El proyecto ii

Bárbara esta arrepentida por lo que le dijo a rae. sera que rachel la perdonara?

EL PROYECTO

Escrito por: Amcala & Cavibe

Editado por: Aralip

  • Perra... Y... ¿fue solo eso para ti?

  • Si y no, pues la verdad ayer por la noche llegó a terminar los últimos detalles de la presentación y empezó hacerme preguntas acerca de Kasey y algo en mi deseaba que pasara otra vez, cuando la vi tan cerca y no se si eran los nervios por la presentación o que, pero después de tanto tiempo la deseé como esa noche, ufff que noche, Cass y ahora quiero estar con ella de nuevo y no se qué hacer.

  • Así de bueno fue que te has aguantado todo este tiempo, yo ya me hubiera vuelto loca.

  • Y como crees que estoy, yo misma me he negado ese deseo por miedo al rechazo, no quiero que me diga, "mira pequeña cosa rubia, fue esa noche y ya" odiaría eso y me volvería más loca de lo que estoy, con decirte que a veces me levanto a medianoche y debo darme una ducha de agua fría, me estoy enloqueciendo. Cass yo solo quiero otra noche como esas, no te imaginas lo que esa mujer me hizo sentir, me llevó al cielo en múltiples...

  • Rae, no quiero detalles, pero estas segura que solo quieres otra noche de sexo salvaje con Barbara. ¿Oh hay algo mas?

  • Si... espero sea solo eso. Quiero tener sexo y gritar y...

  • Te voy a ayudar, pero vamos a necesitar la ayuda de Dave y otra cosa ¿Qué vas hacer con Kasey?

  • No sé, algo se me ocurrirá.

  • Ok, tú te encargas de eso y yo arreglo el resto con Dave.

  • Echo Cass, pero ¿qué vas hacer?

  • Déjamelo a mí, vístete lo más provocativa posible y arregla tú asunto. Ok.

  • Ok.

Llegamos a las diez treinta, Gary abrió la puerta y por su rostro se que lo que había escogido esa noche había sido perfecto. La música era estupenda, mis amigos no se separaban, Kasey no vendría, le dije que me encontraba muy cansada y que preferiría quedarme en casa; "si lo se, se lo que piensan de mi, ni lo mencionen..." Era perfecto, solo faltaba la persona a la que deseaba impactar y no se hizo esperar.

  • Bienvenidos a mi casa, Cassandra, tanto tiempo, Dave, encantada y... señorita...

No escuché mi nombre o el acostumbrado apodo, solo vi esa mirada penetrante recorriéndome de arriba abajo.

  • Sigan, siéntanse como en su casa. -expuso Barbara indicándonos con una de sus manos el camino hacia el fondo de su casa, donde todos estaban bailando y bebiendo. Quiso detenerme, pero Cass me tomó por la cintura en un gesto muy provocativo, dejando a la señorita Barbara de pie junto a Gary.

  • Esta hermosísima, ¿no te parece Babe?

  • ¿Quién?

  • La pequeña cosa rubia, como tú la llamas, se ve sensacional. Aprovecha, yo creo que le gustas.

  • Ya me acosté con ella.

  • ¡No!, no te creo, dime ¿Cuándo?, ¿Cómo? Y ¿a qué hora?, ¿Por qué no me lo habías contado Babe? Eso es algo que no se puede guardar como secreto.

  • Simplemente pasó y ya.

  • Y ya, pero ¿qué tal, es buena como te dije, es apasionada, salvaje, sumisa? Cuéntamelo todo por favor.

  • No te voy a dar detalles porque no quiero que nadie más se entere, vamos por un trago, necesito tomar algo, estoy sedienta.

  • Esa rubia si que te tiene loca...

  • Cállate, Gary algunas veces quisiera...

  • Si ya sé, pero se que me amas en el fondo de tú oscuro y negro corazón.

  • Ja, ja, ja, que cómico te has vuelto. ¿Me vas a tener acá el resto de la noche o podremos ir a buscar algo de beber?

  • Vamos, que amargada estas, debe ser que tú rubia no quiso darte lo que necesitas.

  • Te voy a matar.

La noche estaba estupenda, hacia calor y lo mejor de todo era ver a Barbara sentada junto a su amigo bebiendo y observándome sin pestañar. Así que el plan de Cass se puso en marcha, pero antes de eso bebí algo mas de tres copas de vino y un vodka, debía estar preparada para lo que venía.

Cass me arrastró al centro de la pista y comenzamos a bailar. The Scissors Sisters y su canción "Filthy and gorgeous" acompañaron el plan a la perfección. Bailábamos y a la ves que lo hacíamos nos tocábamos por todas partes y antes de que lo notáramos Dave llegó a unirse a nosotras.

