El Refugio (14)

Al día siguiente temprano me levanté vestido con un pantalón elegante...

Al día siguiente temprano me levanté vestido con un pantalón elegante, una camisa y una americana, ella salió de la habitación mirándome abriendo los ojos.

MAR: ¿Pero dónde vas con esa pinta?

YO: Ha espabilarme para no darte más la vara en tú casa.

Me preguntó que quería para desayunar y nos sentamos en la mesa de la cocina.

MAR: Si necesitas unos cuantos días puedes quedarte, no me viene de aquí.

Dentro de mi cabeza saltó otro ¡vamos!

YO: Gracias Mar, tengo un proyecto en mente que intentaré poner en marcha a partir de esta mañana pero puede que me hagan falta esos días que me ofreces.

Se levantó y se fue, volvió a entrar con unas llaves en la mano.

MAR: Toma las llaves de casa, entra y sal cuando quieras.

Me levanté y al cogérselas, le di rápido, antes de que reaccionara, un beso en la mejilla.

YO: No sabes lo que te agradezco lo que haces por mí.

Se quedó en silencio con una sonrisilla mientras yo me iba de su casa.

Fui a ver al banquero de mi padre, Miguel, lo conocía desde pequeño de verlo por mi casa invitado por mi padre hablando siempre de negocios, cuando me vio entrar en el edificio salió a recibirme.

MIGUEL: Hombre Mark, que haces por aquí, ¿cómo está tú padre?

YO: Hola Miguel, mi padre bien, (bien cabrón”pensé para mi adentro), vengo a verte a ti.

Me hizo pasar a su despacho.

MIGUEL: Muy bien, ¿que se te ofrece?

YO: Necesitaría capital para un proyecto, te traigo un dosier para que te lo mires.

Se lo pasé, el lo abrió un momento y lo cerró.

MIGUEL: Mejor explícamelo tú.

Le solté el rollo de la idea que tenía durante un buen rato.

MIGUEL: Y cuanto crees que necesitarías.

Le dije la cantidad y se me quedó mirando.

MIGUEL: No está mal para empezar.

YO: Para empezar y acabar, eso será todo, si con eso no lo hago funcionar se acabó.

MIGUEL: Supongo que te avalará tú padre.

YO: No, lo quiero hacer por mí mismo, es más, él no sabe que estamos teniendo esta conversación.

MIGUEL: Mira Mark, si él te avala te vas al momento con el dinero, pero sin eso me va a costar justificar darte esa cantidad, ¿lo entiendes no?

YO: Mira Miguel, ¿tú crees que si yo no te puedo devolver esta cantidad mi padre dejara que por ejemplo, llegue a la prensa que su hijo y futuro marqués esta arruinado y debe dinero?

Me miró pensando “que pedazo de cabrón estás hecho”

MIGUEL: De acuerdo, te presento a alguien para rellenar y firmar los documentos y esta misma mañana lo tienes ingresado en tu cuenta.

YO: Gracias Miguel, por favor, a mi padre no le digas nada, es una cosa mía que me hace ilusión enseñársela cuando esté funcionando, si se entera ahora igual me mata.

Nos dimos la mano y después de firmar unos cuantos papelitos salí de allí más contento que la ostia.

Pasé a ver al comercial del local para hacer el papeleo y pagar lo que tocaba, fui a ver a una empresa para que decorara la oficina quedando con ellos para el día siguiente, al medio día estábamos firmando con Dani y Eva convirtiéndonos en socios, los invité a comer y quedé con Eva que el día siguiente nos encontraríamos por la mañana en la tienda, por la tarde estaba cansado de tantas gestiones y todo tan apretado, fui a ver a Mar al Refugio y tomarme una cerveza.

MAR: Se te ve cansado, ve a casa y descansa, nos vemos esta noche y hablamos.

Me despedí de ella y pasé a comprar algunas cosas para prepararle una cena antes que llegara en agradecimiento a su generosidad conmigo, dormí unas horas preparé la cena y la mesa esperando que llegara, se sorprendió por el detalle y nos sentamos en la mesa, nos hablamos de cómo nos había ido el día y en un momento de la cena.…

YO: Un día me dijiste que fuera de El Refugio me explicarías algo de tú vida privada.

