El Reencuentro

Saco tu polla erecta y febril, sin dilación alguna muerdo tu glande y me quedo quieta. Tu respiración es muy agitada, yo, con pizca de malicia te muerdo un poco más.

Mi tercera Fantasía

Hoy hace un día de frio, un día gris y es de lo más extraño pues en esta parte de la península es complicado encontrarnos con días como estos, pero de vez en cuando los hay… aunque estoy mirando a través de la cristalera de la oficina y veo el día tan lluvioso y oscuro no puedo dejar de sonreír, al fin hoy te voy a ver, después de meses sin poderte ver al fin has cedido a la tentación y hemos quedado para comer…. O al menos eso es lo que tú te crees porque no pienso ni desperdiciar ni un minuto, no voy a dejar ni un segundo de mi preciado tiempo contigo sin disfrutarlo hasta el final ya que no sé cuando te volveré a ver o si habrá una siguiente vez

Hemos quedado a las dos cuando yo salgo de trabajar, son menos cinco y cuando levanto mi vista del ordenador y miro al frente ahí te puedo ver… apoyado en una pared, pensativo, cuando nuestras miradas se cruzan sonríes… mmm es genial¡¡¡ ya estás aquí, nada mas de sentirte cerca un escalofrío recorre todo mi cuerpo, no entiendo como tantas mariposas pueden habitar en mi estomago pero tengo que reconocer que es así.

Sale mi jefe me encarga un par de cosas las hago corriendo, y en cuanto las termino le comento que apago el ordenador que me voy ya a comer.

Salgo del trabajo sonríes, te acercas a mí, me preguntas donde vamos a comer y te digo que antes necesito ir a ver algo, me dices que ok que vienes sin prisas y que hoy serás todo para mi…. Sonrío... no sabes dónde te has metido.

Llegamos a la sex shop, saben que venimos como te he visto les he llamado para comentarles que íbamos y que nos preparan algo especial, también he pactado con él que vamos a entrar directamente sin parar, sin preguntas… así tu cara de sorpresa será mucho mejor de ver.

Saludamos al chico que está detrás del mostrador…. Sonríe… buenas tardes que tengáis un buena jornada, tu le miras extrañado pero me sigues escaleras abajo… como vamos bajando te detienes un momento para preguntarme donde vamos… y yo te digo cariño donde vamos a ir… a comer como te he prometido.

Cuando bajas detrás de mí el último escalón echas un vistazo rápido al lugar Y veo como tus ojos comienzan a iluminarse y como tu cabecita comienza a hacer un reconocimiento rápido del lugar.

-. Vamos una peli nos está esperando

_: ¿una película de qué?

Te miro me rio... bueno en la pantalla habrá una tú y yo montaremos otra

Nos sentamos en las sillas del mini cine y en la pantalla comienza la película porno que he escogido, se que te va a gustar sé que es de tu estilo, por eso esta puesta. Me acerco a ti y te susurro al oído, "cuando desees y es tan caliente que ya no puedas mas, tenemos dos opciones... " Una nos quedamos aquí y follamos como podamos en la silla, o ahí atrás hay dos reservados, meternos en uno y pegar un gran polvo".

Noto como tu respiración se agita… como va avanzando la película, mis manos y las tuyas se van perdiendo, la mía por dentro de tu pantalón la tuya por el dobladillo de mi falda hasta comprobar por ti mismo lo húmeda que me tienes.

No estamos solos en la sala, hay un par de personas más, un chico joven que más o menos por el aspecto tendrá nuestra misma edad, y un hombre más bien entrado en años que supongo que le dirá a su mujer que va a jugar la partida de domino al bar y se viene a alegrarse un poco la vista… y hoy con espectáculo incluido.

El sonido de la película inunda la sala, noto tu incomodidad, tal vez porque no te esperabas que te trajese a un sitio como este, o tal vez sea que te incomode la persistente mirada de uno de los hombres, el joven.

Mientras avanza el film, comienzo a tocarte la entrepierna, tu avergonzado por mi osadía cumples con lo establecido, se que te cuesta mi vida, pero es tal la excitación que estas dispuesto a cumplir mis caprichos. Me inclino hacia abajo y te desabrocho los botones del pantalón, tú acariciándome la nuca cooperas en ello. Saco tu polla erecta y febril, sin dilación alguna muerdo tu glande y me quedo quieta. Tu respiración es muy agitada, yo, con pizca de malicia te muerdo un poco más.

Das un pequeño grito de placer y dolor, no esperabas que fuese brusca en esto, a veces me gusta serlo, me gusta sorprenderte, y lo he hecho.