Las cosas se ponían mejor con ayuda de la música, era como si el Dj hiciera parte de nuestro plan, "I like the way you move" comenzó a sonar y mi cuerpo empezó a vibrar, amaba esa canción y Cass tomándome por la cadera comenzó a moverse de arriba abajo, estaba disfrutando realmente de la canción, hasta cuando sentí que alguien me tiraba del brazo, apartándome bruscamente de mi amiga y alejándome de la pista.

  • ¿Qué crees que estas haciendo?

  • Estoy bailando Barbara, ¿Es que acaso no puedo?

  • No, no de esa forma.

  • Y ¿De qué forma entonces?

  • De una la cual no parezca que quieras acostarte con todos esos idiotas.

  • Y si eso es lo que quiero, a ti que te importa.

  • Esta es mi casa y no quiero que bailen así.

  • Bueno, pues tendrás que terminar la fiesta porque todos lo están haciendo.

  • Los demás pueden hacer lo que se les de la gana.

  • Entonces, ellos si pueden y yo no, ¿Cuál es la diferencia Barbara?

  • Que tú estas conmigo.

  • Ja, desde cuando, será en tú imaginación, creo que los tragos se te subieron a la cabeza.

  • No juegues conmigo pequeña cosa rubi...

  • No me interesa jugar contigo, además estas actuando como si estuvieras celosa.

  • Ja, celosa yo, jamás... es solo que...

  • ¿Qué? Déjame en paz y voy a seguir bailando.

  • No lo vas hacer.

Sin decir una palabra me sacó de la casa, aun cuando trataba de safarme fue imposible, no dejó que me despidiera o que por lo menos avisara a mis amigos, nos subimos a su auto y nos dirigimos a mi apartamento. No pronunció palabra en el camino, pero no me quitó la mirada. Llegamos al poco tiempo, se sentó en el sofá y se dirigió a mi en modo de casi súplica.

  • Baila para mí.

  • Barbara ¿qué dices? No me pidas eso, es embarazoso.

  • No lo fue cuando lo hacías con tus amigos, baila y quítate la ropa mientras lo haces.

  • ¿Es una orden?

  • ¡Si...! lo es.

Entonces quise complacerla, darle gusto y disfrutar por lo menos de su mirada en mi cuerpo por el momento. Encendí el stereo y coloqué la canción que no pude terminar de bailar, ahora tenía la oportunidad y el público que quería.

Comencé a mover mi cuerpo de lado a lado y con mis manos lo recorrí sensualmente al ritmo de la canción, Barbara seguía la letra de la misma y me observaba lujuriosamente. Acerqué mis senos hasta su boca y los separé antes de que su aliento los tocara, una sonrisa en mi rostro se dibujó al ver que estaba logrando mi cometido, giré mi cuerpo para darle la espalda, me incliné hasta poner mi cabeza en una de mis rodillas y desde esa posición observar la boca entre abierta de la señorita Archer y sus ojos perdidos en lo que pareciera en ese momento un postre para ella, me incorporé nuevamente y bajé el cierre del vestido, este fue cayendo como una hoja, deslizándose sutilmente hasta quedar en el suelo, dejando al descubierto mi cuerpo.

Seguía bailando con mas intensidad, estaba ardiendo con cada movimiento y con cada rose de mis propias manos. Tocaba mis senos, bajaba lentamente insinuándome a ella, tocando todo en mi, arranqué mi hilo dental y así el resto de mi cuerpo se expuso totalmente a la desnudez.

Aun dándole la espalda, continuaba bailando y sin darme cuenta sentí cuando su cuerpo desnudo se hizo atrás mió. No note en que momento ella se quitó la ropa, solo la sentí. Sus manos me recorrían desde los hombros, pasando por mis senos, abdomen, hasta llegar a las piernas y buscar entre ellas lo que quería poseer. Penetrándome ágilmente sin despegar su cuerpo, logró hacerme gemir y estremecer, dejaba que sus dedos se perdieran constante y pausadamente dentro de mi haciendo agitar mis caderas contra ella, su otra mano seguía en la tarea de explorarme, de sentirme, de aferrarse a mi, besaba mi cuello con mas pasión que al principio, su excitación crecía al escuchar mis gritos ahogados. Me liberó de la penetración y se tumbó en el sofá llevándome consigo y haciendo que me sentara sobre ella. Con sus manos libres tomó mis caderas y comenzó a moverlas haciendo que nuestras aguas se mezclaran al contacto de nuestros sexos, hasta llegar y fundirnos en un solo grito, en un solo cielo que se prolongó por el resto de la noche.

Abrí los ojos y lo primero que busqué fue su cuerpo al otro lado de la cama, no estaba ahí, así que supuse que había sido una noche mas, debería conformarme con esos pocos momentos y por eso mismo disfrutarlos al máximo, pero deseaba besarla y decirle...

  • Buenos días, mi pequeña cosa rubia.

  • ¡Barbara!, pensé que te habías ido.

