El Reformatorio (8)

Martín por unanimidad de los presentes en el gimnasio, luego de recibir 4 vergas en forma conjunta, se convierte en la "Puta Oficial Nª1 del Reformatorio".

EL REFORMATORIO (8)

Durante el tiempo que el oficial Fernández se había retirado a atender la llamada telefónica de ese tal Don Mariano, y con el marco de fondo producido por los gritos y risas de los presentes en el gimnasio, mi mente se estaba preparando para recibir en cualquier momento alguna nueva sorpresa, porque algo especial estaba seguro que iba a suceder, ya que el oficial suspendía el espectáculo para atender el teléfono. – Quién será este tal Don Mariano...?; qué negocios tendrá con Fernández ...?

Mientras mi mente divagaba en esos pensamientos, podía ver a Martín que se encontraba como en el limbo, apoyado su cuerpo desnudo contra el potro, con una mano se acariciaba el ano y con la otra los genitales; supongo que debería ser por el dolor o escozor que sentiría por la brutal penetración del Negro y los golpes recibidos en sus testículos.

Su cuerpo relucía en el centro de la tarima, su rostro parecía una máscara, ya que el maquillaje que le habían puesto en forma exagerada, se había corrido a consecuencia de los movimientos y la transpiración provocados por la violación.

En eso vuelve el oficial Fernández y tomando el altoparlante, anuncia que la función continuará; los gritos y risas son tan fuertes que retumban en el gimnasio, dando la sensación de que hubiera el doble o el triple de gente. Si bien habían transcurrido unos pocos minutos desde su ida, en parte había servido a los presentes para bajar un poco su excitación; varios bultos de los internados que ocupaban la primera fila, ya habían disminuido su tamaño, se veía simplemente desde lejos.

Cuando se sienta, le pregunto – quién es ese tal Don Mariano que lo hizo salir como disparado por un cañón ...?-; - señor, es uno de los benefactores de este instituto, muchas de las comodidades que usted ha visto en la recorrida realizada al establecimiento han sido proporcionadas por él, además es muy generoso con todos los guardias, incluyéndome a mi ...-

Y porqué tanta generosidad ...?; Fernández, para desviar la conversación, o conminado por los gritos de los presentes que querían continuar con el espectáculo, me dice - si no le molesta continuamos con la función y luego le cuento todo sobre Don Mariano, le parece ...?.-

  • Está bien le respondí,- pero en realidad me hubiera gustado conocer con lujo de detalles y en forma inmediata quien era ese Don Mariano y porqué era tan generoso con el instituto.

Bueno muchachos ...., continuamos con las apuestas .... vamos a salir con una base de 1000.., quien da 1000?...-

  • Acá señor!!! ..., grita uno de los internados del fondo-; se escucha una oferta por 1100?...;- acá señor!!!...-, levanta la mano otro, mientras salta de satisfacción, seguro que esa apuesta es la última y nadie podrá superarla.

Se escucha otra por 1200...? -Nosotros oficial ..., nos asociamos y llegamos entre los cuatro a juntar eso ....-

El oficial Fernández al escuchar la cifra, que no pensaba que se llegara, con una sonrisa en sus labios, grito – alguien oferta 1300?...- Lo único que se escucharon fueron murmullos y palabras ininteligibles. – A la una, a las dos y .... a las tres ...; Martina es del Cara Cortada, del Cotorra, Luis Miguel y Serpiente, anuncia Fernández.-

Los cuatro nombrados saltaban de alegría, iban a poder disfrutar de ese cuerpo casi virgen de la nueva puta de la institución; pero su alegría duró muy poco cuando se dieron cuenta que tenían solo diez minutos para gozar; entonces Luis Miguel le pregunta al oficial Fernández -ya que somos cuatro, podemos tomar un poco más de tiempo...?.-

  • Las reglas son las reglas, así que entre ustedes se combinan como usan sus diez minutos ...., estén atentos a los timbres de comienzo y final, no se tolerará ni un segundo más ...- de inmediato, Fernández hace sonar el timbre de largada.

