El profesor de matemáticas.

Zaira es la protagonista de ésta historia, conoce Aitor su profesor de matemáticas que hace despertar en ella, sensaciones nuevas... Aitor se vuelve loco por ella y aunque en este capítulo no halla sexo, prometo que habrá mucha pasión en ésta historia de amor.

Z aira, tenía grandes dificultades con las matématicas, llevaba arrastrándolas desde tercero de ESO, había acabado cuarto y continuaba sin dar pie con bola. Por lo que sus padres tomaron la decisión de ponerla una profesora que la ayudase. Ella se nagaba rotundamente, ''¡No necesito ningún profesor!'' '' ¿ Vais a joderme también el verano? ¡Bastante he estudiado ya! No quiero tener que ir a ninguna parte, son mis vacaciones'' Les recriminaba a sus padres, tratando de convencerles de que ella sola podría sacarse en un verano, lo que no había conseguido en dos años. Y sus padres lógicamente no cedieron ante sus palabras. Pasaron varias semanas de ésta pequeña discusión y una tarde Zaira fue con su madre a dar una vuelta por la ciudad, lo pasaron genial, se fueron de compras y después, a tomar algo en la terraza de un bar cerca del centro comercial. Cuando la hora se marcharse  se acercaba, Maite ( la madre de Zaira ) se encontró, con una mujer de unos 5O años aproximadamente, era una amiga de toda la vida. Se saludaron y hablaron durante media hora, y sin darse cuenta, salió el tema de las matemáticas de Zaira. Lo hablaron durante un buen rato y depronto llegaron a un acuerdo. Aquella mujer tenía un hijo, Aitor, era mayor que ella, unos 2O años, estaba a medias de una carrera bastante complicada, en la que principalmente se usaban las matemáticas.

  • Que sí, que sí, Aitor seguro que querría ayudarla.

  • Ah! pues te lo agradecería, Pilar, no te imaginas las vueltas que he dado en encontrar a alguien, y mejor aún si es de confianza.

  • Pues sí, de todas formas, Aitor está a punto de llegar, he quedado con él a esta hora y no creo que tarde...

  • Vale genial, así lo zanjamos ahora.

Y a los pocos minutos, apareció, Aitor...

Zaira que permanecía de pie, escuchando a las dos mujeres, lo observó durante unos segundos. Parecía amable el chico.

Aitor se acerco a saludarlas, con una gran sonrisa miro a Zaira, le había llamado la atención aquella chica, de pelo largo y oscuro que caía por uno de sus hombros, llevaba un vestido ajustado a su cuerpo delgado pero con formas.

  • Hola, ¡cuánto tiempo! -Dijo alegremente mientras daba dos besos a Maite, la madre de Zaira.

  • Hola cariño, ¡estás enorme!, y guapísimo -Rió, aunque realmente, estaba atractivo aquel joven.

  • Hola Zaira -Soltó Aitor tímidamente, mitras daba dos besos a Zaira, aquella joven tan interesante...

  • Hola.. - Dijo Zaira, que era muy vergonzosa.

Y tras esto comenzaron a hablar sobre las clases y llegaron al acuerdo de que comenzarían al día siguiente, por la mañana.

Esa noche Zaira, estaba furiosa, rabiosa.

  • ¡Menuda mierda de verano!, estudiando matemáticas.. Y encima tengo que madrugar, ¡que asco! - Decía por dentro, cuando se le vino la imágen de aquel chico. - Aitor... - Sonrió al acordarse de él, de su sonrisa.. Su sonrisa, aquello fue lo que más la llamó la atención de él, esos labios carnosos... - Que coñazo...

A la mañana siguiente, sonó el despertador de Zaira a las 1O y media de la mañana. Se levantó con los ojos aún cerrados y se dirigió al baño, se lavó la cara, y se peinó su pelo ondulado. Se dirigió a su cuarto para vestirse - Puf, ¿y yo ahora qué me pongo? - Tras diez minutos, eligió una camiseta negra de tirantes y un pantalón corto, de esos que dejan ver, un trocito del culo, cuando andas.

A las 11 y 3O llegó, allí estaba Zaira, en el portal... Algo nerviosa, llamó al portero automático.

  • Sí? - Una voz masculina contestó

  • Soy yo, abre. - respondió, se abrió la puerta y entró - ''Soy yo''.. menuda gilipollez.

Ding Dong, se abrió la puerta.

  • Qué tal? - Dijo Aitor a modo de saludo

  • Bien.. - Entró rápidamente Zaira.

Se sentó en la mesa del salón y sacó el libro, Aitor se sentó a su lado y comenzaron a ojear los contenidos.