  • Nop... solo me levanté por una taza de café, aquí tienes, éste es el tuyo, no puse azúcar porque supongo que con ese cuerpo no acostumbras a tomarla.

  • Pero que suspicaz eres.

  • Te ves hermosa en la mañana. (Besó suavemente mis labios).

  • Gracias, tú te ves hermosa todo el tiempo.

  • Gracias. Bailas muy bien, sobre todo cuando te inclinas, esa es la mejor parte.

  • Barbara, no digas eso que me avergüenza.

  • ¡¿Por qué?! Si lo haces muy bien, pero eso si, tiene que ser solo para mi.

  • De eso puedes estar segura.

La taza de café quedo sin terminar y nuestros cuerpos se entregaron nuevamente. Ese fin de semana fue el más apasionado de toda mi vida, y así mismo los que seguían, semanas enteras, hasta meses, lejos del conocimiento de la gente, éramos las perfectas amantes.

El verano lo compartí con ella. Hicimos un tour por Italia, visitamos Roma, Florencia, Nápoles y por supuesto Venecia, sentía que era nuestra luna de miel, fueron las mejores vacaciones, pero como todo, debía terminar y volver a la realidad.

Comenzaba nuestro tercer año de estudios, todo igual, las clases perfectas como siempre, mis amigos, los mejores, pero Barbara, ella era diferente estando acá, en Oxford, aun cuando compartíamos mucho tiempo juntas, jamás lo hacíamos a la vista de otros, siempre era en mi apartamento o en su casa, nunca salimos a cenar o a un cine o por lo menos a caminar. Parecía que se ocultara, pero lo extraño es que ella no era de las que le importara mucho lo que pensara la gente. Oxford la cambiaba, la universidad, la gente, todo era diferente cuando nos encontrábamos allí, no lo entendía y por lo mismo nuestra relación se simplifico en sexo, solo eso y ya me estaba cansando, aun cuando era maravilloso verla en las mañanas despertando junto a mi, adoraba esos momentos, pero odiaba los segundos que no estaba con ella. Creo que me había enamorado y me asustaba mucho, aun no conocía realmente a Barbara, es mas no sabía nada de ella o su familia.

  • Barbara, ¿Dónde están tus padres?

  • Muy ocupados.

  • Esa no es una buena respuesta, me refiero ¿dónde están? ¿Viven aquí en Oxford o por lo menos en Inglaterra?

  • Preferiría no hablar del tema.

  • Pero ¿Por qué?

  • Porque no me interesa hablar de ellos, solo se que viven muy ocupados y que casi no los veo. Satisfecha.

  • Puedo saber ¿Cómo se llaman?

  • Siempre eres así de entrometida, mi madre se llama Aileen Archer y mi padre Patrick, no me preguntes más que no te voy a responder y soy hija única. Contenta.

  • Ves, no fue tan difícil, ¿Te hablas con ellos seguido?

  • No voy a responder una mas de tus preguntas.

  • Barbara a veces eres tan... uuuuyyyyyy.

Las semanas pasaron, todo transcurría como si nada, los fines de semana los compartía con ella, mientras que en la semana era una mas de la universidad para Barbara. Traté de acercarme, pero solo recibí sus evasivas y excusas, sentía que no quería que nadie supiera que estaba conmigo, como si se avergonzara de lo que existía entre las dos, así que quise ser clara con ella y que me diera una explicación de su comportamiento.

  • Barbara, ¿Te avergüenza decir que eres gay?

  • ¿Qué quieres decir con eso?

  • Eso mismo, si o no.

  • No.

  • Entonces por qué no podemos salir juntas como cualquier otra pareja en la universidad, gay o heterosexual, es lo mismo hoy en día.

  • Porque no me gusta exhibirme a los demás, soy reservada, esta claro.

  • No, no lo esta, ¿qué es lo que pasa? ¿Por qué te da tanto miedo decir que tienes una relación conmigo?

  • No me da miedo decir nada, no voy a mencionar una relación que no existe.

  • ¿Qué dijiste?

  • Lo que escuchaste, entre las dos no hay nada real, es solo...

  • Gracias Barbara, pero no seguiré siendo tu entretenimiento para cuando tenga ganas de... Estoy buscando algo real y si tu no me lo puedes ofrecer es mejor que te vayas.

  • Si salgo por esa puerta no voy a volver Rachel Barton.

  • Pues así será Barbara Archer.

Salió tirando la puerta, me quedé en el mismo lugar y comencé a llorar, no sabia si era por dolor o por rabia de sentirme usada, traicionada y engañada; era mi culpa, fui yo quien quiso otra noche, me dejé llevar por su pasión y ahora debía pagar las consecuencias de haberme enamorado de ella, quien me mandaba a ser tan estupida y no ser mas... ella.

Mis amigos me ayudaron con mi pena, siempre han estado junto a mí en los momentos más importantes de mi vida.

