El reencuentro
Lo que ocurrió cuando mi amate y yo nos arriesgamos a jugar en la oficina luego de un tiempo de estar alejados... la primera vez de muchas experiencias exquisitamente arriesgadas.
Habíamos estado algo lejanos con nuestras responsabilidades luego de que Mauricio fuese ascendido a Supervisor en jefe de la empresa en donde trabajábamos y yo me estaba sintiendo por demás abandonada. Los colegas infaltables que entre broma y broma me enviaban insinuantes invitaciones comenzaban a crear en mí la necesidad de algo nuevo o recuperar al hombre de la cual había sido amante por ya cuatro años.
Al parecer mi conducta algo ausente habían provocado en él cierto recelo como el del campeón que siente como va perdiendo el trofeo en medio de la competencia, ya que para bien o para mal yo era la única mujer en la empresa de momento.
Tal vez ese turno especial de noche era la excusa perfecta para recuperar el tiempo que parecía estársenos yendo con la rutina.
Me llamó exactamente en mi salida a colación, para que nos reuniésemos en el pasillo de entrada de personal. Nadie llegaría por allí al menos en un par de horas.
Apenas llegué no me dio tiempo a nada, simplemente se lanzó sobre mí apartándome del pasillo y llevándome a un recodo de las escaleras donde me besó largamente. Mauricio jamás se iba con chicas a la hora de mostrar su deseo, lujuria, pasión o lo que fuese. Y yo disfruté de ese beso como nunca antes tal vez por la situación y el lugar al que nos exponíamos. Sin dejar de besarme comenzó a explorar mi cuerpo por sobre el uniforme, poniendo especial atención en mi entrepierna demás esta decir que apenas sentí su lengua caliente entrando en mi boca mi cuerpo reaccionó a su toque y comencé a sentirme excitada y húmeda.
Abrió mi pantalón y sus dedos se perdieron entre la humedad y el calor de mi sexo mientras me masajeaba, lamía mi cuello y trataba de aplastarme contra el muro Oh! El calor exquisito comenzaba a enloquecerme y yo sólo quería gritar sentía de pronto su verga caliente y dura frotándome cual si me estuviese penetrando, y yo quería que estuviera dentro mío pero por la posición estaba siendo imposible lo sentía gemir ahogadamente y yo misma ahogaba en su boca mis quejidos
Me apretaba con fuerza, bajó mis pantalones cuanto pudo y me volvió a la pared yo lo dejaba ser era exquisito ser dominada de ese modo apretó mis nalgas, frotó su duro pene entre mis glúteos y ya no pude más
-DAMELO!- exigí abriendo tanto las piernas como me lo permitía mi pantalón y mis calzones y me incliné contra él, contra su sexo no me importaba por donde o si dolería solo lo quería dentro mío pero Mauricio sólo me aplastó contra la pared con una mano perdida dentro de mi sexo hundiendo y sacando sus dedos rítmicamente mientras con la otra mano estrujaba mis senos uno a la vez y luego el otro lamía mi cuello y yo estaba a punto de llorar mi cara ardía, mis caderas se movían solas al ritmo de su toque y su pene rozando el pliegue de mis glúteos me iban a enloquecer
Se desplomó sobre el piso llevándome consigo levanto mis caderas y empujo con fuerza arrancándome un grito de placer
Oh! Si -gemí sintiendo lagrimas en mis ojos, - ohhh, siiiii-repetí una , dos, tres todas las veces que su verga se clavaba en mi sexo, y sentía que entraba totalmente, sentía la tibieza y el roce de sus vellos púbicos contra mi era delicioso para mí sentirlo así, porque era el único momento real en que él me pertenecía casi acababa cuando lo sentí detenerse bruscamente y me apretó tanto como para anunciarme que él ya había acabado
-perdona, - murmuró inclinándose sobre mi espalda- es que hacía tanto tiempo
Yo simplemente sonreí y lo dejé salir de mi cuerpo. Había en mi una urgencia que él mismo había creado y no me importo volverme a mirarlo, atrapando su cara entre mis manos para prácticamente devorarle la boca con un beso. Lo empuje con fuerza contra el piso y me senté sobre él, aprovechando que aún su miembro estaba duro. Lo aferré con mi sexo, lo apreté contra mis piernas y empecé a moverme cadenciosamente hacia adelante y hacía atrás veía su cara roja, transpirando y dibujando esa mueca de placer que tanto amo de él.. pensando esa vez y como siempre si yo misma tengo esa expresión cuando estoy con él adelante y atrás, circularmente mi espina se arqueó en anticipación y caí sobre él, jadeante, temblando sintiendo esa ola de fuego, de sensaciones indescriptibles que había descubierto sólo con él y para él aún cuando había tenido otros hombres en mi vida
Lo besé tan tiernamente como pude y volví a respirar
Sonó su radio de mano. Un colega lo solicitaba en el hall principal pues tenía problemas con un huésped
Nos miramos sonriendo, como cuando dos niños cometen una travesura y son descubiertos
-Deme dos minutos - respondió acariciando mi espalda, salió de mi cuerpo otra vez y trató de limpiarse con sus pañuelos desechables por suerte el baño estaba cerca y luego de ordenar nuestras ropas ambos nos fuimos al baño de la mano nos besamos otra vez, con lujuria extrema y antes de meterse dentro murmuro desafiante
-Aún no acabo contigo, señorita Te espero en mi privado a las 7 30.
Yo sonreí en aceptación preguntándome qué me estaría esperando a esa hora, ya que habíamos empezado a jugar con fuego en nuestro trabajo y me fui al baño
" Deme dos minutos" sonreí iba a necesitar más que eso para estar totalmente presentable para enfrentar a un cliente en problemas yo or mi parte, tenía media hora aún, para borrar la expresión de placer de mi rostro, refrescar mis mejillas y tratar de ignorar la sensación deliciosa que había quedado grabada de ese encuentro en mi entrepierna y en mi mente