El Proxy (II)

Carlos y Cris ya han encontrado su Proxy. ¿Ahora que?

...

En cuanto llego a mi cuarto, leo un mensaje de Edu, lo envía a un grupo de whatsapp que ha creado, y del que formamos parte los tres.

“Ok. Acepto.”

El Proxy (II)

Joder… Ya está! Me tiro en mi cama despatarrada.

“Muchas gracias, Edu.” Escribo en el grupo, luego, dejo el móvil y cierro los ojos.

Lo que daría por masturbarme, por correrme… Mañana…. seguramente Mañana…

Seguramente mañana, ademàs Edu comenzará a ejercer sus ‘beneficios…

Su polla, com serà? no es  que sea ninguna experta, aunque parezca raro. En vivo solo he visto la de Carlos, y la de mi primer Ex. Mamadas, solo a Carlos, hasta ahora…

Ufff, ya estoy excitada otra vez, joder. Carlos, me excita la facilidad con la que lo ha dicho. Como si nada. ‘A por cierto, Cris te  la chupara cuando quieras…’

Debería ir a dormir… pero no puedo, mi cabeza no para, que pasara, como iràn las cosas…

En vez de pensar, mejor hacer algo productivo. Me desnudo y voy al baño, después de lavarme la boca, me doy una ducha, y luego, aprovechó para repasar y eliminar cualquier resto de vello que pueda tener por debajo del cuello.

Así es como le gusta, y a mi me pone, me hace sentir más expuesta si cabe. Cuando he acabado, vuelvo a mi  cuarto y me quedo frente al espejo, observando mi desnudez unos minutos. Lo único que llevo es mi collar.

Espero que le guste a Edu.

Me meto en la cama tal cual, no es lo habitual, pero a veces lo hago, me hace sentir… diferente…

El riesgo, se que mis padres o incluso mi hermano pueden aparecer por ahí. No pasaría nada malo, ya me han pillado desnuda por casa en más de una ocasión, pero eso no quita que sea, divertido.

Martes

A la puerta del Instituto veo que Edu me mira, le sonrío, pero no me acerco, en primer lugar, no he recibido confirmación de Carlos, en segundo lugar, no me parece correcto avanzar yo hacia el si que me haga una señal.

A la entrada, charlo con los chicos de siempre, me pregunto si mi nueva situación me hará dejarlos un poco de lado. Me sabe mal, pero supongo que Edu querrà que pase más tiempo con el.

De todos modos, no me quiero adelantar, así que trato de actuar con normalidad durante todo el dia.

“Mañana iremos al laboratorio, Grupos de 4 ir pensando con quien querèis trabajar.”

Eso complica las cosas. Los chicos, enseguida quieren que confirme que irè con ellos. No puedo, intento evitar dar una respuesta, pero es difícil, al final, casi tengo que cabrearme para que me dejen pensarlo durante un día.

Eso los deja de morros, así que me voy a almorzar sola. Edu no està en el bar. Me siento en una mesa, y tomo mi almuerzo.

Luego, a la vuelta, se me acercan otros grupitos de compañeros preguntándome si ya tengo grupo para las pràcticas. A  todos les digo lo mismo, que aún no sé qué hacer.

La tarde es más de lo mismo.

A la salida veo a Carlos en mi coche, Edu se acerca conmigo.

“Hoy vas detrás, Cris.” Me dice Carlos. Así lo hago, me siento en la parte de atrás y me pongo el cinturón, mientras Edu lo hace en el asiento de delante.

“Quítate las bragas.” Me ordena mientras arranca el coche.

Los dos miran al frente, mientras yo me meto las manos bajo mi falda y estiro las bragas hacia abajo,. luego, un pie tras otro y me quedo con ellas en la mano.

“Metete los dedos, pero nada de correrte.”

Los oigo hablar, parece que además del BDSM tienen otra cosa en común, los videojuegos.

Yo voy masturbándome, pero, caliente como estoy, sé que no podrè aguantar mucho, así que voy controlando la velocidad.

Parece  que vamos hacia mi casa, pero pasados unos 10 minutos, tomamos un desvio que no conozco.

“Dónde vamos?” Pregunto.

“A mi casa, allí estaremos tranquilos.” Comenta Edu, girándose, y poniendo sus ojos en mi entrepierna. Yo asiento, al tiempo q3ue me sonrojo más si cabe. El no hace ningún comentario y vuelve a charlar con Carlos.

5 minutos después, llegamos.

Es una casa bonita, la mía es más grande, y creo que mi barrio es mejor. De todos modos, no está nada mal.

Carlos Aparca, y salimos los tres del coche. Miro mis bragas, allí en el asiento trasero.

