El reencuentro
Después de un año sin hablar con ella, nos encontramos a través de una de la múltiples redes sociales, me hizo ilusión hablar con ella después de tanto tiempo sin saber nada de ella, después de ponernos al día resumiendo las novedades de todo estos meses quedamos en vernos algún día,
Después de un año sin hablar con ella, nos encontramos a través de una de la múltiples redes sociales, me hizo ilusión hablar con ella después de tanto tiempo sin saber nada de ella, después de ponernos al día resumiendo las novedades de todo estos meses quedamos en vernos algún día, esa promesa que siempre se hace con las amistades a las que por una razón u otra se van alejando de nuestro camino, pero en este caso parecía sincero, nuestros contactos durante los últimos años siempre habían sido por mails espaciados en el tiempo antes de perdernos la pista...
Así que sin pensármelo mucho aprovechando que me quedaba solo durante unos días de verano quedamos para comer en su casa.
Conforme se iba acercando el día los nervios crecían dentro de mí, hacía mucho tiempo que no la veía, y eso había ayudado a cerrar viejas heridas pero sabía que en cuanto la volviera a ver miles de recuerdos pasarían por mi cabeza y aunque lo sabía algo hacía que deseara ese momento.
Llegue a casa de Mari sobre la una del mediodía tal y como habíamos quedado, en mis manos llevaba una botella del vino que acostumbramos a beber en nuestras largas veladas de antaño, un repaso general en el espejo del ascensor, a pesar de mis casi cuarenta años parecía un quinceañero ante su primera cita, el ascensor tardo una eternidad en subir esos cinco pisos, pero por fin el momento había llegado, llamé al timbre y en unos instantes que me parecieron una eternidad abrió la puerta, su cuerpo se mostraba tan espectacular como lo recordaba, al estar a contraluz se marcaba su silueta de manera muy sensual, 1'67 cm, pechos pequeños pero sugerentes envueltos en una camiseta ajustada de tirantes y unos jeans que te marcaban ese culo precioso que me quitaba el sentido, como estaba mi morena de melena lisa y grandes ojos andaluces llenos de vida la verdad que como el vino que llevaba en mis manos los años a Mari le sentaban muy bien.
Un abrazo y unos tímidos besos en la mejilla fueron nuestro primer contacto, lo suficiente para notar que tampoco había cambiado lo bien que olías.
- ummmm, te he dicho lo bien que hueles?
- Me tira una de esas miradas llenas de coquetería que me vuelven loco.
Abrimos el vino y nos ponemos al día de todas nuestras cosas sin olvidar discutir del porque nuestra relación nunca llego a buen puerto si fue por culpa mía o de las circunstancias, nos explicamos lo felices que somos con nuestras respectivas parejas y conforme se va vaciando la botella vamos recordando nuestros momentos más calientes.
La verdad es que la conversación me esta poniendo a mil a la vez que incomodo ya que saltan chispas cada vez que nuestras miradas se cruzan, una vez hemos acabado de comer y después de una corta sobremesa con la excusa que Mari ha quedado con una amiga para cenar le digo que tengo que irme.
- Ohhh no seas así, esperate un rato más, por cierto, necesito que me revises el ordenador no acaba de funcionar o te crees que la comida te iba a salir gratis?
- Como me habías dicho que tenías que arreglarte, que ibas a buscar a tu amiga a la estación.
- Mira aprovecha mientras me tomo una ducha para ver si puedes hacer algo con el ordenador y luego salimos juntos a buscar a mi amiga y te vienes a cenar con nosotras.
- Vale, te miro el ordenador pero luego me voy a casa....
No había acabado la frase que la veia salir de su habitación sacándose la camiseta camino del baño, ufffff más vale que acabe rápido y me vaya a casa, pienso mientras intento quitarme la última imagen de mi cabeza.
Revise el ordenador y realmente enseguida pude ver los problemas de configuración, Mari siempre había sido un desastre con la informática, una vez arreglado me puse a chafardear en sus archivos de música y... fotos, dios mío unas fotos muy subidas de tono, la química que teníamos en la cama durante nuestra relación era brutal no había cosa que no nos gustara probar y habíamos echado unos polvos antologicos pero nunca me dejó fotografiarla tal y como estaba allí, no sabía si sacármela y menearmela allí mismo, notaba como dentro de mis pantalones algo me pedía a gritos que lo liberara, de pronto oí la puerta del baño que se abría, y en el tiempo justo de cerrar la carpeta de las fotos apareció por la puerta con un albornoz que tapaba su cuerpo mojado.
- Que, lo has arreglado?