  • Rae, todo va a pasar, me siento culpable, fui yo la que monto ese plan de darle celos a la bruja de Babe para que tu pudieras estar con ella esa noche.

  • No es culpa de nadie Cass, yo deseaba estar con ella, nadie me obligó, además Barbara jamás me prometió matrimonio o algo que se le parezca, fue una noche, pero esa noche se convirtió en mas noches acompañadas de sus días y de unas vacaciones... Oohhhhhyyyyy, me odio por ser tan idiota y enamorarme.

  • Bueno, pues por lo menos la pasaste bien, tómalo como un amor de verano.

  • Si, así será, mi amor de verano.

No asistí a muchas de las clases durante la semana. Al cabo de unos días, tropecé con ella, quiso hablarme pero no le di la oportunidad. Estaba tan molesta que la ignoré y así sucedió por varios meses durante el resto del período.

Diciembre, época de reflexión y de entrega, para mí era época de visitar mi familia y darme un tiempo para pensar en lo sucedido en los anteriores meses. Esa tarde de sábado estaba sentada frente a la biblioteca esperando a alguien cuando una voz...

  • Puedo sentarme.

  • Sip. Esto es un sitio público, no veo por qué no pueda sentarse.

  • Hey, vengo en son de paz, no quiero discutir contigo, solo quiero hablar.

  • Bárbara, no tengo nada que hablar con usted, además espero a alguien.

  • ¿Se podría saber a quién?

  • No, no es de su incumbencia.

  • No cambias mi pequeña cosa rubia.

  • No soy "su" pequeña... lo que sea y diga lo que tiene que decir y váyase.

  • Solo quiero que me perdones, no quise decir lo que dije, te extraño y...

  • Extrañas mi cama tal vez, no voy a seguir su juego señorita Archer, no terminara revolcándose conmigo para luego dejarme.

  • Eso dolió.

  • A mí también me dolió.

  • Lo siento.

  • Yo también lo siento.

  • Escúchame, mi pequeña cosa rubia, quiero que entiendas que para mí es muy difícil todo esto...

  • No tengo tiempo, me están esperando.

  • ¡Ella!, ¿Estas con ella?

  • Sí.

Sin más palabras me puse de pie y me dirigí a la persona que esperaba pacientemente por mí. No quise voltear a mirarla para no perderme, para no volver a caer.

Viajé a Los Ángeles a la semana siguiente, me demoré un poco mas de lo acostumbrado, retornando a Inglaterra una semana después de haberse reiniciado la jornada de clases. El resto del tercer año.

De nuevo la cátedra del señor Havelock. Su maravillosa retórica y sus geniales ideas.

  • Para el resto que queda del año, vamos a trabajar en un tema, que se basa en la historia del arte y la influencia en la Arqueología. Quisiera escuchar algunas sugerencias.

Barbara empezó a exponer su idea. La observaba, la detallaba y estudiaba, analizaba cada palabra, sentía que debía confrontarla y sin argumentos intervine.

  • Usted llama a eso una idea para un proyecto tan importante, parece que fuera en primer año de colegio y no en su tercer año de carrera.

  • Tiene usted una mejor idea señorita Barton. -Fue lo único que me respondió.

Guardé silencio, no sabía que decir o exponer, no tenía idea que era lo que estaba hablando, así que me senté y me escurrí en la silla. El señor Havelock se dirigió a mí.

  • Ya que usted habla sin tener argumentos o ideas propias, la próxima clase quiero ver una exposición muy clara de lo que va a tratar su proyecto final y esta vez usted trabajará sola. El primer informe lo quiero en tres semanas en mi oficina. ¿Entendió señorita Barton?

Asentí con la cabeza y sin decir una palabra más salió del aula. Me quedé enterrada en la silla, no quería mirar a nadie, puse mis manos en la cara y esperé a que todos salieran.

Barbara me esperaba con una sonrisa que me hizo querer matarla.

  • La próxima vez por qué no me arrojas una silla, será menos embarazoso.

  • No tengo muchas ganas de escuchar sus chistes sarcásticos, bastante tengo con lo que hice.

  • Aun te vuelvo loca.

  • Loca siempre he sido, me dejé seducir por usted, eso es estar mas que loca.

  • ¿Me has extrañado?

  • ¡No...!

  • Yo si, mucho. Te invito a cenar esta noche. Sin compromisos, como amigas.

  • Siempre ha sido así Barbara, jamás tuvimos un compromiso.

  • Te amo Rachel Barton y me estoy muriendo sin ti.

  • No juegues conmigo, no me digas eso.

  • Te amo y quiero gritarlo a todos.

  • Cállate, no sigas.

  • Esta vez me vas a escuchar; todo este tiempo sin ti ha sido una tortura, una agonía, no quise aceptar lo que sentía por miedo; pregunta a quien quieras con quien han visto a Barbara Archer, con nadie, es la primera vez que la gran Babe se enfrenta al amor de verdad.

