El Refugio (22)

Pegué un grito enorme...

Pegué un grito enorme y me senté en la cama sudando, Judit se arrodilló a mi lado cogiéndome la cara con sus dos manos mirándome asustada.

JUDIT: ¿Qué te pasa cariño?, todo está bien, todo está bien, tranquilo.

YO: Una pesadilla, joder, una pesadilla, lo he pasado fatal.

Me abrazó poniéndome la cabeza en su pecho.

JUDIT: Ya está cariño, ya está.

Me dejé caer apoyando la espalda en la cama recuperándome del susto, le di un beso a Judit y me levanté a beber agua, estaba desvelado, repasé que todas las puertas y ventanas estaban bien cerradas, cogí un vaso de agua fresca y me senté en un sillón mirando al jardín pensando, que le hicieran daño a Judit era algo que mi cabeza no podía soportar, la quería tanto que era totalmente vulnerable por ese lado, así que el día siguiente hablé con mi padre porque él sabía quiénes eran competentes, contraté los servicios de una empresa de seguridad para ponerle guardaespaldas, durante la comida se lo dije.

YO: Judit cariño escúchame y no me lo discutas porque ya está decidido, a partir de mañana tendrás una o dos personas que vigilaran tú seguridad, intentaran no entrometerse en tú vida y que casi no notes que están ahí pero estarán, lo necesito para vivir tranquilo.

Supongo que me vio tan seguro de lo que le decía que no discutió lo más mínimo.

JUDIT: ¿Tiene algo que ver tú pesadilla?

YO: Sí.

JUDIT: De acuerdo.

El sábado nos reunimos los seis de las vacaciones en casa, tomamos café sentados alrededor de la mesa, les enseñé las fotos de la auto caravana que veía más interesante, decidimos la ruta a hacer por la costa, a todos nos apetecía ir de playa en playa, quedamos en cómo hacer las compras iniciales de comida y bebida para empezar, saldríamos desde casa porque era el mejor sitio para tener la caravana antes de salir.

Judit iba siempre protegida, por las mañanas normalmente estaba en la oficina conmigo pero siempre había alguien cerca por si tenía que salir, por las tardes si quería ir de compras o a cualquier parte sola, o con su hermana Eva que salían muchas veces juntas, siempre las acompañaban los de seguridad en coche, o la seguían si quería conducir ella el suyo o se desplazaban en el de Eva, en casa por la noche también teníamos a alguien haciendo guardia por fuera de la casa, puede que llegara a obsesionarme demasiado, pero con ella no quería correr el más mínimo riesgo y ella así lo entendió, soportando la incomodidad que eso representaba. Para poder seguir con ello tenía que reservar dos parcelas en cada camping que íbamos a estar en las vacaciones, por turnos en otra auto caravana nos iban a acompañar dos personas para seguir haciendo su trabajo de protección.

El día de la salida la caravana ya tenía dentro las bolsas con la ropa de todos, la comida para los primeros días y una bodega de vino, cerveza y alcohol en general con refrescos para emborrachar a todos los clientes de cualquier camping en el que paráramos, salimos de casa con la otra caravana de seguridad detrás, pasamos a buscar a Dani y Eva, después a Elvira y Jésica cogiendo la autopista en dirección a nuestro primer destino, acordamos que cada ciento cincuenta kilómetros aproximadamente nos iríamos intercambian las parejas conduciendo, mi hermana y Jésica no tenían muy claro conducir aquella mole que era enorme, así que las dejábamos conducir en los tramos de autopista que era más fácil, los primeros los hicimos Judit y yo, dentro era como una fiesta todo el viaje, solo se oían risas y gritos, la norma era que él que tenía que conducir en el siguiente turno tenía prohibido beber alcohol, a ver si con la tontería nos íbamos a matar todos por ir borrachos, cada vez que parábamos para hacer un cambio de conductor aprovechábamos para juntarnos todos para hablar y reír, siempre tardábamos demasiado en volver a ponernos en marcha, si era un área de servicio entre pipis de las chicas y si compraban alguna tontería ya ni te cuento, las chicas escogieron para viajar ponerse un pantaloncito corto con una camisa o blusa, Jésica lo llevaba tan corto que le salía media nalga por debajo, a Dani se le iban los ojos y Eva medio en broma medio en serio no paraba de darle collejas para que dejara de mirar, Elvira se descojonaba.