  • Por favor señor..., autorícenos un poquito más...,- reiteran casi al unísono los cuatro agraciados. – Tenga en cuenta que con el corte que usted hizo nos desmotivamos ....-

  • Empiecen de una vez, que ya está corriendo el tiempo, perdieron medio minuto, pierden el tiempo en discutir reglas que no se discuten,- resaltó Fernández.

Frente a la negativa de Fernández y al tiempo que había empezado a correr, rápidamente se desvisten los cuatro y dejando sus ropas regadas por todo el piso, se tiran sobre el pobre Martín que por el estado en que se encuentra física y psíquicamente, ya no le quedan fuerzas ni para resistirse, solo dio unos manotazos tratando de sacárselos de encima, pero fue todo en vano, los cuatro se prendieron de su cuerpo como sanguijuelas. Todos al unísono empezaron a manosear el cuerpo transpirado de Martín, se veía en sus rostros la satisfacción de tocar esa piel suave, producto de la depilación y la transpiración.

Con los primeros contactos con la piel de Martín, las cuatro vergas de los asociados se empiezan a poner duras y calientes como hierros candentes; si bien eran de buen tamaño, luego de ver la del Negro, ninguna llamaba la atención.

Al no tener planificado su accionar perdieron tiempo, ya que todos querían hacer de todo, pero se entreveraban entre ellos mismos, incluso tropezando y haciendo reír a los presentes porque parecía que estaban en un circo actuando como payasos.

El solo pensar lo que habían pagado y el papelón que estaban haciendo frente a sus compañeros, los ponía más nerviosos y peor era el resultado.

Uno lo abrazó por delante topándose su miembro con los genitales de Martín, el cual con el golpe se contrajo hacia atrás, mientras otro lo abrazaba por detrás apoyando su dura verga sobre sus doloridas nalgas, lo que hacía que Martín se contrajera hacia delante. Ambos le daban chupones por donde podían, cara, nuca, espalda ....

Los otros dos, el Cotorra y el Serpiente, trataban de abrirse espacio y lograban darle algún chupón que otro, alguna manoseada que otra, pero no mucho más.

De esta forma veían que el tiempo se les pasaba, y aún casi no habían hecho nada, mientras los presentes se reían de ellos, porque vuelvo a repetir, parecían realmente payasos.

Vamos a organizarnos!!!..., gritó enojado el Serpiente, - sino así no vamos a llegar a nada y se van a pasar los diez minutos; Cara cortada, acuéstate en el piso boca arriba y con la piernas bien juntas; Cotorra ayúdame con la Martina.- Agarraron a Martín entre los dos, contra el enojo de Luis Miguel que no quería soltarlo, y lo colocaron arrodillado, quedando sus piernas, una de cada lado del cuerpo del Cara Cortada y de forma tal que su culo quedara a la altura de la verga de éste, la cual al sentir el roce, pegó como un salto y se agrandó aún más, se puso más oscura y la venas resaltaron, bajándose su piel y dejando totalmente al descubierto su glande, la cual ya estaba pronta para iniciar su faena. Tomó a Martín de las caderas para penetrarlo, pero el Serpiente puso fin al intento; - quédate quieto!!!...- gritó, -espera que nos organicemos todos....-

  • Dale puta, ponte hacia delante ..., apoya tus manos sobre el piso y levanta la cabeza ..., Luis Miguel y Cotorra, al frente, sosténganle los brazos y la cabeza en esta posición...,- siguió dando órdenes el Serpiente. Ambos no perdieron un instante y cumplieron con la orden que les estaba dando el organizador.

– Dale Cara, ahora sí, ensártalo de una vez, no vez que el culo de la Martina te está pidiendo a gritos que lo hagas, miren muchachos, miren ..., no se lo pierdan, miren como se mueve el agujero de esta puta .....-

Como Martín se movía, porque cualquier roce le causaba dolor y además quería zafarse de la situación en la que se encontraba, Cara Cortada no podía embocar su verga en el culo, entonces el Serpiente, entre medio de gritos y risas de los presentes, agarra con una mano la verga del Cara y con la otra, como puede, le abre las nalgas a Martín y lo ensarta, empujándolo primero hacia abajo de forma tal que de un solo golpe la verga del Cara le entra toda en el culo hasta los huevos y estando en esa posición lo empuja nuevamente, ahora hacia delante sobre el pecho del Cara, para que los otros compinches puedan hacer su trabajo.

