El Refugio (7)

Fuimos acabando de comernos los bocadillos y Dani preparó unos cafés...

Fuimos acabando de comernos los bocadillos y Dani preparó unos cafés para rematar, lo recogimos todo y nos dispusimos a seguir con el trayecto.

YO: Si quieres que conduzca, me lo dices y descansas un rato.

DANI: No, vosotros quedaros por aquí atrás y os vais conociendo que creo que os llevaréis muy bien.

YO: Daniii.

DANI: Tranquilo hombre, lo digo con buena intención.

Se acercó donde estaba yo hablándome bajando la voz para que ella no lo escuchara.

DANI: No sabes lo que me he sorprendido esta mañana cuando la he visto con ese vestidito.

Se giró con una sonrisa sentándose poniendo en marcha el vehículo, a mi me dio la sensación que Eva estaba jugando con los dos como le daba la gana.

DANI: Colocaros bien que seguimos el viaje.

Eva cerró un armario y me izo una señal con la mano para que fuera con ella, abrió una puerta corredera del fondo de la caravana y me metió en la habitación con una cama bastante grande.

EVA: Dale Dani que ya estamos colocados.

Nos empezamos a mover y Eva se estiró dando unas palmaditas encima para que me estirara a su lado, yo me aguantaba donde podía para no caerme con el movimiento.

EVA (riendo): Ven aquí hombre a mi lado, que no te voy a comer.

Me estiré porque si no veía que me acabaría dando un talegazo con tanto traqueteo, Eva me miró sonriendo.

YO: Quiero que sepas que veo perfectamente cómo estás jugando con nosotros, lo que pienso es que has hecho con Dani lo que has querido siempre, la fantasía de verte follar con otro no es suya, es tuya cabrona y te las has ingeniado para hacer que él piense que necesita ese morbo.

Me miró fijamente haciendo un silencio.

YO: No hace falta que esfuerces tú cabeza para ver cómo me vas a convencer de otra cosa, lo tengo muy claro.

EVA: Cómo coño lo has sabido cabrón.

YO: Me acaba de decir Dani que le ha sorprendido verte con ese vestido esta mañana, él no te ha convencido, te lo has puesto tú para seducirme como te diera la gana.

Con la cara pagaba, la había enganchado de lleno.

EVA (preocupada): ¿Qué quieres hacer Mark?

Le sonreí mirándole los ojos.

YO: Estar aquí contigo.

Me puse boca arriba cogiéndole la cabeza para ponerla encima de mi hombro pasándole el brazo por la espalda, ella se colocó de lado juntando su cuerpo al mío, dejé pasar un poco de tiempo sin hablar.

YO: Mientras tanto me pensaré si comerte el coño, que antes me he quedado con las ganas.

Se le escapó la risa abrazándome más fuerte, acercó sus labios a mi cuello besándomelo suavemente.

EVA: Te lo vuelvo a preguntar, ¿qué harás con nosotros Mark?

Hacía rato que estaba pensando en mi hermana y su actitud con Jésica, la chica que conoció en la playa.

YO: Tú marido hará lo que quiera, pero tú vas a hacer lo que yo te diga sin rechistar, o al menos mientras esté con vosotros.

Levantó la cabeza mirándome con sorpresa, el semblante le fue cambiando mientras lo pensaba cambiándole la cara a una de vicio.

EVA: Haré lo que quieras pero no nos dejes solos por favor.

YO: ¿Qué no os deje? o ¿qué no te deje a ti?

EVA: A mi joder, que rabia me da que me hayas calado coño.

Le pasé la mano por la nuca y le volví apoyar la cabeza en mi hombro.

YO: En la próxima parada sabré si voy a seguir este viaje con vosotros o me vuelvo a casa.

EVA: ¿Cómo lo sabrás?

YO: Tendrás que esperar querida, será la prueba para saber de lo que vais vosotros dos.

Se quedó un rato quieta y sin decir nada, me giré y la dejé mirando para arriba, abrió la boca para decirme algo y le puse un dedo encima de sus labios para que se callara, de sus labios lo bajé a su barbilla y de la barbilla pasando por el cuello lo llevé hasta la cremallera que le cerraba el vestido en medio de las tetas, la cogí con dos dedos y se la fui bajando poco a poco a ella se le empezó a hinchar el pecho en cada respiración de lo nerviosa que se estaba poniendo, llegué al final desabrochándola, le abrí el vestido a un lado y al otro, su pecho cada vez subía más y la respiración se le podía oír, estaba quieta enseñándome las bragas y el sujetador a juego, volví a mover el dedo por sus labios rozándolos, los entreabrió cerrando los ojos, le metí un poco el dedo en la boca y me lo toco con la lengua, fui haciendo círculos para que la abriera más mientras ella jugaba con su lengua, lo fui levantando despacio y ella lo siguió con la boca abierta para que no se lo quitara, sacando la lengua.