Edu abre la puerta, y nos dirigimos a la que, evidentemente es su habitación.

“Hijo único, y mis padres trabajan hasta tarde.” Comenta para justificar que no hay nadie  en la casa.

Entramos en su habitación, y enseguida se vé que es más friki de lo que pensaba.,

La habitación es grande, puedo contar dos ordenadores y algún portátil, varias consolas de videojuegos conectadas a un televisor bastante grande, en las paredes, posters, principalmente de chicas japonesas dibujadas con poquita ropa.

Pese a todo, el cuarto se ve limpio y ordenado.

Carlos cierra la puerta tras de nosotros.

“Sentémonos.” Dice Carlos, luego me mira a mi. Tu no, tu ahí, frente al televisor.” Luego continua hablando.

“Ayer Edu y yo estuvimos charlando hasta tarde, acordando algún que otro limite, y viendo algunas actividades para comenzar, pero creo que es hora de que vea realmente lo que le ofrezco, no te parece, Cris?”

A buen entendedor… Cojo mi top, y lo estiró por encima de mi cabeza. No hay mucho que quitar, es verano, y ya me he quitado las bragas en el coche.

Solo el sujetador, la falda, y mis zapatos. Comienzo por estos últimos, y luego, muevo las manos a mi espalda.

Edu no se pierde un detalle, tiene sus ojos clavados en mí, lo miro, trato de sonreír, pero estoy nerviosa, mientras desabrocho mi sujetador. Segundos más tarde, ya estoy con las tetas al aire, y bajando la cremallera de la falda.

Consciente de su atención dejo caer la falda al suelo y me quedo quieta. Luchando el instinto natural de cubrirme.

“Acércate.” Me ordena carlos, lo hago, avanzo, dejando mi ropa atras. Me quedo a menos de un metro de ellos, a su alcance.

“Qué te parece? esta buena,  verdad?” Le pregunta a Edu, quien no aparta la vista de mis tetas.

No son grandes, tampoco pequeñas, joder, a mi me gustan. Claro, de jovencita quería mas, pero ahora, ahora me parecen perfectas para el resto de mi.

“Adelante, tócala si  quieres, acostúmbrate.” Le anima Carlos. Yo me quedo quieta. Edu, su mano avanza hacia mi vientre, y hace contacto. Contengo la respiración mientras su mano sube, finalmente alcanza mi pecho, entonces, Mira a Carlos, luego a mi. Yo miro al frente tratando de permanecer ajena a todo.

“Voy a mear.” Oigo a Carlos, probablemente queriendo dejar a Edu un poco de aire. Sin esperar respuesta se marcha y nos deja a solas.

La mano de Edu sigue en mi pecho, sus dedos lo acarician suavemente, Entre la situación, y mi abstinencia, ya estoy mojada otra vez.

Pasa su pulgar sobre mi pezón, que a esas alturas está ya duro como una piedra, lo roza y finalmente sujeta entre su pulgar y indice. Yo me muerdo los labios para evitar gemir.

Aprieta lentamente, hasta que no aguanto mas y se me escapa un suspiro. Entonces lo suelta.

Se levanta, sus manos recorren  mi cuerpo, lo exploran, costados, cintura, mejillas, pechos, y espalda. Llega a mi culo, y lo masajea con fuerza, noto mis nalgas moverse a su merced.

“Abre las piernas, Cris, déjale que compruebe lo mojada que estás.” Joder, es Carlos, ni me he dado cuenta de que ha vuelto. Separo mis piernas levemente, y Edu, su mano, se mete entre ellas.

Noto su dedo entre mis labios, empujando suavemente. No me hace falta mucho más, se que si sigue, me acabaré corriendo.

Empuja un dedo dentro, y se me escapa otro suspiro.

Carlos, se ha acercado a mí, me gira la cara hacia el, y me besa en los labios.

“Edu, mejor siéntate. Cris, chupasela.”

Por un segundo parece que Edu vaya a protestar, pero en vez de ello, se sienta, se desabrocha el pantalón y lo baja hasta las rodillas. Yo me situo entre sus piernas.

Lo miro a los ojos, y mi mano alcanza su paquete. Parece grande… más de lo que había pensado. Masajeo su polla y huevos unos segundos, antes de finalmente bajar el calzoncillo.

“Joder Cris, vaya pollón te has agenciado!” Oigo a Carlos decir divertido. Edu se sonroja. Carlos tiene razon, es un pollón, más grande que el suyo. Lo sujeto por la base, mi lengua prueba la puntita.

Edu gime. Mi lengua se mueve, de la base a la punta varias veces, lentamente, dándole tiempo.