- Si, mira tenías que instalar estos drivers...
mientras empiezo a explicarselo se acerca al monitor para poder ver lo que le estoy enseñando, de reojo veo como el albornoz se abre y deja al descubierto sus pechos intento mirar a otro lado pero la tentación es enorme, me ruborizo y la temperatura en la habitación sube por momentos, Mari con los movimientos totalmente estudiados y haciendo gala de un falso recatamiento decide cogerse el escote con la mano y me mira con cara de reprimenda, y para que no vuelva a ocurrir cambia de postura y se sienta en el ala de la mesa aprovechando para dejar caer la pierna y dejar intuir el final de sus muslos por la bata entreabierta.
Mi erección es cada vez más evidente y Mari lo sabe y juega conmigo sabiendo que me tiene donde ella quiere y en estas situaciones se crece y disfruta, pero yo no puedo esperar más y sin pensármelo dos veces y en un rápido movimiento giro la silla quedando justo delante de ella y con mi cabeza a la altura de su ombligo, le abro el albornoz dejando a la vista el piercing que decora su cuerpo un poco más arriba de su pubis totalmente rasurado tal y como recordaba, mi lengua empieza a jugar con el metal que se aferra a su cuerpo para ir recorriendo y saboreando el camino que me lleva a su sexo, te abro las piernas sin obtener resistencia y ahí delante de mis ojos tengo a su húmedo coño pidiendo a gritos que entre a por el, mi lengua trabaja frenéticamente por su clítoris buscando ese botoncito que se va endureciendo con el paso de ella, me llena la boca con sus jugos, esta muy húmeda y cachonda y aprovecho para bajar un poco más y esparcir sus jugos y mi saliva por su ano, sus gemidos me indican que voy por buen camino, veo que la ventana de la habitación esta abierta de par en par y que desde el edificio de enfrente tienen una vista exquisita del espectaculo y eso aún me hace poner más caliente, y Mari lo nota y se mueve excitada con los embistes de mi lengua mientras con una mano se acaricia el pecho y con la otra me coge la cabeza para que acelere el ritmo, su cuerpo se arquea y contorsiona en breves espasmos previos al orgasmo pero la muy guarra tiene un control de su sexo milimétrico y le encanta, antes de correrse ya me ha cogido por el pelo para poder levantarme y tener mi cara enfrente de la suya, me come la boca recogiendo los flujos de su vagina y saboreandolos con cara ávida de más placer pero primero es ella la quiere ofrecérmelo a mí y se desliza besando mi cuerpo mientras me quita la camisa y desabrocha mis tejanos liberando mi polla que salta como un resorte fuera de su prisión téxtil, me mira mientras se muerde el labio y me dice “ummmm parece que aquí teníamos un problemilla” sin casi a acabar la frase se engulle mi polla mientras con la mano me acaricia los huevos buscando mi culo con los dedos, me encantaría correrme en su boca, díos como lo hace sus labios acarician mi tronco y sus dientes mordisquean mi glande para hacer que mis músculos se tensionen hasta el punto de estallar, no puedo más y justo en el momento que su dedo indice se abre camino en mi ano, dejo ir todo mi esperma en su boca ella lo recibe sin pestañear, se levanta y me da un morreo para pasarme mis jugos que aun le quedan en la boca, al principio me siento extraño comiendo mi propia leche pero es tan excitante que consigue que mi polla vuelva a pedir de guerra de inmediato, esto solo acaba de empezar, veo que tendré que esforzarme para dar la talla...
Mari me coge de la mano y me lleva a su dormitorio, me tumba en la cama con un suave empujón y me coge la polla con mucha delicadeza mientras se la vuelve a llevar a la boca, en pocos segundos vuelve a estar erguida y orgullosa momento que aprovecha para sentarse encima y empezar a cabalgar me mira con mirada lasciva mientras se acaricia los pechos con sus dos manos y se muerde el labio ahogando los gemidos que empiezan a salir de su boca, embestida tras embestida aumenta el ritmo y una de sus manos ha bajado lentamente hasta buscar su clitoris para estimularlo mientras mi polla se abre camino una y otra vez en su interior, en un rápido movimiento y viendo que mi verga se hincha buscando expulsar otra vez decide aminorar el ritmo y sacarla para meterla en su culo a la vez que me pregunta “si me gusta todo lo que ha aprendido sin mí.” realmente sí, me esta volviendo loco y en pocos segundos de bombeo en su culo se lo lleno de leche, llegando los dos a un orgasmo bestial, su culo expulsa mi polla mientras sus manos ralentizan sus movimientos en su coño mientras su cuerpo y sus músculos se destensan después de nuestros gritos de placer nos abrazamos con los cuerpos desnudos y sudorosos mientras aun notamos el latido acelerado de nuestro corazón y en esto que se gira me planta un morreo y me dice y ahora machote vístete que tenemos que ir a buscar a Angela al tren y me quedan muchas cosas por enseñarte. Pero es ya otra historia...