El Proxy (I)

Una joven pareja se encuentra en una encrucijada. Obligados a separarse por un tiempo, temen que su relación se enfríe. Entonces, dan con una solución, un proxy. Alguien que ejerza el rol de el durante su ausencia. Pero... funcionara?

El Proxy (I)

Papa y mamà están como una moto, pero tengo 18 años, y puedo hacer lo que me dé la gana.

No son capaces de entender mis motivos, porque, en vez de ir a la universidad, como mi hermano, me quiero conformar con unos ciclos.

Han pasado por varias fases, ya, me han castigado, amenazado, intentado sobornar…

Nada les ha funcionado, y creo que eso es lo peor, claro, para ellos, acostumbrados a solucionarlo todo con la tarjeta de crédito, de golpe, se encuentran algo con lo que no pueden.

Que van a hacer, matricularme en contra de mi opinión? saben que no haré nada, suspenderé una vez tras otra, y al final, una pérdida de tiempo y dinero.

Pero creo que lo que les saca de quicio es mi elección de estudios, Administración de sistemas informáticos.

Les revienta, en una familia de abogados, economistas y empresarios. Una informática, y para colmo, no de carrera, sino de ciclo? Uffff, eso es lo que mas humillante les resulta.

Y yo? porque realmente quiero estudiar eso, allí?

Bueno, la academia a la que iré no es la que me gustaría, no es la que habíamos hablado, pero…. en algo había que ceder.

El cambio me costó una buena azotaina, y no de las que acaban en orgasmo, sino de las que acaban con el culo dolorido y lágrimas en los ojos.

Tanto esfuerzo, y él no esta contento, claro que  no. La academia a la que iré, no es ni por asomo algo que él se pueda permitir.

Todos nuestros planes a la mierda…

Quién es él?

Él es mi Amo, my dueño, mi único amor. Nos conocimos hace 3 años, desde entonces he sido suya, con él he dejado de ser virgen, con el he madurado, y  por él, he sido moldeada.

Los estudios debían de ser el modo de seguir juntos, al menos unos años más, después, ya se vería, quizás universidad mientras el trabajaba cerca… pero este instituto… lo cambia todo.

El verano ha sido una mierda, lo hemos pasado de viaje por estados unidos, mi hermano, mis padres y yo. Sin él.

Hemos estado en contacto, claro, hemos jugado un poco, me ha puesto deberes, todas esas cosas, pero no es lo mismo. El contacto físico, las miradas, nada se puede comparar, y es ahí donde radica el problema.

Después de las  vacaciones, al final nos podemos ver. Estamos en su habitación, yo desnuda, como de costumbre, chupándosela.

Poco más podemos hacer con sus padres al otro lado de la pared. Una pared de esas que parecen de papel.

“Necesitamos un proxy.” Me dice. Yo le miro por un segundo, él empuja mi cabeza hacia abajo haciendo que trague aún más.

“Un proxy, alguien que sea mis manos, mi polla, durante la semana, que te mantenga bajo control, que te mantenga ocupada, y que se encargue de todo.

“ug ug.” Trato de sentir con mi boca llena.

“Alguien a quien yo pueda controlar, o en quien yo pueda confiar, lo que sea más fácil.”

Segundos después se corre en mi boca. Luego, nos quedamos ambos pensativos.

“Si.. pero quién.”

Y así llegamos al primer día de estudios.

El, comienza los suyos un par de semanas más tarde. Como trabaja en el taller de su padre, tendrà que estudiar en horario nocturno.

Así, que, pese a que es un palo de viaje para él, hemos quedado en vernos por las tardes hasta que él no pueda. Luego… ya veremos.

Aún hace buen tiempo, de modo que para el primer dia he elegido un top rosa claro con un sujetador blanco, y una falda corta, floreada y en los mismos tonos. Luego  unas sandalias con el tacón justo para realzar un poquito las piernas.

A la entrada, me doy cuenta de que voy a ser una de las pocas chicas del centro. Casi todo son titulaciones técnicas, así que cuento unas 10 chicas en total, y cerca de unos 200 chicos.

Noto las miradas, no solo a mí, claro, todas las chicas reciben su parte, pero me doy cuenta de que soy la que viene más escueta de ropa.

