El profesor

Del odio al deseo solo hay un beso

El Profesor....

Cuando estaba en segundo semestre de la carrera conocí a Nicolás, mi maestro de literatura, desde que lo vi me pareció muy guapo, pero creo que desde que me vio me odio, siempre que se refería a mi me decía alguna cosa delante de mis compañeros para tratar de avergonzarme, me decía cosas como que no bastaba con creer que tenía una cara bonita para triunfar en la vida, cosa que no tenía ningún sentido o no venía al caso, pues para empezar el no me conocía, ni sabía qué yo era una persona hasta cierto punto introvertido, pero siempre me tuvo entre ceja y ceja, siempre quería preguntarme todas cosas de la clase a mi, y decirme que estaba mal... mis compañeros me preguntaban si había tenido algún problema personal con él o si nos conocíamos de antes, porque notaban su mala actitud hacia mi, así pasó todo el semestre, no perdía oportunidad para decirme algo, lo dejaba pasar, porque era una de las clases más difíciles de pasar, sin embargo no le daba motivo alguno para tener una mala calificación, en un trabajo reprobó a todos, el único que lo pase fui yo y eso con un 3. Me dijo que había sido medianamente decente y que era de extrañar que alguien como yo pudiese entregar un trabajo de esa magnitud. Nicolás era guapo, tenía 48 años, era delgado marcado medía 1,80. Bronceado, mandíbula perfilada, cabello rizado medianamente largo. Pero su actitud era bastante nefasta, alguna vez me llegó a decir que si acaso yo vivía en una burbuja... que me tomaba la vida muy a la ligera, que me recomendaba irme a una montaña lejos de todo a pensar acerca de mi vida. Sus comentarios siempre eran bastante desacertados, pues mi vida no era tan fácil como él creía, sin embargo soy un chico que no demuestra sus preocupaciones, trato de siempre mantener la compostura, pase lo que pase, me decía que era superficial y que el arte era todo lo contrario, era profundo, apasionado, y que yo no tenía nada que ver con eso. Sin embargo decidí hacer caso omiso a sus comentarios. Cada vez que debíamos hacer un trabajo él me elegía como líder, cosa que era bastante retadora, porque lo hacía con mala intención para que yo lo hiciera mal, y tener aún más de que hablar, pero trabajé duro para no darle ese gusto. Aunque su actitud era nefasta, a mi me atraía mucho, era tan guapo, y me preguntaba qué era lo que pasaba en su vida para que se descargara contra mi, esa ira esa necesidad de querer hacerme sentir insignificante e inútil. Siempre he sido muy de ponerme en los zapatos del otro, en pensar que situación tendrá o habrá vivido para que sea así, y creo que eso me ha traído muchos problemas, porque una cosa lleva a la otra, y aveces terminas justificando cosas que no te corresponden, es decir mi culpa no era. Pero siempre lo traté con respeto, no me molestó nunca, siempre le respondía con una sonrisa. Quizá yo le recordaba a alguien que lo había hecho sentir como él quería hacerme sentir a mi.

Yo estaba por esos tiempos muy feliz, pues tenía de novio a un chico que era futbolista y me hacía sentir en las nubes, pero cortamos y eso me hizo sentir algo triste, en uno de esos días iba por la calle y estaba por llegar a casa, cuando de repente escuché que alguien me hablaba, tenía mis audífonos puestos, iba escuchando algo de música, era mi profesor Nicolas, el me saludo con mucha alegría y euforia, cosa que se me hizo bastante extraña, lo saludé devuelto sin mucho entusiasmo, entonces me pregunto qué me pasaba, no le quise dar muchos detalles solo le dije que había tenido días mejores. Entonces se me puso al lado y me dijo que me acompañaría a casa para asegurarse de que yo llegara bien, se me hizo algo muy extraño ya que al parecer yo no le caía del todo bien... llegamos a casa y lo invite a pasar, el solo me miraba como a la expectativa de que le contara que me pasaba, yo siempre he sido muy reservado con mi vida, así que solo le di vueltas al asunto... en eso le dije que era muy guapo... si así de la nada sin más, no sabía qué decirle y no quería que me siguiera preguntando nada, simplemente se lo dije para ya cambiar de tema, el se quedó mirándome y no supo qué decir, lo desarmé totalmente...

Obviamente no se esperaba que yo le dijera eso. Pero se lo dije, a veces soy así ... cuando estoy triste siento que el mundo se va a acabar y que no vale la pena mentir ... y el siempre se me hizo muy guapo y se lo dije, se lo confesé, y le dije también que se me había una lástima que alguien tan guapo fuera tan despectivo, su semblante cambio... se puso algo serio y me ofreció una disculpa, le dije que no pasaba nada pero que si quería que lo disculpara me dejara darle un beso... se quedó perplejo, luego se rió y me dijo que mejor un abrazo le dije que no era negociable, se quedó algo pensativo, miraba al piso y luego me miraba a mi...

-¿sabes porque detesto a las personas como tu ?

-No lo sé profesor, la verdad no lo entiendo ni se a qué se refiere con “personas como yo”

-mírate, con esa cara seguramente jamás te han negado algo, nada más tienes que sonreír y ser algo persuasivo para y ya está.

-creo que tiene una muy mala impresión de mi profesor, pero no pienso discutir eso...

