El Refugio (20)

CAPITULO XII: Sorpresas.

CAPITULO XII: “Sorpresas”

Llegamos con el coche a la entrada de la urbanización, nos paró un guardia de seguridad que estaba en una garita controlando una barrera que atravesaba el camino, me saludó educadamente preguntándome el nombre, se lo dije y se sacó de un bolsillo un mando a distancia para que pudiera abrirla, me dijo que mi padre les había llamado para que me dieran el mando, lo apreté y se abrió la barrera, nos despedimos y seguimos el camino, era una urbanización grande y muy controlada, nos cruzamos con varios coches de seguridad que patrullaban día y noche.

JUDIT: ¿Qué sitio es este cariño?

YO: Pues un lugar donde invirtió mi padre hace muchos años, yo de más pequeño vine dos o tres veces, espero que el gps del coche sepa dónde va.

Pasábamos por casas inmensas de diferentes estilos.

JUDIT: Y la casa será tan grande como estás que estamos viendo.

YO: Vete a saber, yo no me acuerdo mucho.

Giramos una calle y el coche dijo, “Ha llegado a su destino a la derecha”, nos quedamos con la boca abierta los dos, la valla de la casa ocupaba toda la manzana, en medio se veía una puerta enorme para entrar el coche, lo puse delante y saqué las llaves que me había dado mi padre con un mando a distancia que al presionarlo abrió aquella verja enorme, entramos el coche y vimos de cara una pared con una bonita fuente echando agua, el camino que seguía a un lado lo fuimos siguiendo mirando para todas partes, viendo arboles y un pequeño bosque hasta que llegamos a la parte más alta del camino, donde apareció una casa que dejaba a las que habíamos visto hasta ese momento como una mierda, era enorme, aquello no era una casa era una mansión, dejamos el coche delante al lado de un porche muy grande con varios sillones y muebles, en medio una puerta, Judit se lo miraba todo cogida de mi brazo sin decir nada, abrí aquel cacho de puerta y entramos mirando la entrada, todo parecía estar decorado de forma minimalista, desde luego mi padre había hecho obras porque yo la recordaba mucho más antigua, estábamos a punto de entrar cuando apareció una chica muy bien vestida que nos pegó un susto que casi nos cagamos allí mismo, Judit pegó un grito llevándose la mano al pecho.

Se disculpó por habernos asustado y se presentó como la responsable de la empresa que llevaba el mantenimiento de la casa, nos acompañó al salón que era enorme, tenía unas vistas a la piscina y al jardín, en un lado había una pantalla de televisión que ocupaba casi toda la pared de grande con un equipo de sonido impresionante, de allí pasamos al comedor, a la cocina y a la habitación principal todo con vistas al jardín y la piscina, la visitamos toda, no os detallo más cosas porque necesitaría un anexo para hacerlo, había un despacho, biblioteca, bueno, todo era grande y decorado con muy buen gusto y muy moderno, en una ala al lado de la piscina había una zona de aguas con jacuzzi y saunas, si saunas porque habían dos una seca y otra húmeda con una zona de relax, parecía un balneario, Judit hubo un momento que me dijo flojito si no se habían equivocado y nos estaban enseñando un hotel, cuando pensábamos que se había acabado la visita por las tres plantas del edificio, volvimos a la entrada abriendo la chica un cajón sacando otro mando a distancia que me dijo que lo guardara en mi coche, nos llevó hasta otra puerta que estaba cerca de la cocina y entramos en un garaje que habían como siete coches aparcados.

LA CHICA: Esta parte su padre estaba muy interesado en que la viera, son sus coches privados que los ha hecho traer hasta aquí, ahora también le pertenecen a usted, en cada coche hay los mandos a distancia para abrir la cerca de la entrada y la del garaje de la casa, estábamos los dos con la boca abierta.

Había pasado tanto de mi padre hasta hacía poco tiempo que no sabía ni los coches que tenía, en casa solo lo había visto con un coche grande con chofer que lo llevaba y traía, no tenía ni idea que tuviera aquellas maravillas que estaba viendo.

YO: Cariño, te gustaría ir al trabajo con un Ferrari.

Judit me dio un codazo sin poder disimular lo sorprendida que estaba.

LA CHICA: Bueno, este de aquí es más caro que el Ferrari, y aquel de allí también.

Habían varios deportivos, dos cuatro por cuatros y algún sedán enorme, todos de primeras marcas, la chica se despidió diciéndonos que por las mañanas venían a hacer la limpieza y cuidar de la casa en general, piscina, jardinería, todo, y que si queríamos nos podía hacer venir a alguien para que estuviera de servicio todo el día para atendernos, le dijimos que de momento no hacía falta y se marchó dejándonos solos, nos sentamos en uno de los sofás uno junto al otro sin saber qué hacer.

