El Rapto 1

Un hombre y una mujer de mundos totalmente distintos cruzan su camino en medio de una ciudad caótica, y esto desencadenará una obsesión que llevará a ese hombre hacer lo impensable

Esta historia comienza con una mujer que decide alejarse de todo y de todos, cambia de residencia, trabajo, número de móvil, en fin, para Mariana la idea era fija, quería desaparecer y con todos estos cambios lo había logrado.

Encontró un pequeño departamento tipo estudio en alquiler, en el centro de la ciudad, un trabajo cercano a su residencia que, aunque no tiene nada que ver con su profesión obtiene una buena remuneración y resulta bastante sencillo para ella.

Mariana es una mujer de unos 30 años, tiene cabello largo ondulado, ojos cafés, una carita que puede pasar de angelical a picarona en cuestión de segundos, un cuerpo que asemeja a un reloj de arena, piernas bien tonificadas, no tiene mucho glúteo, pero sus nalguitas están bien paraditas, senos de linda forma con unos pezones marrones que ante cualquier estímulo se endurecen como piedra. Un caminar digno de una latina pues el contoneo de sus curvas es motivo de los más picantes comentarios de hombres en la calle, en cierto modo le encanta despertar el deseo en los hombres, pero no confía en ninguno, las malas experiencias vividas en su vida pasada la han hecho una mujer dura y desconfiada, para quien la conoce tanto en su antigua vida como en esta nueva etapa, Mariana es una mujer de carácter fuerte, decidida, seria con una reputación intachable.

I

Comienza la semana la rutina de siempre, levantarse temprano, hacer un poco de ejercicio, darse una ducha rápida, arreglarse para ir al trabajo, desayuno rápido y a la calle, durante su recorrido hacia el trabajo saluda a alguna persona ya conocida, el día está hermoso, todo transcurre con normalidad.

En este país siempre sucede algo y este lunes en particular no sería la excepción, han pasado los meses desde la elección del nuevo alcalde, y este no ha cumplido con resolver el problema del agua en una parte de la ciudad, el edificio donde vive mariana no tiene problemas ya que la tubería que surte allí no es la misma que del sector del frente lo que ha generado roces entre vecinos de ambas comunidades. La situación ha calado al punto de que las personas salen a protestar y esto es aprovechado por un grupo de antisociales para hacer de las suyas, saqueando algunos de los locales cercanos.

Mariana recién sale del trabajo y se encuentra con todo el caos personas corren de un lado al otro hasta que escucha algunos disparos, se asusta y comienza a correr por algunos callejones que conoce y dan cerca de su casa, mientras corre encuentra a un hombre tirado con una herida en el brazo, lo detalla bien, es mucho más alto que ella, tendrá unos 35 años, ojos oscuros, cabello corto oscuro, espalda ancha, y llama la atención un pequeño tatuaje en su cuello de una araña, revisa sus hombros y en el derecho encuentra lo que andaba buscando un tatuaje de una estrella, eso con su vestimenta la hace entender que es alguien de mucho cuidado, pero está herido y su conciencia no le permite dejarlo allí tirado.

M: Estás herido, ¿puedes ponerte de pie o te sientes muy débil?

D: vaya vaya, ¿vienes a mi rescate?

M: no tienes que ser un cretino, simplemente te quiero ayudar, ¿me permites?

Se pone en pie, pero está un poco mareado la herida no es grave, pero ha perdido sangre, Mariana lo apoya sobre ella, es bastante pesado, pero consigue fuerzas y comienzan andar muy despacio.

M: Cerca de aquí hay un pequeño consultorio público te dejaré allí para que te atiendan

D: No, estás loca, prefiero que me dejes aquí

M: ah ya, no quieres que le digan a la policía, así tendrás tu conciencia

D: aach, si no estuviera herido te haría pagar por eso

M: Solo cumpliré con mi papel de buena samaritana

Mariana saca su teléfono escribe un wp muy rápido a un conocido y cambia de rumbo

M: Si sigues así te pondrás peor iremos a casa de alguien a que te atienda eso si espero que al menos por la ayuda que te va brindar sepas comportarte y no hagas nada malo, porque no me temblará el pulso para entregarte a la policía en caso de algo, ¿entendido?

D: Que soy un empleado tuyo para que me hables así, deberías tener más cuidado con tus palabras sifrina de mierda, pudieras terminar en una bolsa negra.