Me miró sonriendo.

MAR: Te mentí, no pienso hacerlo.

YO: Hostia Mar, con el tiempo que hace que nos conocemos alguna cosita me podrías explicar.

MAR: Vale, ¿qué quieres saber?

YO: No sé, por ejemplo, ¿tienes alguna relación seria?

MAR: Mira, eso va bien que me lo preguntes porque un día de estos vendrá a verme y me tendrás que hacer un favor.

YO: ¿Un día de estos?, no os veis cada día.

MAR: No, él está muy ocupado y viaja mucho, pero nos vemos bastante, el día que venga tendrías que cenar pronto y meterte en tú habitación, si no quieres pasar la noche fuera claro, es que no quiero tener que darle explicaciones de por qué estás en mi casa.

YO: Vale, ningún problema.

Pensé que esa relación no parecía demasiado sólida, igual si que tendría alguna oportunidad como mi hermana me predijo en su momento.

Al día siguiente a media mañana llegué a la tienda, Eva estaba acabando un presupuesto para una familia.

YO: ¿Tardas mucho en acabar un presupuesto?

EVA: Depende, estos son muy rápidos, porque en un piso o casa normal no hacen falta muchos aparatos, bueno ya está, ¿qué quieres que hagamos?

YO: Ven conmigo anda.

Salimos a la calle y abrí la puerta del local vecino.

EVA: Hostia tío, ya tienes las llaves.

YO: Sí, y ahora vamos a distribuirlo como nos gustaría, que de aquí poco llegaran para hacernos una propuesta de decoración, decidimos que ella tendría una de las primeras mesas al lado de la entrada, que en las vidrieras expondríamos algunos de los productos que tenían en la tienda, y que cuando estuviera el local operativo vaciarían la tienda para unirlo todo en el local grande, le sugerí que no dejaran de pagar el alquiler de su tienda por si las cosas iban mal pudieran volver a estar igual que estaban, llegó una pareja identificándose como decoradores de la empresa que contacté y les explicamos lo que queríamos, unas cuatro mesas en la zona central, montar un despacho completo y el otro dejarlo como sala de reuniones, acabamos de escoge el color y el tipo de mueble, junto con algunas plantas y separadores para dejarlo bonito, quedamos que nos enviarían un presupuesto, nos estábamos despidiendo de ellos al medio día que llego Dani para ir a comer juntos, una vez sentados…

EVA: ¿Tú sabes lo que te va a costar lo que hemos pedido para ese local?

DANI: ¿Pero qué ha pasado?

EVA: Qué Mark ya tiene alquilado el local y han venido para decorarlo, el tío no ha escatimado en nada.

YO: Presupuesto para estas cosas tenemos, no os preocupéis.

DANI: ¿Y de donde saldrá el dinero para todo esto Mark?

YO: Ya negocié un préstamo personal con un banco.

EVA: Si hubiéramos ido los tres podríamos haber hecho más fuerza y sacar algo más.

DANI: En eso tiene razón Eva, igual te estás precipitando un poco al ir tan a tú bola.

YO: No, no tiene razón, y sí, tengo prisas para no perder las oportunidades de negocio que tengo en la cabeza.

EVA: Haber, como socios que somos, nos podrías decir lo que has podido sacarle al banco de dinero, yo te diré si lo hubiéramos superado o no.

En aquel momento dudé un momento, ellos me miraban esperando una respuesta y yo no quería mentirles.

YO: ¿Queréis saberlo?

Empezaron a reír al verme apurado.

YO (bajando la voz): Un millón de euros.

Pararon de reír en seco, se miraron entre ellos y volvieron a reír tímidamente.

EVA: Nos estás tomando el pelo.

YO: ¿Queréis ver la cuenta?, ¿por qué te crees que hemos pedido todo lo que hemos pedido para montar la oficina?, el resto será para aguantar un tiempo, si no nos sale el trabajo que espero que salga, si cuando se acabe no hemos remontado, yo me haré cargo del préstamo y disolvemos la sociedad.

Estaban los dos con los ojos como platos.

EVA: Dani se me han caído las bragas cariño.