JUDIT: Esto es muy grande para nosotros Mark, si nos vamos a perder por aquí.

Me dio un ataque de risa tonta.

YO: Vamos a tener que follar mucho para hacerlo en todas las partes de la casa cariño.

JUDIT: Que tonto eres a veces.

YO: Vamos cariño, no me digas que no te gustaría hacer un jacuzzi por las tardes o bañarnos en esa piscina.

Me hizo una carita pensando en lo bien que estaríamos y me dio un beso en los labios, dejándose caer para que la abrazara.

JUDIT: Lo pienso aprovechar todo lo que pueda.

YO: ¿Qué quieres decir?

JUDIT: Antes de que me dejes.

YO: Tú sí que eres tonta mi niña.

La abracé más fuerte y ella se acercó más notando sus tetas como se apretaban contra mí, me pasó una mano acariciándome la cintura hasta...

JUDIT: Cariño, tienes la polla tiesa.

YO: Es que estoy pensando en el polvo que podríamos pegar en estos sofás.

Se puso encima de mí besándome.

JUDIT: Pero es que no tienes otra cosa en la cabeza.

YO: Cuando estoy contigo no mi amor.

Nos besamos como si no hubiera mañana, nos fuimos quitando la ropa uno al otro hasta quedarnos desnudos estirado encima suyo, nos tocamos para irnos calentando y se la metí en el coño rodeando ella mi cintura con sus piernas, después seguimos con ella encima cabalgándome sin dejar de gemir y gritar, para acabar se puso a cuatro patas y follamos como animales para corrernos los dos a la vez, nos fuimos a lavar y la esperé sentado en el sofá, Judit apareció caminando desnuda con la vista del jardín detrás.

YO: Judit, esta casa te sienta de maravilla, que guapa estás desnuda en este salón.

Se le escapó una risilla tonta y esperé sin moverme para ver como se vestía, se puso las bragas y me miró riendo.

JUDIT: ¿Te gusta verme en bragas cabroncete?

YO: Me pone caliente a más no poder cariño.

Se agachó y me enseñó el culo metiéndosele las bragas por dentro marcándole el coño, me levanté de un salto y ella también muriéndose de risa, nos abrazamos besándonos, nos acabamos de vestir y salimos cerrando la puerta, estábamos a punto de entrar al coche.

YO: Cariño, ¿nos llevamos un cuatro por cuatro?

Me miró con una sonrisilla confirmándomelo, abrimos la puerta del garaje y dejamos mi coche cogiendo el otro, aquello era como un sueño maravilloso.

Al día siguiente se lo explicábamos a Eva y Dani dejándolos alucinados, por la mañana una de las veces que estaba Judit conmigo fuimos a agradecerle a mi padre lo de la casa, estaba contento porque la relación con mi madre había mejorado mucho, nos animó a cambiar de casa lo más rápido posible, de los coches, que él se veía con una edad que ya no estaba para esas cosas, aquella misma tarde empezamos a mirar lo que nos íbamos a llevar del apartamento, algunas cosas que no nos harían falta se la regalaríamos a su hermana, al cabo de una semana teníamos un camión de mudanzas haciendo paquetes para cambiar de casa, de pronto nos vimos viviendo en un caserón del carajo y Judit de tener un coche viejito a poder escoger el que le saliera del conejo para conducirlo, invitamos un sábado a Eva y Dani para pasar el día, el hartón de reír que nos pegamos con el cachondeíto de la casa y los coches fue acojonante, acabaron quedándose a dormir y estuvimos juntos hasta el domingo por la tarde. Otro fin de semana vinieron mi hermana y Jésica, eso ya fue otra cosa, se quedaron las dos toda la mañana en pelotas en la piscina, Judit iba de aquí para allá mirándoselas.

JUDIT: Cariño, ¿lo de tú hermana y su novia es normal?

YO: Te refieres a que estén en bolas tomando el sol y bañándose.

JUDIT: Claro tío, es que no se cortan para nada.

YO: Yo con mi hermana lo he hecho muchas veces.

JUDIT: ¿Pero qué dices, en pelotas, en pelotas?

YO: Sí, siempre lo hemos hecho desde pequeños, con ella tengo una relación muy natural.

JUDIT: O sea, que si me voy con ellas y me despeloto es lo más normal del mundo.

