El Reencuentro (2)

Continuación de un relato que empece a escribir, hace mucho tiempo, con alguien que fue muy especial para mi... Para que sigais el hilo: http://www.todorelatos.com/relato/68397/ ¡Gracias PEQUEÑA!

GRACIAS A TI,

GRACIAS POR ANIMARME A PUBLICAR,

¡GRACIAS LEIRE!

¿Por qué el tiempo pasa tan rápido cuando una esta entretenida? Ni siquiera pude besarla y abrazarla como ella se merecía... Mi "querida" compañera me llamaba, mi descanso había terminado, aunque la verdad, lo que s dice descansar no lo hice demasiado... Nos vestimos como buenamente pudimos porque mucha luz no había y me costó algunos segundos encontrar mi ropa. La bese en la boca y la pedí que me esperara...

Entramos de la mano, como una pareja más que entraba a divertirse las pocas oras de noche que quedaban; mis amigas, las camareras, y algunos extraños nos miraban con mezcla de curiosidad y porque no decirlo envidia. Antes de volver a la faena no pude más que besarla y confesarla que la amaba más que a mi propia vida.

Las siguientes tres horas de curro pasaron con mi mente distraída... No podía dejar de pensar en lo que había pasado hace unos pocos instantes, habían sido los minutos más excitantes de mi vida, y bueno a mí me faltaba algo... Necesitaba ese orgasmo que aun no había tenido y que Dios sino lo necesitaba. No pasaba un minuto sin que la buscara con la mirada... Algunas amigas mías intentaban acaparar su atención, después de meses oyéndome hablar de ella cada segundo, necesitaban comprobar por ellas mismas todo lo que la había contado... Y yo... Que puedo deciros, me moría de la envidia, pero me iba a vengar en poco más de una hora la iba a abrazar y no la iba a soltar nunca...

Por fin acabó esa tortura, la música se apago, la claridad empezó a entrar por los ventanales del bar, y cuando por fin se encendieron las luces no me lo pensé, salte por encima de la barra y me fui hasta donde estaba. No recuerdo que fue lo que la dije, ni siquiera sé si la dije algo, pero en menos de un minuto ya estábamos montadas en mi coche camino al puso que había alquilado para ese mes que pasaríamos en Vigo...

Conducía despacio, la verdad, estaba más pendiente de ella que de la propia carretera, lo que me hizo recibir algunos fogonazos de luz y algún insulto más bien merecido... Conducía con una mano, la otra estaba entrelazada con la suya notando cada célula de su piel, solo la soltaba para cambiar de marcha, lo que ella aprovechaba para acercar no muy disimuladamente su mano hasta mi pierna... Cada vez un poquito más arriba... Ese juego me estaba poniendo a mil, esas caricias clandestinas, esa sonrisita picara que ponías al darte cuenta de lo excitada que estaba, aquel juego no tenía fin, y era tanto o más placentero que muchos de los orgasmos que había tenido en mi vida. Al final, por fin dio el paso final, metió su mano por debajo de mi minifalda y pudo notar la humedad de mi ropa interior... - ¿Todo esto lo he provocado yo?- Vaya si no lo había provocado... Llevaba mojada desde el primer segundo que la vi, y por fin ibas a apagar mi fuego.

Aparto mi tanga a un lado, cualquier tela molestaba en esos momentos, en el momento en que la yema de sus dedos toco mi interior un escalofrío recorrió mi cuerpo, lo que izo que inconscientemente pegara un acelerón. Intente controlarme, la pequeña parte racional de mi cerebro intento controlar mis impulsos más primarios y siguió condiciendo como pude. Solo aguante un minuto, tal vez dos, y visualice un pequeño aparcamiento apartado de la avenida por la que circulaba que ya se empezaba a llenarse de gente. Aparque como pude, apague el motor, y me deje ir. Bajo mi ropa interior, y con ello pude abrir un poquito más mis piernas. Ahora si que los sentía, sus dedos eran auténticos especialistas en dar placer; primero eran pequeños roces casi imperceptibles, luego un dedo juguetón se introdujo en mi interior haciéndome estremecer en el asiento. La gente pasaba delante de nosotras, no sé si alguien se dio cuenta de lo que estaba pasando al otro lado del cristal, pero la verdad tampoco me importaba... Notaba mis pezones totalmente erectos, más sensibles de lo que nunca avían estado, sabía que no iban a ser saciados todavía tendrían q esperar a llegar a casa. Sus dedos mientras tanto seguían explorándome y ya habían encontrado mi clítoris que ya estaba totalmente hinchado. Yo no paraba de gemir, cada vez más alto, de vez en cuando mi niña me mandaba callar... Un poquito más bajo bebe que nos van a pillar, me decía, pero yo estaba en un punto sin retorno. La mire a los ojos, y ella lo entendió, puso dos dedos sobre mi clítoris y los movió en círculos a una velocidad que mareaba, me mordí los labios apreté los puños para no gritar, pero fue imposible un pequeño grito salió de mi boca y a la vez el orgasmo. El mejor orgasmo de mi vida, moje todos sus dedos, y un temblor incontrolable recorrió mi cuerpo. Siguió acariciándome asta q mis contracciones pararon, no sé cuanto duro, pero estuve varios minutos sin moverme recostada contra su regazo recobrando el sentido...

Poco después solo pude besarla volver a arrancar el coche y rezar que los minutos fueran segundos y llegáramos lo antes posible a la que sería nuestro altar de amor durante los próximos meses...