De esta manera ya a punto de anochecer llegamos a nuestro primer camping al lado de la playa, aparcamos aquel armatoste, sacamos el toldo, montamos la mesa exterior con sus sillas y unas hamacas.

EVA: Chicas, vamos a la ducha.

ELVIRA: Yo cojo el turno segunda.

Judit que estaba a su lado, le dio un golpecito para decirle que tenía que coger una toalla y el jabón para ir a las comunitarias, ella como yo el año anterior no había estado jamás en un camping.

Cuando ellas volvieron fuimos nosotros, al regresar estaban preparando la cena y al acabar de cenar empezamos con las copas, mi hermana estaba repanchigada en una de las hamacas.…

ELVIRA: Así que esto es un camping.

JESICA: Cariño, ¿no me digas que no has estado nunca en uno?

Eva, Dani y Judit ya sabían lo mío del año anterior y ya se imaginaban que a mi hermana le pasaba lo mismo.

ELVIRA: Pues no, es la primera vez, ya ves.

JESICA: No me lo puedo creer, ¿ni cuando eras joven?

ELVIRA: He, he, he, que yo soy joven todavía coño.

Empezamos a reírnos.

JESICA: Sí cariño, estas hecha una nena.

ELVIRA: Jésica por favor no me toques el coño que estoy muy relajada.

JUDIT: Y que es lo que hacíais vosotros entonces.

ELVIRA: A tú novio como es un chico, mi padre que es un machista que te cagas, lo enviaba con sus amigos a hoteles de puta madre en el centro de Londres, hacían lo que les salía de los cojones, pero a mí por ser chica me enviaba a un centro en las afueras, que solo habían chicas y que nos llevaban al centro de excursión como si fuéramos un rebaño de ovejas.

EVA: Pero debió de ser una buena experiencia.

ELVIRA: Sí, lo único que aprendí fue a comerme un coño y competir a ver quien se follaba al monitor guaperas.

Las risas se debieron de oír por todo el camping, hasta los guardaespaldas de Judit en la parcela de al lado intentaban disimular la risa.

JESICA: Por eso sabes satisfacerme siempre mi amor.

Elvira miró a Dani.

ELVIRA: Y tú Dani, ¿satisfaces a tú mujer?

DANI: Yo a mi mujer se lo como hasta que……

Eva ya le había dado con la mano abierta en medio de la cabeza.

EVA: Pero tú que vas a explicar ahora “atontao””.

DANI: Coño que nos hacemos cualquier cosa en la cama sin problemas, o es que tú no me la chupas cuando……

Eva volvió a levantar la mano y Dani se tapó la cabeza con las manos agachándose, nos demás nos reíamos.

ELVIRA: Y tú Judit que con esa carita parece que no as roto nunca un plato.

JUDIT: Yo bien gracias.

ELVIRA: Ya lo sé qué estás bien, porque tú novio esta hecho un buen marrano.

JUDIT: Y no sabes cómo me gusta que me haga todas las marranadas que quiera, y hacérselas yo a él, y si no sé hacerlas lo aprendo.

JESICA: Sí señora, esa es la actitud.

Y se puso a aplaudir.

Acabamos la noche riendo como siempre y nos fuimos a dormir, mi hermana con Jésica dormían en la parte delantera con una separación con la parte central, donde había un gran sofá que se estiraba y se convertía en cama donde dormían Dani y Eva, nosotros estábamos en la habitación de la parte trasera, creo que me dejaron allí porque era yo quien pagaba el alquiler de la caravana y no quise pasar cuentas con ellos. A media noche con todo en silencio se empezaron a oír gemidos y jadeos de Jésica, Judit me miró sorprendida.

