El reencuentro de Ángel y Sara

Me sentía sometida a él que tapaba mi boca y follaba mi culo, me excitaba mucho esa situación, el agua resbalaba por nuestros cuerpos mientras él me la clavaba con más y más fuerza

He quedado con Ángel para comer, no sé si presa de la excitación al leer su mail de ayer o de los mensajes subiditos de tono que llevamos escribiéndonos toda la noche he sucumbido a su propuesta. Una comida, sabía que habría postre especial, ya podía imaginarme cual sería para que mentir.

Han pasado dos años desde que no nos vemos, Ángel ya no vive con sus padres, al contrario de mi que aquí sigo, vive en el centro allí nos hemos citado.

Quería impresionarle yo he cambiado no soy aquella niñita de 16 años que él conoció, más madura y más guapa que entonces he pensado durante unos minutos que ponerme para conseguirlo. Mi elección ha sido un vestido cortito de flores y pronunciado escote, fresquito porque hoy en Madrid hace demasiado calor,  y sinceramente quería ponerle caliente.

Mientras llegaba al centro en el coche, recordaba como me hizo perder mi virginidad anal y he caído en la cuenta que aunque por mi cama han pasado varios hombres desde que lo dejamos, ninguno ha entrado por ahí en mi, no puedo decir que aquella vez lo pasase bien porque no fue así, aun recuerdo cuando llegue a mi casa después de aquella tarde y sentía como palpitaba  mi ano, pasé un par de días con dolor en la zona, cuando me sentaba recordaba cada embestida de su polla y se me ponían los pelos de punta, también extrañamente notaba como me excitaba recordarme atada y amordazada mientras me propinó aquella paliza con el cinturón antes de follarme como un animal el culo. El viaje ha sido corto y he llegado puntual a la cita.

Parece ser que a él se le ha hecho tarde y cuando he tocado a su puerta, ha tardado en abrir, llevaba puesta sólo una toalla y era evidente que acababa de salir de la ducha.

“Hola princesa” se ha limitado a decir mientras me indicaba que pase dentro con la cabeza.

Estos dos años  también le han cambiado, está más fuerte y atlético, su sonrisa picara ha sido entrenada sin duda y ahora me mira diferente que hace tiempo, está más guapo sin duda, más sexy.

Yo le he sonreído y he pasado directamente a sentarme en el sofá cruzando mis piernas lo que ha hecho que mi vestido se acortara aún más y dejara casi al descubierto por completa mi pierna. Le he visto mirarme descarado, no se ha cortado mientras buscaba más adentro de lo que se dejaba ver.

Creo que sobraban las palabras, no teníamos demasiado de que hablar aunque sí mucho que decirnos, se ha acercado a mi y buscando mi boca ha comenzado a besarme.

He notado su mano entre mis piernas, él estaba fresco, yo ardiendo por los 34ºC de fuera y el calor de aquel sofá. Sus manos han invadido mis pechos, su boca mi cuello y mis labios que mordía como si de una fruta carnosa se tratara, el agua de su pelo caia sobre su espalda desnuda y yo he tirado de la toalla que tenía enroscada en la cintura y a quedado liberada de ella, su polla dura y firme ha quedado descubierta, está claro que me encuentra muy apetecible.

He agachado la cabeza y me la he medido en la boca, hasta adentro, le he hecho una buena mamada de esas que le gustaban tanto, pero no he dejado que se corriera he parado en el momento justo, el gemía y empujaba mi cabeza para meterla bien dentro, hay cosas que nunca cambian.

Se ha puesto muy cachondo, he notado como se ha encendido su mirada y lascivo me miraba para poseerme.

Me he colocado encima de él que estaba sentado en el sofá, y he empezado a mover mi cuerpo como si le cabalgara, me ha quitado el vestido y mis pechos han quedado a la altura de su boca, ha empezado a lamerlos y a apretarlos, cada instante más excitado.

Me ha retirado el tanga hacia un lado y ha puesto su glande en la entrada de mi coñito empapado y caliente, me la ha clavado hasta el fondo haciéndome soltar un gemido altísimo, con sus manos en mi cintura ha empezado a llevar el ritmo y ha llevarme a su antojo, yo estaba fuera de mi, excitadísima y mojada a más no poder, su polla entraba y salía de mi con una facilidad asombrosa, sus huevos rebotaban en mi culito el también gemía como un loco. Enseguida ha hecho que me corra y le he arañado los hombros en los que me apoyaba, él lo sabía y ha seguido embistiéndome ahora con más fuerza, ambos sudábamos sin parar, estábamos muy calientes, he notado como le ha venido un orgasmo y ha descargado su leche en mi coñito mientras gritaba de placer. Me he quedado un instante encima de él y después exhausta por la monta me he dejado caer en el sofá. Su semen empezaba a caer por mis piernas y el sudor por todo mi cuerpo.

Se ha levantado y agarrandome de la muñeca me ha ayudado a mi a hacerlo también, me ha dicho que nos pegáramos una ducha para comer tranquilos y frescos y obediente le he seguido hasta el baño.

Me he metido en la ducha y él detrás de mí. Su polla seguía dura como una piedra, el agua fresca calmaba el calor de nuestra piel pero no de nuestro cuerpo, hemos seguido besándonos y tocándonos cada rincón. Me he girado a coger el gel de ducha dándole la espalda y él ha aprovechado para pegar su pecho a mí y meter su polla entre mis dos cachetes, buscaba mi ano, sabía que deseaba tanto hacérmelo por ahí como aquella primera vez, me he dejado, sé que con Ángel más vale hacerlo por las buenas, ya aprendí la lección bien.

La punta de su polla ha encontrado mi agujerito ayudado por su mano, ha empezado a empujar poco a poco, con cada intento yo llevaba el culito hacia delante por instinto pero sabía que no me libraría de aquella follada. Me ha agarrado de la cintura con su brazo libre y me ha llevado hacia él, metiendo su glande por completo en mi culito, he gritado, me ardía el ano, su polla dura se abría paso dentro de mi, el dolor era intenso pero soportable, cuando ya la había introducido toda ha comentado a embestirme, y yo a gemir, sollozaba y daba algún grito, me ha mandado callar y al ver que no lo hacía ha tapado mi boca con su mano mientra seguía follándome sin compasión, las embestidas cada vez eran más fuertes y más profundas y el dolor inicial se ha transformado en un placer inigualable, me sentía sometida a él que tapaba mi boca y follaba mi culo, me excitaba mucho esa situación, el agua resbalaba por nuestros cuerpos mientras él me la clavaba con más y más fuerza. Con su mano libre ha empezado a acariciar mi clítoris y un simple roce a hecho que me corriera salvajemente, ante esa escena él se ha corrido enseguida dentro de mi culito y me la ha dejado dentro unos minutos, al sacarla su leche ha salido de mi y entre los dos nos hemos enjabonado y acabado de duchar.

Mientras me secaba con la toalla he notado que me dolía el ano, no era raro ya que era la segunda vez que lo hacía por ahí y supongo que estaba cerradito. Ese dolor me ha hecho mojarme de nuevo, me excitaba.

Hemos pedido unas pizzas y hemos charlado sobre estos dos años.

Hemos quedado en llamarnos,  os seguiré contando.

Sara