Para cuando abren las puertas, unos 8 chicos se me han acercado, no es que los haya ignorado, pero con una sonrisa, les he dejado claro que por el momento no hay nada que hacer.

De momento, primero he de reconocer el terreno.

Nos llevan a un salón de actos donde hacen las presentaciones, y luego, entramos a una de las aulas.

Allí me doy cuenta que soy la única chica de la clase.

El primer dia, es… normal…

Quiero decir que cada profesor pasa más rato explicando sobre que irà la asignatura que realmente dándonos ninguna información.

A la hora del almuerzo, me escabullo un poco hacia un bar cercano. Veo que la mayoría lleva bocadillos, y yo, no llevo nada. Busco uno que me parezca decente y almuerzo algo mientras pienso.

Esta va a ser mi rutina durante al menos, los próximos 9 meses. un curso entero, luego, decidirè si continúo o me rindo ante la presión familiar.

A ver, porque almuerzo sola? No soy tímida, vale? pero quizás llevo demasiado tiempo ocultando cosas, siempre estoy con miedo de que alguien que no debe descubra mi naturaleza, mi realidad. Inconscientemente, mientras pienso, mis dedos juegan con mi collar.

Es precioso, discreto,bonito, blanco. Conjunta más o menos con todo lo que quiera, además, al ser finito, parece un complemento normal.

Solo yo y él, sabemos lo que significa.

Después del almuerzo, y de camino a clase, se me acerca un grupo de tres chicos, parecen majos, así a la siguiente hora me siento cerca.

El primer día transcurre sin nada que detallar, a la salida me espera Carlos. El, Mi Amo, llamarlo como queràis, para mí es único, independientemente del nombre.

Me espera en mi coche. Lo prefiere a mi moto, dice que le da más juego. A mi me lo regalaron hace un par de meses, por mi 18 cumpleaños.  Pero igual que yo, mi coche es suyo.

Lo veo observarme mientras me despido de los tres chicos con los que me he sentado las últimas tres hora. En cuanto me siento, me planta un morreo en la boca.

“Alguien válido?” Me pregunta.

“No lo sé, aún no los he conocido a todos… no sé ni que buscar, Carlos…”

“Me encontrastes a mí, cierto?”

“Nos encontramos... “

“Quizás habrá de dar alguna pista y ver quien reacciona” Me dice, su mano se ha metido entre mis piernas, alcanza mi sexo, y lo acaricia. Yo miro por la ventana acojonada.

Aún está saliendo gente de sus clases. Lo miro, estoy tentada de decirle que pare, pero no. En lugar de eso cierro los ojos y me dejo hacer.

“Alguna pista?” Preguntó al fin, mientras me folla lentamente. No me responde.

Ha apartado mi braguita lo suficiente, y tiene dos dedos dentro de mí mientras su pulgar juguetea en las cercanías.

“E.. Estamos llamando la atención.” Le digo al fin, no se si nos miran, pero los oigo, oigo a gente cerca, demasiado cerca, finalmente abro los ojos.

Carlos saca los dedos de mi y los pone en mis labios.

“Pon primera.” Me ordena, lo hago, pongo la primera en el coche, y al tiempo que el arranca, comienzo a chupar y limpiar sus dedos.

“Mañana llevaràs el triskel que te regalé.” Me dice.

El triskel es un símbolo asociado típicamente al mundo BDSM, aunque si no lo conoces, es tan solo un simbolo celta. Hay muchas variaciones, y un montón de gente lo lleva, sin saber como se puede interpretar.

Sea como sea. Carlos, me regaló una chapita con ese símbolo y sus iniciales, es bonita, el dibujo es una pieza de plata, y sus iniciales están grabadas sobre el negro.

Me lo regaló a los tres meses de estar juntos, aún no me había ganado mi collar y ambos eramos muy novatos. En aquel entonces me dió miedo llevarlo y luego, con el collar, ya me parecía redundante.

Lo entiendo. Más o menos, al llevarlo, si alguien lo reconoce, si alguien reacciona, sabremos que le interesa el tema mínimamente. Ahora, ¿Que tipo de reacción esperar?

El coche se detiene a unos cientos de metros de mi casa, apartado a un lado de la calle.

Allí, hace que me monte sobre el.