-llegas a clase como si nada, sonríes a todos, parece que nunca nada te a pasara, como si vivieses en una burbuja, la vida no ha sido cruel contigo, y eso a veces es injusto pero no tengo que ser yo quien te lo diga. No soy quien para juzgar eso.

-tiene razón profesor no es quien para juzgarme por cómo decida yo presentarme ante los demás, pero yo si voy a juzgar el como usted besa.

La verdad siempre sentí una tensión, pero no sabía si era sexual, porque a veces uno puede confundir eso... pero cuando estoy triste siento que no tengo nada que perder, así que me acerque lentamente, y entendí, entendí todo, yo le gustaba a el profesor Nicolas, cuando me acercaba a sus labios vi como su cuerpo se estremecía, como su soberbia se disipó, y como su cuerpo tembló... cuando mis labios se posaron en los suyos y poco a poco fui explorando su boca con mi lengua, El profesor Nicolas solo se desarmo, no supo qué hacer, se paralizó, con mis manos agarre sus nalgas y lo apreté contra mi cuerpo, lo bese lento pero apasionado, Nicolás fue cediendo poco a poco, pero temblaba, sus nervios no podían ocultarse... luego lo lleve hasta mi cuarto, Nicolás no mediana palabra, lo acosté en mi cama y le quité poco a poco la ropa, primero la playera, bese su cuello, lamí sus pezones, acaricie su torso, su pecho con algo de vello, luego dejo el camino natural de sus bellos que bajaban por el ombligo y llegaban a su pelvis, el pantalón parecía que se iba a reventar en la zona de la cremallera, Nicolás estaba muy duro. Baje la cremallera y en ese momento Nicolás me dijo :

-para por favor ....  nunca he estado con un chico

Me detuve... lo miré fijamente y le dije, dime qué no te gusto y no pasa nada...

Nicolás solo puso cara de preocupación y resignado recostó su cabeza en la almohada cerrando con fuerza sus ojos. Continúe quitándole el pantalón, luego la truza, cuando baje la truza su verga salto, estaba muy lubricada, su verga era peluda y Iliana sudor, y a un toque de orine, me acerqué olí sutilmente su verga y comencé mi labor con la lengua, su verga debía medir unos 18 centímetros, Nicolás era delgado pero su verga era muy gruesa, sus bolas eran grandes y totalmente redondas, tenía algo de vello en la pelvis, su cuerpo se veía aún más hermoso sin ropa, y lo tenía ahí a mi merced, lamí si glande, lo bese me lo metí a la boca completamente, uno de mis mejores talentos es mamar verga, así que me entregué en cuerpo y alma a mamar aquella verga del profesor que tanto me odiaba, luego de un rato se me antojo lamerle el culo, levante un poco sus piernas y bajando por sus bolas que lamí y bese, llegue a su agujero, estaba sudado y tenía el particular sabor de un agujero que no está previamente limpio, pero quería que experimentara aquel placer así que no lengua lamió su agujero , Nicolas no daba crédito, su cuerpo se estremecía, pero solo se dejaba  complacer. Lamí su agujero por unos 3 minutos, luego me subí sobre su cuerpo puse algo de saliva con mis dedos en mi culo, escupí su verga y me ensarté, comencé a cabalgarlo, primero muy suave y luego muy rápido, quería acabar con su verga, quería que sacara todo el odio que tenía hacía mi, todo el odio que en realidad era pura tensión sexual.... Nicolás hasta el momento no había abierto los ojos, hasta que me detuvo, abrió los ojos, abrió mis nalgas con sus manos y empezó a penetrarme a su ritmo, tomó el control, y vaya que me daba duro, me penetraba bastante rápido y fuerte, que rica sensación, una verga gruesa y lubricada rompiéndome el culo. Se vino alrededor de unos 5 minutos , sentí su esperan caliente dentro de mi, Nicolás estaba totalmente temblando, yo me levante y salió mucha leche que se escurrió por su verga, se me hizo bastante gracioso, verlo tan nervioso en mi cama, después de que parecía tan fuerte y soberbio, nos metimos a bañar juntos, el se reía... aún seguía muy nervioso, me besó dos o tres beses en la frente y me enjabonaba, era algo torpe, parecía genuinamente no estar acostumbrado...

De ahí hasta qué se terminó el semestre seguimos follando, así dime al maestro más temible de mi facultad.

Con todo esto del coronavirus me he dado cuenta de lo solo que estoy... en otro pais, encerrado en cuarentena, deseando encontrar con Anhelo mi alma gemela, se que suena cursi y de verdad que no suelo serlo, pero tengo esa sensación en el pecho de querer sentir amor por alguien; de dormir juntos, de estar un rato en los brazos alguien, y poner mi mente en blanco, solo estar presente y a disposición de mi hombre... ojalá pudiese encontrar

al amor de mi vida, formar un hogar, tener perros, despertarlo con una mamada; follar antes de dormir, y preguntarle acerca de su día; de sus sueños, de sus anhelos, que mientras ve sus películas y serie yo esté entre sus piernas mamandole su rica verga para alimentarme con su esperma, abrazarlo y quererlo, quererlo mucho.

La vida es solo un instante, y siento que solo me desperdicio, tengo la sensación de que mi alma gemela está por ahí; pero no se donde. Quisiera encontrarte...