldas hacia mi , con mis manos abrazándola por la cintura, y rozando su hermoso trasero contra mi durísima verga, que ya era imposible que no la hubiese sentido.
Se notaba bastante mareada, bueno al igual que yo, pero dentro de todo bien consiente de lo que estaba haciendo, solo mucho mas alegre. Llegamos abrazados hasta nuestro cuvículo, y al darle la pasada para que entrara, le brinde una cachetada en una de sus nalgas como broma. Ella rió.
Nos sentamos en el sofá muertos de la risa, ya bastantes mojados con los bailes bebimos de nuestras copas y hasta acabarlas. Me disponía a pedir dos mas, cuando ella, con su la mano en al interior de mi pierna, y abrazándome con la otra, me dijo que me quería mucho y que quería darme un regalo muy especial.
Nos miramos fijamente, y nos fundimos en un apasionado beso. Mis manos acariciaban sus piernas, subiendo lentamente bajo su vestido azul, mientras ella con su mano me tocaba mi paquete por sobre el pantalón. Ella paró y me dijo que nos fuéramos a otro lugar. Pedí la cuenta y una nueva botella de champagne. Salimos abrazados, y apenas subimos al auto, nos besamos , tocándonos completamente, mis manos se perdidas bajo su vestido, ya acariciando su mojado calzón y las de ella apretándome fuertemente mi verga. Puse en marcha el auto y en cinco minutos, entre al primer motel que apareció en el camino.
Apena cerramos la puerta, volvimos abrazarnos. Mis manos subieron su falda y se aferraron a sus ricas nalgas. Ella desesperadamente me desabrochaba mi camisa mientras continuábamos besándonos. Al desabrochar mis pantalones y al bajármelos, quedó arrodillada ante mi y tomando mi verga en sus manos la metió dentro de su boca, dándome un placer indescriptible mientras con sus manos me apretaba fuertemente las nalgas.
La hice levantarse y al soltar su vestido este cayo al piso, dejándola con un conjunto blanco muy sensual. Caímos a la cama y rápidamente le saque su brasier y sus calzones, dejándola completamente desnuda. Su cuerpo era increíble. A pesar de sus edad sus pechos se mantenían muy duros. Sus pezones fueron presa de mis labios lo que por ni un momento dejaron de acariciados.
Mi madre de espalda y yo a su lado, con mi cabeza entre sus pechos y mi mano en su entrepierna metiéndole un dedo por su lubricada abertura. Ella se retorcía de placer, dejándome hacer con ella todo lo que quisiera. No aguante mucho y besando su vientre comencé a bajar hasta colocarme entre sus piernas y sumergirme por ese húmedo lugar donde muchos años antes había llegado yo al mundo. Su sabor era exquisito y quiso hacerme detener, pero me dí cuenta de su inminente orgasmo no me detuve hasta que mi boca se llenó completamente con sus jugos.
Caí de espaldas a la cama y ella sentándose sobre mi, me agarró la verga y se la metió de un golpe hasta el fondo de su concha.
Mientras me cabalgaba, apoyando sus brazos al lado de mis hombros me pasaba sus hermosas sus tetas por la cara., yo solo sacaba mi lengua para chupárselas , ya que mis manos no soltaban sus nalgas.
Mira como me tienes hijo, con toda tu verga ensartada dentro de mi!
Si madre y tu con tus tetas en mi cara!, que ricas las tienes!
Chúpamelas!!!!! hijo mío, hoy soy tu hembra, has de mi todo lo que quieras !!!!
Me encanta tu cuerpo mamá, mira que tetas mas ricas tienes, siente como te agarro el culo !!!!!!
Siiiiiii me encanta sentir tus manos en mi cuerpo !!!!!!!
Uuyyyyyyy como me aprietas mi verga, es exquisito !!!!!!!
Déjame que me doy vuelta !!!!!!!!
Se da vuelta, dándome la espalda, sentándose nuevamente sobre mi verga se la enterró entera. Ahora la visión de su culo era mucho mejor.