  • Luis Miguel y Cotorra, empiecen a bombearle la boca turnándose, agarra esos pelos Cotorra y no dejes que las pijas se escapen de la boca, introdúcela hasta el fondo ...- gritó el Serpiente.

En el momento que la verga del Cara se introduce en el culo con toda la fuerza del empuje del Serpiente, Martín deja escapar un quejido de dolor que estremece el ambiente; - ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh............,- si bien el Negro, con el tamaño de su verga le había dilatado el esfínter y estaba aún chorreando parte del semen que le había dejado dentro, lo que facilitaba la penetración, con el tiempo que había pasado entre una y otra, el esfínter se había vuelto a contraer; no hay que olvidarse que Martín era virgen antes de llegar al instituto.

Cuando Martín se queja, el Cotorra aprovecha para incrustarle su verga en la boca hasta el fondo. - así, ...., así.... bien, dale Cotorra ...,- alentó el Serpiente.

Martín hace una arcada y aunque quiere quejarse del dolor que le provoca la verga del Cara enterrada en su culo hasta el fondo, ese pedazo de carne dura que le atraviesa la garganta no se lo permite; ahora solo se escucha un murmullo apagado, como una gárgara. La única posibilidad que tiene de apaciguar en parte el dolor es aparentemente moviéndose, tratando de ajustar de alguna forma las vergas que lo penetran por ambos lados; pero sus movimientos eran insuficientes, en muchos casos no hacía más que provocarle mayor dolor. Todo su cuerpo estaba bañado en transpiración a consecuencia de los movimientos, del calor humano de los hombres que tenía debajo y encima suyo y de los reflectores que alumbraban la tarima para que nadie pudiera perderse detalle del espectáculo.

Sus movimientos no permitían el común mete y saca del culo y de la boca con un buen ritmo, entonces Luis Miguel que está apurado para ocupar su lugar primero en la boca y luego en el culo de Martín, lo agarra de los brazos estirándolo hacia delante y casi inmovilizándolo, mientras el Serpiente lo agarra de las nalgas y ayuda a la penetración del Cara, colaborando en la bajada y subida de Martín. Cada movimiento parece un suplicio, la cara de Martín se va transformando o mejor dicho desfigurando en una especie de máscara blanca transparente; ya ni la pintura que le habían puesto alcanza para tacar lo demacrado que esta; sus párpados caen a cada instante y cuando la verga del Cara pega seguramente en su próstata, los abre de tal forma que parece que se iban a salir de sus órbitas. Hubiera querido gritar, llorar, pero la verga del Cotorra no lo dejaba, solo en algún momento que esta se escapa de la boca, se oye un suspiro o un llanto apagado; las fuerzas de Martín se van consumiendo con cada envestida. Ninguno de los presentes, por la excitación que había en el ambiente se había percatado que Martín no estaba bien.

  • Señores, quedan solamente tres minutos, así que ..., anunció por el altoparlante Fernández....-

El Cara Cortada y el Cotorra, aunque estaban sumamente excitados, debido a la posición que habían adoptado y a los movimientos continuos de Martín por zafarse, se habían desconcentrado, y se dieron cuenta que iban a tener que dejar sus lugares sin haber acabado, ya que había transcurrido más de la mitad del tiempo y sus compañeros los estaban apurando para ocupar sus turnos. Pero éstos, aún cuando luego tuvieran que pelear con sus amigos y socios, no estaban dispuestos a abandonar su faena; era mucho lo que habían pagado para llegar solamente hasta donde habían llegado.

El Serpiente que estaba organizando todo, dio la orden de relevo, pero ninguno de los dos que estaba actuando se dio por aludido y siguieron en el mete y saca, uno por la boca y el otro por el culo.

