EL REENCUENTRO (relato 36)

Donde narro el REENCUENTRO, con el amor de mi vida.-

INICIACIÓN

Ese fin de semana, volví a La Escondida, no sin antes pasar por Va. María, para saludar a mis suegros y a los abuelos...- Me emocioné, porque siempre que los visitaba, era para ellos una "fiesta" recibirme...- Y en esta ocasión, resultó igual.-

Después de los agasajos a la hora de la cena..., después de verme obligada a "hacer noche" en la estancia..., después del desayuno..., después del almuerzo... y depués de unos buenos mates, cuando ya anochecía, partí ansiosa, al encuentro de "mi amor", que seguramente estaba esperándome en La Escondida.-

Si bien, sentía urgencia por reencontrarme con Jorge, recorrí la ruta tranquilamente y a velocidad moderada, porque sabía que arribando a la madrugada a la posada desde donde debía seguir viaje a caballo, no resultaba sensato, recorrer el camino de cornisa a lomo de burro en la oscuridad de la noche.-

Fue así que me tomé mi tiempo, en el que incluso, me detuve en una estación de servicio con parador rutero, para cenar...-

Y lo hice, ocupando una mesa sobre un lateral del local, sola, pero rodeada de mesas ocupadas por hombres que cenaban allí, antes de continuar viaje en sus camiones, o dormir hasta el amanecer en sus cuchetas...- Me sentía mas que observada, escrudiñada por mil ojos masculinos atentos y persistentes, como queriendo deducir el verdadero motivo de mi presencia en el lugar..., de mi invasión a un reducto masculino por excelencia y mas que masculino, a un reducto exclusivamente camionero.-

Algunos de ellos, concluyeron que, aunque mi perfil fuera de "dama de alcurnia", estaba allí porque era una "buscona", atraida por los hombres rudos y fuertes que montados en sus camiones, soportan mil vicisitudes recorriendo las rutas de mi país, en contraposición a los "ricachones afeminados" que seguramente en mi ambiente, me asediaban.-

Así fué como alguno que otro, mas osado o mas desvergonzado que el resto, luego de poner una moneda en la "victrola" (máquina que reproduce la música elegida), se me acercaba y me invitaba a bailar la pieza elegida...; estaba sola en ese lugar..., la otra mujer que había, era la esposa o compañera del dueño del parador, ya bastante mayorcita y muy "entrada en carnes" (gorda), que ya sea por amistad, por respeto o por fealdad, ni incitaba ni llamaba la atención de ese ejercito de hombres que ya descaradamente, se mostraba ansioso por montarse a esta "fina potranca de señorita", que vaya a saber por que cuestiones del destino, o buscando que..., había recalado en ese parador "exclusivo".-

Y fue que, para que algunos ánimos se apaciguaran, acepté algÚn que otro convite al baile..., siempre que fuera una música movida, que no diera pie al "franeleo"; y así transcurrió gran parte de la noche y la madrugada, hasta que me dispuse a continuar mi viaje, calculando que llegaría a la mañana temprano a la Posada de El Volcán, desde donde, luego de desayunar, continuaría el viaje hasta la Escondida, a lomo de caballo, o en moto, si es que por casualidad, alguna de las tres motos de cross que habíamos adquirido, estaba en ese lugar, como esperándome....-

Cuando me dispuse a partir, al intentar abonar mi cuenta por la cena, varios de los comensales con los que obligadamente había "confraternizado", casi a los gritos, quisieron "obsequiarme", haciéndose cargo del gasto, el que al final oblaron entre varios.-

Al acercarme a mi camioneta, veo que estaba esperándome, al pie de la puerta derecha un muchachito al que habia antes observado en un rincón del salón mirándome y mirando como yo bailaba con los otros hombres y al que de tanto en tanto, le regalaba una sonrisa.- Tenía en su mano, un ramito de florecitas silvestres, que seguramente habría cortado a las apuradas de entre los yuyos que tamizaban el lugar...; me las ofreció diciéndome "gracias", a lo que pregunté:

YO- "¿Porque?"

ÉL- "Porque me regaló sus sonrisas...-"

YO- (Tomando y olfateando las flores) "Gracias, son muy bonitas.-"

ËL: "No tanto como Usted señora.-"...- ¿Me permite acariciar su rostro?.-"

Yo puse cara de perplejidad, y fue como que le pregunté el motivo de tal pedido con la expresión...-

ËL- "Porque quiero sentir la suavidad de su piel, para recordarla siempre.-"

YO- "Hazlo.-"

Entonces el muchachito, timidamente, acercó su mano a mi rostro, la posa sobre mi cara, y permanece inmóvil, y yo, viendo que no se animaba a recorrerlo, le tomo la mano y la guio acariciando mi cara, mi cuello... y la deslizo por mi cuerpo, hasta llegar al inicio de mis senos.- Entonces le pregunto:

YO- "¿Todavía sos virgen?.-"

EL- "No, ya he estado con algunas hembras...-"

No quise preguntar mas, porque imaginaba que confesaría que esas "hembras", habían sido gallinas, o cerdas u ovejas...-