Bajo un poco la piel, y saboreo la cabeza, mi lengua se mueve sobre ella, y con cada movimiento, el gime mas y mas.

Tengo la sensación de que no va a durar. Rodeo su polla con mis labio, y avanzo, tragando centímetro tras centímetro.

Carlos está en silencio, en la habitación tan solo se escuchan los gemidos de Edu.

Tan solo tengo tiempo de algunos movimiento.

“M.. Me voy a…” Eso es todo, noto como se corre en mi boca. Es una buena cantidad, que, tras retenerla unos segundos me trago.

Es diferente, supongo que el esperma de cada uno es diferente. No está malo. Le pego un par de pasadas mar a la, ya morcillona polla. Cuando acabo, Carlos está sentado, despatarrado, y su polla esperándome.

Carlos no es como Edu, està acostumbrado. Ha cogido uno de los mandos de una videoconsola y insiste en que Edu y el jueguen una partida.

Le gusta tenerme allí, chupando y lamiendo, si ve que se va a correr, me aparta unos segundos antes de dejarme continuar.

Ellos van jugando, mientras yo se la chupo a Carlos.

“Quieres ver como se corre?” Le pregunta a Edu de sopetón. Este asiente, “Vale.”

Me aparta de su polla. “Allí , al lado de la tele.” Me ordena. voy, y me sitúo donde quiere aún de rodillas.

“Puedes correrte, pero avisanos antes.” Comienzo a acariciarme, no voy a tardar, eso lo tengo claro, estoy demasiado caliente. Tengo razón, un par de minutos después de haber comenzado, les aviso.

“E..Estoy lista…” Les digo.

“Aún no, espera que acabemos esta partida.”

Joder! Pienso, al menos esta vez no lo he dicho, aflojo, bueno, freno en seco, unos segundos, luego con un nuevo ritmo más pausado sigo tocándome, esta vez intentando mantenerme al borde.

La partida se acaba. Al parecer Edu ha ganado, ambos dejan los mandos.

“Vale. ahora”

En cuestión de segundos me corro, no puedo evitarlo, creo que se me escapa un gemido muy alto, por suerte estamos solos. El orgasmo es largo e intenso, incluso después, aún sigo follandome lentamente con mis dedos.

Ambos me miran.

Bueno Cris, a partir de hoy, de lunes a viernes, Edu tiene tu control. Llevarás un diario donde explicarás todo lo que sucede. Si veo algo que no me convence, lo hablaré con él, tu, solo tienes que obedecer, entendido?

“Si, Carlos.”

“Edu, si quieres otra mamada, tu mismo, si no, nos marcharemos.”

“Edu lo mira. No, estoy bien, mañana si eso…”

“Vale, pues Cris, vístete.”

Me visto, me despido de Edu y nos vamos.

“Que tal el pollón?” Me pregunta una vez en el coche.

“No se, no ha durado mucho…”

“Bueno, ya se irà acostumbrando, además, la chupas de miedo.”

“Gracias…”

Allí mismo, en la cuneta, se la chupo hasta que esta dura, y luego, me hace montar encima.

Esta vez sí que nos corremos  los dos.

“Tendràs que empezar a llevar un cepillo de dientes o algo, si vas a ir por ahí comiendo más pollas a parte de la mía.”

Me dice mientras conduce. No he caído, pero creo que no le ha hecho gracia besarme después de que me haya tragado la corrida de Edu.

“Lo haré…”

“Pero solo lo usaràs si me vas a ver  a mí después.”

“Asiento. Si, claro.”

Me deja en casa y coge su moto. Lo veo alejarse. Joder, al menos me he corrido.

El reto del dia lo paso con unos ánimos raros. Estoy contenta, pero nerviosa, no sé qué esperar de Edu. Desconozco los límites que pueden haber pactado, solo sé que lo he de obedecer.

Es cuando comienzo a escribir mi diario.

Miércoles.

Voy a clase, el tiempo aún es bueno, así que sigo en mi línea de tops y faldas. Lo reconozco, al principio no me entusiasmaron las faldas, pero es algo en lo que Carlos siempre ha insistido. Tener acceso rápido y fácil a mi sexo.

Me doy cuenta de que quizás edu tenga otros gustos, no sé si preguntarle, o simplemente esperar que me lo diga.

Llego a la puerta del insti, y a los pocos segundos ya están los chicos preguntándome por las practicas.

Veo a Edu, lo miro, como pidiendo que venga. No lo hace, al final, tengo que disculparme e ir yo a buscarlo. El, està con sus propios compañeros.

“Hola Edu.”

“Hola Cris.”

