El regalo
Eran las 21:45 de una noche de sábado cualquiera, no me apetecía salir y como mis amigas habían salido, estaba sola en casa, con un pantalón corto ancho, una camiseta de basket enorme y el pelo alborotado recogido de cualquier manera. Estaba tirada en el sofá con un cuenco lleno de helado....
Eran las 21:45 de una noche de sábado cualquiera, no me apetecía salir y como mis amigas habían salido, estaba sola en casa, con un pantalón corto ancho, una camiseta de basket enorme y el pelo alborotado recogido de cualquier manera. Estaba tirada en el sofá con un cuenco lleno de helado con sirope de chocolate viendo una película de terror.
No esperaba a nadie, así que cuando sonó el timbre, me asusté, salté encima del sofá pegando tal grito, que me volví a asustar. Cuando me calmé, bajé del sofá y me dirigí a abrir la puerta. Y allí estaba yo, con la boca abierta, muda y con cara de haber visto un fantasma, delante de mi estaba TJ, con su sonrisa arrebatadora mirándome de arriba a abajo con una mano apoyada en el marco y con una bolsa en la otra.
– ¿Puedo pasar? ¿Que estabas haciendo?
– Ah… Esto… Estaba viendo una peli de terror. -Conseguí decir después de recomponerme.- Claro, claro, pasa.
Me hice a un lado y lo dejé pasar mientras intentaba peinarme el pelo con las manos sin lograrlo.
TJ es el chico mas guapo que he conocido nunca, alto, muy alto, piernas largas y atléticas, cuerpo fibroso sin llegar a estar musculado (odio a los armarios empotrados de los gimnasios), pelo moreno casi negro corto pero un poco mas largo por delante, con un poco de tupé, ojos grandes y almendrados de color castaño con pintas verdes y unas pestañas largas y espesas, y unos labios… Mmm sus labios, carnosos, suaves, invitan al pecado. Y ahí estaba en mi salón con unos vaqueros que marcaban su bonito culo y una camiseta negra que marcaba su figura.
– ¿Que te trae por aquí? – Le dije mirándole a los labios y casi ronroneando, algo que me salía solo cada vez que tenía cerca a TJ.-
– Pues de casualidad me he enterado que no habías salido y he aprovechado para traerte un regalo que compré para ti en Alemania.
– ¿Y qué tal tu viaje por Alemania? – Dije acercándome mas a él.-
– Aburrido, si hubieras venido conmigo como te pedí, habría sido mas placentero . – Y esto último lo dijo arrastrando las sílabas.-
– Bueno, ahora me tienes aquí, ¿Puedo ver mi regalo? . –
– Claro, toma. – estiró el brazo y sacó de la bolsa una caja alargada, dorada.-
Sostuve la caja en mis manos, observándola y tiré de la solapa para abrirla, al abrirla miré hacia TJ y empecé a reírme y acercarme mas a él. Saqué el vibrador de la caja y sosteniéndolo delante de él, le dije:
– Ahora tendremos que probarlo, ¿no?
Y sin más, TJ envolvió mi cara con sus manos y se acercó para juntar sus labios con los míos, al principio fue un beso suave, pero acabó siendo un beso lleno de deseo y pasión, mordió mi labio inferior y chupandolo fue quitándome la camiseta, cuando me arrancó la camiseta y me pegué de nuevo a su pecho se percató de que no llevaba sujetador y de su garganta arrancó un gemido ronco. Empezó a bajar besándome por el cuello, la mandíbula, dejando un reguero de besos hasta uno de mis pechos, que atrapó con sus dientes y empezó a morder y chupar como sólo el sabe hacer. Me separé un poco para quitarle la camiseta y casi al instante volvió a atrapar mi pecho y atacar de nuevo el pezón, que devoró sin compasión hasta que estaba tan duro y sensible que rozaba el dolor. Empezó a bajar hacia mi abdomen lamiendo con su lengua, por el ombligo, hasta que llegó al elástico del pantalón, que cogió con los dientes y bajó hasta los muslos encima de las rodillas, al percatarse que tampoco llevaba ropa interior debajo de los pantalones, me miró y su sonrisa se ensanchó. Me cogió de las caderas y me empujó hasta el sofá, cuando me tuvo allí, terminó de quitarme los pantalones y puso el vibrador en mi vientre y mirándome desde la cara hasta el pubis me dijo con voz ronca:
– Enséñame como funciona, pruébalo. – Su voz sonó casi como una orden y eso hizo que me encendiera y sintiera punzadas en la entrepierna y el calor me inundara.-
Encendí el vibrador y me dio un sobre de color plata brillante de plástico, era lubricante, lo rasgué y deslicé el lubricante por todo el contorno del vibrador y después lo bajé hasta mi entre pierna y empecé a deslizarlo por el clítoris. El calor empezó a incrementarse y mirándo a TJ a los ojos abrí mas las piernas, él no quitaba los ojos de mi pubis, seguía el vibrador con ellos y comenzó a tocarse por encima de los pantalones. Me encantaba que me mirara con ese deseo y más aún verlo tocarse sabiendo que era yo la que lo excitaba de esa manera tocándome, me sentía poderosa.