Entonces, luego de aflojar el cierre de mi jean, guié su mano hasta mi entrepierna, para que se animara a explorar mi sexo, (el que a no negarlo estaba necesitando una caricia), y busqué desprender los botones de su bragueta, para liberar A su pene de su encierro..., huelga decir, que lo hallé mas que excitado, por eso me apropié de él con mi mano y comencé a masturbarlo suavemente..., despacio..., muy despacio... y el muchachito, al recibir mi caricia, exhaltado, se toma con su mano de mi sexo y lo aprieta con fuerza, con lo que me obliga a asirle la mano con la mia que tenía libre y nuevamente guiarlo, enseñándole a recorrérmelo con suavidad...; así, aprendió a explorar el monte de Venus..., y las ingles de la mujer..., los labios de su vagina..., los pliegues del interior... y el clítoris...; para luego introducir sus dedos en mi sexo y explorarlo por dentro..., con suavidad..., con delicadeza...., con esmero...-

Mientras..., yo lo masturbaba, y pronto, sentí que se derramaba en una eyaculación joven y copiosa, al tiempo que yo le regalaba un orgasmo majestuoso... y sellaba el acto, apropiándome de sus labios y horadando su boca con mi lengua, en busca de la suya.-

Al recomponernos, busco en mi bolso una tanga de las que siempre llevo pero no uso y limpiando con ella las muestras de mi íntima satisfacción, se la ofrezco para que la conserve y recuerde en sus momentos de intimidad masturbatoria, el olor de la primera mujer ante la que eyaculó sin inhibiciones.-

Cuando saca de su rostro y de su nariz, la prenda ofrecida, le doy un beso en los labios..., me monto en la camioneta, e inicio la segunda etapa de mi viaje al reencuentro de mi amor...-

REENCUENTRO

Llegué a la Posada de El Volcán, con lo primeros albores del día; mientras esperaba que la luz del día fuera suficiente para largarme a caballo por el camino de cornisa que me faltaba recorrer para llegar a La Escondida, desayuné...-

Luego, cuando ya el sol despuntaba por sobre lo cerros, monté a caballo y con "panza llena y corazón ansioso", partí al reencuentro de "mi amor".-

Desde las cumbres que enmarcan el valle de La Escondida, ví, allá lejos y muy, muy chiquitita, la figura de Jorge en el jardín de la casa y lo imaginé escrudiñando el horizonte, para ver aparecer sobre él, a su mujer..., para verme aparecer, allá en la cima del cerro, a mí.-

La pendiente que se desliza hasta "la portera del rancho", la recorrí al trote corto, que fue convirtiéndose en galope largo, a medida que la figura que había visualizado desde la cima del cerro, se iba agrandando y definiendo mas, confirmando que era la del hombre al que amaba y que me esperaba...-

Cuando llegué casi a su lado, me lancé desde la montura y corrí a abrazarme a ese hombre...; lo tomé por la cintura con ambos brazos..., apoyé mi cabeza sobre su pecho y me apretujé fuertemente contra él; mientras, sus brazos me rodearon y me estrecharon mas contra su cuerpo...-

Y ese día, en ese instante, entendí lo que una vez me dijera sobre la construcción de un nido para cobijarme...; apretada contra su pecho, rodeada por sus brazos, percibí que estaba cobijada en ese nido... y me sentí segura, protegida... y sinceramente amada.- Elevé mis labios hasta alcanzar los suyos, los besé y le dije:

YO:"...Gracias.-"

ËL:"¿Porqué gracias?"

YO:"Por amarme tanto.-"

Al cabo de unos minutos, durante los que permanecimos abrazados, lo miré a sus ojos y le dije:

YO:"Ahora sé que yo también te amo, porque ahora entiendo la diferencia entre querer y amar"...- "Y gracias a tu amor, ahora soy completamente libre para amarte y serte fiel.-"

ËL:"Todavía tenés que comprender que la fidelidad no se esconde entre unas sábanas, sino que se guarda en el corazón... y mientras yo esté en tu corazón, nada importa quien quiera que sea el que comparta en ese momento, tu cama...-" "Somos crituras humanas y como tales, por imperfectos, podemos tener deslices, pero si nos amamos sinceramente, nos comprendéremos mutuamente y luego de algún desliz, si los hubiera, sentiremos reforzado el amor que nos tenemos...- "Somos libres Ana, libres como los pájaros y como ellos, alguna vez siendo vos Calandria, podrás embelesarte con el canto de un Tordo..., o siendo yo Gorrión, talvés intentaré algún día cantar como un Tordo, atraído por alguna Reina Mora...-" "Es la vida, y así son sus vericuetos, pero el amor mutuo, se sobrepone a esas mezquindades.-"

Y así, luego, nos fundimos en un beso, prolongado, sincero, profundo.... y amoroso.-

¿Y saben que?...- En los 25 años que transcurrieron desde aquél día, jamás un Tordo, se aposentó en nuestro nido (aunque sí tuvimos ambos, en pareja o en solitario, muchas y muy variadas experiencias).-

FIN

NdeR: Esta es una historia ficticia (o verdadera), los nombres de los personajes han sido cambiados (o no), cualquier semejanza con la vida real es mera casualidad (o causalidad).- ¿Verdad y Consecuencia? o ¿Ficción y Contingencia?.-

ANAMASAN 30/03/12