El rapto (4: Mío)
Dormido, despierto, atado... cualquier manera es buena para un polvo de ¿reconciliación?
Nota del autor: Ante todo muchas gracias por lo comentarios hacia mis relatos. Espero que sigáis disfrutando leyéndolos como yo escribiéndolos.
"Venga ¿Y ahora que?" Repites, en un tono aun mas amenazante que antes, que no hace mas que ponérmela aun mas dura.
Sentándome a tu lado en la cama, te agarro la cabeza e incorporándote empiezo a besar tus labios con gran frenesí. Meto mi lengua en tu boca, y la recorro con gran ansia.
Mi mano enguantada se dirige hacia el calzoncillo, donde un gran bulto ya asoma, y te agarro con fuerza los cojones logrando que pegues un grito.
"¿Y ahora que? Espero que seas tan chulo cuando te este perforando el culo, pedazo de gilipollas" te digo.
Tu mirada espera nerviosa mientras me desnudo. Primero los pantalones petados, mas tarde la camiseta y por ultimo los calzoncillos. Observo con satisfacción tu mirada de miedo al ver el tamaño de mi polla, que muy pronto estará en tu culo.
"Si, mira mi polla todo lo que quieras. No te preocupes que dentro de muy poco tendrás la oportunidad de verla aun mas cerca."
Me tumbo sobre ti y vuelvo a besarte con gran furia. No te imaginas cuanto me pones. Aún intentando hacerte el machito puedo oler tu miedo. Voy rozando con mi polla la tuya, y mientras te muerdo los labios suavemente estas gimiendo de puro placer.
Dejo tu boca, para seguir con tus pezones, que mordisqueo y pellizco. Los chupo y siento el sabor salado. Con mis dedos enguantados recorro tus labios, y los voy introduciendo en tu boca, queriendo prepararla para el primer plato.
Me vas a chupar la polla enterita. Te la introduzco en la boca, y te la empiezo a follar. Tu lengua juega con mi capullo, y me hace tener un escalofrío de placer. La meto y la saco, una y otra vez. Golpeo tus labios con ella. De vez en cuando, la saco, te beso y te la vuelvo a meter. El sabor a lefa en mi boca me pone mas, aun siendo la mía. Me acerco a tu oreja y te susurro que no me pienso correr en tu boca, que ese placer se lo dejare a tu culo. Antes de que puedas protestar por esa tremenda revelación, vuelvo a tirarme a tus labios sellándolos con los míos.
Es hora de atacar a tu polla. Así pues, me dirijo de nuevo a la mesa y cojo unas tijeras, con las que corto un poco tus calzoncillos. Solo un poco, porque el resto te los arranco, liberando de su presión a tu polla tiesa. No vas para nada mas servido.
La agarro con una mano, mientras con la otra empiezo a jugar con tu capullo chorreante, que hace las funciones de lubricante. Empapo toda tu polla con el liquido, que hace que el cuero de los guantes resbale mas. Y me la introduzco en la boca. Tus ojos se entornan en éxtasis. Puedo ver como te agarras a las cadenas con fuerza, tensándolas, retorciéndolas. Vuelvo a tus labios, besándolos de nuevo, agarrantote las manos con mis guantes húmedos. Por una extraña razón eso me pone mas cachondo todavía.
Sabes que el momento de la penetración esta llegando y te sientes nervioso por un lado, pero por el otro bastante expectante.
Saco el lubricante, los condones y unos guantes de latex, que cambio por los de cuero para no hacerte daño. Mientras con mis labios intento paliar tus gritos de dolor, voy abriendo tu culo, poco a poco, primero con un dedo, luego con otro, dilatándotelo, poco a poco. Cuando dejo de basarte te muerdes los labios para no gritar. "Ya estas listo" Me pongo el condón y lo dejo resbalar sobre mi polla en tu boca. Me pongo bastante mas lubricante en el pene envuelto y colocando tus piernas sobre mis hombros empiezo a penetrarte. Al principio intentas aguantar, pero a medida que lo voy introduciendo vas gritando, cada vez y mas y mas alto. "Cállate y tranquilízate, o te dolerá mas" Pese a mis avisos no me haces caso y cada vez te quejas mas a menudo. Chico malo. No pienso narcotizarte. Te voy a dar por culo despierto, como sea. Y cogiendo el calzoncillo roto que descansa a un lado de la cama te lo introduzco en la boca entre tus protestas.
Sigo introduciendo mi polla en tu culo con cuidado, poco a poco, sin querer hacerte daño. Cuando te la meto entera, empiezo a dilatarte un poco mas metiéndola y sacándola poco a poco. "Muy bien, te estas portando muy bien" Veo como te agarras con fuerza de nuevo a las cadenas, y tu mirada de odio. Te cojo por la cintura, y empiezo a empujarte y tirar hacia mi. "Lo ves como no es para tanto" Tu polla permanece completamente empinada, y empiezo a follarla con mis manos.
