El ratón de mi pareja
Como ayudé a que Lorena pudiera hacer el amor con sus padres.
EL RATÓN DE MI PAREJA.
Había encontrado una oportunidad única, un trabajo tranquilo, con mucho tiempo libre, con alojamiento y manutención incluidos en un pueblecito de Segovia. Argentina sin papeles, aprendiz de escritora la oferta de Lorena X fue un chollo.
Atender la casa, ocuparme de la comida, sueldo escaso pero seguridad social, eso incluía un contrato de trabajo que me permitía no tener que salir de Europa cada tres meses, y posibilidad de dedicarme a lo que yo quería: Escribir.
Mi jefa es una mujer joven de 29 años que se dedica a pintar y al diseño. Algunas de las prendas que llevas puestas es posible que las haya diseñado ella. Había elegido para vivir aquella casa heredada de su abuelo , donde tenía espacio y tranquilidad para trabajar a poco mas de una hora de Madrid. Mi amiga Elena es la mujer de un primo suyo y por ese medio la conocí.
La vida transcurría tranquila, la primavera empezaba a revitalizar los campos dormidos. Todo se desató un día de primeros de abril, que la lluvia nos obligó a estar en casa.
"Tamara , te puedo pedir un favor. Me han encargado un cuadro, la persona la tengo en foto, pero para dar realismo y movilidad al cuerpo podrías posar tú, que tienes un tipo parecido"
"Estoy en deuda contigo, así que encantada de poder ayudarte en algo. Sabes que puedes contar contigo para todo"
"Hay un pequeño problema , el cuadro es un desnudo, es para su marido y puede ser un poco atrevido"
Me quedé cortada, sin saber qué decir, pero la verdad es que no me importaba que me viera desnuda, y además ella me atraía.
"No me importa en absoluto, sos una persona a la que sólo quiero poder hacer feliz. ¿Qué quieres que haga?"
"Lo primero , me gustaría que me ayudaras a elegir la pose, ya que te va a tocar estar así durante un tiempo, y lo mejor es que la elijamos juntas"
Trajo dos libros y empezamos a verlos. Eran de desnudos, desde Botticelli a Klimt, los había de todo tipo, algunos muy fuertes. Elegimos diez poses, eran provocativas pero cómodas para pasar un tiempo en ellas sin moverse.
"Creo que debíamos probar como quedan. ¿ No te importa hacerlas y que te saque fotos, para ver cual es mejor?"
No me podía negar, así que mientras Lorena fue por su cámara , me desnudé. No hacía frío, pero teníamos la chimenea encendida, pese a ello me di cuenta que tenía los pezones erectos. No me había depilado y la concha , si bien no tenía un matorral, sí estaba descuidada con vello disparejo.
Posé en las posturas que habíamos seleccionado. Tomó varias fotos de cada una, nos llevó alrededor de una hora. Yo me había puesto cachonda. Estaba excitadísima, dicen que las modelos se calientan cuando posan , no sé si es verdad o no, pero mi experiencia me dice que sí. A lo mejor es que Lorena me gustaba, con una polera roja y pantalones militares estaba preciosa. Me di cuenta que la había deseado desde que la conocí, aunque no me había planteado la situación, la realidad era que me atraía. No soy lesbiana, pero si bisexual desde los quince años , en que debuté primero con una amiga y después asustada con un chico, comprendí entonces que a mí, me gustaban ambos sexos.
"Ponte algo mientras imprimo las fotos"- me puse una camisa azul y las bombachas.
En pocos minutos estaba yo allí , desnuda en papel, y las dos juntas seleccionando.
"¿ Qué te parece esta?"
Estaba reclinada en un sofá , con una mano arreglándome el cabello, con las piernas semiabiertas, dejando ver mi concha en su plenitud.
"Habría que añadir algún adorno. Puedes ponerte un collar , unas pulseras y pendientes , elígelos de ese secreter, los que te veas más guapa. Aunque estás preciosa"
Me puse un juego en terciopelo e imitaciones de oro. Collar, pulseras y brazaletes, tobilleras y unos aros enormes en las orejas. Al desnudarme para que me fotografiara de nuevo, me di cuenta que parecía una esclava para el sacrificio, se acentuaba el erotismo de la pose, con una visión masoquista.
