El profesor de educación física

La unica vez que he estado con un hombre, me culiaron por primera vez, fue muy rico y muy doloroso.

Soy un joven que está en tercero medio en un liceo de Chile, siempre me ha gustado el deporte y sobre todo el básquetbol, ya que lo practicó de que tengo unos 11 años. Yo mido 1.79, delgado pelo rubio, tez blanca, buen cuerpo, al menos eso creo yo. He pololeado solo dos veces, pero nunca pasó nada con ninguna de mis dos pololas o sea era virgen enterito jaja.

El entrenador del equipo de básquetbol del liceo, es un profesor de educación física, de unos 30 años, (casi el doble de edad mía), delgado, moreno, muy rico el tipo, unas piernas y un trasero espectacular, mi profe que se llama Raúl es casado con la profesora de matemáticas de mi liceo. A mi el siempre me ha atraído, de hecho, siempre mis pajas me las corría pensando en él, o sea me ponía muy caliente cuando lo veía haciendo clases de educación física, o cuando nos entrenaba en el básquetbol.

Hace dos semanas atrás yo tuve que faltar al liceo, porque estuve enfermo, me resfrié tanto que tuve que faltar por casi una semana. En ese tiempo que yo falte el quipo de básquetbol, les tuvieron que poner una vacuna de vitaminas, por orden del liceo a todos los integrantes del equipo, por tanto a mi nunca me la pusieron.

Cuando regrese de mi semana de licencia, supe lo que había pasado y me dirigí a la oficina del mi profe. Golpee y entre, ahí estaba el con su cara llena de risa, me saludo y me preguntó porque había faltado, le expliqué lo que me había pasado, y le dije que estaba ahí para que me pusiera la vacuna igual que a mis otros compañeros.

_ Ningún problema. Me dijo.

En esos momentos el se dio vuelta para preparar la famosa vacuna, yo en el instante me baje un poco el pantalón de mi uniforme y deje libre unas de mis nalgas. Cuando se dio vuelta él me dijo:

_ jaja, Fernando, las vacunas se ponen en los brazos y no en el trasero.

Me puse rojo de vergüenza, y él lo noto, me dijo:

_ no te preocupes, te la pongo en el trasero, así te dolerá menos. Yo me baje aun mas el pantalón quedando gran parte de mi trasero al aire. Con un algodón con alcohol, mi profe me sobo mi nalga, y en eso yo sin darme cuenta se me había puesto muy dura mi verga, y lo peor de todo que el se dio cuenta de mi calentura. Me dijo:

_ mmm veo, que te pone caliente que te toque el trasero, te gusta?’

_ Sí, no se que pasa.

En eso el profe me sigue sobando el trasero, yo sin ningún remordimiento me pongo a mover mi trasero en forma circular. De repente siento un pinchazo en mi trasero que me hizo dar un pequeño grito, me había puesto la inyección. Me siguió sobando el trasero, y note que a mi profe le gustaba lo que hacia, me dijo:

_ tienes un trasero bien lindo.

_ le gusta?. Mientras lo movía más y más la calentura me había hecho perder la vergüenza. Yo estaba parado afirmado en una especie de escritorio que el tiene.

Sin palabras algunas, el profe me bajó todo mi pantalón y mis bóxer blancos con los que andaba, dejando todo mi trasero descubierto. Afirmó su paquete en mi trasero, y note algo inmenso sobre mi trasero, yo seguía moviendo mi trasero. Me dijo:

_ veo que te gusta.

_Si le dije yo, siga por favor.

Se bajo su pantalón de buzo y note un pene tremendo, yo jamás había visto uno, me di vuelta y se lo tome y empecé a masturbarlo, era mucho mas grueso y grande que el mío. Me bajó la cabeza y en pocos segundos, estaba frente a ese pene, mi boca se acercó y me lo metí lo mejor que pude en mi boca, comencé a besarlo y a chuparlo, yo nunca lo había hecho, y al parecer lo estaba haciendo muy bien, mi profe respiraba agitado y a mi me encantaba el sabor que esa verga tenia. Luego de eso me subió y me puso de pie, me puso de espaldas ha el, afirmándome en el escritorio y con las piernas dobladas, poniendo mi trasero levantado a la altura de su pene, me dijo:

_ ya cabrito. Te voy a poner otra inyección, pero de carne.

Me puso muy caliente lo que me dijo, y luego de meterme unos dedos en mi hoyito y empezar a meter los dedos, sentí que me puso su verga en mi hoyito, y me lo clavo lentamente hasta ponerlo todo todo, sentí un dolor horrible, trate de gritar solo del dolor, pero mi profe me puso su mano en mi boca y la apretó, fue horrible como me la metía, cada ve más fuerte, mis ojos comenzaron a lagrimear, cada vez me lo metía mas fuerte. El dolor dejo de sentir, y comencé a sentir algo que jamás había sentido, ni siquiera cuando me masturbaba, era una especie de latido en mi trasero, como cuando uno va al baño, era muy rico.

Solo gemía no sabia lo que sentía, estaba con las piernas muy adoloridas, fue como cerca de media hora, mi profe me tomaba con sus inmensas manos de mi cintura, fue todo muy salvaje, pero muy rico, de repente siento que su boca muerde mi oreja fuertemente, y un calor muy grande en mi hoyito, mientas el profe gemía, note que mis muslos se llenaron de semen que corría por mis trasero.

Se lo sacó, me miro y sonrió, me subí mi bóxer y mis pantalones, me había gustado mucho lo que había hecho, pero a la vez sentía un dolor horrible, me dijo:

_ ven cuando quieras a ponerte las vacunas que quieras, se rió.

Yo abrí la puerta de su oficina y salí corriendo, llegué a mi casa a mi pieza, y lloré, me había arrepentido mucho de lo que había hecho, o sea me sentía muy mal. Fui al baño, y por mi trasero salía algunos hilitos de sangre. Me volvió la calentura y me masturbe pensando en mi profesor.

Ya han pasado algunos días, cada vez que lo veo en el liceo, el profe Raúl me sonríe. Solamente yo paso con mi cabeza agacha y ni siquiera he ido a los entrenamientos del equipo de básquetbol, sólo se que quiero que me vuelva a culiar como lo hizo, aquella la primera vez que alguien me lo hizo.

Fernando.

tuziman@gmail.com