Te quito el calzoncillo, y oigo tus gemidos, mezcla de placer y dolor. "Hijo de puta, pienso matarte en cuanto " Pero no te doy tiempo a acabar. Empiezo de nuevo a frotar tu capullo con mis dedos, y el placer hace que no puedas ni hablar. Mientras tanto sigo follando tu culo, ahora ya si mas rápido.
Queda poco para correrme y siento que a ti te pasa lo mismo, pues puedo sentir como tu polla esta dando espasmos. Me corro con gran intensidad dentro de ti, y a pesar del condón se que sientes como un rió de semen caliente ha salido de mí.
Saco mi polla de tu culo dolorido, y me meto tu polla en la boca. Cada vez jadeas mas deprisa hasta que te corres sobre mi, soltando varios chorros de lefa sobre mi torso. Cuando esto ocurre, apoyas tu cabeza sobre la cama, y tal vez por el dolor, el cansancio o los efectos restantes del cloroformo quedas dormido agotado mientras tu pene va quedando flácido. Me vuelvo a meter tu pene en la boca, y luego te beso, aun cuando en tu profundo sueño no puedes corresponderme.
Enciendo un cigarro, y mientras se consume empiezo a preparar tu vuelta a casa. Me visto y preparo el jacuzzi llenándolo de agua tibia y mucha espuma. Me vuelvo a poner unos guantes de cuero, otros distintos, limpios de ti, y vuelvo al cuarto. Te encuentro ya despierto y mudo. Te quito las esposas, y te cargo sobre mis hombros, con cuidado para no hacerte daño en tu culo dolorido. "Ponte todo lo cómodo que puedas" te digo, y te sientas en uno de los recodos. Te vuelvo a esposar, y te enciendo un cigarro. Como tienes las manos atadas, te voy acercando el cigarro a los labios, que se afanan en robarle besos a mis guantes de cuero. Al final va a resultar que te gustan y todo. Cuando apago la colilla masajeo tus bíceps, y con una esponja recorro tu cuerpo, frotando cada rincón, cada parte que recorrí con mi lengua hace tan solo unos segundos.
Te conduzco, ya sin resistencia, hasta el cuarto de antes, donde las sabanas sucias yacen a un lado. Mientras te contemplas en el espejo te pregunto si lo has pasado bien. Te muerdes los labios recordando cada momento desde que despertaste en mi coche esta mañana. Y por respuesta solo obtengo una sonrisa. Me acerco a ti, lentamente, y veo como tu mirada se encuentra con la mía. Sólo al final, cuando ya es demasiado tarde, te das cuenta de lo que va a pasar a continuación, y aunque intentas oponerte no da resultado. De nuevo el cloroformo invade tu nariz, tu boca, tus pulmones, y sin molestarte en luchar miras en el espejo como me río cayendo en un sopor cada vez mayor. Mantengo el pañuelo esta vez un poco mas para que aguantes narcotizado mas tiempo. Te pongo los pantalones y la camiseta que llevabas esta mañana, y los calcetines y deportivas. Esta atardeciendo cuando arranco el coche contigo dentro del maletero y te llevo a un descampado en un punto céntrico, pero alejado de tu casa, donde puede haber policía que te busque.
Cuando te saco y te dejo entre unos matorrales estas empezando a despertar de tu letargo.
Mirando una vez atrás entro en el coche y arranco rumbo a mi casa.
Llego y me dirijo directamente al cuarto de baño, donde me quiero dar una larga ducha.
Froto mi cuerpo musculoso, y tonifico mis músculos con agua fría. Salgo de la ducha, pensando ya en quien será mi próxima victima: podría ahora ir a por el motero, o tal vez a por el pijo
Mientras pienso en todo esto me enrollo una toalla a la cintura, no sin cierta dificultas por la erección que de nuevo tengo. Me parece que ya se como voy a descargar esta noche.
Absorto como estoy en mis pensamientos no me percato de la figura enmascarada que surge de detrás mío, y que de un salto se cuelga de mis espalda y hombros.. Antes de que pueda chillar ese olor que tan bien reconozco llena ni cuerpo. No pienso caer en mi propia trampa, y empiezo a dar medias vueltas sobre mi mismo para hacerle tambalear y que se caiga. No logro que tropiece. Empiezo a notar como flaqueo, y antes de que vaya a mas, empiezo a cargar contra la pared de espaldas, dandole puñetazos, para así hacer que me suelte por el dolor. A cada golpe profiere unos gritos mayores "Hijo de puta", "Bastardo", "Te voy a matar" Cuando me queda muy poco para caer rendido por los vapores del cloroformo, de un ultimo golpe logro que se suelte y noto como cae al suelo noqueado. Intento correr a por una cuerda o algo que me ayude a mantenerlo quieto, pero no estoy lo suficientemente lucido y debo ir apoyado en la pared. El fondo del pasillo se nubla ante mí, y caigo drogado