YO: Si te vas con ellas y te despelotas te van a comer el chichi a la que te despistes guapetona.

JUDIT: Anda ya.

YO: Nena, tú no conoces a mi hermana.

Estábamos comiendo en la terraza y Judit sacó la conversación.

JUDIT: Chicas, me ha dicho Mark que si me desnudaba con vosotras en la piscina me ibais a comer el coño.

JESICA: A mí no me importaría, pero igual te gustaba y dejabas a este para venirte con nosotras.

Judit paró de comer mirándose a mi hermana sorprendida por la respuesta.

ELVIRA: A mí no me mires que te haría lo mismo.

Se puso roja bajando la cabeza, los demás nos moríamos de risa.

YO: Eso te pasa por preguntar cariño.

La parejita se comieron el chocho la una a la otra por todos sitios, en la piscina, en el jacuzzi, en su habitación y los sitios que no nos enteramos, Judit alucinó con la actividad sexual de aquellas dos, y más cuando le dije que si hacía falta metían en medio a un tío y se lo comían entre las dos, lo que no le dije es que yo había sido uno de esos tíos en su momento y que me comió Jésica lógicamente.

Y fueron pasando las semanas con todo funcionando perfectamente, por la casa pasaron mis padre, los suyos, vamos como una pareja normal, nosotros éramos muy felices, aunque a Judit no se le iba de la cabeza que algún día la dejaría por otra chica que fuera de mi estatus social.

Se iba acercado la fecha de la puta boda de Mar, la verdad es que de ganas de ir no tenía ninguna, pero como sabía que era imposible escaquearme le pedí a mi padre que consiguiera otra invitación para ir con Judit, un día por la mañana se presentó mi padre en la oficina con mala cara, le fui a preguntar si pasaba algo.

MI PADRE: Sabes que tenía que conseguir una invitación más para Judit en la boda, pues llamé ayer y resulta que el conde se ha muerto y la han anulado.

Hostia puta, otra sorpresa, no pensé que aquello alterara mi vida, que iluso, se lo dije a Judit y no puso muy buena cara.

YO: No pasa nada cariño, nosotros vamos a seguir igual.

JUDIT: Mejor hablamos esta tarde cuando lleguemos a casa.

No quiso seguir con la conversación en el trabajo y lo encontré lógico, en cuanto llegamos a casa me sacó la conversación al momento.

JUDIT: Yo sabía que tarde o temprano llegaría algo así.

YO: Pero que va a llegar, no va a pasar nada, nosotros estamos bien ¿no?

JUDIT: Tú estabas muy enamorado de ella y seguro que todavía sientes algo, esa se va a presentar aquí por ti Mark.

YO: Que vaya donde quiera Judit, yo estoy contigo y estoy bien…

JUDIT: Hasta que la veas en persona, entonces dudarás y seré yo quien salga perdiendo.

La abracé para confortarla pero ella seguía en sus trece la cabezona y no había manera de hacerle cambiar de opinión.

Y lo que me dijo a los pocos días se cumplió, recibí un mensaje de Mar preguntándome si podíamos vernos, le dije de hacerlo en el Refugio que volvía a estar abierto, aquella tarde se lo comenté a Judit y ya os podéis imaginar la cara que me hizo. Entré en el Refugio y ella ya estaba sentada en una mesa hablando con Pepi, la saludé con dos besos y pedimos dos cervezas sentándome con ella.…

MAR: Así que esto ahora es tuyo.

YO: Sí, me daba pena verlo cerrado y me propuse abrirlo de nuevo, ¿te gusta como está ahora?

MAR: No está mal.

Nos trajo Pepi las cervezas, le dije que lo que tomara Mar estaba invitada y se fue.

MAR: Si vas invitando así a la gente no ganarás mucho dinero.

YO: No lo tengo por dinero, con pagar los gastos ya me conformo. ¿A qué has venido Mar?

Se le empezaron a humedecer los ojos.

MAR: A por ti, a que quieres que venga, quiero volver contigo.

YO: ¿Pero tú estás bien?, llevamos meses sin vernos, sin hacerme ni puto caso y piensas llegar aquí y que lo deje todo por ti.

MAR: ¿Dejarlo todo, qué estás con alguien?

YO: Claro que estoy con alguien.

Empezó a llorar y me cogió la mano con las dos suyas.

MAR: Por favor Mark, sabes que estoy muy enamorada de ti, cuando estábamos juntos nos iba muy bien, en la cama éramos perfectos, no perdamos esta oportunidad.

Le saqué la mano de en medio de las suyas.