Llevamos más de una semana de clases y todos nos conocemos, al menos las caras. Sus dos compañeros me suenan, creo que uno se llama Alex, pero del otro, ni idea. Noto como los dos me echan un buen repaso mientras estoy allí de pie.

“Puedes hablar?” Le pregunto. El asiente. Nos apartamos un par de metros.

“Los chicos, no paran de insistir en que haga con ellos las prácticas del taller.”

“¿Y?”

Joder, que cortitos que son a veces, pienso, pero me muerdo la lengua.

“Que no se si quieres que vaya contigo o no.” Le aclaro, y el, parece pensar unos segundos.

“No, està bien, puedes ir con ellos, pero el rato del almuerzo es para mi, nos veremos en el bar.”

“Claro.” Le digo. Es raro, Carlos, a estas alturas ya me estaría metiendo mano de algún modo, supongo que Edu es diferente, o quizás necesite tiempo. De todos modos, sonrio.

“Hasta luego, pues.” Me despido, enseguida veo como sus dos compañeros se le acercan y comienzan lo que parece un interrogatorio.

Los chicos están contentos de que me apunte con ellos, pero un poco escamados de que haya ido a hablar con Edu antes de confirmar nada. No sé, son buenos chicos, pero los veo un poquito inmaduros.

Las primeras horas pasan rápido, luego, a la hora del almuerzo, me excuso de nuevo con los chicos para escaparme al Bar, Carlos ya está allí no entiendo como va tan rápido.

Pido mi almuerzo y me acerco a él.

“Espera, antes de sentarte, inclínate sobre la mesa.”

No sé lo que quiere, pero lo hago, me inclino lentamente, y veo que Edu no hace más que mirarme el escote.

“Vale, puedes sentarte. Los días de taller llevaràs algo más holgado, incluso una blusa puede servir, y no llevaràs sujetador.

Joder. No puedo evitar pensar, lo miro, y sé que lo dice en serio.

“Como tu digas, Edu.” De pronto estoy excitada. Es obvio lo que va a pasar, en el taller, tendré que inclinarme sobre la mesa para hacer cosas, cualquiera que esté frente a mi…

“Los chicos querían saber qué querías hablar conmigo.” Me comenta mientras toma un sorbo de su café, yo le doy un mordisco a mi vegetal.

“Que les has dicho?”

“Qué querías preguntarme una cosa sobre la clase de telecos de ayer.”

“No quieres que sepan que hago lo que tu me dices?” Le digo con mi voz más sensual. De algún modo, ha ganado seguridad en tan solo un dia. Algo en mí quiere averiguar si es fachada o si realmente…

“Aún no. Ves al baño y quítate el sujetador.”

“Esta mañana lo llevaba, sabrán que me lo he quitado…” Respondo, es más una pregunta, le estoy preguntando si está seguro.

“Te molestaba, verdad?”

“Si, claro, eso es.” Me sonrojo, me levanto y voy al baño.

Es uno de esos baños pequeñitos, me quito el top, y luego el sujetador. ‘mierda’, donde lo guardo?

No llevo nada en las manos. Me pongo el top de nuevo y me miro al espejo. Estoy excitada, y mis pezones han despertado. No creo que se vea nada por mucho que me incline, pero quien sabe, de todos modos, Edu se ha asegurado de que el próximo dia sea diferente.

Me sonrojo, trato de coger el sujetador de modo que no se vea lo que es, y voy a la mesa.

Edu  me sonríe. Tal como me siento, noto su mano en mi muslo. No me muevo, y noto como la acerca  a mi braguita.

“Carlos me dijo que fuera comprobando.” Me dice a modo de justificación, pero su mano aprieta la tela de la braguita contra mi sexo, y se queda allí unos segundos.

Yo estoy inmóvil. En el bar la mayoría son obreros, y pintores, están a la suya, pero no puedo evitar pensar que alguien nos está viendo.

Edu, finalmente saca los dedos, y los pasa por mi sandwich unas cuantas veces.

“Ves comiendo. no tenemos todo el dia.” Miro el bocadillo. ‘Que cabrón.” Pienso, pero estoy mojada a más no poder. Cojo el bocadillo, y ante su mirada, le doy un buen bocado. Justo la zona que él ha tocado.

“Buena chica.” Me dice mientras se toma su cafe. Aún no estoy segura de si es fachada, pero se le da bien.

La gente nos ve llegar juntos después del almuerzo, seguro que eso causa rumores.

No es si es paranoia, pero creo que todo el mundo me mira las tetas, mis pezones no ayudan, parece que hayan tomado viagra o algo, en clase las cosas no mejoran, no puedo quitarme del pensamiento lo que estoy haciendo.