“No te corras, ni lo pienses. Nada, al menos, hasta que encontremos a alguien.”

“Joder, de verdad?”  Le suelto de golpe, el me mira.

“Lo siento…” Me disculpo, el me sigue mirando. “Baja, nos vemos mañana a la salida. Y piensa en lo que has hecho.”

Se que para él también es un castigo, interrumpir el polvo así como así, pero lo hace por mi, la he cagado…

“Si, claro, Lo siento…”

Antes de irse me da un beso, como indicando que està enfadado, pero que aún me quiere.

Creo que esa es la base de nuestra relación. Nos queremos.

En mi casa, como de costumbre, solo está Marina, una cocinera barra limpiadora. Ella se encarga de todo. A esa hora está en la cocina.

Me pregunta cómo ha ido mi primer dia, le digo que bien, le doy un beso en la mejilla y subo a mi cuarto. Tengo que pensar.

Por la mañana cogo el bus. Nunca me he sentido cómoda conduciendo. Además, si Carlos me pasa a buscar, luego sería un lío. Es mejor que pase él con su moto y coja el coche si quiere.

A mis padres no les importa, no se preocupan mucho de cosas como en qué medio voy a clases.

Directamente me siento con los tres chicos que conocí ayer. Visto más o menos igual. Una falda, pero esta vez, encima, llevo una camiseta de tirantes.

Me ha costado un poco decidirme, pero quería algo que mostrara bien el triskel que llevo colgando de mi collar.

Estoy un pelín nerviosa, no mucho, se que las posibilidades de que alguien lo reconozca, lo relaciones y saque alguna conclusión son muy pocas.

Voy conociendo mejor a los chicos, y también al resto de la clase. El segundo dia ya hay algunos grupos formados. Mi grupo son esos tres. Major, un pelín frikis, pero parecen serios con sus estudios. Eso siempre va bien.

Carlos siempre fue un poco desastre, y ello no me ayudó con las notas. Al final lo saqué todo, y con nota, pero costó más de lo que debiera.

Durante el dia, aprovecho ratitos para pensar en lo que hice.

Es difícil hacerlo, al menos, sin masturbarme. Quiero decir que pensar en que me he portado mal me hace pensar en que le pertenezco, en que él es mi Amo, mi dueño. Y me excita. Joder si me excita.

A la hora del almuerzo, estoy ya segura de que mis bragas están mojadas. He de controlarme. Nada de correrme, nada de masturbarme, no hasta que encuentre a alguien.

Todo sería más fácil si alguien de la clase reaccionara de algún modo.

Nada… El dia pasa, y no pasa nada, ninguna mirada más allá de lo habitual.

El me espera, esta vez en su moto. Está de pie ante la misma. Me besa, su mano llega hasta mi culo y lo masajea unos segundos, luego, se separa de mi.

“Algo?”

Niego con la cabeza. Él mira alrededor, y da unos golpecitos en el asiento de su moto, una señal para que me apoye a su lado.

Nos quedamos ahí, viendo a la gente salir del instituto, el, me pregunta de vez en cuando si conozco a tal o a cual. Cada vez, un calambre sacude mi cuerpo, el pensar que en algún momento futuro podría estar bajo las órdenes que esos desconocidos…

Se gira, y su mano se mueve hasta mi collar. Sus dedos sujetan el colgante.

“Te queda bien, sigue llevándolo hasta nueva orden.” Me dice, mientras le da algún suave tironcito.

“Vamos, necesito que me la comas ya.”

Primer viernes.

Yo estoy ya como el pico de una plancha, no me voy rozando contra las esquinas  porque estaría feo.

Joder, una está acostumbrada a correrse con frecuencia, por un motivo u otro, es raro que pasen un par de días.

Llevo 5…  Y comienzo a sospechar que la cosa va para largo.

Carlos dejarà de poder venir con tanta frecuencia, eso quiere decir que cualquier cosa que tenga que pasar, será lenta…

Creo que hasta el se da cuenta de que la cagó, quizás pienso que sería más rápido, pero desde el momento en que dijo que no me correría hasta encontrar al proxy… nos condenó a ambos. Ahora tiene que cumplir, yo lo sé, él lo sabe…

Me decepcionaría como Amo si cambiara de opinión.