YO: No Mar, las cosas ya no son igual que antes, tú estabas dispuesta a casarte con otro sin darme la más mínima oportunidad, ¿qué habrías hecho, ponerle los cuernos conmigo más tarde?, yo ahora tengo una relación estable y feliz, sería un imbécil si la rompiera.

MAR: Por favor Mark, haré lo que quieras, voy a luchar por ti porque te quiero, he cometido un error, soy consciente, pero no cometeré otro contigo.

Me estaba poniendo nervioso, me puse de pie.

YO: Ya está bien me voy.

MAR: Te enviaré otro mensaje para quedar contigo.

YO: Haz lo que quieras.

Me fui de allí, conduciendo para mi casa me empezaron a dar vueltas por la cabeza las palabras de Mar, tantas vueltas le di que empezaba a dudar, la idea de Judit de que tarde o temprano la dejaría también influía en mi cabeza, necesitaba llegar para abrazarla y sentirla conmigo, entré en casa y estaba todo apagado, no me gustó nada, subí a la habitación y vi que faltaban algunas cosas suyas, no me podía creer que Judit se hubiera ido de aquella manera, sin despedirse, sin discutirlo, no entendía nada, llamé a Eva por si sabía algo.

EVA (seria): Hola Mark.

YO: Sabes algo de tu hermana, se ha ido de casa sin decirme nada y estoy muy preocupado.

Se hizo un silencio.

YO: ¿Eva?

EVA: Me ha pedido que no te dijera nada, te ha seguido Mark, te ha seguido y te ha visto cogiendo de la mano a Mar, está destrozada.

YO: Pero yo la quiero a ella Eva, ha sido Mar quien me ha cogido la mano un momento pero no ha pasado nada, ¿Dónde está?, por favor, quiero ir a buscarla y disculparme en persona.

EVA: Mira Mark, será mejor que la dejes descansar de momento, está muy afectada, ella te quiere de verdad, mañana nos vemos en la oficina.

Me colgó el teléfono y pensé que al día siguiente la vería en el trabajo, no apareció, Eva me dijo que no estaba en condiciones de trabajar y que se estaba pensando si volver. La que no falló fue Mar enviándome otro mensajito.

MAR: Ayer por la noche pasé por tú apartamento pero parece que te has cambiado de casa.”

YO: Sí, ya no vivo allí, ¿qué quieres?”

MAR: ¿Qué voy a querer?, verte.

Comencé a escribir.…

“No hace falta, ayer ya lo hablamos todo, será mejor que…”…”

Me lo pensé y borré lo que había escrito.…

“Está bien, ¿Dónde?””

MAR: Pásate por mi apartamento, yo sigo en el mismo sitio.”

Dude un momento.

YO: No, mejor en otro sitio, en el Refugio otra vez si quieres.”

MAR: Vale, ¿a las seis?”

YO: Ok.

Nos encontramos, hablamos un rato recordando anécdotas de cuando vivía en su piso, jugamos a los dardos, ella aprovechaba cualquier acercamiento para rozarme con su cuerpo o cogerme un momento por la cintura, cualquier cosa para estar lo más cerca de mi posible, me pidió que la acompañara a casa, la acompañé hasta la puerta del edificio, luego que subiera y ha eso me negué porque sabía el peligro que corría, nos despedimos y al querer darle dos besos ella giró la cabeza y me lo dio en los labios, la aparté y me fui dejándola riendo. En el coche volví pensar que Mar sabía muy bien lo que estaba haciendo, poco a poco iba conquistando terreno, al llegar a casa llamé a Judit, no me cogió el teléfono, le envié un mensaje preguntándole como estaba, no me lo contestó, acabé volviendo a llamar a Eva.

YO: Eva por favor, ¿qué le pasa a Judit?, necesito hablar con ella, aclarar la situación.

EVA: Déjala tranquila Mark, aun está muy afectada, yo la intentaré convencer de que hable contigo pero ten paciencia por favor.

Otro día que me quedé solo en casa dándole vueltas a la cabeza, por una parte Judit quería alejarse de mí, por otro lado Mar hacía lo que fuera para acercarse y llevarme a la cama.

Al día siguiente como ya me esperaba Judit tampoco vino a trabajar, Eva seguía diciéndome que ella ya me diría algo cuando encontrara las fuerzas, yo me quedaba con la misma cara de idiota, hasta el medio día que recibí un mensaje.

JUDIT: Estoy bien, mañana me gustaría hablar contigo, a las seis en la casa de Eva.