  • No se que decir.

  • No digas nada, solo déjame amarte y cuidarte.

  • Me hiciste tanto daño, Barbara.

  • Perdóname por favor, dame una última oportunidad, solo eso te pido, déjame demostrarte de lo que soy capaz.

  • Yo... debo hacer algo primero.

  • ¿Para dónde vas?

  • Te veo en mi apartamento esta tarde. No te hagas ilusiones, es solo para hablar.

Mi corazón no cabía de la dicha, Barbara Archer me amaba, por fin escuché salir de esos hermosos labios las palabras que añoraba salieran de ellos. La amaba y era ella quien llenaba mi alma, pero debía solucionar asuntos primero.

Caminé hasta la biblioteca, donde me esperaban. Kasey, estaba saliendo con ella hacia unos meses, después que Barbara y yo termináramos lo que fuera que hubiéramos tenido. Ahora estaba en un terrible dilema. Debía seguir mi corazón, que me llevaba a la razón de mi felicidad, "Barbara", pero estaban de por medio los sentimientos de una persona maravillosa la cual significaba mucho para mí, pero no era a quien yo amaba.

  • Hola Key.

  • Hola Ray, ¿Cómo te fue en la clase del señor Havelock?

  • Bien, pero me pidió que hiciera el proyecto final con... Barbara, pues tu sabes, a todos les agradó nuestro trabajo el año pasado, entonces, bueno, tu...

  • Y... ¿Te sientes bien al respecto?

  • Sip, no tengo problema.

  • Si quieres te podría a acompañar a las reuniones con ella.

  • ¡¡¡Oh nooooooo!!! Digo, no será necesario, además son aburridas, solo hablamos de hipótesis, teorías, ya sabes trabajo, trabajo...

  • A mi no me importaría, aun cuando este año no este viendo esa cátedra me gustaría aprender algo de es...

  • Kasey, te aseguro que aprenderías mas con los libros, Barbara y yo ni hablamos.

  • Lo decía porque solo quiero estar cerca de ti.

  • Por el momento tendremos que darnos un espacio mientras que realizo las investigaciones.

  • Vaya, si que te apasionas por tu trabajo, en especial con ella.

  • Bueno si no lo hago no tendríamos esos resultados que tuvimos, ¿no te parece?

  • Si estoy de acuerdo. Cambiando de tema ¿quieres ir al cine conmigo esta tarde?

  • Mira Kasey, la verdad tengo una reunión de trabajo con Barbara para empezar el proyecto, entonces lo mejor es que nos veamos mañana.

  • Esta bien, pero si quieres nos podemos tomar un café o almorzar juntas.

  • Necesito ir a hablar con Cass de algo importante, mejor nos vemos mañana, te parece.

  • No me parece, pero creo que debo aceptar.

  • Gracias, eres adorable.

Lo soy; no hay nada que decir, lo soy... una p... cobarde y todo lo que ustedes quieran decirme. Le mentí, la engañé y lo peor de todo es que estaba jugando con sus sentimientos, al dejarla de pie enfrente de la biblioteca sentí una gran tristeza, pero a los pocos minutos se me olvidó al ver a Barbara.

  • Hola mi pequeña cosa rubia. Esta bien si te digo "mi", porque la última vez que te dije así casi me arrancas la cabeza.

  • No exageres, además fueron las circunstancias.

  • ¿Quieres tomarte un café conmigo? Y... te invito a almorzar y luego vamos a tu apartamento como en los viejos tiempos.

  • Olvídate de los viejos tiempos y acepto las dos invitaciones.

Pasé el resto de la mañana con la señorita Archer y por no decir mas, el día entero, hablamos de todo lo ocurrido, hasta le conté acerca de Kasey y que no había podido decirle la verdad, ella nunca se imaginó que entre Barbara y yo existiera algo, siempre pensó que era una rivalidad y ya.

Pasé la noche con Barbara, olvidándome de todo lo que había pasado a mí alrededor, la conversación con Kasey, los informes, el señor Havelock... Todo se centraba en una persona y estaba junto a ella.

Pero a la mañana siguiente, el timbre de la puerta me despertó.

  • Mi PCR quédate en la cama, yo abro...

  • ¿Cómo me llamaste?

  • Como siempre lo hago, solo que en abreviatura.

  • Barbara, sales con unas cosas, ve abrir y vuelve a la cama. Hoy no tenemos clase en la mañana.

  • Lo sé... y me encanta la idea...

A los pocos segundos sentí cuando la puerta de la habitación se abrió fuertemente, levanté mi cabeza y vi a Kasey observándome, fijándose en mi desnudes y en la ropa tirada por todo el lugar. Mi sorpresa fue mayor que la de ella, no sabía que hacer, si levantarme, cubrirme, esconderme o dejar que me dijera todo lo que quería. Opte por la última opción.