Cuando llegan las pràcticas, vamos todos la laboratorio. Ahora estoy segura, me están mirando las tetas. Tratan de disimular, pero lo hacen.

Nos situamos en unas mesas alargadas, con equipo y herramientas,   de acuerdo a los grupos que hemos formado.

Tenemos unos taburetes, así  que nos sentamos mientras el profesor explica la teoría.

Poco a poco me voy relajando, luego, cuando nos entrega unas pràcticas para hacer hasta el final de la clase, me pongo nerviosa de nuevo.

Me he de mover, estamos un poco apretujados contra la mesa. Tratando de poder ver todos los resultados que la maquinita va mostrando. Los roces son inevitables, y mis pezones lo notan de nuevo.

Cuando el profesor viene a preguntarnos cómo vamos, casi me muero de vergüenza, sus ojos se clavan en mis tetas durante segundos. No dice nada y al poco aparta la vista. Que va a decir?

Supongo que me acostumbrarè. Hay chicas que van así todo el dia y no pasa nada.

En mi caso, creo que es más la situación, el saber que lo estoy haciendo porque me lo ordenan, porque quieren que me exhiba, y eso me pone.

Si lo hiciera por un tema de comodidad simplemente, estoy segura de que no me afectaría tanto.

Cuando acaba la clase, pese a estar algo mejor, aún llevo un buen calentón. El hecho de haber captado tanta atención visual durante la última hora y media, no ayuda a calmarme.

Por suerte queda poco, una hora después estoy saliendo por la puerta y buscando a Carlos con la mirada.

Allí está, en su moto. En cuanto me ve me mira las tetas con descaro.

“Si que te alegras de verme, Cris.” Me dice al tiempo que me planta un beso en los morros. Su mano se apodera de mi culo.

“Vámonos.”

Edu no está por ahí, no puedo ni despedirme de él, así que me pongo el casco y salimos zumbando de allí.

Nos vamos a un motelito que hay algo apartado de todo. Las habitaciones son cutrillas, pero baratas, y por horas. Es nuestro rinconcito.

Una vez en la habitación, me desnudo para el, le bajo los pantalones y preparo su polla.

Un par de minutos después, ya estamos follando.

Se lo que pensáis, eso no es bdsm…. Bueno, va a gustos.

Para mí, sentirme poseida, lo es, seguir sus instrucciones lo es, no hace falta que me castigue o que me ate, soy suya sin eso, pero si quiere, y a veces quiere, sabe que lo puede hacer.

Además, ya lo he dicho antes, nos queremos, y creo  que los dos llevamos una buena temporada de calentón. Así que una buena sesión de sexo es justo lo que nos hace falta.

Una vez tranquilos nos quedamos allí, desnudos, charlando mientras nos masturbamos mutuamente, seguramente follaremos más antes de irnos, pero no hay prisa.

Me pregunta por mi dia, cuando le explico lo que me ha ordenado Edu, por su reacción, me parece claro que ya lo sabía. Supongo que están en contacto.

Por un lado me molesta el hecho de que hablen a mis espaldas… un poco. Por otro lado… Me gusta, que ambos hablen y se pongan de acuerdo por mi. Es halagador.

Lo dicho, antes de marcharnos echamos un último polvo y esa noche duermo como un bebé.

Jueves

Hasta el viernes no volvemos a ir al laboratorio, de modo que, con sujetador, me dirijo tranquilamente la instituto.

Edu ya está allí, y dudo si ir a saludarlo o no. Lo miro, y sé que sabe que estoy allí, espero una señal, pero nada. Al final, acabo charlando con mis compis antes de entrar a clase.

Nada de importancia durante las primeras horas, bueno, descubro que el tema de programar, quizàs no se me de mal despues de todo, de algún modo, veo la lógica y me gusta.

A la hora del almuerzo, aunque Edu no me ha dicho nada, me dirijo sola al Bar. A mis compis  les he dicho que me esta ayudando con algunas clases, ellos se ofrecen también, y les digo que quizás más adelante.

Llego al bar, y allí está. Me sonríe, y voy a pedir a la barra.

El hombre ya lo tiene pràctiamente listo, así que en un momento, me siento.

Nos pasamos 40 minutos hablando, el me pregunta un montón de cosas, algunas muy íntimas, como mi historial sexual, o cuando me suele venir el periodo, otras, parecen triviales, como las películos y libros que me gustan.

Supongo que es bueno que nos conozcamos un poco mejor

No me toca en todo el rato, tan solo charlamos, eso sí, me ordena que a partir del dia siguiente, llegue al instituto 20 minutos antes.