  • Muchachos ordené que abandonen sus lugares!!!....- gritó nuevamente el Serpiente, pero éstos siguieron como si nadie hubiera dicho nada; olvidaron totalmente el acuerdo, ahora era el momento de disfrutar y seguirían hasta lograrlo.

El Serpiente que era el más inteligente de los cuatro, razonó que no tenía sentido ponerse a discutir ni pelearse en este momento con sus compañeros de asociación, porque el tiempo pasaría y ninguno disfrutaría del cuerpo de Martín; entonces se le ocurrió una idea, que no sabía si podría llevarla a la práctica, pero era cuestión de probar.

  • Luis Miguel híncate en el piso al lado del Cotorra..., Cotorra dale lugar, déjalo que también meta su verga en la boca de Martín y disfrútenlo entre ambos,- grita en forma totalmente autoritaria el Serpiente.-

  • El Cotorra no sabía si hacer caso o no, ya que seguro que no iba a ser lo mismo, tener toda la boca de Martín para el solo, que tener que compartirla con Luis Miguel, pero no se animó a desobedecer al Serpiente porque sabía que luego iba a pagar las consecuencias. Se detuvo, sacó su verga de la boca de Martín, estaba casi por reventar pero aún le faltaba un poco para acabar. Martín aprovechó ese instante para tomar aire por la boca y dejar salir un grito – ahhhhhhhhhhhhhhhhh, por favor ........, déjenme ........, no aguanto más ............, ya no puedo ni respirar .........- Se notaba que lo que decía era cierto ya que su respiración era agitada, como que se estaba sofocando.

Ambos socios acomodaron sus cuerpos de forma tal que pudieran meter sus vergas en la boca de Martín, pero sabían que no era solo ponerlas, sino que debían jugar ambos una única partida, moverse al mismo tiempo y en forma sincronizada porque de lo contrario no lograrían lo que buscaban. Al principio les costó un poco ponerse de acuerdo, pero al final lo lograron y ambas vergas entraban y salían de la boca de Martín al unísono como si fuera una sola y por sus caras se notaba que la sensación que les producía el refriegue de una verga con otra aumentaba su placer. Aparentemente no había sido tan mala la idea del Serpiente como pensaban en un primer momento, lo que pasa que nunca habían probado hacerlo de esa forma.

Martín, cada vez iba quedando más pálido, su rostro iba tomando un tinte casi azulado y su cuerpo tenía como espasmos cada vez más seguidos, pero todos estaban tan interesados en el mete y saca y en el espectáculo que ninguno prestó atención al estado de Martín. Era de seguro que su estado era consecuencia de la falta de aire, ya que esas dos vergas ocupaban toda su boca y su nariz por la posición en que se encontraba estaba apretada por ambos cuerpos.

El Serpiente al ver a sus dos compinches disfrutando al unísono de aquella boca se le ocurre que el puede hacer lo mismo y gozar junto con el Cara Cortada del trasero de Martín; se arrodilló detrás de éste y comenzó a pasar la verga por su culo, mientras le ordenaba al Cara quedarse un momento quieto para facilitarle que su glande, que denotaba un color púrpura, por la inflamación producto de la excitación y el deseo, pudieran compartir el culo de Martín.

El dolor debe haber sido insoportable para Martín, cuando el Serpiente de un empellón introdujo toda su verga en ese estrecho espacio compartiéndolo con la verga del Cara, que aunque, como habíamos dicho no eran demasiado grandes como la del Negro, tenían sus buenas dimensiones. El hecho de que el semen del Negro aún chorreaba por el culo de Martín y se deslizaba por las piernas había facilitado la doble penetración.

En el momento que la introducción se produjo en toda su extensión, y ambas vergas se perdieron en el culo de Martín, sus ojos quedaron totalmente en blanco y su cuerpo se desplomó; ya no se movía ni un ápice, parecía que había dejado de respirar.

  • Torres, Torres, haga algo, no queremos coger a un muerto ...,- gritó el Serpiente, mientras sacaba su verga del culo de Martín, al igual que lo hacían los otros de la boca.

