El reencuentro
Como se puede querer tanto a una persona... primera parte.
Estaba deseando verla . Más nerviosa de lo que nunca había estado antes me temblaban las piernas.
Aun faltaban horas para verla pero yo acababa de llegar a Vigo, y la verdad no tenia muy claro por donde quedaba el hotel, así que pare con mi coche en una zona cercana al centro y comencé a caminar pensando en como sería el momento en que la viera ¿me reconocería enseguida o tardaría un rato? Observaba cada detalle de la cuidad, imaginándomela a ella recorriendo esas mismas calles, y casi al instante a las dos cogidas de la mano, recorriendo ese mismo lugar. El corazón me latía muy deprisa . Había esperado tanto tiempo para eso iba a ser mi sueño convertido en realidad.
Con tanto pensar en ella me sentía desorientada en aquella ciudad, no sabía muy bien donde iba, así que decidí parar a preguntar por el hotel "Pazo los Escudos" había reservado en la Grand suite equipada con una entrada principal, salón privado, vestidor, bañera doble con hidromasaje y terraza con vistas al mar. Ya se que me había pasado un poco con el presupuesto, pero era lo que nos merecíamos después de tanto tiempo. Y me hacía demasiada ilusión como para dejarlo pasar, ¿que más me daba? La amaba.
Por fin lo encontré, subí a la habitación y la verdad es que me quede impresionada, aquello era muy espacioso y hermoso. Dejé las maletas, llevaba 2 maletas enromes llenas de todo lo que puede meter que me permitiera pasar un mes en aquella cuidad.
Investigué cada rincón de aquella habitación, tenía que comprobar las instalaciones!!!!
Estaba anocheciendo y se me estaba haciendo el día larguísimo, pero cada vez quedaba menos para verla, tocarla, besarla y eso me animaba a la vez que me ponía más nerviosa. Pedí la cena al servicio de habitaciones, pedí poco, tenía el estómago cerrado después de cenar deje pasar un par de horas para empezar a arreglarme, no sabía cual era la hora adecuada para llegar pero ya no podía aguantar más. Eso si, antes de Salir del hotel, tuve que prepararme un par de cubatas, para calmar esas sensaciones tan extrañas que sentía.
Salí un poco a la aventura, sabía en que bar trabajaba y había mirado la zona para guiarme cuando estuviera allí, aún así mi sentido de la orientación no era muy bueno en aquel estado que se diga. Por eso pregunté a un grupo de amigos que estaban sentados en un parque bebiéndose unas copas. Por fin me supe orientar, de pronto estaba parada delante de la puerta de su bar. Miles de cosas pasaron por mi mente, tantas a la vez que me bloquearon por completo. No sabía si el estómago era mío o del vecino del quinto
Un impulso me hizo entrar dentro del bar. Aquello estaba lleno de gente, debían de ser las dos de la madrugada. Mire a mi alrededor, buscándola por todas partes. Cuando mire hacia la barra, allí estaba. Dios mío era preciosa, mucho más de lo que me podía haber imaginado nunca, sabía como era, pero desde luego aquello superaba todas mis expectativas. Me quede embobada por un momento. Ella estaba sirviendo unas copas a una pareja que se había acercado hasta la barra.
Jueves, mi último día de trabajo Quien lo diría, después de tres años trabajando todas las noches de TODOS fines de semana este iba a ser mi último día. Seguí el ritual de todos los días, toda la tarde en la biblioteca, dándole los últimos retoques a esa pesadilla de proyecto que me llevaba amargando desde principios de curso, llegué a casa como siempre, es decir, tarde. Me duche lo mas rápido que pude y en media hora ya estaba vestida y maquillada para la faena... Pero, a partir de mañana todo iba a cambiar, y todo era gracias a ti.
A las once comenzó la faena, como siempre decenas de personas con ganas de divertirse, decenas de personas hablando, bailando, bebiendo, pero sobre todo intentando olvidar el último mes de enclaustramiento entre 4 paredes. Los exámenes, bueno creo ya se sabe lo que es eso, atracos a la nevera cada diez minutos, intentar aprenderse páginas sin sentido con miles y miles de fórmulas y demás definiciones diario, pero a partir de mañana todo iba a cambiar, y era gracias a ti.
