El Rebaño (3)
Continua la historia de este grupo especial . .
Fue la voz de la mujer, antes conocida como Nuria, la que contestó a la joven:
Como te ha dicho el esclavo, lo que tú pienses o quieras, incluso lo que creas que vas a hacer no tiene la más mínima importancia, porque, una vez te asea aplicado el tratamiento, vas a dejar de resistirte, aprenderás a someterte dócilmente, serás domesticada y acabarás convertida en la obediente, sumisa, dócil y complaciente esclava de tu Amo; exactamente lo mismo que nos a pasado a todos los que estamos aquí; pero no sólo eso, sino que, como te ha dicho el esclavo, a partir de ese momento, estarás feliz y satisfecha de haberte convertido en un objeto que tu Amo usa a su antojo, porque en eso te habrás convertido y, lo que es más importante, tú misma asumirás que no eres más que eso, una animal propiedad de tu Amo.
¿humillación, vergüenza?, Olvídalo, los animales no tenemos esos sentimientos, al quitarnos la voluntad y la posibilidad de decidir por nosotros mismos, se nos eliminó, también, toda capacidad de sentir humillación, vergüenza o cualquier otra sensación parecida; los esclavos sólo obedecemos y hacemos lo que se nos ordena, sea lo que sea, y ni podemos ni tenemos posibilidad de preocuparnos más que de cumplir dócilmente las órdenes que recibimos, estamos sometidos a la voluntad del Amo o de los caballeros y criados que nos entrenan y programan y da igual el tipo de órdenes que se nos den, simplemente obedecemos y punto.
Pero no te creas, aunque yo no tengo voluntad, el Amo me ha permitido seguir enamorada de Ernesto, y eso hace que, en mi interior, él siga siendo mi marido, y me gusta comportarme con él como hacía antes; pero, también soy consciente de que, ahora, esos sentimientos pertenecen a mi dueño y solo los muestro cuando el me lo ordena o me autoriza, porque debes saber que el Amo conoce todos mis pensamientos, sensaciones y emociones, ni tengo ni quiero tener secretos para el, ni intimidad porque soy su esclava, le pertenezco, soy de su absoluta propiedad y me es imposible ocultarle nada. Yo soy consciente de que es el Amo el que me permite seguir teniendo esos sentimientos como la esposa de Ernesto pero, también se que lo hace porque le divierte y le complace; no te confundas, tanto Ernesto como yo, sabemos que en el momento en el que el Amo lo ordene, dejaremos de considerarnos un matrimonio, olvidaremos esos sentimientos e incluso borraremos los recuerdos y emociones e incluso, si el Amo lo quiere así, dejaremos de reconocernos, saludarnos o tratarnos para pasar a ser unos perfectos desconocidos; será lo que él quiera y como él quiera, sin que exista la más mínima posibilidad de oponernos o de desobedecer sus órdenes.
Y no creas que mi sumisión incluye el que me guste obedecer todas las órdenes del Amo, no, lo que el tratamiento no puede, ni pretende, es eliminar algunos de nuestros sentimientos más íntimos y profundos, como el rechazo e incluso el asco que pueda darnos ser castigados, sometidos al dolor o el tener que obedecer determinadas órdenes del Amo o de los señores, sólo que eso también lo conoce el Amo, lo sabe y lo usa para divertirse o para comprobar nuestro nivel de sumisión y docilidad.
Por ejemplo, a mí no sólo no me gusta, sino que siento un profundo rechazo respecto de algunas de las formas de relación sexual que mi Amo decide que tenga con Ernesto, no me divierte ni me gusta cuando le ordeño, ni cuando soy enculada, follada o masturbada en público por él, para diversión del Amo y sus amigos; pero que a mí me guste o no lo que me hace Ernesto o lo que se me ordena hacerle, o que disfrute o no cumpliendo las órdenes que se me dan, o que me parezca adecuado cómo se me usa o quién me usa carece de la más mínima importancia, incluso para mí misma; simplemente, cuando el amo da una orden, tanto Ernesto como yo obedecemos, dóciles y sumisos, de forma inmediata y sin ninguna reserva.
¿Qué te crees, que nos gusta que nos azoten o nos castiguen? Pues no, la mayoría de nosotros ni somos ni hemos sido nunca masoquistas, pero eso, tampoco tiene nada que ver, porque si el Amo ordena que recibamos unos azotes, no solo obedecemos y los aceptamos sin queja alguna, sino que facilitamos que se nos azote, adoptamos la postura requerida para que el castigo sea más efectivo, e incluso agradecemos a nuestro Amo que se nos azote o nos haga azotar, da lo mismo que sea para castigarnos, para instruirnos o para divertirse; el Amo lo ordena y se hace, porque eso es lo que él quiere; los azotes nos duelen, claro que sí, pero ese dolor también es propiedad del Amo y es él quien decide y nosotros sólo obedecemos.
