El ReencuentroII
Paloma ¿Por qué no pruebas el huevo vibratorio, y comprobamos su eficacia con el mando a distancia? No he pensado en otra cosa desde que compre todo esto, por cierto me he gastado un dineral-dijo Andrés excitado.
El Reencuentro II
Es sorprendente la metamorfosis que experimentamos los tres, cuando generamos una situación de máxima excitación. Prácticamente nos convertimos los unos de los otros en objeto de deseo sexual, en el que no nos importa traspasar ningún límite, como así hemos hecho ya. Cosa impensable de no producirse dicha metamorfosis.
Desnudarse física y mentalmente proponiendo tus apetencias sexuales, sin tabúes ni convencionalismos, produce una sensación de libertad tal, que te estimula para seguir tus instintos y deseos más íntimos, sin ningún tipo de inhibición.
Tanto Paloma como yo estamos encantados de haber descubierto nuestra faceta más “oscura” y haberla sacado a la luz para disfrutar plenamente de ella, en principio con una tercera persona, más adelante veremos si ampliamos el círculo.
Con estas expectativas comenzamos nuestro segundo día. En el desayuno de este segundo día nos esperaba una pequeña sorpresa.
-Quiero enseñaros algo –dijo- con una pícara sonrisa, dirigiéndose a su dormitorio.
Paloma y yo nos miramos intentando adivinar que podría ser. Al momento apareció con una caja, y levantando la tapa nos mostró su contenido.
-Madre mía -exclamo Paloma- al observar todos los artilugios eróticos que estaban en su interior.
Y acto seguido cogió un arnés, del que sobresalía un pene de considerables dimensiones, pasó su mano por él y lo acerco a su cara para comprobar su textura, disfrutaba mientras lo hacía y sonrió dando su aprobación.
-Qué maravilla de suavidad–dijo-con una expresión en su cara, que no dejaba lugar a dudas de su disposición para disfrutar cada uno de esos artilugios.
Fue extrayendo con satisfacción, uno a uno todo el contenido de la caja; 3 penes de diferentes dimensiones que se podían intercambiar en el arnés, otros 3 dildos anales de distintos tamaños, un huevo vibratorio inalámbrico que se podía activar con un mando a distancia, y unas braguitas que contenía un estimulador del clítoris, también inalámbrico que se podía activar a distancia, unas bolas chinas vibratorias, y un consolador vibrador de dimensión más que aceptable, en el que Paloma se detuvo con especial atención.
Mientras comprobábamos las excelencias de los artilugios, Andrés, expectante, nos observaba atentamente buscando nuestra aprobación.
-¿Qué os parece?, Los he comprado por internet y, estaba deseando enseñároslos. –dijo-esperando una respuesta.
-¡Genial ¡ estoy deseando probar todas estas maravillas… ¿Porque habrá que probarlas no?...-dijo Paloma-, sonriendo y agitando al aire el arnés.
-Por supuesto y me apunto el primero-contesto Andrés-, con una sonrisa y un gesto de alivio por la respuesta de Paloma. Hasta ese momento no estaba muy seguro de cuál sería nuestra reacción.
-Fantástico,-dije con entusiasmo- y como dice Paloma hay que probarlos cuanto antes. Me temo que estos diez días serán insuficientes. Y por supuesto yo también me apunto como conejillo de pruebas.
Los tres nos echamos a reír. Andrés y yo nos cruzamos la mirada, y cogiendo el huevo vibratorio y el mando a distancia-dijimos-…Paloma, no sabes lo que te espera.
-Vosotros tampoco –contesto-, exhibiendo el arnés y añadiendo; no os quepa la menor duda que voy a probarlo con los dos.
-Estamos ansiosos, respondimos los dos entre risas y bromas.
Fue el detonante, a partir de ese instante los tres perdimos el sentido del pudor y comenzamos a exponer con un lenguaje directo, nuestras apetencias sexuales.
-Paloma… ¿Por qué no pruebas el huevo vibratorio, y comprobamos su eficacia con el mando a distancia? No he pensado en otra cosa desde que compre todo esto, por cierto…me he gastado un dineral-dijo Andrés excitado.