– Des… Desnúdate… – Dije con la voz entrecortada.-
Desabrochó los botones uno a uno mientras seguía disfrutando de mi espectáculo y dejó caer los pantalones, para mi sorpresa no llevaba ropa interior. Estaba duro y preparado, Dios, era todo un espectáculo, en ese momento me penetré con el vibrador y de su boca salió un suspiro hondo y un gruñido ronco, yo seguía penetrándome, con embestidas profundas y lentas y lo miraba tocarse. Pero deseaba tenerlo mas cerca, dentro de mí y alargando una mano, lo cogí de uno de los muslos y le dije:
– Dámela… Da… Dámela .
Él ya sabía a que me refería, me humedecí los labios con la lengua y ayudándose de una mano introdujo su polla en mi boca, yo seguía mi tortura con el vibrador, con penetraciones cada vez más profundas y rápidas y el me penetraba la boca con la polla, yo chupaba y lamía la punta cada vez que salía, me puse tan cachonda que empecé a aumentar la intensidad y las penetraciones y subí el programa de vibración del aparato, no iba a durar mucho, puse una mano en la nalga de TJ y le empujé mas al fondo, instándolo a que aumentará el ritmo, pidiéndole que no alargara mas la tortura, esa placentera tortura.
Sentí como se iba formando el orgasmo en todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo, el placer era indescriptible, TJ seguía con sus acometidas en mi boca, yo seguía incitándolo a que siguiera, que no parara, chupaba y succionaba y giraba la cabeza de un lado a otro en semicírculos, quería que el se corriera antes que yo, quería que viera como me corría con su regalo. Saqué el vibrador de mi para centrarme en él, le cogí por la base de la polla y empecé a succionar con fuerza, a lamer a girar y cada vez más rápido mientras me ayudaba con la mano, la sacaba y jugaba con la lengua lamiendo rápidamente la punta, bajaba a la base y subía lamiendo y la metía de nuevo en mi boca, incrementé el ritmo hasta que me dijo que no podía más, que se corría, la cogí con fuerza succionando y cuando noté las primeras gotas de semen la saqué y me ayudé con la mano para que se corriera en mi cara, mi boca, mi pecho, el gruñía y se retorcía encima de mi, volví a meterla en mi boca y lentamente la lamí y la succioné hasta arrancar hasta la última gota. Cuando salió de mí, aún tenía los ojos brillantes y oscuros de deseo y me instó a que terminara yo. Volví a encender el vibrador y lo llevé a mi clítoris bajo su atenta mirada, mientras me masturbaba el me pellizcaba los pezones, los estrujaba, introduje el aparato en mi abertura y comencé de nuevo con las penetraciones, primero lentas para después ir subiendo la intensidad y profundidad poco a poco. El me pedía que me corriera, subí las piernas abriéndome mas y logrando más profundidad, mientras me penetraba la parte de arriba del aparato me estimulaba el clítoris y notaba como me llegaba el orgasmo, empecé a follarme esa polla de goma como si no hubiera un mañana, el gemía y se tocaba a mi lado pidiéndome más. Empezó a bajarme el calor desde la columna hasta la entrepierna, ese calor tan familiar que me indicaba que el orgasmo estaba cerca. Seguía con las embestidas, dentro, fuera, dentro, fuera, me retorcía y me movía buscando más profundidad y llegó el orgasmo, un estallido de placer desde mi clítoris que se fue extendiendo por todo el cuerpo y empecé a bajar la intensidad de las embestidas para alargar el orgasmo. Abrí los ojos, que hasta ahora mantenía entornados y vi a TJ que llegaba al orgasmo otra vez, saqué el vibrador de mi y sonreí satisfecha. Bonito regalo.
Kat.
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