Mi entrepierna comienza a palpitar de excitación, de hambre. Chupo cada vez más deprisa, sin tregua. Tú te abandonas por completo, sin siquiera percatarte que a mi lado esta uno de ellos. El chico solo observa a tres asientos de nosotros. Te observo con curiosidad, sin saber la reacción que puedas tener. Dejo tu polla temblorosa, me dices que nos marchemos a otro sitio, que quieres follarme.

-Lo siento querido- te contesto pero las reglas del juego las pongo yo. Me siento encima de ti, tu desesperación es tal, que la idea de irnos se esfuma. Me levantas la falda sin miramientos, el chico está a dos asientos de nosotros. El otro espectador de vez en cuando gira la cabeza para mirarnos, esta masturbándose visionando porno en video y porno real. Me tocas la raja con brusquedad, notando como se mojan tus dedos, eso me inunda de placer. Me inclino hacia atrás, para invitarte a que toques mis pechos, lo haces con bravura, resultándome a veces tosco e incomodo. Pero las reglas del juego lo permiten, la excitación animal marcan su patrón.

Me comes los pezones, se endurecen, mis gemidos que en un principio los reprimía, toman la iniciativa junto con la banda sonora, mezclándose con el bacanal orgásmico de la sala.

El chico esta a un asiento. Puedo sentir su aliento, rápido, su grosera mirada me incomoda, pero excita. A estas alturas, un lugar tan sórdido no permite elegancias. Apartas mi braga e introduces tu pene suavemente, sin complicaciones, la lubricación es tal, que noto mi humedad por los muslos. Embestidas cortas pero certeras marcan el ritmo. Grito de placer, tu mirada hipnotiza, esos ojos color miel me embriagan .Una mirada algo canalla desnudan mi alma. Después de follarme con desesperación sacas la polla, mi dilatación es insultante, a ti te encanta verme así. Metes tres dedos sin dificultad, lubricándolos con astucia y pericia. Y comienzas a tocar mi otro agujero, el que tanto te gusta. Reconozco que el sexo anal no es santo de mi devoción, pero la situación le da la bienvenida. Me miras buscando esa complicidad si es bien recibida. Lo hago, doy mi aprobación. Eso te enorgullece. Juegas con tus dedos en la entrada del, mojándolo con mis flujos vaginales. Chupas tus dedos, acumulando saliva y llevándola a la entrada de la oscura cueva. Rascas, despacio, noto como se dilata, y vas metiendo con astucia el dedo. Tocas fondo, el dedo entero está dentro, me flexiono hacia delante, el placer me inunda, tú embistes con otro dedo, los dos entran y salen con rabia. Duele un poco, pero ese dolor se recibe con deseo, el sexo duro es el anfitrión en este cine. Con falta de pudor y altanería me metes tu polla en el coño, la lubricación te engulle el glande, acto seguido la sacas y te diriges a mi culo, mi ano espera golosamente tu embiste animal. Lo haces, entra toda, despacio, una vez dentro comienzas a cabalgarme con velocidad.

Que placer más grande y enloquecedor, aplastas mi clítoris con vehemencia, eso hace que no pueda parar de gemir. Me follas con fuerza, con un ritmo endiablado. Aparto tu mano para poder masturbarme. Lo hago con maestría…Dos perros en celo dan el espectáculo. El espectador de más edad se corre mientras nos observa. El chico lo tengo a un palmo, le miro con placer, esta masturbándose, se acerca más, tu mirada se cruza con la suya, él, captando el mensaje no prosigue con su meta, se queda quieto. Más fuerte te digo, más mi amor, más, tu agitación es brutal, tus ojos están ciegos de mi.

Tengo un orgasmo, otro, y otro que parece no tener fin. Esto es una exquisita locura. Una locura que como siga durando más nos matara. Me miras y me dices que te vas a correr, espero tu calor por dentro de mí, con desesperación, cabalgo más y más. Te corres con convulsiones espasmódicas. Gritas. Los espasmos se prolongan. Estas agotado, gloriosamente cansado. El chico sigue masturbándose. Me aparto de encima de ti, quiero irme. Al levantarme me introduzco un dedo por el culo. Asegurándome que abarque todo el semen tuyo posible. Te incorporas subiéndote el pantalón. Al pasar al lado de él meto el dedo en su boca, brillante del premio conseguido. El la abre comiendo tal manjar pecaminoso. En ese momento se corre, mirándonos como nos alejamos y subimos por las escaleras camino del exterior.

Una vez fuera nos miramos sin decir nada, cómplices de un capitulo más en nuestras vidas, mezclándonos con los transeúntes como si nada hubiese ocurrido.