JUDIT (voz flojita): No me lo puedo creer.

Al poco rato también se oían de Elvira, de las dos juntas, otra vez de Jésica, volvían los de Elvira.…

Judit me miraba alucinada tapándose la boca y entonces, se empezaron a oír los de su hermana Eva y Dani que se habían animado, sonaban gemidos por todos lados, puse una mano en el muslo de Judit y empecé a subirla, ella me la paró.

YO: No me dirás que vamos a estar escuchando esto y tú me vas a dejar a dos velas.

Judit movía la cabeza de arriba a abajo con movimientos cortitos y rápidos apretando la boca para no reírse, la besé subiendo la mano metiéndosela en medio del coño, ella sacó aire por la nariz para no hacer ruido, los demás seguían gimiendo, jugaba con mis dedos en medio de la rajita de Judit subiendo y bajando del agujerito al clítoris mojándola, ella me había cogido la polla y la estaba pajeando poniéndome a cien, la puse dándome la espalda de lado, le saqué el culito para poner por debajo mi polla y metérsela en el coño despacio, Judit metió la cara en la almohada para no hacer ruido y yo intentaba apretar los labios para que no se me escapara ningún gemido, ella puso una mano en su chichi dándose vueltas al clítoris mientras yo no dejaba de meterla y sacarla cada vez a más ritmo, los otros jadeos y gemidos se apagaron, lógico porque nosotros fuimos los últimos en empezar, Judit apretaba cada vez más la almohada contra su cara que pensaba que se iba a asfixiar ella sola, mis caderas iban locas moviéndose adelante y atrás hasta que de golpe ella se corría, ahogando los gritos contra la almohada y yo le seguía de lo cachondo que me ponía aquella situación, apretando la boca y soltando algo de aire por la nariz, por fin le pude ver la carita a mi amor, la tenía totalmente roja, nos besamos quedándonos quietos y relajados y de pronto alguien empezó a aplaudir, luego fueron dos, tres y los cuatro de fuera acabaron en una ovación y la voz de Jésica con un, ¡BRAVO!

En el desayuno con todos alrededor de la mesa tenía que salir el asunto.

JESICA: Esta noche parece que ha habido unas cuantas corridas por la caravana.

DANI: Yo no sé nada a mí que me registren.

ELVIRA: A ti no te oímos mucho pero Eva se quedó bien a gusto la tía.

EVA: Pero que dices, las únicas escandalosas fuisteis vosotras dos que se oían hasta los lametazos que os pegabais.

ELVIRA: Mira la modosita, igual que tú hermana que parecía que no acabaría nunca de correrse.

Judit se puso toda roja.

JUDIT: A mí dejarme tranquila.

JESICA: Sí cariño, bien tranquila te quedaste anoche.

DANI: Bueno, nos vamos a la playa que se está haciendo tarde.

Cortó la conversación antes de que la cosa empezara a ir a mayores, quitamos la mesa entre todos y salimos camino de la playa, Dani y yo llevábamos unas sombrillas, a nosotros estar muchas horas al sol no nos gustaba, a Judit por tener la piel bastante blanca no le convenía exponerse tanto para no quemarse.

Al llegar a la arena Elvira y Jésica salieron corriendo como locas al grito de “vamos a coger el mejor sitio”, parándose cerca del agua estirando las toallas, clavamos las sombrillas una junto a la otra y pusimos las toallas, no a muchos metros uno de los chicos de seguridad también plantaba la suya, las chicas ya se estaban quitando la ropa, mi hermana y su pareja se quitaron la camiseta y directamente no llevaban sujetador quedándose en tetas, Eva con más tranquilidad se quedó en bikini y después se quitó el sujetador, Judit sentada en su toalla se quitó los pantaloncitos y al quitarse la camiseta me miró como preguntando si también se quitaba el sujetador o no, yo le hice un gesto como que ella hiciera lo que quisiera, su hermana Eva flojito le dijo que lo hiciera y yo sabía por qué, al quitárselo le salieron aquellas dos tetas naturales que tenía de buen tamaño que se le aguantaban redondas con fuerza y los pezones preciosos, a Elvira y Jesica se les abrió la boca.