  • Cuando vi el estado de Martín y sentí los gritos del Serpiente, totalmente nervioso y angustiado, pregunté a Fernández, -qué está pasando, mataron al chico ..., por favor Fernández vaya a ver..., si lo mataron yo seré el responsable ...., apúrese hombre ...-

– No sé, no sé, señor, esto nunca pasó algo parecido...-

Mientras se daba esta pequeña conversación entre nosotros, y en el salón reinaba un silencio sepulcral, y Fernández ya se había levantado para ir a ver que sucedía, el guardia Torres, que estaba muy atento observando todo el espectáculo, ya se había acercado a ese montón de carnes entreveradas que había en el piso.

Muy tranquilamente dijo – veremos muchachos si esta puta está muerta o simplemente desmayada ...;- y tocando con la punta de su cachiporra los huevos de Martín aplicó una descarga eléctrica, que hizo que Martín pegara un grito y su cuerpo se contorsionara totalmente y empezara a respirar en forma agitada.

  • Ven muchachos ..., la puta está nuevamente pronta y deseosa de seguir ..., Fernández les damos unos minutos más a los muchachos por el incidente ..., gritó Torres, mirando hacia donde nos encontrábamos.

Fernández, emitió como un suspiro de alivio al igual que yo y consintió con un movimiento de cabeza, que hizo que todos los presentes incluyendo a los cuatro participantes gritaran y rieran por el hecho de poder seguir disfrutando de la Martina.

El espectáculo era dantesco, la mayoría de los cuerpos de los presentes estaban sudorosos y desnudos, manoseándose las vergas y los huevos, por la excitación que les provocaba el espectáculo; muchos de ellos ya habían comenzado a masturbarse, e incluso alguno ya había acabado, haciéndolo en forma desapercibida sobre una de sus manos. Yo no podía asombrarme de lo que les pasaba porque yo, al igual que Fernández estábamos al palo. Mi pantalón nuevamente mostraba los signos de mi excitación, un manchón húmedo se notaba claramente en mi entrepierna derecha. El pantalón de Fernández estaba igual y como el uniforme es bastante justo, su bulto pulsaba por salir de la cárcel donde lo tenía atrapado.

El Serpiente le dijo al Cara, - toma nuevamente tu posición pero muévete con cuidado hasta que yo pueda nuevamente introducir mi verga y espera mi indicación para comenzar, así cuando bombeamos ninguna de las dos vergas se sale....-

  • Muchachos ustedes también coordinen los movimientos y sigan con la doble penetración oral....-

Torres que permanecía sobre la tarima y seguía muy de cerca los movimientos de los cinco cuerpos, totalmente excitado, lo que quedaba demostrado por su bulto exagerado y también su pantalón manchado, empezó a tocar los cuerpos con la cachiporra.

Mientras los cuatro socios, trataban nuevamente de darle un ritmo regular a las dobles penetraciones anal y bucal, el populacho empezó a gritar, - intervenga Torres ...., diviértase usted también un poco, gracias a usted el espectáculo sigue ....-

Torres ni corto ni perezoso, siguió acariciando los cuerpos con su cachiporra, mientras daba vueltas alrededor, observando con detalle cada movimiento. Se detuvo detrás del Serpiente a mirar la doble penetración; se puse en cuclillas a los efectos de ver mejor el mete y saca de las dos vergas juntas y los huevos de ambos que se golpeaban entre sí. En eso pudo verse como una sonrisa sarcástica en su rostro, algo estaba tramando y no se hizo esperar cual era su intención.

Con su cachiporra que la seguía pasando por encima de los cuerpos de los artistas, ahora la había derivado hacia el culo del Serpiente; este estaba tan compenetrado en seguir el ritmo con el Cara, que ni cuenta aparentemente se daba que Torres le había introducido un pedacito de la cachiporra en el culo.

  • El público cuando vio lo que Torres estaba haciendo, entre carcajadas comenzó a gritar casi al unísono, - tenemos otra puta en el instituto, Fernández cuándo la remata ...?.- Se referían en broma, o probablemente en serio al Serpiente que estaba siendo penetrado por la cachiporra de Torres.