“Y ese?” Me pregunta. Ya es costumbre el quedarnos ahí de pie, observando posibles sujetos.

El chico al que me señala está con otro grupito, bueno con otro par de chicos.

Veo que me está mirando, pero en cuanto le devuelvo la mirada, aparta la cara, de todos modos, se queda ahí. Parece que habla con sus compañeros, pero de pronto, tengo la sensación de que me sigue observando.

Entonces, también caigo, en la cafetería, yo sigo yendo allí, al menos a buscar un bocadillo, no me había fijado, pero desde ese segundo día, también estaba allí.

“No sé… Creo que me ha estado vigilando?” Digo dudosa.

“Joder Cris, ya te vale… podrías haberlo dicho antes, no?”

Me sonrojo. “N.. No me había fijado.. hasta ahora, lo siento.”

“Aww.”De golpe, noto un azote en mi culo. Miro alrededor, no parece que nadie lo haya visto, nadie salvo ese chico. Joder… Ahora me sigue mirando.

“Qué quieres hacer?”

“El lunes hablale, montatelo para poder charlar a solas, a ver que hace.”

Miro a Carlos. “¿Me estas diciendo que me quede a solas con un chico que probablemente me ha estado espiando y al que no conocemos de nada?”

“Si alguien corre peligro es el, Cris… no lo asustes…” Me suelta con una sonrisa.

“Vamos.”

Los viernes solemos salir un rato.

Algún local y unas copas con nuestros amigos del instituto. No saben nada de el tipo de relación que tenemos, al menos, yo creo que no lo saben.

Piensan en nosotros como en una pareja normalita, lo cual, por un lado es una lata, ya que nos limita mucho los juegos, por otro lado. Está bien. Es un momento para salir un poco de nuestros roles.

Mis padres me permiten salir, después de todo, con 18 años, poco pueden hacer, pero eso sí… a las dos en casa. A veces, como excepción puedo alargar un poco, pero con el ambientillo que hay en casa últimamente, tampoco quiero presionar.

Además, carlos Trabaja los sábados, el domingo es el único día que libra, así que, el domingo nos veremos.

He dicho que voy caliente… joder…

Es lunes, y estoy atenta al chico. Estoy segura, me observa. A la hora del almuerzo le digo a los chicos que ese dia almorzaré sola, que no me esperen. Entonces voy al bar.

No falla, allí está, en una mesa. Voy a la barra, pido mi sandwich vegetal, un zumo y me acerco.

A medida que me acerco, noto que se pone nervioso.

“Está ocupada?”

“N.. No.. Hola..”

“Hola, Soy Cris.” Saludo mientras me siento. El me mira por un segundo.

“Edu…”

“Encantada, Edu. Sabes, no me había fijado en que almorzaras aquí, no hasta el viernes.”

Lo veo con un café en la mesa, realmente no es un almuerzo.

“Tus compañeros?” Pregunto.

“No vienen nunca.”

Joder, no se si es porque es tímido, o porque lo he pillado infraganti, pero parece acojonado.

“Estás bien?” Pregunto. Sé la respuesta, pero he de ganar tiempo mientras pienso.

“Eh, si si. perdona... “

“Te gustaría jugar a un juego?” Le pregunto al fin, algo se me ha ocurrido.

“Un juego? depende…”

“Es sencillo, preguntas y respuestas, ayuda a que la gente se conozca mejor.”

“Porque quieres conocerme?”

“No sé, no te gustaría conocerme un poco? a lo mejor valgo la pena.”

“No quería decir eso, perdona, vale.. juguemos, pero no queda mucho tiempo.”

“Seguro que para un par de preguntas al menos tenemos.” El asiente.

“Quieres preguntar tu primero?” Sacude la cabeza.

Me levanto, voy a la barra, le pido al camarero un papel y un boli y vuelvo. En el papel dibujo el triskel, el mismo que llevo al cuello.

“Que te viene a la mente cuando ves esto?”

Se sonroja. Bingo! lo sabe. Lo miro bien, bueno, es tímido, pero en clase parece serio, tiene amigos, es un pelín friki, pero no lo parece demasiado, además, sería un proxy, no es que vaya a ser mi Amo, tan solo… actuarà en su nombre.