Estaba mas nerviosa de lo que nunca había estado, nunca he sido la persona mas mañosa del mundo, pero nunca había roto tantos vasos en una sola noche, me temblaba el pulso, parecía que era mi primer día de trabajo, que todo era nuevo para mi, y por Dios solo llevaba 4 años haciendo mismo cada noche. Ese jueves aun nose porque me había vestido un poquito mas provocativa de la cuenta, de los vaqueros y el top de casi todos las noches, pase a la minifalda y una camisa blanca bien ceñida al cuerpo y tal vez un par de botones abrochados que dejaban insinuar cosas que solo ella puede probar.
La noche estaba siendo mas larga que nunca, veía parejas bailando, besándose y yo me moría de envidia, mañana sería yo la que estaría en su lugar, iba a ser yo la que pediría las copas, la que me abrazaría a mi amor para quitarme ese frío que aun nose porque llevaba 6 meses haciéndome tiritar casi cada segundo. Pero a partir de mañana todo iba a cambiar, y era gracias a ti.
Serían casi las tres de la mañana, pero para mi parecía que llevaba años trabajando sin parar. Estaba ordenando unas botellas, ya sabes mueve para adelante las que mas se consumen, tira las que estén vacías, mete mas refrescos en las cámaras De repente una voz por detrás empezó a llamarme, yo la verdad no la hice demasiado caso, porque la verdad otra cosa no habrá, pero en ese Pub lo único que no hay de menos eran camareros. Yo seguía a lo mío entretenida en ordenar todo aquel caos esperando a que pasara la noche el viernes Notaba a mis compañeros detrás de mi sirviendo a toda la gente que se apiñaba en la barra. Aquella chica la que me llamaba seguía llamándome, la verdad lo primero que pensé es que una de dos, o nadie la hacia caso, o bebía demasiado rápido Seguí a lo mío, hasta que aquella chica dijo algo que encendió todos mis instintos más primarios
- ¿No te da vergüenza ir así vestida, mi bollito de chocolate?- Mi bollito de chocolate, aquellas palabras hicieron que me estremeciera. Me temblaban las piernas, me daba tanto miedo haber oído mal, que solo hubiera sido una jugada de mi imaginación que tarde unos segundos en darme la vuelta. Aquellos momentos pasaron a cámara lenta, lo que para el resto del mundo fueron unos pocos segundos para nosotras fueron varias horas. Me di la vuelta, solo fue un instante mire delante de la barra y la vi, fue uno de esos momentos que se quedan grabados en tu retina para el resto de tu vida. Aquella visión hizo que mi estómago diera media vuelta, la mire a los ojos, los ojos mas expresivos que nunca había visto, me acerqué a ella y solo pude hacer una cosa, solo un centímetro, estaba a solo un centímetro de sus labios, y la besé como si el mundo se hubiera parado en ese momento. No se si duró unos pocos segundos, un minuto o toda una vida, pero para mi, la gente, aquella música tan machacona, todo a nuestro alrededor desapareció como si de un hechizo se tratara. Lo único que se es que cuando nos separamos todo, absolutamente todo el mundo a nuestro alrededor se nos quedo mirando o por le menos eso pensaba yo. La verdad nunca he escondido quien soy y menos aun lo que me gusta, pero en esos momentos se lo demostré a todo el mundo
La siguiente media hora fue desesperante estaba esperando mi descanso como si me fuera la vida en ello. Al fin y al cabo si alguien se merecía aquellos pequeños momentos de relax era yo; solo era media hora de tres y media a cuatro de la mañana lo justo y necesario para darla un adelanto de lo que la esperaba el resto de nuestras vidas juntas solo amor nada mas, quería recompensar todos esos meses, todas esas horas esperándome ese amor incondicional que contra viento y marea había logrado que por fin estuviéramos juntas. Aquel momento llego, la busque entre la gente, y no la encontré, imagine que estaría fuera, tan nerviosa como yo y allí estaba en la puerta del Pub, fumando un cigarro, me miro y lo tiro al suelo Es el último, te lo prometí. De ahora en adelante el único vicio al que voy a estar enganchada son tus besos -.