JESICA: La ostia que tetas, ¿encima de guapa también nos vas a dejar mal con las tetas al aire?

ELVIRA: Joder Mark, tú de tonto no tienes un pelo chaval, como te lo debes de pasar tío.

JUDIT: Se lo pasa con ellas como le da la gana, cosa que vosotras no haréis.

Se descojonó de risa y les sacó la lengua burlándose, descojone general, a partir de ese momento Judit le pilló el tranquillo a relacionarse con los demás dejándose ir y cachondeándose de quien fuera. Al cabo de un rato Eva cogió de la mano a Dani.…

EVA: Nosotros vamos un rato a la caravana que tenemos cosas que hacer.

ELVIRA: No rompáis nada con el traqueteo que liais.

EVA: Anda y que os den.

De esta manera nos dimos cuenta que no era mala idea ir haciendo turnos para tener nuestra intimidad. Después de comer los demás volvieron a la playa y nosotros nos quedamos a hacer la siesta, nos estiramos en la cama desnudos, Judit puso una pierna y medio cuerpo encima de mí que estaba estirado boca arriba besándome suavemente.

JUDIT: Tienes ganas de que hagamos cositas mi amor.

YO: Ya sabes que me encanta hacer cositas contigo.

Me volvió a besar poniéndose encima de mí, yo le acariciaba el culo y ella con sus manos en mi cara me besaba con dulzura, de los labios bajó al cuello, luego al pecho siguiendo por la barriga llegando a mi polla que la cogió entre sus labios sin utilizar las manos, chupando la punta y pasándole la lengua jugando con el agujerito, los laterales y el frenillo, conseguía tensarme el cuerpo con la mínima cosa que me hacía, se la introdujo más profundamente, sobre la mitad más o menos volviendo a subir succionando un poco, lo repitió varias veces aumentando la presión de sus labios, ya me tenía loco, muy despacio fue bajando la cabeza metiéndosela más adentro llegándole a la garganta, tocando con sus labios mi pubis cerrándolos, volvió a sacarla con lentitud succionando por partes, pensaba que me corría y me iba a sacar hasta el alma de lo excitado que me tenía, quise girarla y comerle el chichi antes de correrme pero al intentarlo ella me puso una mano en la barriga parándome, metiéndose de golpe la polla hasta el fondo haciéndome dar un grito y estirarme completamente en la cama tensando el cuerpo, aguanto un poco succionándomela que pensaba que me iba a dar algo del gusto que sentía por todo el cuerpo, le dio una pequeña arcada sacándosela un poco para volver a meterla, lo fue repitiendo varias veces desde la mitad hasta el fondo, yo no pude aguantar más dejándole ir un lechazo en la garganta, la fue sacando lentamente chupando y apretando los labios, no podía parar de correrme dentro de su boca, el semen le salía por los lados de los labios cayendo encima de mi cuerpo, siguió chupando metiéndosela y sacándosela de la punta a la mitad hasta que no me salió ni una gotita más dejándome seco.

Me puse la mano en la frente para recuperarme del placer que me había llegado a dar aquella criatura tan maravillosa, ella dejó escapar mi polla de sus labios, que no la había tocado para nada con las manos, levantó la cabeza mirándome con una sonrisa tragándose el semen que tenía dentro de la boca, cayéndole por los lados unos regueritos que se precipitaban encima de mis piernas.

JUDIT: ¿Te ha gustado?

YO: Eres maravillosa cariño, no puedo ser más feliz contigo.

Sacó una toallita de un pequeño cajón limpiándose la boca y lo que me había caído por encima a mí, se deslizó para poner su cabeza en mi pecho rodeándome con sus brazos.

YO: ¿No quieres que te haga alguna cosa cariño?

JUDIT: Déjame disfrutar así, me encanta sentir tú cuerpo, tu corazón latiendo.