Me miraba con carita de pena y cachonda, le volví a meter el dedo chupándolo con fuerza, lo saqué lleno de saliva y lo pasé de nuevo por la barbilla, el cuello y llegué encima del canalillo que le hacían las dos buenas tetas que tenía, volvió con la respiración excitada, lo pasé por el medio de las tetas siguiendo la forma por los lados siempre por encima del sujetador, dejó ir un pequeño gemido de lo caliente que la estaba poniendo, lo fui bajando hasta el ombligo dándole algunas vueltas y acabé de bajarlo para contactar con las goma de las bragas siguiéndola para un lado bajando por la ingle para acabar por el muslo, ella cerraba los ojos mordiéndose los labios, acerqué mis labios a su oído pidiéndole susurrando que se girara, al hacerlo aproveché para quitarle el vestido, le volví a poner el dedo donde lo había dejado, en el muslo subiéndolo despacio para seguir el contorno de las bragas sin tocarle el coño pero si se lo puse encima del agujero del culo apretando suavemente, dio un gemido moviéndose un poco, lo fui subiendo por la raja hasta tocarle la espalda pasándoselo por toda la columna hasta llegar al cuello, le volví a susurrar.

YO: Ahora descansa un poco hasta que paremos.

EVA (susurrando): A ver quien tiene cojones de descansar después de cómo me has puesto cabrón.

Sonreí dándole un beso cariñoso en la cara y me estiré a su lado tocándole el pelo.

Esperamos hasta que notamos que estábamos parando en algún lugar, cuando paró totalmente nos levantamos y le dije que se pusiera el vestido, me puse delante de ella colocándole bien el pelo y le bajé la cremallera por debajo del sujetador, salimos y nos encontramos con Dani en medio del salón mirándonos sin saber que decir.

YO: Hemos estado en la cama pero no te preocupes que sigue estando igual de entera que antes.

DANI: Joder, pensaba que habíais estado follando como locos ahí dentro.

YO: No, no lo hemos hecho, siéntate por favor.

Se sentó nervioso en un sillón mirándonos sin saber de qué iba aquello.

YO: Eva, arrodíllate con las manos en la espalda y no las muevas.

Su mujer me obedeció sin decir nada mirando al suelo, él abrió los ojos y la boca viendo lo que había hecho Eva.

YO: Muy bien, te lo pregunto una vez, ¿quieres jugar?

Le empezó a temblar el labio sin que le salieran las palabras.

DANI: Jugar, ¿a qué?

YO: Lo sabes perfectamente, me habéis traído con vosotros para jugar conmigo, te lo vuelvo a preguntar, ¿quieres jugar?, o lo dejamos todo como estaba y a mí me dejáis tranquilo.

Eva levantó la cabeza mirándome abriendo los ojos, yo miraba a Dani y Dani miraba a su mujer, Eva miró a su marido y pareció que durante un momento se interrogaban con la mirada hasta que Eva levantó y bajó suavemente su cabeza, Dani me miró, tragó saliva y también me lo confirmó con la cabeza, tuve claro que era la primera vez que se atrevían a intentar algo fuera de su relación y me dio confianza, así que me lancé para saber si ellos serían capaces de seguir o los celos lo desmontarían todo, me acerqué a Eva y me bajé la cremallera del pantalón.

YO (mirando a Dani): Le voy a meter a tú mujer la polla en la boca hasta correrme, si te levantas de ese sillón paro y se acabó el juego para todo el viaje.

Se movió nervioso en el sillón mirando a Eva, ella seguía arrodillada con las manos detrás sin hablar con sus ojos clavados en mí, me saqué la polla medio morcillona que la tenía de tanto jueguecito acercándosela a la boca, me giré para mirar a Dani que tenía los ojos muy abiertos pero no le vi ninguna intención de parar aquello, nos miramos con Eva a los ojos y le rocé con la punta los labios, que ella abrió rápidamente para que la pusiera entre ellos sacando la lengua pasándomela por encima de la punta, la polla se me fue endureciendo y la empecé a entrar dentro de su boca, cerró los labios atrapándola, chupándola con fuerza, miré de reojo a Dani y se estaba tocando por encima del pantalón sin perderse detalle, le cogí del pelo, me miró a los ojos como adivinando lo que iba a hacer, se la fui metiendo poco a poco profundizando en su boca hasta llegar hasta la garganta, sacándola de nuevo con ella respirando profundamente.