-Cariño, a mí también me gustaría que comprobaras su eficacia, -dije con lujuria. Además habrá que amortizar tanto gasto.
-Está bien, está bien, ya veo que os habéis confabulado haciendo frente común, ya me tocara a mí-dijo-.
La observábamos mientras se desnudaba y cuando al final se quitó las braguitas, nos regaló una visión excitante de su cuerpo, sus pezones estaban en erección y su coño perfectamente depilado parecía brillar, sin lugar a dudas estaba mojada.
Acto seguido embadurno el huevo con gel lubricante, para a continuación comenzar a introducírselo lentamente. La mirábamos con deseo y lujuria, no podíamos ocultar nuestra satisfacción viendo la escena, se lo introdujo hasta desaparecer totalmente en el interior de su coño.
-¿Quién quiere probar primero? –Dijo- ofreciéndonos el mando a distancia.
-Le cedo el placer a Andrés –dije-con gran excitación.
-Muchas gracias,-dijo Andrés- cogiendo el mando que le ofrecía Paloma.
-Tiene varias velocidades de vibración, así que ten cuidado y empieza suave, y cuando te diga, aumentas la vibración –dijo Paloma-, no antes.
Yo estaba expectante, excitado por la escena de esta nueva situación, que no sabía muy bien como terminaría.
Andrés acciono el mando y, Paloma abrió los ojos e hizo un gesto de aprobación. Ambos la mirábamos fijamente tratando de adivinar sus sensaciones.
-¿Qué tal? –Dijo Andrés-al cabo de unos pocos minutos
-¡ufff es… ummmm¡ súbelo un punto más,…guau… fantástico. Para, para un momento. No sé, si con este artilugio aguantare mucho, el placer es inmenso y va aumentando poco a poco, estoy empapada.-dijo Paloma- visiblemente excitada
Los tres estábamos excitados al máximo, la novedad de la escena y tener la excitación de Paloma en nuestras manos, nos proporcionaba un morbo increíble, del que no íbamos a renunciar.
Nos trasladamos al salón pidiendo a Paloma que se sentara en uno de los sillones.
Andrés y yo nos colocamos en frente, para observar sus reacciones. Andrés comenzó de nuevo a accionar el mando. En un par de minutos la cara de Paloma con la mirada perdida, reflejaba el placer que estaba recibiendo, su lengua recorría los labios entreabiertos, se acariciaba sus pechos y sus dedos pellizcaban los pezones. De vez en cuando sonreía y nos miraba con lujuria y deseo.
Los dos estábamos gozando como locos con la visión que nos estaba proporcionando. Andrés le daba algún que otro descanso parando la vibración, para evitar que se descontrolara y así poder mantenerla en un estado de excitación máxima.
Decidimos que intentaríamos provocarle tal estado de excitación, que nos pidiera nuestras pollas para mamarlas o follarla. Cosa bastante difícil en Paloma, pues aunque no es mojigata, le cuesta expresarse en ciertos términos. A pesar de ello a veces lo hace y nuestra excitación se dispara.
Gracias al espectáculo, nuestras pollas tenían una erección considerable. Mientras la observábamos, no pudimos evitar tocarnos el uno al otro, y empezar con suavidad a masturbarnos mutuamente. Andrés se inclinó para hacerme una mamada, a la vez que yo le masturbaba suavemente. Sentir la lengua de Andrés recorriendo mi polla, mientras Paloma a su vez también nos miraba, me transportaba a ese estado de desenfreno en el que solo buscas conseguir el máximo placer.
Paloma nos observaba, sin ocultar su alto grado de excitación, hizo un gesto con la mano para que nos acercáramos, y nos pusiéramos a su lado, cogió nuestras manos para que nos inclináramos, y nos susurró al oído…
-Ahora mismo me gustaría repetir la mamada de ayer y que os corráis los dos en la boca.
Andrés y yo nos miramos, ambos lo estábamos deseando, habíamos conseguido que Paloma nos pidiera de viva voz lo que le apetecía en ese momento, algo que nosotros deseábamos más que ella. Yo volvía a estar sorprendido.
