El reencuentro

Reencuentro entre amo y summisa

Habia pasado un tiempo y las cosas no estaban igual, pero habia una cosa que no habia cambiado: él era su amo y ella su sumisa. Por eso cuando abrio la puerta y lo vio alli, ella se quedo helada y sin saber que hacer, aunque no hizo falta, él actuo por los dos y la puso contra la pared dandole un apasionado beso.

-¡Has venido!- dijo ella sorprendida.

-Yo siempre he complacido a mi puta, y esta vez no iba a ser menos- le contesto el mientras la llevaba por el brazo hacia la habitacion.

Sin mas dilacion empezaron a desvestirse el uno al otro. Ella se apresuro a meterse su pene en la boca, lo habia echado tanto de menos que no queria perder ni un segundo. A pesar de las arcadas ella seguia metiendosela en la boca, hoy queria comersela entera y complacer a su amo mas que nunca.

Cada vez se la metia mas dentro y eso le llenaba de alegria, su amo la animaba y compensaba el esfuerzo de la chica diciendole:

-Muy bien zorrita ¿Ves como cuando quieres puedes hacerlo?-

Él era quien llevaba el mando y la tumbo en la cama. Ella sabia que llegaba el momento de disfrutar al maximo.

Empezo chupandole levemente el clitoris, para seguidamente empezar a meter sus dedos uno a uno por la vagina. Ella estaba extasiada, disfrutaba como nunca, aunque lo mejor estaba por llegar...

Cuando su amo vió que ella estaba muy cachonda empezó a penetrarla. Ella se moria del gusto, solo gritaba que queria mas y mas. Tan bien y con tanto esmero lo estaba haciendo su amo que no se corrio 1 ni 2 veces, si no 3.

Ya estaba satisfecha y su amo lo sabia, por eso le dijo un escueto:

  • Ahora te toca trabajar a ti-

Ella se subio encima de él a horcajadas dispuesta a darle lo que ella sabia que tanto le gustaba, pero aunque ella estaba encima, él seguia mandando y se lo racordaba con un azote mientras la agarraba por el cuello y la empujaba hacia él.

Cada vez el pene se le clavaba mas dentro, y ella estaba disfrutando tanto que ni los azotes que su amo de propinaban le molestaban lo mas minimo, ella solo queria disfrutar de él.

Poco tiempo mas duraron sin correrse, las ganas que ambos se tenian hicieron mella muy pronto.

Este solo fue el polvo del rencuentro, los dos sabian que no iba a ser el ultimo ni tampoco el mejor que iban a tener.

ÉL se fue y ella se quedo pensando en la proxima vez que el estuviera entre sus sabanas.