  • Ya veo por qué tienes tanto éxito con los trabajos que haces con ella. Todo ha sido una mentira, jamás pudiste estar conmigo porque la amabas a ella, a la fantástica Barbara Archer, que todo lo tiene, dinero, prestigio, belleza y el amor de la mujer que pensé que algún día me correspondería. Por lo menos hubieras tenido la decencia de decirme la verdad, tal vez no hubiera dolido tanto, ¿por qué Rachel? ¿Qué tiene ella, que no pueda tener yo?

  • Tiene mi corazón.

  • Veo, es mejor que me vaya, no tengo nada más que hacer aquí, gracias Rachel Barton, gracias por jugar con mis sentimientos.

Me quedé sentada en la cama por unos minutos, al salir de la habitación vi a Barbara como si nada pasara, preparando el café, me dirigí hacia ella, mis ojos estaban llenos de lágrimas, al verme me abrazó, empecé a llorar y traté de hablar para explicar todo, para tratar de dar una razón a mi misma por lo que había hecho.

  • No tienes nada que decirme, mi PCR, te entiendo, ahora lo más importante es que dejes que el dolor le pase y después hables con ella, le expliques lo que paso en realidad y lo que hay entre las dos.

  • Yo jamás le mentí, siempre fui clara, le dije que no podía darle mi amor, pero que lo intentaría cuando sintiera que estaba lista para hacerlo.

  • Tu nunca, bueno durante esos tres meses, te acost...

  • No, jamás.

  • Ya verás que con el tiempo todo se soluciona.

  • ¿Tu crees?

  • No lo creo, lo sé.

Después de lo que pasó, no quise volver a tocar el tema, lo dejé al tiempo como Barbara me dijo. Pasaron los meses, la señorita Archer parecía otra, cuando no dormía en mi apartamento, llegaba al otro día a la clase que fuera y se sentaba junto a mí, cosa que no había hecho nunca. Salíamos mas seguido, caminábamos por los parques cogidas de las manos, pero siempre lejos de la universidad.

Llegando el final del año, me sorprendió sobre manera la invitación que me hizo.

  • Tenemos una cena muy importante en casa de mis padres mañana en la noche y quiero que vengas conmigo, quiero que ellos vean de quien estoy enamorada.

  • Barbara, ¿quieres que vaya contigo y conozca a tus padres?

  • Por supuesto, eres mi novia y ellos querrán conocerte.

  • Dios, ahora que voy a ponerme.

  • Es una noche de gala, con eso te digo todo.

  • Vestido largo, fantástico, no tengo.

  • No te preocupes tanto, tú siempre te ves hermosa con lo que te pongas.

  • Voy a conocer a tus padres, no creo que cualquier cosa sea lo adecuado para esta ocasión.

  • Mi PCR, cálmate, sé que es algo apresurado pero...

  • Apresurado, amor, ¿Por qué no me dijiste antes?

  • La verdad, he estado todo este tiempo en tu apartamento y solo hasta esta mañana fui a mi casa, revisé la contestadora y sorpresa, mi madre había dejado el mensaje... están celebrando sus treinta años de casados.

  • Dios Bárbara, me voy para Londres ya... acá no podré encontrar lo que necesito.

  • No exageres...

  • No exagero, me voy ya...

  • Yo te llevo, igual debo comprar algo para mí.

Para ir de compras, debía llevar a mi gran amiga para que me asesorara y Barbara hizo lo mismo, pero ninguno podían ir sin sus novios así que resultamos seis en el carro de Barbara. Hubiera sido mejor rentar una limosina.

Pasamos el día entero de compras, Dave y Cass me asesoraban, mientras que Gary y Samuel, "El Cesar" lo hacían con Barbara, parecía que fuera nuestra boda, cada una por su lado, sin que la una viera el vestido de la otra.

Esa noche de viernes fue mágica en Londres, compartimos con nuestros amigos algo muy importante después de mucho tiempo. Rentamos una habitación para todos en el hotel 5 Maddox, no se como nos dejaron quedar, pero fue muy divertido.

Viajamos de regreso a Oxford muy temprano en la mañana, debíamos tener todo preparado para la noche, bueno era yo la que debía preparar todo, así que me puse manos a la obra. Poca comida,pero lo suficiente durante el día, no quería llegar con hambre, pero tampoco con el estómago vacío. Me mandé hacer las uñas, los pies, me mandé peinar, mientras Barbara dormía en el apartamento, yo corría por casi toda la ciudad tratando de quedar bien para la noche.