  • ¿Qué tal llevas este punto?

  • Puf fatal.. -Respondió insegura.

  • Jajajajaj, bueno no te preocupes, vamos a ir despacio para que lo entiendas, ¿vale? - y la miro a los ojos, a esos ojos negros, que le habían cautivado la tarde anterior.

  • Jajaj, espero no desquiciarte - dijo entre risas.

  • No te preocupes, tengo paciencia, aquí estás para aprender - Y de nuevo volvieron  cruzarse sus miradas, pero está vez, Zaira esbozó una sonrisa, una preciosa sonrisa, pensó Aitor.

Y se pusieron a ello, algunas bromas surgieron, pero la clase resultó bastante intensa, Aitor estaba cerca de Zaira, y sin saber porqué ella sentía algo... Una fuerza, una paz...

Cuando acabó la clase Aitor se levantó.

  • ¿Quieres tomar algo?

  • No gracias, no tengo nada de hambre-respondió Zaira.

  • ¿Segura?, mira que estoy a tiempo de mandarte más deberes eh - Dijo con una sonrisa pícara, que gustó mucho a Zaira.

  • Jajajaja, bueno entonces, acepto, profesor - Dijo con sarcasmo

  • ¿Qué quieres tomar, alumna?- La siguió

  • Mmm una coca-cola

Se salieron a la terraza.

  • Y bueno, cuentame algo de ti. - Dijo Aitor

  • Pues, no sé pregúntame algo tú.

  • ¿ Qué quieres estudiar?

  • Medicina..

  • Uf, necesitas nota eh

  • Ya...

  • La tendrás, eres una chica lista.

  • Jajajaja sobretodo cuando no me salen ni las sumas no? - Dijo en tono sarcástico

  • Eso es normal, te pones nerviosa

  • Me pones nerviosa.. - Susurró

  • Jajajaja eres una vergonzosa, de pequeña eras todo lo contrario.

-¿ Me conociste de pequeña ? - Preguntó sorprendida

  • Pues claro, ¡si yo te llevaba a veces al cole o te iba a buscar!

  • Jajajaja que fuerte, pero yo era muy pequeña entonces  no?

  • Si.. unos 6 o 7

  • Jo, pues no te recuerdo eh

  • Jajaja eras una enana.. Y los sigues siendo - Dijo sacándola la lengua

  • Y tu un viejo.

  • Jajaja viejo yo? si estoy en la flor de la vida

  • Anda ya! a ti ya se te está pasando el arroz nene - dijo provocándole

  • ¿Ah sí? - se acercó a ella

  • Ajá. - asintió mirandole a los ojos con una mirada feroz y juguetona

  • Muy bien.. - Posó sus manos en la cintura de la chica y comenzó a subir suavemente, Zaira sitió que su respiración aumentaba, mientras Aitor cuntinuaba subiendo hasta llegar más arriba de la cintura, y comenzó a hacerla cosquillas.

Zaira que era muy sensible para las cosquillas comenzó a reír escandalosamente, por suerte no había nadie en casa ya que sus dos padres trabajaban y su hermano mayor estaba de vacaciones. La chica comenzó a perder la fuerza y mientras Aitor seguía haciéndola cosquillas  la sostenía con fuerza.

  • Para jajajaja para por favor...  jajajaja - decía entre risas

  • ¿Qué me has llamado?

  • Jajajaja vamos, tienes que asumirlo... jajajajaja - Aitor aumentó el ritmo, lo que hizo que la chica perdiese totalmente la fuerza callendo contra él que la sujetaba.

  • Sabes que lo puedes pasar muy, muy mal.. - Paró.

  • Uff.. Vale vale.. No eres un viejo.. - dijo todavía entre risas

Y en ese momento Zaira  aprovecho que Aitor bajó la guardia para lanzarse a por él, trató de hacerle cosquillas, pero para sorpresa, no tenía...

-¡A dónde vas, enana! - Rió con chulería, ante la ocurrencia de la chica que aún seguía con sus manos en la cintura de él mirandolo con asombro.

  • No puede ser.. jajajaja, ¡ésta te la guardo!

Y Zaira recogió sus cosas, se dirigió a la puerta y le dio dos besos de despedida

  • Anda qué... te quejarás de tu profe de mates ¿eh?

  • No está mal, aunque preferiría uno más jovencito - y tras decir esto salió disparada escaleras abajo.

Aitor rió pensando en esa niña, que ya era una mujercita y que aún recordaba cuando la esperaba a la salida del cole. ''¿Quién lo diría?'' Pensó...

Continuará.