El reencuentro
Por un trabajo se distanciaron, eso produjo que el reencuentro al mes siguiente fuese totalmente explosivo.
Hacia casi un mes que no nos veíamos. Su trabajo en la costa nos había distanciado, y sé muy bien, que tanto como yo, se habría matado a pajas.
Íbamos a vernos, y de sólo pensarlo, mi concha chorreaba a mares y mi lengua ardía ávida de sus tetillas y su culo.
Llegó por fin. Bajé a abrirle, estratégicamente vestida con un short y una musculosa ajustada; mi cola parada y mis enormes tetas explotaban enfundada en ellos. Apenas cruzó la puerta de calle un beso abrasador nos selló hasta llegar al piso. Las lenguas se succionaban, se palpaban, nos lamíamos toda la cara, el cuello, el mentón. Ya en mi casa, nos fuimos desvistiendo desesperados, mis tetas y su pecho ardían por sentirse.
Tocándonos los cuerpos, apretándonos, caímos sobre la cama, quitándonos el resto de la ropa.
Sin esperar, me lance a chuparle las tetas, desesperada por tantos días de ayuno, mamaba y mordía sus tetillas, les pasaba la lengua, chupaba sus pelitos uno a uno, mientras él gozaba como loco, gemía y me pedía más, y más, que lo mordiera mas fuerte, que le diera a la otra también.
Sentía su verga ya enorme, mide 21 centímetros en su plenitud, y tantos días de ausencia la habían puesto como nunca, nunca la había visto tan gorda, estaba descomunal, la cabeza colorada e hinchada, yo estaba tan excitada que no sabía por donde empezar a chupar semejante monumento, me lancé desesperada y me la metí en la boca, hasta el fondo, me ahogaba y tenia arcadas, pero seguía y seguía, nunca tuve una verga así de impresionante para chupar a mi merced.
Y en esos menesteres estaba cuando con la lengua recorrí todo el mástil hacia abajo y vi los huevos. Estaban tan grandes como su verga, enormes, llenos de leche atrasada, durísimos, y como loca me puse a chuparlos, me los metía en la boca como podía, los lamía, fuerte, despacio, intentaba succionarlos, mientras con la mano derecha empecé a pajear mi clítoris que a esta altura era una pequeña pija, desesperado de excitación. Entonces él, enloquecido por el placer que estaba recibiendo, se agarró los huevos con las dos manos para separarlos más de su pija y hacerlos mas definidos, y me los dio a chupar, agitándolos suavemente. Me los refregaba por la cara, por la boca y por la lengua, de arriba abajo, lo que me volvió loca por completo, estaba recaliente y quería que no parase de hacer eso en todo el día. Te gustan los huevos, eh, te gusta que te los de así, putita, eh¡¡..., mientras se pajeaba el tronco lentamente, poniéndolo mas morado y gordo.
Desesperada, volvía a la pija, me demoraba en el glande, la lamía de cabo a rabo, o mejor dicho de huevos a cabeza. Entonces seguí, lo obligue a levantar las piernas, me detuve nuevamente en los huevos que seguía agitando contra mi cara, a un ritmo ahora frenético, y me deslice, allí adonde se que se vuelve loco, que pierde todo pudor.
metí la lengua en su ano, como sé que le gusta, como lo vuelve loco. Con la puntita lo rodeo, luego inicio un mete saca en el agujerito, y después chupo y succiono, mordiendo ligeramente la flexible piel de alrededor del ano, lo que le arranca gemidos impresionantes de placer. Me pide más y más, y no tengo mas remedio que incorporarme, volver sobre él y mientras ataco nuevamente sus tetillas con apetito voraz, introduzco dos dedos suavemente en su ano, lo que le arranca un grito de placer, se retuerce, jadea, siente mis dedos que entran y salen de su agujero, mi lengua y mis dientes que se deleitan en sus tetas, y alzo la vista y lo veo, mi macho caliente saca la lengua al máximo, esta gozando como un perro, no puede más, su pija va a explotar y su mano la contiene. Cuanto mas fuerte le doy a su culo, mas saca la lengua y como puede grita más, más, muerdo mas fuerte sus tetillas, pongo mas dura mi lengua sobre ellas, mis dedos entraron hasta los últimos nudillos.