Cuando acabó, me pidió en voz baja.
"Ven a verlas"- me enseñaba el reproductor de la máquina.
Estábamos muy cerca , noté que su respiración como la mía, era la expresión de un calor interior. La miré a los ojos y no pude más. La besé.
Fue una explosión, algo salvaje , la desnudé casi rompiendo su ropa y perdimos cualquier concepto del pudor, de la represión , éramos dos lobas hambrientas de carne y sexo.
No puedo describir lo que allí pasó, no sé cuentas veces nos fuimos y volvimos a empezar, incansables nos dábamos placer sin medida, nos comimos la una a la otra.
Obscurecía cuando exhaustas, tumbadas en la alfombra , abrazadas , pudimos volver a hablar.
"Te deseaba desde que te vi. Tamara, has sido el motivo de mis pajas en este mes y medio que llevamos juntas."
"Yo a ti, te veía tan perfecta, tan por encima de mí , que ni me atrevía a desearte"
"¿Y ahora?"
"No sabía que se podía gozar tanto, creo que he tenido mil orgasmos"
" ¡Qué exageradas sois las argentinas! . Como mucho cien"- apostilló riendo.
Mi vida cambió por completo, el cuadro avanzaba, yo escribía menos, pero era feliz. Dormíamos juntas haciendo el amor hasta caer rendidas. Todo lo imaginable lo hacíamos, nos pasábamos horas vulva contra vulva en un perpetuo vaivén amoroso. Su concha era objeto de mis lamidas, largas hasta que Lorena no podía más.
Depiló por completo mi concha y yo la suya, con juegos de risas y caricias. Buscamos el punto G de cada una y aprendimos a darnos ese placer que nos lleva a las mujeres a tener orgasmos no sólo húmedos, con flujos como si fuera leche de hombre. Yo, cuando me lamía y me tocaba en el punto con su dedo experto, notaba como una eyaculación que Lorena sorbía con pasión.
A veces me ataba y me daba palmadas en la cola hasta ponerla colorada y después me metía el puño en el sexo. La primera vez creí morir, luego me gustaba aquella posesión salvaje.
Cuando acabó el cuadro y lo cobró, me regaló un vibrador y unas bolas chinas que se hicieron mis compañeros cotidianos. Ahora, mientras escribo, noto las bolas dentro de mí, acompasando el calor que me invade.
A primeros de mayo, una noche, abrazadas, sintiéndonos, entrelazados los muslos que masajeaban las conchas mojadas, besándonos tranquilas, Lorena me confesó su fantasía más íntima.
"Este puente de San Isidro, vienen mis padres a pasarlo con nosotras. Habrá que disimular. Y volver a dormir separadas"
"No te preocupes, lo entiendo, no pasa nada, así tendremos más ganas cuando se vayan. ¿Cómo son?"
"Están buenísimos. Sabes siempre me han excitado. Desde pequeña he espiado cuando estaban jodiendo, a veces quería ser mi padre y otras mi madre. Siempre he querido follar con ellos"
Apreté más mi muslo contra su conchita depilada y la dije al oído.
"Te voy a ayudar a que cumplas tu ratón"
Ramón, su padre, estaba muy bueno, se daba un aire a Harrison Ford, maduro, con pinta de aventurero, para comérselo. Su madre, Marisa, era una petisita, morena, preciosa, con unos enormes ojos negros, y unas lolas que pasadas por el cirujano invitaban al chupeteo.
Pasamos un día tranquilo, mucho jardín, paella, modorra al sol. Ahí empezó mi ataque. Pregunté si no querían que nos pusiéramos en traje de baño y con la manguera refrescarnos luego un poco. A todos les pareció bien, así que en pocos minutos éramos cuerpos tostándonos al sol.
Lorena estaba preciosa con un bikini negro, su madre espectacular con un trikini azul eléctrico, y el papá como un pan de bueno con lo que acá llaman gallumbos verde militar, y yo.