Debido a las risas y a los gritos, el Serpiente reacciona, se da vuelta y lo ve a Torres detrás suyo agachado y en ese momento siente que le está introduciendo la cachiporra en el culo.

  • Qué hace señor, piensa que soy una puta ..., soy bien macho ..., si quiere se lo demuestro cuando disponga ....- Las risas no se hicieron esperar.

Aparentemente eso ofendió a Torres, quien en forma despiadada y con un gesto de rabia en su rostro, apretó el botón de la cachiporra y efectuó una descarga eléctrica en los huevos del Serpiente. La transpiración de los cuerpos actuó como conductor y el choque eléctrico recibido por el Serpiente se trasmitió a todo el conglomerado, lo que hizo que los cinco cuerpos reaccionaran instantáneamente; los que estaban hincados cogiéndolo a Martín por la boca cayeron de espaldas contra el piso; el Serpiente se levantó y cayó arrodillado agarrándose los huevos, Martín se desplomó sobre el Cara Cortada y éste aplastado por Martín y tratando de sacárselo de encima se tumbaba hacia el costado, retorciéndose.

Torres se reía a carcajadas, mientras seguía acercando su picana y dando pequeños choquecitos eléctricos. Entre la excitación que tenían los cuatro socios y la electricidad en sus testículos, parecían cuatro fuentes haciendo saltar los chorros de semen por todos lados.

El populacho gritaba y reía, mientras los socios, ya en pie, corrían alrededor de la tarima para evitar los toques de Torres. Gran parte del publico también había acabado con copiosos chorros, que cayeron sobre sus compañeros o al suelo del gimnasio. Los que se vieron salpicados empezaron a los golpes con sus vecinos, pero inmediatamente la guardia puso orden.

En tanto Martín, permanecía en el suelo arrollado como un gusano aplastado, con su cabeza entre las piernas y sus brazos sobre su cabeza, como queriendo desaparecer de la escena.

Por el altoparlante se sintió la voz de Fernández, - muchachos que opinan con respecto a la Martina, la consideramos "puta oficial"?...-

Un coro casi al unísono, gritó, - siiiiiiiiiiiii..., Martinaaaaaa, Martinaaaaaaa, Martinaaaaaa...-

Hasta ahora según Fernández ninguna puta había tenido en su culo y boca, cuatro vergas a la vez, era todo un record.

  • Por una unanimidad de presentes, Martina es la puta oficial número 1 del Reformatorio, - proclamó Fernández, y todos nuevamente la victorearon, - Martinaaaaaa ...., Martinaaaaaa ..., Martinaaaaaa.... Entre unos cuantos levantaron a Martín del suelo, lo pusieron en alto y dieron varias vueltas alrededor del gimnasio.

El rostro de Martín, había cambiado, ya tenía nuevamente color y una sonrisa se esbozaba en sus labios. Yo en ese instante me preguntaba, - para Martín todo habrá sido sufrimiento, o también habrá disfrutado de lo sucedido...?-

La sesión para mi fue sumamente placentera, aunque en momentos el nerviosismo y el miedo tuvieron más fuerza que el gozo, pero por suerte, todo lo malo que pareció suceder, no había sido más que otra parte del entretenimiento.

  • Bueno muchachos ..., se acabó la fiesta, todos a sus habitaciones,- anunció el oficial Fernández y los guardias se encargaron de hacer formar las filas.

Mientras salían todos del gimnasio aproveché la ocasión para preguntarle nuevamente a Fernández sobre el tal Don Mariano, a lo que me contestó, - señor es bastante largo de contar, ahora estamos todos agotados con la excitación y lo sucedido, si usted no dispone lo contrario, se lo cuento con detalles en otro momento ....-

Así que yo al igual que ustedes nos quedaremos esperando en saber quien es este tal Don Mariano, porqué es tan generoso con el instituto y los guardias y qué recibe a cambio.

En tanto nos íbamos retirando del gimnasio con el oficial Fernández, iba pensando, cómo será a partir de hoy la vida de Martín ..., al ver lo que pasó, es como que me hubiera compadecido de él, espero que todo sea más fácil a partir de mañana.