El regalo de cumpleaños de mi mujer

Decido hacer realidad una de las fantasias de mi mujer, regalándole por su cumpleaños el disponer de dos pollas para ella.

Se acerca su cumpleaños, no sé qué regalarle. Siempre le hago el mismo tipo de regalos, y me gustaría cambiar. Se me ocurre una idea.

Siempre me niega que le gusten los tríos, y yo, muchas veces, mientras follamos, le pregunto si no le gustaría tener dos pollas para ella sola, y ella me dice que no, que sólo quiere la mía.

-Pues a mí sí me gustaría hacerlo con dos chicas,-le digo,- esa sensación de tener dos lenguas en la polla…mmm, debe ser impresionante.

De todos modos, ni ella ni yo parecíamos propensos a este tipo de aventuras.  Aunque nos excitaba ver películas pornográficas en las que había algún trío. Con todo esto, pensé: ¿Y si me atrevo? Los dos nos queremos mucho, no tiene porqué ser un problema. Y me decidí, lo primero era elegir a la persona, era difícil. Un desconocido no me parecía suficientemente morboso ni seguro, así que hablé con un amigo. Ni muy cercano, ni poco conocido, pero sí suficientemente discreto. De hecho elegí uno casado, para que no pudiese hablar, y lo suficientemente caliente como para aceptar mi proposición.

La noche de su cumpleaños, un miércoles, cenamos en casa, íbamos a celebrarlo el sábado siguiente, pero tuvimos una cena especial para los dos. Ella llevaba una falda suelta por encima de las rodillas y una blusa blanca semitransparente. Cerveza, vino, buena comida, pero no demasiado abundante, ya que después íbamos a follar. Lo que ella no sabía era que iba a tener doble trabajo. Acabamos de cenar, y mientras charlábamos, acabamos la botella de vino. Yo le ponía un poco más a ella, para que se soltara y no se pusiera a gritar al darse cuenta del regalo que le tenía preparado. La verdad es que yo ya estaba medio empalmado y nerviosillo por lo que iba a pasar. ¿Cómo reaccionaría ella?

En cuanto acabamos el vino, me excusé un momento para ir al baño, me llevé el teléfono móvil y llamé a mi amigo. Era la señal, en cuanto viera mi número en su teléfono, le diría a su mujer que salía a tomar café y vendría a mi casa. Le había dado mis llaves, y le había dicho a mi chica que me las había dejado en el trabajo. Perfecto, se lo creyó.

Salí del baño completamente empalmado, quizá mi polla quería estar a tope para quedar mejor que la de mi amigo.

Los hombres somos animales territoriales, ya se sabe, y aunque era una situación generada por mí, tenía que demostrarle que no se había equivocado al elegirme a mí como amante.

Me acerqué a ella, comencé a besarla, ella ya me esperaba con la blusa medio desabrochada, le mordisqueé el cuello mientras mis manos se metían en su blusa, no llevaba sujetador, ¿para qué, si estábamos cenando en casa?

Mis dedos pellizcaban sus pezones, que se endurecían por momentos, bajó su mano a mi polla, me sobaba por encima del pantalón.

Me susurró: Ya está dura...mmmmhhh....

Empezó a desabrocharme y a sobarme por encima de los boxer, estaba durísima. Su blusa ya estaba tirada por el sofá, así que mi mano bajó a sus rodillas, donde empezaba la abertura de su falda, y subió despacio por el interior de sus muslos, hasta sus bragas, que empezaban a estar mojadas.

Posé mi mano sobre sus bragas, estaban calientes, metí un dedo por el lateral y empecé a acariciar su clítoris.

Ella emitía suaves gemidos en mi oído, mientras seguía acariciándome la polla, me apartó el boxer y empezó a masturbarme despacio.

Me puse de pie para quitarme los pantalones y la camisa, y ella se lanzó a chupar mi polla después de apartar las bragas, dejándose la falda puesta.

Le agarré la cabeza y estuve unos segundos disfrutando, pero le dije que nos fuéramos a la cama.

Yo pensé que quizá no me quedaba demasiado tiempo, así que decidí decirle que iba a vendarle los ojos, para que disfrutara más, evidentemente, se dejó, ¿cómo se iba a esperar el regalito que estaba a punto de llegar?