Las argentinas cuando nos lucimos, nos lucimos. Así que con mi bikini blanco, cuya parte inferior no era colaless, era peor, apenas una tirita de licra que me hacía aún más largos los muslos y que mostraba que mi conchita estaba totalmente depilada y el top que era de esos que usamos porque no hacemos topless, pero que destacan las lolas por pequeñas que las tengas, ese no es mi caso, yo era un bomba de relojería al sol.
Los ojos de Ramón no se quitaban de mi, a lo que yo ayudaba con posturas descuidadas , cuidadosamente cuidadas para lucirme más.
Aproveché para mojarme y que lo más íntimo de mí, los pezones y el principio del sexo se transparentaran a través de la tela húmeda. El hombre no dejaba de mirarme con hambre, disimulando ante su hija y su mujer pero la hinchazón del traje de baño era clara. En España obscurece tarde, así que serían las nueve cuando me fui a preparar la cena en mi papel de mucama, de confianza ,pero mucama.
Lorena entró a ayudarme y a regañarme. "Tienes a mi padre encampanado"
"Eso qué quiere decir, sólo le estoy poniendo caliente para vos. Tu déjame hacer y hoy cumples tu ratón, mi vida"
"No sé cómo lo vas a conseguir, si es así te perdono , en otro caso me muero de celos."- me dio un beso , y sonriendo se puso a ayudarme a limpiar al ensalada y a calentar la parrilla para las chuletas de cordero.
Para la cena los padres de Lorena se pusieron casi de uniforme, pantalón corto , remera blanca y un suéter de lana a los hombros por si refrescaba. Lorena un jean y un polo negro, yo una pollera de tela vaquera abotonada , que desabotoné para enseñar piernas, una musculosa blanca, con una campera de seda abierta para que se me vieran bien las lolas sueltas sin corpiño.
La cena transcurrió divertida, con bromas sexuales de Ramón sobre mi persona y mi país, y fue al darles el café cuando les puse el somnífero, apenas en quince minutos , les entró el sueño y se fueron a dormir.
"Mi vida, ahora son nuestros , tuyos"- le anuncié a Lorena besándola y restregando mi cuerpo contra el suyo. Me ponía lo que íbamos a hacer y el haber estado todo el día de mujer provocativa me había excitado, pero no era mi noche era la de ella.
Preparamos mi habitación, luz tenue azulada, quería que diera la sensación de irreal. Transportamos a su padre hasta mi cama , le abrimos el pantalón del pijama , era todo lo que llevaba puesto, le atamos las manos al cabecero, le tapamos los ojos y nos desnudamos, nos pusimos unas pelucas y todos los collares del mundo, para creyera que estaba en una fantasía erótica.
Le mojé la cara con agua, vi que se iba despertando y empecé a tocarle la verga hasta que se fue endureciendo, al oído le susurraba palabras obscenas.
"Cerdo, golfo, pollón...."
Le besé metiendo la lengua hasta la garganta, el miembro estaba como un menhir, Lorena seguía acariciándolo.
"Guarro , querías follar conmigo, ahora verás"- le quité la venda de los ojos y me monté en su pija que me penetró. Sólo subí y bajé unas cuatro veces.
"Es lo que querías , cerdo"- le volvía tapar los ojos, me levanté cediendo mi puesto a Lorena.
La besé y al oído le susurré : " Es todo tuyo, pero recuerda que a su edad sólo aguanta una corrida"
Me separé y ví como Lorena acercaba su boca a la de su padre, y le pasaba la lengua por los labios, y después se tumbaba sobre él y le besaba con pasión restregando todo el cuerpo. Pasó a lamerle el miembro como si fuera un helado, él gemía de placer y ella estaba en éxtasis, parecía transformada en una vampira que comenzó a succionar la verga del macho.
Era un espectáculo erótico, no porno, pues había una mezcla de ternura, sexo y reivindicación de una mujer ante toda una historia que emocionaba. Me acariciaba mirando, no buscaba ningún orgasmo, sólo acompañar a mi pareja en su placer.