A las siete de la noche, aun me encontraba en casa de Dave y Cass terminando los últimos detalles, Barbara esperaba pacientemente en la sala, al cabo de media hora mas, salí. Por la expresión de su cara se que le gusto como me veía, el vestido dorado y totalmente ajustado a mi cuerpo con un escote en la espalda pronunciado hasta donde termina esta, el cabello, con ayuda de algunas extensiones lucia recogido en una moña muy elegante dejando unos flecos sobre el rostro, pero mi Barbara se veía mas hermosa que nunca, con un vestido blanco ceñido perfecto a su cuerpo y el escote adelante pronunciado un poco mas abajo de su ombligo.

  • ¡¡¡¡Guuuuuuaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuu!!!! Que pareja de mujeres más hermosas, no se pueden ir sin antes tomarse una foto juntas. Pero necesito un beso... si... Gracias... -Exponía Dave con los ojos perdidos en los escotes de las dos.

  • Ey Dave, deja de mirarlas así, me voy a poner celosa.

  • Cass, amor mío, yo te amo pero no puedo hacerme el ciego ante tanta belleza.

  • No te lo niego, hasta yo las encuentro hermosísimas... podría decir que me gustan.

Reímos por el comentario, nos despedimos y salimos algo apresuradas porque ya llevamos unos minutos de retrazo. Una limosina nos esperaba afuera del edificio.

Llegamos a la casa de los padres de Barbara, que mas bien parecía un palacio, grandes jardines, una enorme puerta de entrada y por supuesto el mayordomo que nos recibió en la entrada. Estaba tan nerviosa que no pude pronunciar palabra hasta que nos encontrábamos adentro, apreté su mano con la mía para sentir valor al saber que estaba junto a mí.

  • Bien ya estamos acá.

  • Barbara estoy tan nerviosa que no sé si podré moverme.

  • Mi PCR, no te preocupes todo va a salir bien, por cierto te ves hermosísima.

  • Amor tu te ves maravillosa, me quedaría toda la vida viéndote.

  • Y yo a ti. Mira ahí viene mi madre.

Era una mujer alta un poco menos que Barbara, el cabello negro hasta los hombros, unos ojos color aceituna increíblemente bellos, definitivamente una mujer hermosa.

  • Hija mía, estas tan hermosa, pensé que no ibas a venir, pero que alegría verte.

  • Hola mamá, tú también luces espléndida.

  • No me vas a presentar a tu amiga.

  • Mamá ella es PCR.

  • ¿Cómo dices hija?

  • Olvídalo es una larga historia. Rachel Barton, mi madre Aileen Archer.

Se acercó a mí con gran gentileza.

  • Así que eres tú la famosa Rachel Barton.

  • Encantada señora, es un gusto conocerla.

  • El gusto es mió mi niña, pero por favor sigan. Barbara tu padre bajará enseguida.

Sin decir mas nos acompañó al salón de recepción de la casa y se fue a recibir mas invitados, Barbara me sonrió tiernamente y apretó una de mis manos.

  • No fue tan difícil.

  • Tu madre es una mujer encantadora y muy hermosa, igual que la hija.

  • La verdad mucha gente dice que me parezco mas a mi padre, pero yo creo que tengo algo de los dos.

  • Tendré que comprobarlo, ¿Qué hace tu madre?

  • Es juez en la corte suprema.

  • ¿Y tu padre?

  • Es catedrático.

  • Genial, quiero conocerlo.

  • Ya lo conoces.

  • ¿A qué te refieres?

  • Mira acaba de entrar.

De donde me encontraba no veía muy bien, aparte que mi estatura no favorecía al momento y toda la gente se dirigía a él para saludarlo. Agaché mi mirada por unos segundos para buscar algo que pensé había caído al suelo, cuando escuché esa voz, una voz que jamás olvidaría.

  • Hola hija que gusto me da verte y en tan excelente compañía. Señorita Barton por fin pudo venir.

Mi boca quedó entre abierta y note la sonrisa que se dibujó en el rostro de Barbara y su padre, su padre.

  • Señor Havelock, que sorpresa más grata, nunca me imaginé encontrarme con usted en estas circunstancias.

  • A diferencia suya, yo ya me lo esperaba, solo guardábamos la ocasión perfecta para conocernos como era debido, no le parece maravilloso.

  • Por lo visto era la única que no sabía nada, la verdad Barbara poco habla de su familia.

  • Por lo contrario, mi hija no hace más sino hablar de usted y era nuestro deseo conocerla. Recuerde que la universidad es un mundo totalmente aparte de la vida privada de cada cual.

  • Si, ahora lo entiendo con más claridad.

  • Señoritas, las dejo por un momento voy a saludar el resto de los invitados. Señorita Barton esta es su casa, hija muéstrale los alrededores.

Me sentía algo molesta, pero a la vez muy sorprendida y confusa, esto me aclaraba ciertas cosas pero me mortificaba el hecho de que Barbara no me hubiera dicho nada y me hiciera pasar esa gran vergüenza.

  • ¿Por qué no me dijiste nada?

  • No creas que es no es difícil para mí, hasta me tocó cambiar de apellido y usar el de mi madre, tener al señor Havelock como padre y maestro no es nada divertido.