Le pasé una mano por la espalda y otra acariciándole el pelo, me besó el pecho y dio un suspiro de amor abrazándome fuerte, como no la iba a querer más que a mi vida.

YO: ¿Estás bien Judit?

JUDIT: Te quiero tanto que a veces me asusto.

YO: ¿Por qué cariño?

JUDIT: Porque pienso que dependo tanto de ti que si pasara algo entre nosotros me moriría.

Le besé la cabeza y la estreché entre mis brazos, si ella supiera que toda la mierda de tener que ir con seguridad a todas partes era por lo mismo, porque no podía pensar en perderla.

YO: Yo tampoco quiero perderte mi amor.

Estuvimos un rato en aquella posición y volvimos a la playa para que otra pareja pudiera tener su momento íntimo.

Aquella noche cuando todos dormían volví a tener otra pesadilla, la figura vestida de negro entraba en la caravana abriendo lentamente la corredera de nuestra habitación, acercándose a Judit apuñalándola varias veces, mientras yo miraba la cara de Mar riendo subiendo y bajando el cuchillo, grité sentándome en la cama sudado otra vez, Judit pegó un salto abrazándome sabiendo ya lo que era, en un momento estaban todos a mi alrededor preguntando qué había pasado, Judit intentaba explicarles que era una pesadilla y llamaron a la puerta, era uno de los chicos de seguridad preocupado porque había oído el grito, volvimos a dormirnos todos, al día siguiente en la playa me fui a bañar y Eva se vino conmigo, nadando braza uno al lado del otro.

EVA: ¿Qué fue lo de anoche Mark?

YO: Pesadillas Eva, es la segunda en poco tiempo.

EVA: Por eso toda la seguridad que le has montado a mi hermana.

Se estaba oliendo por donde iban los tiros.

YO: No le digas nada por favor, la puta pesadilla es siempre la misma, es Mar que llega hasta nosotros que estamos durmiendo y la apuñala, me despierto de golpe sudado y gritando, creo que me afectó más el ataqué a mí que a ella.

EVA: Está bien Mark tranquilo, ahora está siempre bien protegida.

Fuimos cambiando de campings pasándolo bien, una noche fuimos a tomar unas copas a una fiesta que organizaban, estábamos los seis en una mesa bebiendo cubatas diciendo tonterías y pasó por nuestro lado un chico negro extranjero, Elvira y Jésica dejaron de reír mirándoselo las dos.

EVA: Nenas que se os va la vista coño.

Se miraron entre ellas.

ELVIRA: Se nos va la vista y algo más, disculparnos pero esta noche nos vamos a nuestro rollo.

Se levantaron con la copa y desaparecieron detrás del chico.

JUDIT: ¿Qué les pasa?

YO: Qué hoy tienen ganas de carne cariño.

Dani se descojonaba de risa y Eva intentaba disimular, no les vimos el pelo hasta el siguiente día en la playa que llegaron con las gafas de sol puestas, sentándose en las toallas sin quitarse la ropa para tomar el sol, estaban hechas polvo.

EVA: ¿Nenas no nos vais a decir como os fue anoche?

ELVIRA: Tenía dos amigos y tomamos algo con ellos.

JESICA: Y acabamos follando los cinco aquí en la playa un poco más abajo, estaba amaneciendo y nosotros todavía liados con lo nuestro, hemos dormido con ellos un par de horitas y estoy destrozada, me voy a dormir ahora mismo.

Se estiró en la toalla y se quedó dormida al momento, miramos a mi hermana.

ELVIRA: Estuvo interesante, me voy a dormir yo también para no daros detalles.

Se tumbo riéndose al lado de Jésica.

Judit nos miraba a todos medio asustada de ver lo que hacían aquel par de locas.

Fuimos cambiando de ubicaciones riendo, bebiendo, tomando el sol y viendo las cosas que hacían Jésica y mi hermana, pero las vacaciones llegaron a su fin volviendo a la cotidianidad del trabajo y la vida en casa. Para lo que sirvieron fue para unirnos como grupo y estar siempre que podíamos en casa de uno o de otros pasándolo bien.