M: Crees que me importa morir, me harías un favor… mejor cállate que debes guardar fuerzas

Con carácter y hermosa una combinación peligrosa, ese ímpetu en sus respuestas lo dejó encantado por lo general las mujeres de su barrio se le tiran encima por algún dinerito, o le huyen por su mala reputación, pero ella ni lo uno ni lo otro y eso lo dejó cautivado, sin saber cómo reaccionar, simplemente quedó en silencio, el dolor era fuerte y tenía razón se sentía sin fuerzas.

Cruzaron un callejón más, Mariana toco una puerta con un toque particular esta se abre, un hombre se asoma, los mira a ambos y su cara de sorpresa y susto era más que evidente

M: no hay tiempo atiéndelo y después te explico

C: me vas a meter en muchos problemas, este tipo, este tipo no me da buena espina, qué haces con un hombre así

M: por favor atiéndelo, toma aquí está algo de efectivo sé que no es mucho, pero cubrirá al menos el costo de una consulta tuya, no tenía a nadie más a quién recurrir lo traje aquí porque por obvias razones no puede ir a un hospital

C: este tipo creo que es buscado por la policía se parece a la descripción que han dado de algunos de los que saquearon los locales del centro y ahora tu vienes a mi puerta con este hombre herido y pretendes que lo salve.

M: creo que cuando te graduaste hiciste un juramento, y si mal no recuerdo no eres nadie para juzgar a tu paciente simplemente estas en el deber de cumplir con tu profesión y salvar una vida

C: debiste ser abogada, en este caso eres la abogada del diablo

D: qué tal si dejan de hablar y me ayudan

C: Dame tus datos, es para la historia clínica

D: Me dicen la araña y conténtate con saber eso, no pienso darte ningún dato si quieres ayudarme bien sino déjame ir

M: bien mi trabajo aquí terminó los dejo, solo debes suturarlo lo revise cuando lo ví y la bala solo lo rozó, no es nada que no se arregle con unos puntitos y una transfusión porque perdió bastante sangre.

C: No pues la doctora Mariana, ¿por qué no lo haces tú?

M: porque el del título eres tú, así que me voy

A: Adiós Mariana te estaré observando

Araña miro con una intensidad tal que Mariana sintió un ligero escalofrío, pero lo disimulo poniendo mala cara por su comentario y dándole la espalda, se fue sin mirar atrás.

El doctor Carlos, atendió a la Araña a regañadientes, le gustaba Mariana, pero nunca se había atrevido a decirle nada, ella siempre le había recalcado que era un excelente médico y más aún un excelente amigo, por lo que nunca tuvo esperanza de intentar algo con ella, cuando termino de suturar dejo una vía con una bolsa de sangre para la transfusión y fue a buscar un material para limpiar la sala que había quedado manchada de sangre.

Sin que el doctor se diera cuenta Araña aprovechó ese momento para revisar su teléfono y dio con el mensaje que Mariana le había mandado, anoto el numero en su mano y al regresar el médico encontró la sala vacía, su paciente se había ido.

A unas cuadras de allí una cansada Mariana entraba a su departamento, en su cabeza retumbaban las palabras de la Araña, “Adiós Mariana, te estaré observando”, no dejaba de repetir esas palabras en su cabeza escuchando la voz ronca y masculina de aquel hombre. Entro al departamento lo arregló un poco y se dio un baño.

Estando en la ducha cerraba los ojos y allí estaban esos ojos oscuros de miranda profunda y abismal mirándola con deseo, su mano como presa de un impulso comenzó a recorrer su cuerpo, bordeando sus senos, acariciando sus pezones, hasta ponerlos duritos, se concentró en la sensación del agua cayendo mientras sus manos la acariciaban, bajo hasta su vagina rozó con un dedo su rajita, sin penetrarla, comenzó hacer círculos en su clítoris imaginando que esos dedos eran de él, comenzó a jadear y meter un dedo una y otra vez, hasta explotar en un intenso orgasmo, abrió los ojos y al caer de lo que había hecho, no podía entender por qué ese hombre había provocado todo eso.

Mientras tanto justo frente al edificio un hombre con un brazo vendado una mirada oscura, fuma un cigarrillo mientras observa cada una de las ventanas, se pregunta en cuál de esas ventanas estará su presa.

CONTINUARÁ….

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