Tampoco me gusta ser usada sexualmente por animales, pero el Amo decide que cualquiera de nosotros esté a disposición de cualquier macho que requiera nuestros servicios, por lo que obedecemos sin rechistar ni quejarnos, faltaría más, sea cual sea el uso que se haga de nuestros cuerpos.
Por eso, cuando el amo Dingo, que es el perro favorito de mi dueño, o cualquier otro animal que esté autorizado, me requiere para usarme, obedezco y me entrego, disponiendo la boca, el coño o el culo para que lo use, como quiera y donde quiera e incluso, si hace falta, tomo la iniciativa de hacerle una mamada para que se empalme, de acariciarle o masturbarle para que esté más a gusto o le abro con mis manos el agujero que prefiera y le ayudo a penetrarme por donde quiera, adoptando siempre la postura necesaria para hacerle más fácil y cómodo que pueda montarme a su gusto y comodidad y, después, cuando acaba de usarme y se queda satisfecho, no dudo en limpiarle la polla con mi lengua con todo cuidado para no dejarle restos de mis fluidos; así es como he sido programada y adiestrada y eso lo que el Amo quiere de mi, es para lo que sirvo, pero no te creas que me gusta, en realidad me da un asco tremendo, y mi Amo lo sabe, pero siempre que se le antoja me tiene dispuesta para ser usada, porque lo que a mí me de asco o no, no importa, he sido amaestrada para ser absolutamente sumisa y si esa es la voluntad de mi Amo, yo obedezco.
Como te ha dicho antes el esclavo, mi Amo ha decidido modificar mi programación y adaptar mi adiestramiento para convertirme definitivamente en una muñeca sexual completa, no sólo dócil y sumisa, que ya lo soy, sino para tenerme siempre excitada, mojada, en celo y dispuesta para ser usada sexualmente por mi Amo o por quien mi Amo quiera, y, por eso, como parte mi entrenamiento y para que vaya preparándome para servir al uso que quiera hacerse de mí en cada momento, el Amo ha ordenado que esté siempre en celo, caliente y dispuesta para explotar de forma que cuando el Amo o los señores o machos que vayan a usarme no tengan que molestarse en preparar mis agujeros; pero a la vez, tengo prohibido correrme, porque sólo puedo hacerlo en el momento en que al Amo le apetezca y me lo ordene, porque el orgasmo es de su propiedad y sólo lo puedo tener con el permiso expreso de mi Amo o de quien me use con su autorización.
Sé, porque el Amo lo ha ordenado así, que, como parte de mi adiestramiento y para obtener mi docilidad, humillación y sometimiento completos, todos los días, mi marido, Ernesto, antes de ponerme a dormir y a la vista de todos los demás esclavos y esclavas de la cuadra, me va a acariciar y sobar todo el cuerpo para excitarme, y me masturbará hasta llevarme a punto de alcanzar el orgasmo, pero, en ese momento, y siguiendo la voluntad del Amo, seré yo misma la que le avisaré de que estoy a punto de correrme, de forma que Ernesto se detendrá y me depositara en mi cuadra, caliente, excitada, pero sin llegar al final; no te puedes ni imaginar lo terrible y hasta doloroso que es tener que dormirme, todos los días, en ese estado, es una tortura que me vuelve loca y, como tú dices, es muy humillante, pero los sentimientos y sensaciones que tengo pertenecen al Amo y lo único que importa es lo que el Amo ordena o decide; es él el que dispone cuando, como y quien me usa, además de cuándo puedo correrme y cuando no
Puede que lo que te estoy contando ahora, te parezca aberrante, pero, aunque no te lo creas, yo lo tengo completamente asumido, de forma que para mí ya empieza a ser natural el estar siempre excitada y deseando que me follen o me usen de cualquier manera; se que me estoy convirtiendo una muñeca sexual cachonda y en celo que siempre está a disposición del Amo y deseando ser usada, por eso, me guste o no, tengo asumido que estaré así hasta que el Amo me ordene que me corra o me de permiso para hacerlo; esa es la voluntad de mi Amo, y así será.