No pude esperar mas necesitaba besarla desesperadamente, ni siquiera la hable solo la agarre de la mano y la dirigí a la parte de atrás del local. Ese no era precisamente un lugar romántico, la verdad que hubiera llegado un día antes había trastocado todos mis planes. En el momento que me asegure que no había nadie, la tome entre mis brazos y la besé, el tiempo para las dos había perdido todo su sentido. No hacía mas que besarla, acariciaba su espalda, nos abrazábamos como si intentáramos fundirnos apretábamos nuestros cuerpos el uno contra el otro sintiendo cada centímetro de nuestra piel. Sentía un calor muy especial, mi ropa al igual que la suya era un impedimento para nuestros juegos. Empecé a jugar con su cuello, lo besaba, lo lamia, a veces nose si sin querer o por pura pasión mordía su cuello dejándola pequeñas marcas que descubrimos al DIA siguiente. Su top resultó un estorbo, al igual que mi camisa que desaparecieron de nuestros cuerpos en un abrir y cerrar de ojos. Antes de que pudiera darme cuenta su lengua estaba jugando con mis pezones excitándome mas de lo que nadie lo había hecho en mi vida su legua era increíble, mientras jugaba con mi cuerpo yo no hacia mas que acariciar su pelo, intentaba no gemir, pero ella ponía todo de su parte para que no lo hiciera.
Después de unos minutos decidí tomar la iniciativa, la incorporé sobre mi, la apoyes contra la pared y deje que mi legua recorriera todo su cuerpo de una manera que ni siquiera yo comprendía. Acaricié sus pechos, los besé, los acaricié, los mordí asta que por su enorme excitación me pidió que la hiciera gritar. Desabroche su pantalón no sin varias tentativas fallidas estaba tan nerviosa que me costo muchísimo llegar a su interior Cuando por fin llegue a su sexo, procuré que toda su excitación, todos los meses deseando hacerla el amor se acabarían ahora mismo. Note su interior tan húmedo que no pude mas que olvidarme de todos mis miedos y dedicarme a acariciar su clítoris sus labios, introduje mis dedos en su interior.. Ella solo me besaba, y se abrazaba a mí. Su respiración acelerada me indicó que lo estaba haciendo bien que de verdad a daba el placer que se merecía y eso me tranquilizo. Sabía que no nos quedaba demasiado tiempo dentro de poco acabaría mi descanso y tendría que volver al trabajo, así que acelere mis caricias, mientras que mi boca se afano en lamer y morder sus pezones
Unos pocos segundos, y note como su cuerpo se estremecía, metí dos dedos en su interior, mientras que mi pulgar se afanaba en acariciar su clítoris si parar. Note las contracciones de su interior, mientras llegaba a su orgasmo, la acaricie sin parar hasta que dejo de contraerse
Baje mis labios hasta su cuello, pude saborear su piel, pase mi lengua por todo el, y se me escapo algún mordisco incontrolable.
volví a besarla con pasión, no podía dejar de hacerlo .aquella mujer me superaba
Rodee con mis brazos su espalda, apretándola contra mi, sintiéndola cerca.
Desabroche sus pantalones, no antes de quitar mi camiseta que me estaba estorbando. Desabrocho mi sujetador y yo hice lo mismo con el suyo. Quedaron ante mí esos 2 pechos que me dejaron anhelando tocarlos, comerlos así que puse mis manos sobre ellos abarcándolos completamente, los masaje sutilmente, y con mis dedos acaricié sus pezones, moviendo mis dedos en círculos, pero no pude contenerme más y cogí uno con cada mano, apretándolos y empecé a lamerlos con ansia, mi lengua y mis labios se volvieron locos. La oía gemir suavemente y eso me aún me puso más.
Al cabo de un rato las dos nos encontramos desnudas la una frente a la otra, mi mano estaba acariciando y moviéndose por todo su sexo y la suya hacia lo propio con el mío, estaba mojadísima y temblando de placer la amaba.
Notaba su húmeda lengua sobre mis pezones, que estaban todo lo erectos posible, más sensibles que nunca, y muriéndose de gozo.
La senté sobre una mesa, mirándome de frente, y abrí sus piernas para abrirme paso entre ellas. Me agache con la cara a la altura de su sexo pase mis dedos por encima de su clítoris y de sus labios que estaban ya mojadísimos. Con la ayuda de mis dos manos abrí sus labios, y di unos cuantos lengüetazos sobre ese rico sexo que tenía ante mí. Se lo comí todo todo, con muchas ganas y muy rápido, tenía que aplacar mis ansias de comerla, pero cada vez quería más y más. Introducí dos de mis dedos dentro de ella, y los metía y sacaba de su interior rápidamente, entraban y salían muy fácilmente, así que introduje uno más y seguí a la faena mientras no dejaba de lamer y saborear todo su sexo y todo lo que salía de ella. Noté que se iba a correr, así que aumente más aún mi acelerado ritmo, y pude comprobar como llegaba al orgasmo, lo sentía yo también. No dejé ni una sola gota de lo que había salido de ella, y me quede un rato más ahí abajo disfrutando de aquello que se me ofrecía.