YO: Ahora te la voy a meter hasta el fondo para que te la tragues toda.

Lo decía para ver si alguno de los dos reaccionaba y se arrepentía de haber empezado, pero Eva me miraba convencida de querer seguir hasta donde fuera y Dani cada vez se le veía más excitado, se la fui metiendo hasta no poder más y todavía quedaba un poquito para tenerla entera dentro de su boca, Eva hizo un gesto con la cabeza apretando metiéndosela cerrando los labios presionándomela, aguantó un arcada haciendo fuerza contra mi polla y le vino otra que le hizo sacarla ahogándose, dejándomela totalmente llena de babas poniéndose las manos delante de la boca para toser y que le callera la saliva en las manos.

YO: Te he dicho que no muevas las manos de detrás, metete la saliva en la boca y sigue con lo tuyo.

Se lamió las manos metiéndose la saliva otra vez en la boca y volvió a la posición original, abriendo la boca esperando que yo hiciera lo que quisiera, se la volví a meter por la mitad indicándole que me la chupara y succionara con fuerza, mientras lo hacía se la escapaban unos ruiditos de la boca, Dani se sacó la polla empezando con una paja totalmente desquiciado.

YO: Dame las bragas.

Eva me miró con sorpresa pero siguió mamando bajando las manos para cogerse las bragas por debajo del vestido quitándoselas, las puso en alto con una mano y se las cogí poniéndomelas en la nariz oliéndolas, Dani me miraba que se moría por que se las pasara.

YO: ¿Qué pasa Dani?, ¿quieres olerle las bragas a tú mujer?, están mojadísimas de lo cachonda que está, Eva métete dos dedos en el coño y hazte una paja hasta correrte.

Ella gimió y se metió la mano por abajo moviéndola escuchándose el ruido de sus dedos rozando con las humedad de su coño, le empecé a follar la boca metiéndosela casi toda dentro en cada embestida, al ruido del chichi con sus dedos se unió el que le salía de la boca con el roce con mi polla, Dani estaba a punto de reventar y Eva cada vez gemía ahogadamente más seguido, le tiré las bragas a su marido que las cogió en el aire poniéndoselas en la nariz como una mascarilla esnifando como un drogadicto, Eva paró un momento de chupar corriéndose a gritos moviendo el cuerpo, arrastrando a Dani a gemir con fuerza empezando a lanzar chorros de semen por la polla que llegaron muy cerca de donde estábamos nosotros, se la saqué de la boca haciéndome una paja, le cogí la cara por debajo de la barbilla abriéndole la boca dejándola delante de mi cipote, se dio cuenta de lo que buscaba y sacó la lengua para intentar tocar la punta de la polla, justo en el momento que contactaba con ella salió el primer disparo dándole en la lengua, el segundo se lo metí en la boca, los que vinieron después se los repartí entre los labios y la cara acabando con los últimos más flojos dentro de su boca, chupándomela para sacarme hasta la última gota, se la saqué y ella abrió la boca cayéndole la leche por los lados respirando los tres aceleradamente, Eva paró un momento de jadear tragándose el semen que todavía tenía en la boca siguiendo con la respiración.

DANI: ¡Joooder!, esto ha sido lo más excitante que he hecho en mi vida.

Eva nos miraba a los dos sonriendo sin decir nada.

YO: Eva cariño ve a lavarte esa carita por favor.

Se levantó mirándome a los ojos y se fue abriendo una puerta donde había un pequeño cuarto de baño, cuando salió fui yo a lavarme la polla, al volver estaban los dos sentados juntos hablando.

YO: ¿Todo bien, o me bajo y empiezo a hacer dedo para volver a casa?

Se miraron entre ellos riendo.

DANI: Tú no te vas a ninguna parte majo, estas vacaciones van a ser inolvidables.

Y no le faltaba razón a mi amigo, yo estaba tan alucinado como ellos aunque intentaba disimularlo. Me estaba entrando un morbo tremendo de pensar lo que podría hacer con ellos aquellos días.