De esa forma se me está modificando la personalidad, y me estoy convirtiendo en un animal dócil, sumiso, servil y que se pone cachondo en cuanto se me acerca un macho y que está siempre disponible para ser usada por todo aquél que tenga permiso de mi dueño; tal y como mi Amo quiere, cada vez que un caballero o un criado, y por supuesto el Amo, se me acerque y me toque, voy a excitarme y ponerme caliente, de manera que no sólo no me negaré a ninguno de los usos que se me den, sino que desearé ser usada y dedicaré todas mis habilidades y mi adiestramiento a satisfacer sexualmente al caballero, criado o animal que me use, adaptándome y comportándome de la forma que sea fácil y cómodo disfrutar de mi cuerpo.
Eso es lo que debes entender, cuando acabes tu adiestramiento, la voluntad de tu Amo será lo único que exista para tí, será tu razón de ser y tu horizonte, a lo mejor, o a lo peor, tu Amo te deja tener sentimientos, incluso puede que te permita, como a mí, que te gusten o no ciertas cosas o te podrán parecer mejor o peor, pero todo eso carecerá de importancia, porque en lo único en lo que pensarás, lo único que desearás hacer, será obedecer y la voluntad de tu Amo, servirle y someterte a sus deseos, sin dudas, sin preguntas; solo eso, servirle y obedecerle.
Antes de que terminara de explicarse la esclava conocida como Nuria, una nueva voz femenina intervino en la conversación:
- Mira muchacha, me importa un comino cómo te llames o lo que te guste hacer o no, lo único que importe es que lo que acabas de oír es la realidad en la que vas a vivir de ahora en adelante; por eso, ni entiendo ni comparto nada que lo que estáis hablando; para que lo sepas, supongo que, hace tiempo, yo también fui eso que llamas una mujer libre, e incluso, es posible que, alguna vez, tuviera una vida y puede que una familia e hijos, pero ya ni lo recuerdo ni me importa si existió o no ese pasado; lo único importante, es que soy una esclava propiedad del Amo, que me ha amaestrado y domado para que convertirme en un ser obediente, servicial, sumiso y dócil; eso es lo que soy, ahora, esa es la única realidad que conozco y en la que vivo y esa es la realidad que, quieras o no, tú vas a tener que aceptar.
Os oigo hablar y no entiendo nada de lo que decís, ¿qué es eso de que una esclava pueda tener sentimientos o emociones? Mira, chica, yo solo soy un animal que, como estoy viva, puedo sentir placer, dolor, calor, frío, hambre, sed, miedo, excitación o tranquilidad, pero eso no son sentimientos humanos, son instintos y sensaciones elementales; yo he sido amaestrada para ser dócil, sumisa y obediente y tengo completamente asumido que quien controla e incluso provoca en mi cuerpo o en mi mente todas esas sensaciones es mi Amo, porque es mi dueño el quedecide lo que siento y cuando lo siento; mi cerebro ha sido moldeado de forma que únicamente puedo usar mi capacidad de pensar para someterme a los deseos de mi Amo, mi única voluntad es la de obedecerle cuando decide usarme, cuando me folla, me encula, me usa para que le haga una mamada, que le lama el culo, cuando me azota o cuando me presta a otros señores; toda mi felicidad consiste en recibir una caricia de mi Amo, en sentir que me pasa la mano por el lomo, que me soba las tetas, me acaricia el coño o me da unas palmadas en el culo y me dice que me he portado bien, que le ha gustado usarme, que ha disfrutado exhibiéndome ante sus amigos y dejando que me usen o que está satisfecho con mi comportamiento; eso es todo y por supuesto, sólo me corro cuando el Amo quiere que lo haga y cómo él quiere;
Mi destino, mi vida y mi único objetivo es servir al Amo, simplemente eso, soy de su propiedad, le pertenezco como le pertenece su casa, su coche o su teléfono; por eso hace uso de mi cuando quiere, como quiere, donde quiere y para lo que quiere, sin explicaciones. No hay nada más y por eso ni se ni quiero saber de qué habláis ....
En ese momento, y antes de que nadie más pudiera decir nada, una potente, pero contenida voz masculina interrumpió las explicaciones diciendo:
Basta ya!!!! No sois más que unas estúpidas bestias, que parloteáis sin sentido, si la muchacha no asume su condición, ya se encargarán los criados de adiestrarla y convertirla en lo que somos todos, no depende ni de ella ni de nosotros, así que ya es hora de que os dejéis de cotilleos inútiles y de que actuemos como lo que somos, obedientes y sumisos esclavos; y tú, la nueva, ya sabes lo que te espera, tu futuro ya no depende de ti, sino de la voluntad de tu Amo, acéptalo, resígnate y todo será para ti, más fácil y menos doloroso.
