El profesor del diplomado sigue explicándoles.

Seleccionados buenos alumnos, con posibilidades, el Dr. Ahires les dice sobre el motivo de su aislada reunión.

En aquella casona antigua, grande y muy bella, bastante lejos de  la ciudad y del Centro de Estudios, se encontraban reunidos 7 hombres, el profesor y 6 alumnos por él seleccionados, y allí iban a pasar juntos varios dias, algo así como una semana.

Se les explicó que podían estar tranquilos y cómodos, que allí no había mujeres. Que los alimentos, la limpieza y demás cosas del hogar las harían doña Casilda, señora muy entrada en años, con dos sobrinas tambien ya muy maduras que ocupaban otra casa tambien propiedad de él,  y que estaba más  abajo, como a 500 metros. en el sendero camino al  pequeño pueblo. que toda la gran casona estaba a la disposición de ellos y podían sentirse a gusto. Que ellas vendrían  a cierta hora temprano, a  sus labores, las que les dijeran, o algunas veces cuando fueran llamadas por el timbre de muchas campanas que había a la entrada... si eran necesarias.

Cada uo tendría su propia recámara o dormitorio, donde podria hacer lo que quisiera : 7 recámaras para 7 hobres, y el resto de la gran casa, salones biblioteca, cuartos de juego,  TV,  estancias y demás  era para todos, igual que un gran baño de bellos azulejoss estilo romano, que podía usarse como vapor.

Pero... una cosa, las habitaciones no tendrían cerraduras, estarían libres de poder ser abiertas.

Por toda la casa era posible ir vestido de la manera que se quisiera... o con poca ropa, o sin nada,  igualmente como se quisiera.

Todos allí eran hombres, no había problema por esos detalles. Sí cuidar cuando las señoras fueran a hacer su quehacer, y entonces podían ir todos al gran salón, y estar todos juntos, hablando de hombre a hombre. Y tambien viéndose, por qué no ?

Los 6 hombres alumnos estaban a la espectativa... no sabían para o por qué el Pofesor los había citado a su lugar de descanso, donde pasaba él largas temporadas.

Se miraban unos a los otros...

Una cierta inquietud.

Eran ellos hombres de entre 25 a 30 años que habían estado estudiando el diplomado para terapeutas físicos y psíquicos... y en ello había mucho de acostumbrarse a convivir con clientes desnudos de cuerpo, y tambien de sentimientos.

Saber respetar... sin dejar de sentir.

Saber convivir.

Era como una especie de práctica en su estudio.

Dejar inhibiciones, dejar verguenzas, dejar miedos y suspicacias.

Sentir libertad entre hombres.

Comprender y ser comprendidos.

Los hombres somos bellos de cuerpo, y tambien lo podemos ser de espiritu.

Todos aquí... sabemos que nos gustan los hombres...

Algo de asombro, sensación de inquietud. No se sabía qué hacer o decir.

Nuestro gusto y atracción es  por hombres.

No digan que no, no mientan, los conozco a todos.

Se sabe que algunos no han llegado a tener sexo del todo con otros hombres.  Aunque sí lo hayan deseado.

La mayoría ya ha hecho cosas... ´Pocos han estado a base de masturbación... y pensando en machos. en penes...

Hay alguno que ya sabe de todo... pués que nos enseñe a los demás...

Es la  oportunidad... y entre iguales...

A qué llegar... no se sabe.... iremos sabiendo...

Hacer lo que sintamos.

Iba habiendo asentimiento de todos.

Se miraban más...

Eran normales.

Y algunos se tocan los bultos, a pesar de ser tímidos.

------- Profesor, diga sobre lo de no poder cerrar las recámaras.

Eso ya se verá... eso lo veremos....

--------- Pués a lo mejor la casa completa es para todos.

En eso ni dudarlo.

--------- Ay... profesor. el miembro se me está poniendo duro y grande.

A mí tambien, es que no somos de palo, ni de fierro...

--------- Mire, profesror, lo mio me gusta dejarlo ver...

Ay... si estamos todos en la misma onda...