Transfigurada Lorena se subió a la cama. Se arrodilló con el cuerpo de su padre entre sus piernas y fue descendiendo lentamente hasta que la cabeza de pene quedó en la embocadura de su concha. Se volvió a mirarme, con los labios , sin pronunciar palabra , me dijo "Gracias" y se dejó caer de un golpe sobre la verga dura. No pudo reprimir un grito. Se quedó clavada, sin moverse, paladeando el sueño tantas veces soñado.
Subía y bajaba muy, pero muy despacio, casi dejando escapar la espada que la taladraba y luego llegando a unir su sexo con el vientre del hombre. Pasó la mano derecha a su espalda y agarró los testículos llenos y los apretó con mimo.
Ramón era un puro alarido de placer. "Acaba , no puedo más"
Lorena se hizo rogar, siguió lentamente cogiendo a su padre, empotrada en él, se empezó a acariciar el sexo. Su mirada enloquecía por momentos, el hombre seguía chillando. Me acerqué a la cama y cuando vi que mi novia empezaba a irse, cambiando a un ritmo rápido llevando a Ramón a soltar su leche, sin retorno, le destapé los ojos para que el flash de su hija cogiendo con él , le quedara grabado.
Duró unos segundos, le volví poner la venda para que no pudiera ver nada más. Y besé con mimo a Lorena que descansaba sobre el reblandecido miembro. Le di al hombre un vaso de agua con somnífero y cuando vi que dormía, con un pañuelo y un vaso recogí todo el semen que pude, iba a valerme para la operación siguiente.
"Ahora tu mamá"- la tomé de la mano y la llevé a la otra habitación. Su madre dormía tranquila, con la chaqueta del pijama, se la desabroché y la miré con deleite, para sus cincuenta y .. era una mujer muy atractiva, con unas lolas de campeonato, pasadas por el retoque , pero poderosas y grandes. El sexo cubierto de vello era un matorral donde se mezclaba el negro y lagunas canas que blanqueaban aquel bosquecillo.
"Espera"- le dije a Lorena. Fui a mi cuarto y volví con un arnés con su minga dura , elástica e incansable. "Lo compré para nosotras, pero creo que no hay mejor estreno que éste. Cogete , bien cogida a tu madre."
Le ayudé a ponerse el juguete, antes de atárselo a la cintura, cuando metió las piernas en las gomas que lo sujetaban a sus muslos, le puse un dedo en la concha, era un mar de flujos, mojé bien mi índice y se lo introduje en el ano, con la lubricación entró con facilidad , pero dio un respingo que aproveché para volverla a besar.
"Sujétala, seguro que está mojada, vas a ver cómo le gusta follar"
La agarré las manos por encima de la cabeza , Lorena la abrió las piernas , y sin ningún preámbulo le metió el pene de latex , su madre dio un respingo, pero enseguida cuando mi pareja empezó a culearla, salieron de sus labios gemidos de placer, cada vez más intensos. Tardó poco en llegar al orgasmo, pero no así Lorena que continuó. Pensé que si iba a seguir cogiéndola , hasta que los impactos continuados de la base del arnés contra su monte de Venus la hicieran acabar, la pobre mujer iba a tener uno de los polvos más impresionantes de su vida. Y no me equivoqué.
No sé cuanto tardó, yo mientras me acariciaba, y cuando noté que mi niña llegaba, aceleré para llegar con ella.
Luego, pude los restos del semen de Ramón en la entrepierna de Marisa, y entre las dos , volvimos a su padre a la cama matrimonial.
Lorena había cumplido su sueño, y yo sólo podía darle un beso de amor hasta le día siguiente.
"Por primera vez , mi padre me ha mirado como a una mujer"- casi me chilla Lorena cuando sus padres se montaron en le coche y se marcharon.
"Cielo mío, tu madre piensa que tu padre le cogió como una bestia, y este cree que se folló a tu madre, pensando en nosotras, en vos. Y además , cualquiera te vería como un bombón"
Llevaba una musculosa larga , sin corpiño que por las axilas dejaba ver casi enteros los senos. La di un beso y la dije:
"Creo que volverán"
A Lorena.