Es cierto que el señor Oscar nos ha permitido hablar, pero, también nos ha ordenado que comamos y descansemos y vuestra estúpida charla no nos permite cumplir esas órdenes; así que acabad de comer vuestro pienso, porque tenemos que dormir para poder recuperar las fuerzas y estar descansados y en perfectas condiciones para seguir serviendo a los Amos y a los señores para que puedan usarnos y disfrutarnos a su antojo, y, ¿qué queréis? ¿que mañana el señor Oscar note que no hemos descansado y que no hemos sido capaces de obedecer con total sumisión y entrega, o, lo que sería peor, que cuando nos saque de la cuadra, vea que tenemos un aspecto físico desagradable y que parecemos cansados?¿ No os dais cuenta de que si no nos ponemos a dormir, mañana no estaremos frescos y disponibles para servir adecuadamente a los Amos o para obedecer a los criados en nuestro adiestramiento?
Somos lo que somos, y como yo soy la bestia más antigua de todo el establo, os ordeno que os calléis y que, si queréis distraeros con algo, repaséis las órdenes y reglas que se nos han enseñado o penséis en cómo mejorar vuestra forma de hacer una buena mamada, o como hay que lamer el culo más profundamente o en qué postura debemos colocarnos para que se pueda disfrutar más cómodamente de nuestros agujeros; y ahora dejaos de tanta tontería y estupidez porque esta muchacha también se convertirá, lo quiera o no, en un animal dócil, servil y sumiso al servicio de su Amo.
A partir de este momento obedezcamos las órdenes que se nos han dado, como buenos esclavos que tenemos que ser, así que, todos, a callar y a dormir.”
Pese a las protestas de Julia, en todo el establo se hizo el silencio, roto únicamente por el resonar de las cadenas que mantenían sujetos a los esclavos y que golpeaban contra la pared al moverse los cuerpos para acomodarse a pasar la noche.
A la mañana siguiente, tanto Basilio como Oscar se despertaron pronto, habida cuenta de que les esperaba un día intenso de trabajo, pero ambos lo hicieron satisfechos después de haber descansado profundamente.
El primero en levantarse fue Oscar, que se había despertado cuando la esclava Lena, a la hora en la que le había sido ordenado, empezó a lamer y chupar, de forma tan suave como persistente, su flácido sexo, con una maestría adquirida a través de un intenso entrenamiento; por su parte Basilio, se despertó por sí mismo, pero enseguida notó el suave cosquilleo que le producía la boca de Lisa acogiendo su sexo, el chofer se sorprendió de encontrar a la esclava en la misma posición en la que estaba cuando se quedó dormido; más tarde le explicaría Oscar que, las esclavas no podían tomar la decisión por sí mismas de interrumpir el uso que se hacía de ellas y estaban adiestradas para mantener toda la noche, si era preciso, el uso que se les requería, y por eso es por lo que, como Lisa acogía con su boca el sexo de Basilio cuando éste se quedó dormido, se había mantenido así toda la noche.
Después de desayunar, los dos hombres se dirigieron al establo para empezar su trabajo diario, seguidos por las dos esclavas, Lena y Lisa, que, a pesar de dar evidentes muestras de agotamiento, sabían que debían mantenerse al servicio de los señores hasta que se les ordenara otra cosa.
Nada más abrir la puerta del establo, Oscar encendió las luces y se dirigió al centro de la estancia, quedándose de pie junto al bebedero circular, a la vez que ordenaba a las esclavas: “sacad el rebaño y traedlo aquí, nos sentaremos para iniciar la inspección”; al escuchar la orden, Lisa se dirigió a un lateral y, tomando dos sillas, las acercó rápidamente hasta donde se encontraban los hombres, mientras que Lena fue hacia una estantería situada junto a la entrada y en la que había colgados una serie de instrumentos, entre los que eligió varias correas y, con ellas en la mano, volvió hacia las cuadras, a la vez que Lisa iba abriendo las puertas de cada una, comprobando que sus ocupantes se encontraban en la posición de sumisión que se les había enseñado.