La acosté, y empecé a lamerle el coño. A los pocos minutos entró sin hacer ruido mi amigo en la casa y vino a la habitación, le indiqué a mi amigo que se desnudase y pude observar que estaba ya empalmado de ver la situación. Le indiqué que se arrodillara delante de ella. Respiré aliviado al ver que su polla era de un tamaño parecido a la mía, volvemos a la territorialidad… Él le cogió la cabeza y la acercó a su polla, ella abrió su boca y empezó a chupar. Entonces me puse detrás de ella, y al tocar la cama ella notó que allí pasaba algo, así que rápidamente le cogí las tetas y le susurré al oído: “Todo va bien, verás qué bien lo vas a pasar, dos pollas para ti solita”, y le solté las manos, pero le dije que por favor no se soltara la venda, supongo que si le veía, se cortaría y ya no sería lo mismo. Lo mejor era que no supiera quien era para que actuara con soltura.

Yo seguía acariciándole las tetas mientras ella se la chupaba a mi amigo.

Sería el alcohol, pero no se quejó, y eso que yo me temía que se fuera corriendo.

Siguió chupando, y ahora se ayudaba con las manos, le lamía la punta y le masturbaba…tampoco sabía cómo iba a reaccionar yo, pero la verdad es que al verla así, tan excitada, y chupándosela a otro, me puse a cien.

Me acerqué por un lado, y le dije a mi amigo que se hiciera a un lado. Ahora ella tenía una polla a cada lado, con la mano derecha cogía la de mi amigo, y yo le dirigí la izquierda hacia la mía, nos masturbaba a los dos y su boca iba de una polla a la otra, chupaba, lamía, soplaba, estaba excitadísima.

Nos estiró las pollas para obligarnos a estar más cerca de su boca, y así nos tocaba a los dos con cada lado de su lengua. Qué placer…Entonces dijo:”Folladme”.

Ella ya estaba mojadísima, le dije que se pusiera a cuatro patas. me puse detrás, y mi amigo pasó delante, yo le metí la punta, mientras mi amigo ya se la ponía en la boca. Entonces se la clavé toda, y ella empezó a gemir, estaba en el cielo, dos hombres para ella sola, yo era feliz al verla así.

Estuve dándole un rato, mi ingle chocaba con sus nalgas y temblaban, se la metía toda, y ella se comía como una loca la polla que tenía delante, entonces le dije a mi amigo que cambiáramos la situación, se puso él detrás y empezó a metérsela.

Cuando empezó a chupármela le pregunté si se lo estaba pasando bien, asintió con la cabeza, pasando su lengua por mi glande.....gemía como una loca....mi amigo la cogía por las caderas para penetrarla mejor....yo levanté mi polla para que me lamiera los huevos, yo tampoco lo estaba pasando nada mal.

Cuando me di cuenta de que ella estaba cerca de correrse, le dije a mi amigo que la sacara, y que se acostara boca arriba, para que ella se pusiera encima...entonces yo me puse a un lado, y ella, mientras saltaba, me la seguía chupando...mi amigo le cogía las tetas.....entonces me dijo: “metémela detrás, fóllame por el culo, como a ti te gusta”.

Me puse detrás, le lubriqué el ano con el dedo, y empecé a clavarla despacio para no hacerle daño, así empezamos a movernos los tres a la vez.

Ella pasó una mano hacia detrás y me cogió la cabeza para que me acercara a besarla. Yo le cogí las tetas desde detrás, se la metía cada vez más dentro y ella apretaba con su coño la polla de mi amigo…hasta que se corrió, con un grito de placer.

Nos pidió que siguiéramos un momento, que no las sacáramos aún, y la obedecimos.

Cuando ella dejó de moverse, exhausta de placer, acercamos las pollas a su boca, uno por cada lado....empezó a masturbarnos y lamernos, uno tras otro....entonces mi amigo notó que le venía y dirigió su polla a las tetas de mi chica, soltándole un buen chorro de leche....yo me excité al ver aquello, y, al tener ya su boca sólo para mí, me corrí en ella. Mi leche le rebosaba por los labios, le rodó por su cuello y se unió en sus pechos blancos, con la de mi compañero de placer.

Me limpió los restos que había en mi polla, y los sorbió…

Él ya se estaba apartando y yéndose para no estar allí cuando ella se quitara la venda, como habíamos acordado.

Ya le diría yo quién había sido… ¿o no?