Estamos un rato mas así, disfruto tanto de verlo gozar de esa manera, como un perro sucio y caliente, hasta que él da un giro y se incorpora, me hace sentar y me espeta: Acomódate bien que te voy a chupar las tetas... Me siento, mis tetas enormes y duras, muy redondas, caen por su peso, están rehinchadas, los pezones duros y excitados, y su boca se prende a uno de ellos mientras con la otra mano me excita el otro. Empiezo a gozar como loca, me toco la concha, tengo que controlarme para no acabar ya, me mama alternativamente las dos tetas, mientras las amasa, las agita, crecen cada vez mas, el las mira y se calienta, se vuelve loco, no puede creer estar usando semejantes tetas, desahogándose todos estos días de pajas solitarias mamandose semejante par de melones, y sobre todo estar dándole con eso tanto placer a una puta calentona como yo, que me estoy derritiendo de goce, que le suplico mamame, chupame, succióname, mi macho, cuanto necesitaba una mamada, dale, así así así, lengua dura, succión, ahhh,ahhh, ahhh, ahhh, mas mas, necesitabas chupar unas tetas enormes, eh? hacedme gozar, hacedme gozar las tetas así, excítamelos mas, hacédmelos gozar mas, mi macho. Quién es el macho que me hace gozar las tetas, eh? Quien..? Ahhh, ahhhh, ahhhh, no puedo mas, no puedo mas... Y mis tetas explotaban, él desesperado no daba abasto con sus manos para abarcarlas, su hinchazón era descomunal, yacía de costado a mi lado así que yo desde arriba veía su verga tremenda, erecta, colorada al máximo, me tocaba el clítoris, veía su mamada en cada pezón, y estaba en la gloria, todo mi cuerpo era una descarga eléctrica que moría en su lengua.
A esta altura no podíamos mas, le supliqué me la meta, le rogué que me diera todo el pedazo por la concha, necesitaba sentirlo ahí, necesitaba sentir todo ese pedazo enorme como nunca, la mamada me había calentado de una manera animal y lo único que me saciaría era ese palo.
Entonces se incorporó, subió un poco mis piernas y se agarro la pija con la mano, mientras me miraba y la agitaba frente a mi. Te voy a meter toda esta poronga, la viste, viste como está, putita? es enorme, gózala bien, disfrútala bien, puta, disfrútala que esta bien dura, oíste?..... Y me la metió, despacio, gozando cada centímetro, pensé que nunca terminaría de meterla toda, era descomunal, enorme, gruesísima, sentía que la cabeza había llegado al centro de mí, me sentía absolutamente empalada e invadida por ese trozo de carne impresionante, empezó a empujarlo cada vez mas adentro, lo que sentía era inenarrable, todo ese cilindro dándome placer, que herramienta, dios mío, dame así papito, es enorme, que gorda, como siento la cabeza, dios mío nunca sentí una tan gorda y larga, es terrible, dame así, no acabes por favor necesito mas...
Y el gozaba enormemente, estaba extraviado en el placer, agarraba mis caderas y se hundía cada vez mas en mi, subió mis piernas a sus hombros para clavarme mas, mas adentro, mas profundo. Se quedaba adentro y revolvía la pija en mi vagina, ummm tan rico, por momentos se clavaba tan a fondo que parecía que iba a agujerearme, en otros el ritmo crecía enloquecido y nuestros gemidos ya eran gritos desgarrantes, el placer era inaudito. Y así me la estuvo dando un rato largo, le suplique que aguantara la erección, que no me echara la leche todavia, era la erección mas grande que había sentido en mi vida y tenia que gozarla al máximo, el pedazo me estaba dando un placer como nunca había sentido.
Hasta que él no pudo mas, y cuando sintió que se vendría pronto, levanto mas mis caderas e increíblemente se hundió mas en mi, mas adentro, mas adentro. ahhhhhhh, ahhhhhhh macho, que pija, que pija por favor, dame así que me muero ahhhhhhh ahhhhhhh es enorme mas adentro que acabo, por favor que acabo con la pija, acabo con la pija......Toma puta, perra, siéntela toda, disfrútala bien, soy el macho que te coge, que te la hace sentir, gózala perra, hoy esta bien dura como te gusta a vos, sentí como te uso, puta, como te meto la verga para gozarla bien, ahora vas a sentir el chorro de leche, sentidlo y acaba, puta, acaba con el chorro de leche en la concha, acaba, ahí ahí, ahhhhhhhhhh AHHHHHHHHHHHHHHHHHH.........AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH Y llegamos juntos a una acabada impresionante, larga, lánguida, plena de temblores y estertores, transpirados, satisfechos, otra vez puercamente juntos.