“BDSM.” Susurra, y lo veo mirar alrededor. Luego me mira a mi, esperando mi reacción.

“Bien, tu turno.”

“Estás enfadada?”

“No, porque, lo parezco? porque debería estarlo?”

“Te he estado mirando… siguiendo, estoy aquí por tí.”

“No, no estoy enfadada, no me molesta que me mires. Que me miren, de hecho, en cierto modo lo esperábamos.”

“Esperabais, Tu Amo y tu?” Pregunta, la última parte casi inaudible.

“Si, así es.”

“Porque?”

Creo que es mi turno de preguntar. “Porque sabes de este símbolo?”

“Leo mucho… Ya sabes, relatos y tal, estoy en foros, incluso… alguna vez he hecho algo por internet.. ya sabes. Estoy seguro que de muchos eran tíos hacièndose pasar por tias, pero una me puso cam, estuvimos.. un tiempo, pero vivía en otro país, al final encontró a alguien más cercano.”

Joder, eso es mucha información de golpe. “Tu turno.” Le digo mientras absorbo la información.

“¿Porque esperabáis que te observara?”

“No tú concretamente, pero alguien. Esperàbamos que alguien reconociera el símbolo, que a alguien le llamara lo suficiente la atención como para descubrirse.”

“Para qué?” Insiste.

Se que podría seguir con el juego, pero no tiene sentido.

Creo que a partir de aquí debería ser mi amo quien responde. Te importaría que quedamos los tres? podría ser aquí mismo, a la salida?

“Vale.”

Le sonrío. “No te preocupes, serà algo bueno.”

‘Lo ha reconocido, sabe lo que es, dice tener un poco de experiencia por internet. Podría ser. Le he dicho de vernos los tres en la cafetería de enfrente del insti a la salida. Te va bien?’ Envío un mensaje a Carlos. Dejo mi bocadillo, pero me acabo el zumo.

“Ok.”

“Vale, dice que puede. A la hora de salir nos debería estar esperando aquí.” Le digo a Edu, luego, nos levantamos y vamos de vuelta a clase.

Que vaya deprisa, por dios, necesito un polvo!!!

El dia pasas lenta y agónicamente. Cuando finalmente suena el timbre miro atràs. Ahí está Edu. Cruzamos nuestras miradas.

Salimos juntos a la calle. Un vistazo me muestra la moto de Carlos aparcada. Así que nos dirigimos al bar.

Veo que Edu está aún más nervioso que yo.

“De verdad, es algo bueno.” Le repito mientras entramos al bar. Allí, sentado en una esquina está Carlos.

Avanzamos hacia el. Carlos y yo nos besamos, pero de un modo algo más recatado de lo acostumbrado.

“Carlos, este es Edu, Edu, el es Carlos. Mi Amo.”

En cuanto suelto es apalabra Edu mira alrededor asustado.

“Carlos extiende su mano. Cris, traeme un quinto. Edu? quieres algo?” Le pregunta.

“Otro..”

Veo cómo se sientan y voy a la barra.

“Dos quintos y un agua.”  No soy abstemia ni mucho menos. Pero en ese momento estoy nerviosa. No creo en eso de beber para pasar los nervios. Hay que pasarlos de otros modos.

Pago las bebidas y vuelvo a la mesa.

Edu le està repitiendo lo que me ha contado a mí. Carlos, hace algunas preguntas, pero luego comienza a exponer la situación.

“Entonces yo…?”

“Entonces tú, actuarías en mi nombre de lunes a viernes, con unos límites que tendríamos que acordar, y los beneficios que ello implica.”

“No acabo de entenderlo, perdonar… porque? Vale, no os veréis, pero porque meterme a mí en medio? no podrías aprovechar el tiempo libre que tengáis?”

“Eso es lo que haremos, pero… no basta. Cris es una exhibicionista, le gusta el riesgo de exhibirse y hacer cosas ‘malas’ en sitios donde no debería. Yo podría jugar a ese juego a distancia, pero sería peligroso. Hace falta más proximidad.”

Me sonrojo. Carlos mete su mano entre mis piernas.

“Está mojada solo con que tengamos esta conversación en un bar.”

Edu le mira, luego me mira.