  • Bueno por lo mismo debiste decírmelo, me siento como una idiota. Pensara que no me importas, que no confías en mi y por eso no me lo contaste, que...

  • Ya paso mi PCR, no es para tanto, además fue su idea, él quería ver tu cara cuando supieras que te habías enamorado de su hija.

  • Ya veo de donde heredaste el humor negro y las bromas pesadas. Además él sabe todo lo de las dos, me da tanta vergüenza.

  • El es mi mejor amigo, todo se lo cuento, fue el quien me escucho llorar por ti los meses que estuvimos separadas y mi madre con sus abrazos de consuelo siempre estuvieron junto a mi.

  • Barbara, mi amor. Pero a ellos dos no les importa que la gente hable.

  • Para serte honesta a ellos les importa muy poco, desde que yo sea feliz, ellos son felices, soy yo la que me preocupo por su reputación, no quiero que usen mi sexualidad para herirlos. Tal vez fue ese uno de los motivos que en un principio no me dejaron estar bien contigo.

  • Y... ¿qué te hizo cambiar de opinión?

  • Mi padre me dijo que en este mundo no había nada más importante para el que verme sonreír y que si tú, Rachel Barton eras el motivo de mi alegría, que lo que el mundo dijera a favor o en contra importaría muy poco, porque lo que se lleva en el corazón siempre se quedara contigo.

  • Te amo Barbara y siempre me quedaré contigo.

  • Te amo mi PCR.

  • Ya me estoy acostumbrando a ese apodo, hace parte de mí. Por cierto, sí te pareces a tu padre.

El resto de la velada fue encantadora, hablamos por horas con los padres de Bárbara, me contaron algunas historias de cuando ella era pequeña, vimos algunas fotos y eso si que fue divertido, ver a la señorita Archer con frenos y pasadita de kilos, pero como siempre adorable. Pasamos la noche en casa de la familia Havelock.

Ese verano Bárbara y yo viajamos a Los Ángeles, era el turno de que ella conociera mis padres. Pasamos todas las vacaciones en casa, mi familia la adoró desde que la vio, no permitían que le hiciera falta nada, mi hermano menor, la llevaba a todas parte, mi madre le preparaba las mejores cenas y mi padre hablaba horas enteras de política con ella y miles de cosas más.

Regresamos para iniciar nuestro cuarto año, compramos un departamento no muy grande pero lo bastante amplio para las dos, con estilo moderno como nos encanta a las dos y decorado a nuestro gusto. Hicimos una pequeña fiesta de inauguración invitando a nuestros amigos y algunos conocidos. Entre ellos estaba Kasey, que después de todo pudo perdonar mi gran error y convertirse en una buena amiga. Ahora esta saliendo con una chica muy atractiva y esta muy feliz. Kevin se cambió para la universidad de Cambridge y así fue como pasó el cuarto año.

Hoy estamos acá, listas para empezar nuestro último año, preparadas para hacer la tesis juntas y empezar nuestras carreras profesionales. Bárbara esta dictando una de las cátedras en Antropología y yo estoy dictando una materia de Filosofía. Ya tenemos propuestas en Londres y otros países para trabajar en los museos, pero bueno eso puede esperar, primero lo primero, terminar la carrera.

Como les dije al principio, esta historia no se refería a mi, sino a las dos, a la mujer que amo y que me ama y esta sentada junto a mi leyendo todo lo que escribo.

  • Tienes que describir todo lo que hacemos.

  • Sip, de eso se trata una historia, la gente no quiere perder detalle.

  • Pero es necesario que escribas lo que decimos ahora mismo.

  • Si claro.

  • Mi PCR, deja de escribir lo que digo, no es chistoso.

  • Esto hace parte de nuestra historia.

  • Bueno, supongo que todos sabrán tu versión de la historia, que pasa con lo que yo pensaba en esos momentos, mi versión. Lo tengo, ¿Tú no sabes por qué fui a tu apartamento esa noche? Por cierto jamás te vi salir.

  • No me viste salir porque estabas dormida. Y... ¿Por qué estabas ahí esa noche?

  • No te lo voy a decir, eso hace parte de mi historia.

  • Bárbara dime por favor.

  • Nop ¿Cómo se llama este cuento?

  • Se llama "El proyecto" y no es un cuento, es una narración, o podría llamarse una novela erótica.

  • ¿El proyecto? ahhhhh entiendo, muy original, entonces mi parte se llamara "El proyecto"... Los pensamientos de la Señorita Archer.

  • Es muy largo y aburrido.

  • ¿Qué te parece?... La mente erótica de Babe... o... un sentimiento entre sábanas... o... simple, El proyecto dos.

  • Bárbara, no cambias, ya vámonos, no quiero llegar tarde a clase del señor Havelock.

  • Mierda es la clase de Havelock.

FIN