Estaba sorprendido con lo caliente que era mi madre de su energía. Ahora entiendo de donde heredé eso de ser tan caliente al punto de que muchas mujeres me detenían o no me dejaban hacer todo lo que yo quería. Mirándome hacia atrás, me dijo que me pusiera duro y no me moviera. Se saco la verga de su concha y mientras se separaba las nalgas se la fue metiendo poco a poco en su culo. Menos mal que yo había bebido tanto, que me encontraba muy duro de acabar, por que o si no, en ese mismo momento le hubiese llenado el culo a mi madre con todo el semen que tenía acumulado. Sin sacarla de ahí, se dio vuelta y me quedó mirando. Su cara demostraba el inmenso placer que estaba sintiendo. Tomo la botella de champagne y la abrió. La espuma salió mojando mi pecho. Ella le dio un gran sorbo y dejando algo en su boca, me beso traspasando el liquido a mi boca. Mientras la penetraba ella me hablaba de las cosas que le estaba haciendo, se notaba que eso la excitaba mas aun.
Le dije que fue exquisito sentir como acababa en mi boca.
No me lo digas que me vas hacer acabar de nuevo
Eso quiero, pero que o hagas de nuevo en mi boca.
¿ de verdad te gusto?
Si me encantó
Pues toma !!!!
Y corriéndose un poco mas arriba sentada sobre mi pecho, me dejó su concha nuevamente en la boca. Yo mientras se la chupaba veía el pacer que estaba sintiendo. Tomo la botella de champagne y se la vació en el pecho. El licor bajo entre sus pechos, recorriendo su vientre y metiéndose entre sus piernas, llegando hasta su vagina, donde fue recibido por mi boca. Así comencé a beber champagne directamente de la concha de mi madre. Ella al verme hacerlo, me entregó la botella y se comenzó a masturbar a pocos centímetros de mi boca.
Me tienes muy caliente hijo !!!!!!! Dime que soy tu perra hijo... soy tu perra !!!!!!!
Ere una perra caliente madre y me encanta ( mientras ella seguía masturbándose )
Que placer siento !!!!!!!!
Eres una vieja caliente y quiero que me la chupes!!!!!!! ¡¡¡¡quiero hacer un 69 contigo y acabar en tu boca y tu en la mia. !!!!!!!!
Siiiiii déjame chupártela
Antes que me la chupara, me vacié un poco de champagne en mi verga y mi madre se colocó nuevamente sobre mi , dejándome su concha nuevamente en mi cara, y mi verga dentro de su boca.
Comenzó a darme una chupada espectacular, bajando hasta mis huevos, los que se metía completamente dentro de la boca, haciéndome aveces sentir un leve pero placentero dolor. Tanto bajo su lengua que hasta la entrada de mi culo se vio beneficiada con esa rica lenguita.
Por mi parte, le vaciaba la champagne entre sus nalgas la que nuevamente recorriendo su culo, llegaban a parar a su concha siendo recibida por mi lengua. Mi madre me quitó el envase y en su totalidad me lo vacío en mis partes íntimas, podía sentir como su lengua recogía todo el liquido que se esparcida a través de mi verga, mi ingle, mis piernas, mi culo, ningún lugar quedo sin sentir esa rica lengua.
Le dí un beso negro saboreando el sabor de la champagne por todo su trasero. Ella como premió se metió mi verga hasta la garganta, haciendo chocar sus labios contra mi pelvis en una clara señal que la tenía en su totalidad en su boca.
Comencé a quejarme y mi madre se dio cuenta de que mi explosión era inminente. Aumento sus chupadas y yo las mías hasta que de mi verga, como un volcán comenzó a botar una cantidad de semen blanco y caliente los que fueron a parar directamente a la boca de mi madre, al mismo tiempo que ella me inundaba la boca con su delicioso néctar.
Seguimos chupándonos en esa posición, ya sin fuerzas. Ambos estabamos completamente mojados con el sudor de la relación sumado a la champagne.
Mi madre se acostó a mi lado. Yo la abracé por detrás, colocando mi verga ya cansada entre sus nalgas y mis manos en sus gloriosas tetas. Y en esta posición nos quedamos dormidos abrazados hasta el otro día.
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