El rapto (8: La trampa)
Resumen: Cristian se dedica a secuestrar a chicos, mediante cloroformo u otras técnicas, a los que lleva a su casa, y con los que mantiene relaciones no siempre consentidas. Mientras se aprovecha de una de sus victimas conoceremos a otro anterior, que escondido espera a que se vuelva a quedar solo. En ese momento el se convertirá en el carcelero. Sin embargo, tras ser engañado de nuevo, las aguas volverán a su cauce
Resumen: "Cristian" se dedica a secuestrar a chicos, mediante cloroformo u otras técnicas, a los que lleva a su casa, y con los que mantiene relaciones no siempre consentidas. Mientras se aprovecha de una de sus victimas conoceremos a otro anterior, que escondido espera a que se vuelva a quedar solo. En ese momento el se convertirá en el carcelero. Sin embargo, tras ser engañado de nuevo, las aguas volverán a su cauce
Capitulo 8: La trampa
¡Estupido!
Con mis brazos por debajo de los tuyos, te arrastro de nuevo dentro de mi casa y te dejo en el suelo. No puedo creer que de nuevo todo haya salido tan bien.
Claro, ¿Cómo podías saber que las esposas que me pusiste, como todas las que se compran normalmente, tienen un dispositivo para poder soltarse? Sin embargo, no voy a dejar que tu corras la misma suerte.
Te cargo sobre mis hombros, agarrantote un poco por debajo de tu culo, el cual agarro. Vuelvo a subirte al piso de arriba, donde esta vez te llevo a un cuarto distinto al de antes, con una silla en el centro de la habitación. Te pienso dejar preparada una sorpresa para cuando vuelva
Ahora sin embargo, es el momento de salir a dar una vuelta.
Normalmente cuando secuestro a alguien y le dejo en algún lugar narcotizado, vuelvo a ese sitio para ver si ha despertado ya y no ha habido ningún problema. Ante todo, pese la utilización de cloroformo y demás, me gusta jugar con seguridad. Así, eliminando el plástico con el que cubrí el maletero donde lleve a mi anterior victima, y con el cual la policía podría obtener pruebas con las que inculparme, me dirijo al descampado aquel.
Primero doy una vuelta para cerciorarme que no hay policía alrededor, y cuando ya lo compruebo, me dirijo a los matorrales.
Es entonces cuando mi corazón da un vuelco.
En este tipo de situaciones siempre tengo el miedo de encontrarme con que me he pasado con el cloroformo y mi victima sigue dormida, o que esta teniendo algún tipo de problema.
Sin embargo, nunca he pensado en encontrarme con esto: el chico que horas antes he narcotizado, metido en mi maletero, llevado a mi casa y follado, esta de pie, junto a los matorrales, casi esperándome.
Cuando me ve, viene a mi, y sin presentarse ni nada, me dice:
"Necesito que me hagas un favor. Quiero que secuestres a mi novio. Quiero ayudarte, y me lo quiero follar."
No salgo de mi asombro. No entiendo nada. Permanezco mudo, impasible, sorprendido
El me mira, e insiste.
Le digo que no se de que me habla, que no se que esta diciendo, que creo que se equivoca. Si el chaval me quería sorprender, desde luego que lo ha conseguido. No salgo de mi asombro.
Me doy la vuelta y emprendo mi camino hacia el coche, pero le sigo oyendo decir que, por favor, le ayude a raptar a su novio, que quiere follárselo, que necesita su ayuda.
En un momento se me pasan muchas cosas por la cabeza:
"Si le digo que si, estaré confirmando que yo fui su secuestrador, pero por aquí no parece que haya policía. Puede que lleve un micro o algo, pero eso es fácil de averiguar. Por otro lado, el novio del chaval es un polvo mas. Mas que un polvo, un polvazo. Si algo esta claro, es q no es un tema que quiera hablar en este lugar. Puedo llevármelo a mi casa, que ahí me cuente todo, y si me parece bien ayudarle. Si no, no tengo mas que volverle a dejar donde estaba, y asunto olvidado. Incluso, me lo puedo volver a follar. Ya esta empezando a oscurecer, y por este lugar no parece que vaya a pasar nadie."
Con todos estos pensamientos, voy hacia el coche, y cojo un par de guantes, cinta adhesiva y una navaja, que siempre llevo conmigo. Dirigiéndome de nuevo al chaval, que ahora esboza una sonrisa, le empiezo a cortar la camiseta, los pantalones, le quito las zapatillas y los calcetines, e incluso le arranco los calzoncillos. Con los jirones de estos hago una pelota que le introduzco en la boca, dando unas cuantas vueltas con la cinta adhesiva. También le ato las manos y los brazos, y le vendo los ojos. Del pantalón del chaval cojo solo su cartera, y su móvil, que apago y me guardo. El resto de cosas las tiro al matorral.