Desde su posición central, Oscar y Basilio pudieron comprobar que la veintena larga de hombres y mujeres que ocupaban las cuadras se encontraban todos en la misma posición; de rodillas, con la espalda recta, el trasero apoyado sobre los talones, las rodillas ligeramente separadas y los brazos apoyados sobre las piernas con las palmas de las manos abiertas y hacia arriba, la mirada baja y los labios ligeramente entreabiertos; obviamente todos ellos se encontraban completamente desnudos y únicamente llevaban puesto el collar del que pendía una cadena sujeta a la argolla de la pared; Lisa y Lena se repartieron las correas y entrando en cada cuadra desengancharon la cadena para colocar en su lugar la correa de la que tiraron a la vez que ordenaban (“come”) y se dirigían hacia el lugar ocupado por los dos hombres que, cómodamente sentados, observaban todo el proceso; al recibir la orden y notar el tirón de la correa, cada uno de los esclavos y esclavas, se colocaba a cuatro patas y, de esta forma, seguía a la esclava hasta llegar cerca del abrevadero central, donde con otra orden (“sit”) volvía a adoptar la posición que tenía dentro de la cuadra y permanecía quieto a la espera de nuevas instrucciones.
Mientras se iban acercando de uno en uno y adoptaban la postura requerida, Basilio le comentó, extrañado, a Oscar:
¿cómo es que todos estos animales son tan obedientes?, ¿no se rebelan nunca? Es increíble lo bien amaestrados que están ...
La verdad es que antes sí que teníamos algún que otro caso de rebeldía, pero cada vez menos, porque los Amos han perfeccionado el tratamiento que les aplicamos y el proceso de doma es, cada vez, más completo; desobediencias sí que hay, pero porque son unos animales inútiles que no saben cumplir las órdenes ...
Como luego tendremos que empezar a aplicar el tratamiento a la nueva esclava, te lo iré explicando ...
Ya verás, las cosas son bastante distintas de cuando a ti o a mí nos convirtieron en esclavos y nos adiestraron como criados; ahora todo es más fácil, se usan más métodos científicos y menos fuerza física, porque los Amos han mejorado el sistema para que sus efectos sean más intensos y profundos; por eso, todos estos animales se portan como si lo hicieran voluntariamente, porque han sido programados así, en el fondo, se les ha inculcado que ésta es su forma de vida y ellos han asumido (con la ayuda del tratamiento) que obedecer es lo único que pueden y saben hacer.
Pero no creas, algunos siguen teniendo sus propias emociones, e incluso mantienen sus antiguos sentimientos, si a sus Amos les apetece, lo que sucede es que el proceso de doma consigue que se les elimine cualquier resquicio de voluntad de manera que la obediencia y la sumisión estén por encima de todo y que asuman su condición de esclavos de forma natural.
Básicamente, el proceso no es muy diferente del que se nos aplicó a nosotros, solo que en nuestro caso, pertenecemos a las primeras series y el tratamiento fue más largo y tuvo que ir acompañado de un proceso físico de doma y adiestramiento, la diferencia es que, al final, a nosotros no se nos ha eliminado, del todo, la voluntad y se nos permite tener una cierta capacidad de decisión, para que podamos ejercer adecuadamente como criados y así encargarnos de las tareas cotidianas e incluso del adiestramiento de los nuevos esclavos, tomando, por nosotros mismos, algunas decisiones para ejecutar mejor las órdenes de nuestros Amos; pero ahora, a la mayoría se les elimina la voluntad completamente, se anula su capacidad de decidir por sí mismos, y pasan a depender en todo de las órdenes, de la voluntad, de su Amo.
¿Y los Amos ya no fabrican nuevos criados como nosotros?, ¿quién se encarga de controlar a los esclavos y vigila que realicen las tareas diarias o que estén preparados para servir a los Amos?.
No, ahora se hace de otro modo. Los Amos eligen a algunos de los esclavos, los que demuestran reunir las condiciones adecuadas, para que sean sometidos a un tratamiento complementario de forma que, después de aplicarles el condicionamiento de sumisión absoluta, se les adiestra para que puedan asumir algunas responsabilidades y están amaestrados para poder servir como lo hacemos nosotros, aprendiendo a tomar algunas decisiones como si fueran propias, pero dentro de las reglas de comportamiento establecidas por los Amos; de hecho creo que en este grupo, uno de los esclavos ha acabado el tratamiento y va a empezar su doma para convertirlo en criado, luego lo podrás examinar.
Ahora tengo órdenes de enseñarte a todo el rebaño, porque los amos quieren que nosotros seamos los criados encargados de organizar la fiesta y tenemos que conocerlos y programar su uso; así que vamos a ir examinando a cada esclavo. Después cumpliremos las órdenes de tu Amo, y haré que uno de los machos te encule.
Y dirigiéndose a Lisa y Lena, que se habían quedado de pie al lado de Oscar, les ordenó “traed la lista e id preparando a los esclavos para su examen”.
(……………. Continuará …………….)