- Me encanta cariño, no podías haber elegido mejor, –le dije- dándole un profundo beso.
-Eres fantástica, yo creo que nos lees el pensamiento-dijo Andrés-, con una sonrisa.
Paloma le agradeció el comentario, con un ardiente y pasional beso que termino de incendiar aún más nuestro estado de excitación.
Comenzó a hacernos una mamada alternando las dos pollas, mientras el huevo en su coño seguía vibrando con suavidad. Variábamos su velocidad en función de su estado, nos encantaba ver los gestos de su cara, y los movimientos de su cuerpo, la sensación era increíblemente morbosa para los tres.
Su lengua recorría nuestras pollas con pasión, se las introducía todo lo que podía, lo hacía lentamente, disfrutando cada centímetro de ellas, hasta hacerlas desaparecer enteramente en el interior de su boca. Lo hacía con los dos, pero cuando la veía tragarse la polla de Andrés de esa forma, mi estado de excitación se tornaba irresistible… en otra dimensión
Estábamos disfrutando de una situación con un morbo excepcional, por el control que teníamos sobre ella, y la respuesta que estábamos obteniendo de ello.
Nuestras pollas entraban y salían de su boca, ininterrumpidamente. Veíamos con lujuria como disfrutaba chupándolas pasando la lengua por los dos capullos, y engulléndolas. La pasión con que lo hacía, delataba su estado de excitación extrema, en la que necesitaba culminar con el deseo que nos propuso…
-Correros... correros… –dijo-con ansiedad, sin dejar de chuparnos a ambos.
No hizo falta que nos lo repitiera, su voz pidiéndolo era suficiente para explotar en una eyaculación salvaje.
Fui yo el primero en eyacular en su boca, como la anterior vez se lo tragaba prácticamente todo, disfrutaba con cada eyaculación sin ningún reparo, su lengua con una actividad sorprendente recogía toda mi corrida.
A continuación se introdujo la polla de Andrés, repitiendo la misma acción, un chorro de semen penetro en el interior de su boca, y casi sin darle tiempo dos más lleno su boca y la cara de semen, se tragaba lo que podía entre los estertores de un orgasmo descomunal. Pasaba la lengua por el capullo intentando no perderse ni una gota.
Nos ha confesado que disfruta muchísimo practicándonos sexo oral, sentir la eyaculación en su boca es una sensación de placer, que no nos puede explicar, pero disfruta tanto o más que con la penetración. La escena era digna del porno más duro.
La visión supero cualquier previsión que hubiésemos tenido, y en mi caso he descubierto una nueva faceta de disfrute de mi mujer, me encanta que se muestre con total libertad.
Lo que había comenzado como una prueba morbosa pero intranscendente, se había convertido en una sesión de sexo espectacular.
Paloma ha descubierto el sexo oral llegando hasta el final, como una nueva forma de disfrutar del sexo, quitándose cualquier prejuicio, nosotros encantados.
Casi era la hora de comer, habíamos estado casi toda la mañana examinando todos los artilugios, y después de la experiencia, nos prometimos que los probaríamos todos.
Definitivamente nos transformamos cuando practicamos el sexo entre los tres, es fantástico pero como dice mi mujer… de sicólogo. Como dice Andrés, en última estancia recurriremos a Claudia.
Paloma y yo hemos sobrepasado con mucho nuestras expectativas sexuales, por todo lo vivido en estos dos últimos años, no sabemos cuánto nos durara esta fiebre de sexo desenfrenado, pero vamos a seguir probando todas las variantes que podamos, haciendo realidad todas nuestras apetencias en materia de sexo.
En nuestra estancia hemos hecho realidad muchas de ellas, que seguiremos relatando con todo detalle, intentando transmitir las sensaciones vividas… a veces difíciles de explicar.
Agradecemos vuestros comentarios y críticas, en especial los de aquellos que se sienten identificados, por haber vivido situaciones parecidas y, así nos lo comentan. Por supuesto también para aquellos que quieran tener la experiencia, y quieran saber cómo es por aquellos que la han vivido, como es nuestro caso.
unomas