No sé porqué, pero de nuevo, debo obedecer, y me gusta hacerlo. Así que le digo que lo harè.

Poco después volvemos a clases.

A la Salida, està Carlos, esta vez con el coche, así que directamente voy a sentarme detrás mientras Edu lo hace delante.

Cualquiera que nos vea pensaría que somos tres amigos. Supongo que lo somos, que podríamos serlo.

Edu es más tímido que nosotros dos, pero es listo, un buen tío, y comparte gustos con Carlos, así que, no es difícil.

Llegamos de nuevo a su casa, y ya en su cuarto, enseguida me quedo desnuda.

Edu, algo más suelto se pasa un buen rato examinando, tocando cada  centímetro de mi cuerpo. Suelto un respingo que hace reir a Carlos cuando me introduce un dedo en mi sexo.

Luego, lentamente comienza un vaivén. Su otra mano se dirige a mi pecho, más concretamente mi pezón, lo aprieta y estira hasta que me hace jadear, en una mezcla de dolor y placer.

No soy masoquista, el dolor no es lo mío, al menos no mucho, pero que jueguen con tu cuerpo de ese modo….

Su mano abandona finalmente mi coño y Edu la dirige a su nariz, la huele por unos segundos.

“Ponte a cuatro patas.” Me susurra, Carlos nos mira, lo miro, pero no hace ningún movimiento, obedezco, mientras edu se sienta en el sofá. Lo veo mirar a su alrededor, duda por un momento, pero se baja los pantalones y saca su polla.

“Ven.”

Se lo que hay que hacer, y comienzo. Pero Edu enseguida me frena, tan solo me hace envolver su polla con mi boca. Supongo que quiere aguantar más, es de esperar.

Lo que no es de esperar, es que carlos se levanta, y se pone tras de mi.

“Au!” Protesto cuando me da un azote. Edu me sujeta del pelo, e impide que me4 aparte mucho, Carlos me azota el culo tres o cuatro veces más. Entonces, noto su polla en mi entrada.

Joder… me va a follar… Pienso, y sé que mi sexo esta chorreando, Carlos me la mete lentamente mientras Edu sigue con su polla en mi boca. No deja que se la chupe, tan solo la mantiene allí. Me mantiene el pelo lejos de mi rara y me mira.  Me observa, al tiempo que carlos va aumentando el ritmo.

Cada vez es más difícil evitar que el movimiento de Carlos alcance a Edu, este último lo nota, y decide liberarme.

Es entonces cuando todo se acelera. Cada vez que carlos empuja, noto la polla de Edu alcanzar el fondo de mi boca, luego, cuando Carlos va hacia atrás, noto que mi boca se libera.

Edu se corre al poco rato, pero su polla no llega ni a ablandarse, Yo me corro al poco rato, y Carlos, es el último…

Cuando sale de mi, aún no me lo puedo creer, mi primer trio.. y ha sido brutal. Me doy la vuelta, y le chupo la polla a Carlos un rato, entonces noto que Edu me da una palmada en el Culo.

“Joder…” Suelta finalmente. De pronto, no se porque los tres nos reímos, quizás se ha liberado tensión, quizás.. no sé, es difícil de comprenderlo. Lo que sé, es que ni siquiera se tapan.

Nos ponemos los tres a jugar por turnos a la consola. Ellos aún con sus pollas al aire, y yo desnudita, salvo por mi collar.

Aún echamos otro polvo antes de que Edu nos diga que sus padres pueden llegar en cualquier momento.

“No te malacostumbres, vale? Estos días son.. especiales.” Me advierte Carlos una vez en el coche.

“Habíais pactado esto también?” Le pregunto con curiosidad.

“Había surgido el tema, pero… no dijimos que sería hoy, simplemente… nos hemos soltado?”

“Ya te digo…”

““Deberíais haber dejado que me diera una ducha.”

Vamos hablando mientras trato de arreglarme un poco. Supongo que mi familia ya estarà en casa , aunque espero que no a la mesa.

“Me gusta que huelas a sexo.”

“Guarro!”

“Guarra!”

Ya en casa he tenido suerte y puedo escaparme al baño antes que de acercarme a nadie. Logro estudiar un poco y aparezco a la hora de la cena ya con mi pijama.

A veces, mientras cenamos, me pregunto qué dirían si supieran más sobre mi vida. A ver, tampoco es tanto, mucha gente a mi edad tiene sexo, incluso mucho antes. Pero.. Si supieran que acabo de tener mi primer trío, que un tío me ha follado a lo perrito mientras yo le comía la polla a otro.

‘Joder.. otra vez!’ Pienso sorprendida, mientras, de modo instintivo llevo la mano a mi entrepierna.