Aquella tarde me volví a encontrar con Mar, paseamos un rato, tomamos algo y me volvió a decir que subiera a su casa negándome una vez más.

Por fin estaba de camino nervioso para verme con Judit, Eva me abrió la puerta y me acompañó a la terraza donde estaba Judit sentada con muy mala cara, se le notaba que no lo estaba pasando nada bien, intenté acercarme para darle un beso pero no me dejó, pidiéndome que me sentara al otro lado de la mesa, cuando estuvimos sentados uno delante del otro.

EVA: ¿Estás bien Judit?, me voy dentro, si necesitas algo llámame.

JUDIT: Estoy bien Eva, gracias.

Me miró y tenía un pañuelo de papel en una mano que se iba limpiando los ojos de vez en cuando para que no le cayeran las lágrimas.

JUDIT: Mira Mark, ahora mismo no me fio de ti, pero he encontrado una manera para poder hacerlo, quiero que estemos separados dos semanas y te lo pienses bien, entonces me vienes a buscar o la vas a buscar a ella si no estáis juntos antes, quiero que decidas tú sin ninguna influencia por mi parte ni de nadie de mi familia, ya lo he hablado con Eva y Dani, ya está, no tengo nada más que decirte ni quiero que me digas nada.

Se volvió a pasar el pañuelo por los ojos poniendo cara de empezar a llorar, quise consolarla de la pena que me daba, pero antes de poder levantarme llamó a su hermana para que me acompañara a la puerta, Eva me miró seria y no me dijo nada.

Cuando nos vimos con Mar le expliqué lo que iba a pasar, en dos semanas tomaría una decisión, o me quedaba con ella o con Judit, lo que pasaba era que con Judit no me veía ningún día y con Mar casi cada día pasábamos la tarde juntos, ella se seguía insinuando y yo la esquivaba pensando que si tenía que pasar algo sería después de aquellas dos semanas, cada día estaba más hecho un lio, con las dos tenía momentos buenísimos pero lo que al principio tenía tan claro con Judit, cuando pasaban los días lo veía más igualado entre las dos, pasé los dos fines de semana en casa de mi hermana y Jésica para no estar tantas horas con Mar, les expliqué lo que me estaba pasando y ellas no quisieron influirme en nada, me dijeron que la decisión tenía que ser mía con todas sus consecuencias, eran mis sentimientos y yo tenía que decidir con quién me quedaba, estaba tan inseguro de todo que buscaba a alguien que me dijera algo de un lado o del otro, pero todos eran tan, tan, tan jodidamente correctos que me dejaban a mi solo delante de semejante decisión, después entendí que era lo mejor que podían hacer, lo que pasaba es que Mar estaba conmigo ganando puntos y Judit se apartó de la lucha dejándome que yo decidiera.

Quedaban pocos días para tomar la decisión de los cojones y yo hubiera parado el reloj para que no llegara nunca, si hubiera tenido que escoger cualquier otra cosa me las hubiera quedado las dos seguro, pero las cosas no eran así y menos con aquellas dos gatas que tenían un carácter del demonio, podía escoger solo una y perder a la otra, que tristeza me producía toda aquella situación.

Y llegó el día, fui a buscarla, nos miramos a los ojos y nos abrazamos, subimos al coche y fuimos para mi casa, sin hablar, porque los dos sabíamos que había tensión y yo no estaba para celebrar nada, entramos en casa y nos quedamos en medio del salón mirando para el jardín, le pasé una mano por la espalda y ella se abalanzó sobre mí abrazándome y besándome, la llevé hasta la habitación, nos quitamos la ropa uno al otro con tranquilidad, ella se arrodilló cogiéndome la polla metiéndosela en la boca llevándome al cielo del gusto que me daba, me tenía a punto de correrme y la levanté estirándola en la cama, metiéndome en medio de sus piernas chupándole el coño, dándole unos lametazos enormes de las ganas que tenía, me acabé centrando en el clítoris hasta hacer que se corriera, no dejé lamer suavemente para volver a empezar, se corrió las veces que quiso hasta que la lengua ya no me respondía, le temblaban las piernas, se las abrí y me metí en medio metiéndosela, me apoyé con los codos en la cama y con una mano le acariciaba la cara mientras movía mis caderas haciéndole gemir de nuevo, fui acelerando las penetradas y acabamos con un último orgasmo a dúo vaciando toda mi leche dentro de su coño, nos quedamos mirando para arriba uno al lado del otro.

ELLA: Cómo te he echado de menos Mark, que ganas tenía de esto.

YO: ¿Crees que nos irá bien en el futuro?

ELLA: Estoy segura.