Esta vez mi victima parece disfrutar de todo el proceso, lo que me pone menos cachondo. Con lo que disfruto con los inútiles contoneos, gritos y esfuerzos por liberarse de mis victimas habituales Sin embargo, puedo comprobar que el chico esta realmente caliente cuando le introduzco en el maletero cubierto con una manta vieja.
Durante el trayecto voy pensando en lo que estoy haciendo, y como puede ser una autentica cagada si algo sale mal. Estoy a punto de frenar, bajarme del coche y dejarlo ahí tirado. Sin embargo, no puedo mas que sentir una gran curiosidad.
Pensando, pensando, llego a mi casa.
Recuerdo ese mismo día, hace unas horas, lo distinto que ha sido todo.
Para darle algo mas de emoción decido dejarle un buen rato en el coche metido, que aun es temprano y debo preparar de nuevo la habitación.
Pasado un buen rato salgo de nuevo, con una gran cadena que le ato al cuello. Le llevo detrás de mí, como si fuese mi perro y le conduzco a la habitación, donde le engancho al techo. Hecho esto, le destapo boca y ojo. Le digo que me empiece a contar. Que me cuente porque quiere secuestrar a su novio.
Empieza a decirme como su novio casi se niega a mantener relaciones sexuales, que el también quiere hacerle sentir placer, y como el se niega, aceptando solo pajas, por no hablar de la penetración. Le cuenta como ha aguantado 6 meses de esta forma, y como se ha vuelto la situación de insostenible. El caso es que el quiere a su chico, y quiere que la relación funcione. Sin embargo, ese mismo día había decidido dejar a su novio, y fue entonces cuando, de camino a ello, se vio asaltado por mi. Cuando se despertó tirado en ningún sitio, y medio atontando por los narcóticos, solo podía pensar en el gran polvo que había echado, y el que quería echar de nuevo, esta vez con su novio. Le daba igual el como, le daba igual el donde, solo quería hacerle ver que no era para tanto, que no debía tener miedo. Así pues, lo primero que hizo al llegar a su casa, fue llamarle. Javi estaba realmente cabreado por el plantón. Se disculpo una y mil veces, y aunque estaba reacio a dar su brazo a torcer, finalmente le perdono, y volvieron a quedar para esa noche. Tras esto, se dio una ducha, se cambio de ropa, y volvió al punto donde había sido liberado. Su intuición le decía que yo volvería. Y si no era así, ya se las arreglaría. Pero no hizo falta
Viendo que la historia es bastante creíble, y que tanto uno como el otro están bastante buenos, y puedo llevarme algún beneficio por mis acciones, pongo en marcha mi cabeza para elaborar el plan.
Lo primero de todo es devolver al chaval a su casa. Como sus ropas yacen destrozadas en algún lugar del camino, le dejare yo algo que ponerse.
Una vez en su casa, espera que Javi llegue. Cuando este entra en la casa no se puede decir que este de muy buen humor. Es lo que tiene haber estado esperando en Chueca como una hora, y sin que nadie le cogiera el teléfono.
Al final, tras pedirle perdón mil veces, y empezando a juguetear melosamente, su chico vuelve a sonreír, para terminar besándose apasionadamente. Las ropas duran puestas poco mas. Por primera vez es Javi el que lleva el control de la situación. Por primera vez le dice a Rodri que le chupe la polla. Por primera vez, se deja penetrar.
Tras mas de una hora intensa de sexo, y mas que feliz, aunque no satisfecho del todo, decide mandarme un sms diciendo que aborte la misión, que no hace falta secuestrarle, y que gracias de todas maneras.
Unas horas mas tarde, se despiden, y Javi abandona la casa. Aún es pronto y puede coger el metro.
No repara en la silueta que le aguarda agazapado en las sombras. Es por ello que le sorprende aun mas notar como alguien se le tira encima y le tapa nariz y boca con un pañuelo. No puede creerse lo que esta pasando. Le recuerda tanto a esas películas de espías Sabe que no debe respirar, pues en esas películas la victima acaba dormida y a merced del secuestrador, pero ya no le queda aire en los pulmones. El forcejeo sabe que es inútil, pues puede notar como su agresor es mas grande y fuerte que el. Lo único que nota es el bulto de su polla.
En ese momento Rodri se asoma a la ventana. Ya esta bastante oscuro, y aun no han encendido las farolas. Por eso no es capaz de observar el secuestro de su novio hasta que ya es demasiado tarde: cuando ve como la silueta inerte de Javi es depositada en el maletero iluminado. En ese momento sale corriendo de su casa en dirección al coche, que arranca antes de que lo alcance, y que desaparece en la oscuridad.