‘A ver si voy a ser ninfo…’

Ante de dormir, me preparo la ropa del día siguiente. Una blusa, tal y como Edu me dijo. Busco una que no transparente y que quede holgada, abajo,una falda, más larguita y rígida de lo normal, aunque no mucho. El calzado, unas braguitas… y ya está.

Viernes

La mañana es rara, en primer lugar, me encuentro a mi padre aún en casa. Esos 20 minutos que he de llegar antes marcan la diferencia. Por suerte aún voy en pijama, así que no ve mi modelito del insti.

Me pregunta porque voy tan temprano, le digo que los primeros días he ido un pelín justa de tiempo.

No duda de mí. No me puedo quejar de mis padres, si tan solo dejaran de intentar dirigir mi destino…

Después de arreglarme y vestirme, voy al instituto. Tengo la suerte de que haya un autobus muy cerca de mi casa que me deja a la puerta del instituto.

Lo prefiero a conducir, en el bus puedo relajarme, leer, escuchar música, o tan solo mirar el paisaje. Ademàs, no va muy lleno, por lo que es bastante agradable.

Cuando llego, al contrario de como es habitual, no hay nadie todavía. Miro el reloj, y veo que aún es pronto. Tan preocupada por no llegar tarde, he llegado 10 minutos antes de lo necesario.

Veo un coche aproximarse, lo conduce un hombre mayor. Se detiene, y veo que baja Edu del mismo. Me saluda y se dirige hacia mi mientras el coche se aleja.

Me da dos besos, y se me queda mirando.

“Buenos dias.” Le saludo. El me sonrie. “Buenos dias, sigueme.” Me dice mientras se pone a caminar.

Damos la vuelta al instituto. La parte de atràs da a un callejón más estrecho, allí, frente a una puertecilla, se saca la polla. “No tenemos mucho tiempo.”

Joder, no me lo creo, y eso que parecía tímido. Me arrodillo frente a el. Noto  su mirada. Sus manos alcanzan mi blusa y desabrochan un par de botones. “Mejor así.”

Comienzo mi mamada. Estoy nerviosa, sé que al otro lado del edificio, la gente se acomula, se están reuniendo, incluso la puertecita en la que estamos. Creo que da a las cocinas del insti, si alguien saliera o entrara…

Edu me sujeta por el pelo, pero me deja hacer. Uso toda mi boca, mi lengua y mis labios recorren su polla una y otra vez, cuando su cuerpo se tensa, se que se va a correr, y me preparo.

Suelta un gruñido, mientras lo hace en mi boca, noto su semen y lo trago, luego, sigo chupando unos segundos más hasta que su polla pierde su dureza.

Joder, ahora si que ire a gustito a clase.

Su mano se introduce en mi blusa y alcanza mis pechos, uno tras otro, juguetea con mis pezones. Miro hacia abajo, incluso yo, puedo verme las tetas. Me estremezco pensando en lo holgada que queda la blusa sin esos botones.

“Vamos” Me dice tras un minuto o dos de juguetear. Yo ya estoy caliente otra vez, tanto por habérsela chupado tan cerca del instituto, como por imaginar las reacciones a mi blusa.

Me arreglo un poco la ropa, y uso mi móvil para comprobar mi pelo, tras ello, los dos nos dirigimos a la puerta del instituto.

Allí, sus amigos ya han llegado, de mis compañeros, aún no se sabe nada.

“Hola chicos, todos conocéis a Cris, verdad?” Comienza  Edu, todos me repasan de arriba abajo por un momento antes de comenzar con las presentaciones y los besos.

Me tira un poco para atrás, Aún tengo el sabor de la corrida de Edu en mi boca, y si se dan cuenta?

Parece que no. Me preguntan como lo llevo, los estudios supongo, creo que Edu les dijo que me estaba ayudando. Les digo que bien. De vez en cuando noto sus ojos a la altura de mis pechos.

No ayuda, cuanto más pienso que ven, más me excito, cuanto más me excito, mas deben poder ver.

A medida que llegan, mis tres compis se acercan, de modo que cuando suena el timbre, ya estoy rodeada por ambos grupos.

Va a ser un día durillo.

Las clases hasta la hora del almuerzo estoy paranoica total. Se me notan los pezones?, se me ve algo?

Se que parece algo exagerado, quizás lo sea, pero no puedo evitarlo.

A la hora del almuerzo, como de costumbre Edu me espera en el Bar, pido lo mío y me siento a su lado. Inmediatamente su mano se planta en mi sexo.

“Has estado nerviosa toda la mañana.” Me dice, mientras aparta mi braguita y comienza a acariciar mi carne.