DANI: Pues recógelas que deben estar al lado de mis cojones.

Entonces era yo quien reía a carcajadas.

YO: Eva, practica los presupuestos que tendrás que hacer algunos bastantes más largos guapa.

DANI: ¿Pero qué pretendes hacer?, es que me tienes en ascuas tío.

YO: Pues lo mismo que haces ahora pero a lo bestia.

DANI: A lo bestia.

YO: Sí hombre, en edificios más grandes.

DANI: Vale coño, por eso tú interés en encontrar gente para trabajar.

EVA: ¿Y encontraras esos edificios?

YO: Sin duda Eva.

Sonrieron medio acojonados y acabamos de comer.

Volvimos a pasar por el local para explicarle a Dani como lo íbamos a dejar, la idea era tener una mesa para cada uno y un despacho grande por si alguien tenía que atender una visita importante, al llegar a la casa de Mar me puse a buscar apartamentos por la zona y ¡toma ya!, justo al lado de su edificio alquilaban uno, les llamé y me dieron una cita para verlo, justo cuelgo cuando me llama Mar.

YO: Hola, estoy en casa, descanso un poco y te ayudo a cerrar esta noche.

MAR: No, hoy vienen a verme, haz lo que te dije por favor, ya sabes la hora que salgo, cena pronto y llévate a la habitación cualquier cosa que necesites para no salir, hazme este favor vale.

YO: Claro Mar no te preocupes, no quiero darte ningún problema.

Lo hice todo como ella me dijo, repasé que no quedara nada a la vista que hiciera sospechar que había alguien más en aquel apartamento, pensaba que si yo fuera a follar con ella estaría como para mirar detallitos, pero bueno cada uno es como es, me llevé una botella de agua a la habitación y me quedé en silencio, a la hora esperada oí unos pasos por el pasillo y como entraban en su habitación, aguanté unos cuantos jadeos y gemidos que me pusieron cachondo y tengo que confesar que también celoso, me tenía que enterar quien era ese tío con tanta suerte, pasó un rato y parecía que alguien caminaba por el pasillo, por los pasos tenía que ser alguien más pesado que Mar, así que mi curiosidad me pudo y me acerqué despacio a la puerta de mi habitación abriéndola con cuidado, vi a un tío de espaldas, se giró y se me clavaron los ojos en un reloj que llevaba, sí, era el reloj, el mismo reloj, abrí más la puerta y lo vi de cuerpo entero, rubio con ojos claros, la madre que me parió era el mismo tío que vi en casa de Siara, el novio de su amiga Fina.

Cerré la puerta con cuidado y me puse las manos en la cabeza sin saber qué hacer, no pude pegar ojo esa noche, por la mañana oí otra vez los pasos y al poco rato unos pasitos que se acercaban a mi puerta llamando, la abrí y era Mar con un albornoz puesto diciéndome que ya se había ido, algo debió de ver en mi cara.

MAR: ¿Estás bien Mark?, ¿te hemos molestado esta noche?

YO: No, no, estoy bien, son cosas mías.

Me fui a desayunar fuera para que no me viera lo afectado que estaba, a media mañana llamé a Siara.

SIARA: Hola Mark, ¿ya has vuelto de vacaciones?

YO: Sí guapa.

Hablamos las cuatro palabras típica de cómo estás y entré en el tema.

YO: Me preguntaba si podríamos cenar un día de estos.

SIARA: ¿Solo cenar?

YO: Cenar y lo que quieras.

SIARA: Vale, ¿Cuándo te va bien?

YO: ¿Esta noche puede ser?

SIARA: Ostia que prisas, perdona, sí, esta noche podemos quedar.

YO: Es que tengo algo que contarte que no quiero que pasen muchos días sin que lo sepas.

Fuimos a cenar a una pizzería cerca de su piso, en medio de la cena.

YO: Dime Siara, ¿tu compañera de piso, Fina, sigue con aquel novio que tenía cuando me la presentaste?

SIARA: Sí, creo que antes de ayer estuvo en casa.

YO: La madre que lo parió.

SIARA (preocupada): ¿Pero qué pasa?