“Vamos compruebalo.” Le tienta Carlos. Edu me mira a mi. Yo, colorada como estoy asiento, y separo un poco más las piernas.

Noto su mano en mi muslo, se mueve lentamente, pero veo que no se atreve. cojo su mano, y la guio hasta mi sexo. Mis braguitas, tal y como Carlos dice, están mojadas.

Mantengo su mano ahí unos segundos, no se resiste, finalmente la suelto. Tarda unos segundos más, y entonces la retira.

“Wow…”

Carlos seca su mano con mi mejilla, coje su botellin y le da un trago.

“En cuanto a los beneficios, además de tenerla a tu merced durante la semana, ver y tocar cuanto quieras, solo con  chasquear tus dedos la podràs tener amorrada a tu rabo. Eso si… el coñito es mio y solo mio. Eso que quede claro bueno, y el culete, pero eso es por otros motivos.”.

Me sonrojo de nuevo, se a lo que se refiere, hemos probado el Anal, pero nunca ha ido bien, se ve que ando prieta de atrás, y el tema nunca acaba bien.  Eso no quiere decir que no lo intentèmos de vez en cuando, pero me parece bien y bonito que lo lìmite también en ese aspecto.

Edu tiene mucho que pensar, eso es evidente, Carlos lo nota y decide darle tiempo. Dos días. Joder, espero que se decida  antes, no creo que aguante dos días más sin correrme.

Intercambian sus móviles, y yo hago lo mismo con Edu. Con ello, nos separamos.

“Qué te parece?” Me pregunta antes de subir a la moto.

“Tímido… no se… crees que lo harà bièn?”

“Ya le has oído, algunas cosas que ordenó eran interesantes, ni que sea por lo que ha leído… creo que será divertido.”

“Gracias” Le digo al tiempo que le doy un largo y húmedo beso.

“Y eso?”

“Se que lo haces por mi...  Todo, pero en especial esto.”

El se ríe. “Joder, yo también tengo mis beneficios, no te creas!”

Se que este tipo de cosas le incomodan, pero tenía de decírselo, tenía que agradecérselo. Lo fácil para él habría sido no hacer nada. Jugar por whatsapp, mandarme cosas, luego, cuando nos viéramos, jugar en serio, pero no.

Sabe que no basta, sabe que no soy así. Le habría sido fiel, pero creo que ambos nos habríamos apagado lentamente.

“Vámonos, que me lo agradecerás adecuadamente.”

Vamos a su casa, donde su padre está en el salón, cerveza en mano, como de costumbre. Me echa un buen repaso antes de decir un hola. Y vamos directos a su habitación.

Allí, se la chupo, mientras él juguetea con mi sexo. Fiel a su palabra, no deja que me corra. Me mantiene cerca, me conoce bien. El, por el contrario se corre en mi boca tras unos minutos.

Llego a casa sobre las 9 y mi familia ya está a  la mesa.

Siempre me da cosa saludar a mis padres después de habérsela chupado a Carlos. Nunca me deja lavar los dientes tras acabar. Así que, el saber que mis labios, los que han estado chupando su polla, entran en contacto con mi familia. El riesgo de que quizás huelan el semen… Es incómodo, pero una de esas cosas que me ponen.

Durante la comida, charlamos tranquilamente. Mi familia es bastante normalita.

Mi hermano mayor, siguiendo los pasos de mi padre estudió derecho, mi madre, la cual dirige una importante empresa farmacéutica.

Estoy convencida de que mis padres, hace años que no follan, al menos entre ellos, sospecho que mi padre tiene algo con su secretaria, una jovencita de pràcticmanete mi edad, mi madre…. de ella, no estoy segura.

Son buenos actores, fingen interés en mis estudios, me preguntan y escuchan, hasta mi hermano me observa y asiente con condescendencia.

Todos esperan que me harte, que lo deje y cambie de opinión.

Después de cenar y recoger la mesa. Esta semana me toca a mí, voy a mi cuarto.

Ni mi hermano ni yo, podemos comer con los móviles cerca. Normas de la casa.

En cuanto llego a mi cuarto, leo un mensaje de Edu, lo envía a un grupo de whatsapp que ha creado, y del que formamos parte los tres.

“Ok. Acepto.”