Me sonrojo y miro a los lados, parece que nadie nos presta atención.

Su otra mano, sobre la mesa, me desabroche un tercer botón. Joder… eso es demasiado… ahora si que se ve media teta. Me sonríe, e introduce de golpe un dedo en mi.

“Uh!” Suelto de golpe. Espero que en voz no muy alta.  Miro abajo, y puedo ver claramente uno de mis pechos, el pezón duro como una piedra.

“Edu… es... “ Comienzo, pero un segundo dedo me hace callar.

“Deberías comer, el tiempo pasa.” Me recomienda, a la vez que sus dedos se mueven y juguetean en mi interior.

Noto que el bar está algo más silencioso. Tengo miedo de mirar alrededor. Nos están viendo?

“Tienes unas tetas preciosas.” Me dice, causando que aún me sonroje más. Joder, me está masturbando en un bar?

Aprieto los dientes y trato de evitar gemir. En mi imaginación todo el mundo está ya observándonos, no lo se, tengo los ojos entrecerrados, y la mirada baja.

“E..Edu.. V..” Sus dedos salen de mí, noto como pone la pieza de tela en su sitio, y su mano vuelve a la mesa. Joder, puedo ver la humedad en sus dedos.

Estoy tan nerviosa, que ni siquiera me siento frustrada por no poder correrme.

Esos dedos que se aproximan, cogen mi pezon, y lo aprietan. No mucho, pero más que suficiente para recordarme que está al aire. Nada lo cubre, estoy en un bar con las tetas a la vista. “Abrocha este.” Me dice, y da un tironcito al tercer botón, ese que ha desabrochado el mismo minutos antes.

¿O han sido segundos?

Abrocho el botón, y me da un respiro, lentamente, de nuevo, no se si es mi imaginación, las voces vuelven a su volumen normal, soy incapaz de mirar a mi alrededor, tan solo puedo mirar a Edu, que me mira sonriente.

“Tu almuerzo… Y bebe algo, has perdido muchos líquidos.” Me recuerda, mientras toma un sorbo de su café. Me dice con sorna, limpiando sus dedos con una servilleta.

Tomo mi almuerzo en silencio, él tampoco habla, me observa, su mirada me pone un poco nerviosa, pero no le digo nada. Aún sigo excitada y nerviosa, el miedo pasa a tercer lugar.

Volvemos a clase y vamos directos al laboratorio, en nuestros taburetes, como de costumbre, escuchamos primero la teoría, y luego hacemos los ejercicios pràcticos.

Para soldar, he de inclinarme sobre la mesa, para tomar notas o anotar las respuestas, también. Cada vez, soy consciente de que, si alguien mira puede verme las tetas.

El profesor va dando vueltas y atendiendo dudas, se que estoy roja como un tomate, ya he notado que mis compañeros me han lanzado algunas miradas al escote, incluso en alguna ocasión han dado  la vuelta a la mesa situándose frente a mi.

Yo lo ignoro, creo que es parte del juego, está bien, que miren, pero es el profesor el  que me da miedo. Cada vez que me mira, me parece que me va a llamar la atención.

No lo hace, se que un par de veces me ha visto, pero  ha actuado con profesionalidad apartando la mirada. Me tranquiliza, al tiempo que me hace sentir culpable.

¿Lo estoy provocando?

Uno de los chicos está detrás de mí, noto su paquete en mi culo. Esta bien, no hay mucho espacio, un roce involuntario, pienso. En un rato se mueve, y continuamos trabajando.

Cuando suena el timbre no puedo evitar suspirar, estoy histérica, pero nada me gustaría más que ir al baño y masturbarme hasta correrme. Me doy cuenta de que llevo la mayor parte de la mañana en ese permanente estado  de excitación.

Miro a Edu, quien me devuelve una sonrisa de oreja a oreja. Se lo está pasando teta el muy cabrón. Creo que hasta yo sonrío.

Después del taller, el resto del día parece más fácil. Si, aún se me puede ver todo hasta el ombligo si pillas el ángulo adecuado, pero.... estoy más quieta, en una posición más normal.

A la salida me espera Carlos en la moto. Tal y como me acerco, estira de mi blusa y mira bajo ella. “Joder, vas empitonada…” Me dice con sorna. Yo me rio, pero tambien me sonrojo.

“Entiendo que te has divertido?” Me pregunta.

“No se si he prestado yo mucha atención…”

Me da una sonora palmada en el culo que hace que me dé la vuelta asustada. Joder… algunos chidos nos miran.

Carlos me da mi casco, montamos en la moto y desaparecemos del Insti hasta el lunes.