Se lo expliqué todo y se quedó tan hecha polvo como yo, no sabíamos que hacer, ella tampoco se atrevía decírselo a su amiga así a las bravas, fuimos a su casa caminando cogidos de la mano, llegamos a su piso que no estaba Fina y nos metimos en su habitación cerrando la puerta, empezamos a besarnos con pasión pasándonos las manos por todas partes, me empezó a quitar la ropa y yo la suya hasta que nos quedamos en pelotas besándonos sin parar, nos estiramos en la cama y fui a buscarle el coño con la boca pensando en destrozarla a orgasmos, intenté mantener la calma y seguir todos los pasos, acelerando y presionando cuando tocaba haciéndole correr una primera vez, volví a empezar hasta que se corrió una segunda vez, estaba tan caliente de llevar varios días sin una triste paja que me fui animando chupando y succionando más fuerte, ella movía las piernas de un lado para el otro como descontroladas sin parar de gemir y gritar corriéndose de nuevo, no aflojé y seguí comiéndome aquel coño que cada vez me atraía con más fuerza, las piernas le iban locas y las manos se agarraban a la cama con fuerza enlazando varios orgasmos seguidos por los gritos que daba, y de pronto se empezó a mear en toda”mi cara, me salí de golpe de en medio de las piernas, ella se incorporó asustada tapándose el chichi con la sabana, nos miramos y empezamos a reírnos que no podíamos parar, nos lavamos y cambiamos toda la ropa de la cama mojada.

SIARA: Perdona Mark, que vergüenza, no me había pasado nunca, ha sido culpa tuya por ponerme como me has puesto.

YO: Esto sí que ha sido mearse de gusto.

Volvimos a reír y ella me besó estirándome en la cama, me cogió la polla metiéndosela en la boca hasta el fondo unas cuantas veces hasta ponérmela tiesa de verdad, recorrió con la lengua los lados llegando a los huevos chupándomelos, me la pajeó unas cuantas veces y se subió encima de mi metiéndosela en el coño iniciando un vaivén con las caderas, que bien las movía aquella chica, se iba excitando por momentos y antes que me diera cuenta se estaba corriendo otra vez.

SIARA: Es que me lo has dejado muy sensible joder.

La giré poniéndome encima abriéndole las piernas todo lo que podía y se la metí de golpe haciéndole dar un buen grito, aceleré las embestidas, ella levantaba las caderas para que fueran más profundas volviendo a gemir con fuerza, le acabé dando golpes de caderas a toda velocidad, ella estaba tan mojada que podía oír un ruido cada vez que se la metía, me miró fijamente a los ojos y abrió la boca volviéndose a correr apretándome con las manos la espalda y el culo, me empezó a subir la leche lanzándosela por la punta de la polla en su coño mojado, no podía parar de moverme y correrme sacando todo lo que me quedaba dentro, paré y me dejé caer encima suyo hecho polvo, ella me acariciaba la espalda mientras nos recuperábamos, nos miramos y empezamos a reír otra vez de lo bien que lo habíamos pasado cuando oímos que se abrió la puerta del piso, pensamos que debía ser Fina y nos quedamos serios y quietos, estábamos preocupados de cómo decírselo, Siara a Fina y yo a Mar, nos quedamos en la cama un rato.

SIARA: ¿Y qué hacemos?

YO: Creo que tengo una idea, tendríamos que enterarnos del nombre completo del imbécil ese, mientras tanto disimulemos.

Al día siguiente llegué a casa de Mar para cambiarme y ella ya estaba desayunando.

MAR (riendo): Hombre, el aparecido, ¿cómo te ha ido la noche?

Me senté con ella a tomar un café.

YO: Muy bien, ¿y a ti?

MAR: Como siempre.

YO: ¿No vino anoche tú novio a verte, cómo me dijiste que se llamaba?

MAR: Que tonto eres, no te lo dije.

YO: ¿Y cómo se llama?

MAR: Estas pesadito hoy, se llama Roberto.

YO: Roberto que más.

MAR: Anda ya hombre.

Le empecé a hacer cosquillas y entre risas me lo dijo para que la dejara tranquila, me duché y me fui a seguir trabajando en mi proyecto.