El Proceso Ecos del pasado.
Algunas penas de amor necesitan más que tiempo para curar, si eso pasa es mejor buscar ayuda profesional. Muchas veces hay que recordar el pasado para saber cómo llegamos al presente.
Los meses habían pasado y los días se hacían eternos, la ruptura había sido devastadora y poco a poco se habían dado todas las etapas de la ruptura, la etapa de negación había sido larga, hasta que llegó la etapa de aceptación, pero la etapa de recuperación se estaba haciendo eterna y ella necesitaba olvidar. La respuesta a su recuperación llego por casualidad una de tantas noches viendo algo de TV, comiendo chatarra y sintiéndose miserable, ayuda psicológica ¿En realidad necesitaba ayuda psicológica? ¿Estaría tan loca que necesitaba ir a ver un doctor?
Al día siguiente tomó la decisión y empezó a investigar, después de una corta búsqueda en internet dio con información interesante, lo que la hizo tomar una decisión, haría una cita en la clínica pero con una psicóloga bastante reconocida, era mejor hablar sus problemas del corazón con una mujer que con un hombre, así que esa misma tarde hizo su primera cita para empezar lo más pronto posibles. Aquella tarde llego muy temprano a la dirección que le había dado la amable recepcionista que con toda la paciencia del mundo atendió su llamada y preparo su primera cita, el local estaba muy bien decorado y confortable, esperó un buen rato hasta que finalmente la puerta del consultorio se abrió y de la habitación salieron una chica sonriendo y conversando alegremente con una dama muy elegante que le sostenía del brazo mientras la acompañaba al escritorio de la Recepcionista, al voltear le dedicó una sonrisa y la invito a entrar al consultorio, un salón perfectamente decorado con varios títulos en la pared, un gran mueble con libros y lo que más llamo su atención un delicioso olor a flores frescas, aunque no vio jarrones ni flores en la habitación, luego de las presentaciones protocolares la doctora la invito a sentarse y ponerse cómoda.
– Me gustaría que me contaras, tú día a día, no te voy a preguntar ¿Cómo te sientes? Pues si te sintieras bien no estarías sentada aquí, nerviosa y algo incomoda.
Desde la recepción ella no había dejado de alisar su falda con sus manos y ahora seguía haciéndolo pero con menos intensidad.
– Quiero que hagamos un ejercicio, quiero que cierres los ojos y respires lenta y profundamente, lenta y profundamente una vez, dos veces, tres veces, ahora sigue respirando y cuéntame tu día a día… dime que haces al despertar, que te gusta desayunar… háblame de ti.
Al principio Ella se sintió algo tonta cerrando los ojos y respirando profundamente, respirando y relajándose, pero poco a poco empezó a sentirse más relajada y como le había dicho la Dra. empezó a contarle su día a día. Su mente empezó a relajarse y comentándole todo lo que le preguntaran, cuando Ella estuvo completamente relajada lentamente abrió sus ojos y la Dra. le conversaba amenamente y ella respondía tranquilamente todo lo que la Dra. preguntara.
Ella imagino que cuando llegaran las preguntas sobre su ruptura volvería la tensión y los nervios, pero cuando las preguntas sobre ese tema llegaron fue perfectamente natural, las respuestas fluyeron de ella como si se abriera una represa que contenía sus miedos, sus tristezas y hasta su ira… todo empezó a salir de ella y al final se sintió tan tranquila escuchando cada palabra reconfortante que le daba la Dra. Casi no se dio cuenta cuando el tiempo de la consulta terminó y se sintió casi flotando cuando la Dra. tomándola del brazo la acompaño fuera del consultorio y hablando con la Recepcionista ambas concordaron el día para la siguiente cita.
Las semanas fueron pasando y poco a poco las cosas fueron mejorando, pasadas tres sesiones Ella decidió que muchas cosas debían cambiar, empezó a levantarse más temprano para ir a trotar antes de ir a trabajar, dejo de comer tanta comida chatarra, ahora se enfocaba en comidas sanas como ensaladas y frutas, había desarrollado una obsesión por comer comida verde, días después empezó a cambiar su forma de vestir “verse bien es sentirse bien”, su guarda ropa había cambiado de tonos muy grises a conjuntos blancos o negros, en su mayor parte blusas bastante escotadas y faldas muy cortas o pantalones muy entallados. La verdad es que muchos habían notado los cambios y ella empezaba a sentirse mucho mejor consigo misma.
Para la cuarta sesión le extraño no ver a la chica que tomaba sesiones antes que ella y pregunto a La Recepcionista por aquella chica hermosa que antes veía en la consulta, La Recepcionista le comento que la otra chica había cambiado de días de sesiones para tener más tiempo con la Dra. igual que desde ahora a petición de la Dra. Ella tendría un poco más de tiempo para las sesiones, Ella quedo encantada de pasar más tiempo en las sesiones pues cada vez se sentía más a gusto y mucho mejor con la Dra; En realidad estas últimas semanas se había dado cuenta que le encantaba pasar tiempo con la Dra. escuchándola, mirándola, aprendiendo de cada cosa que le dijera, la veia tan inteligente, tan elegante y hasta había pensado en que se sentiría estar abrazándola mientras la Dra. acariciaba su cabello y ella estuviera adormecida en su pecho. Escuchándola y oliendo ese aroma a flores solía perderse en sus pensamientos y las sesiones se le hacían demasiado cortas para pasarla con su Dra.
Para la semana de la 5ta sesión Ella no pasaba un momento sin pensar en lo atractiva que le parecía su Dra. y aunque nunca había tenido sexo con una mujer, solo uno que otro beso o una caricia casual con alguna chica, estos días pasaban entre pensamientos eróticos y fantasías sobre lo que le encantaría hacer o que le hiciera su Dra. había tenido que llevar un juego limpio de bragas al trabajo pues las que se ponía en las mañanas quedaban empapadas solo de pensar en su Dra.
Ella se reía sola de sus tonterías y fantasías, pensaba que se había vuelto un poquito loca por su Dra. pero lo bueno fue que se había olvidado por completo de sus problemas, su depresión y sus cambios de imagen habían ayudado muchísimo a su autoestima. Faltando un par de días para su 5ta sesión sucedió.
Esa noche soñó que había llegado a la consulta y en la recepción no estaba La Recepcionista, le pareció muy extraño no verla allí entada sonriendo mientras miraba su computadora… escuchó ruidos dentro de la oficina y la puerta estaba media abierta… con algunas dudas entró a la oficina de la Dra. y la encontró sentada en el escritorio mirando por la ventana, Ella se acercó al escritorio y fue cuando notó que la Dra. estaba desnuda de la cintura para abajo y mantenía sus las piernas abiertas apoyadas en los apoya brazos de su silla, entre sus piernas vio a una chica desnuda en 4 patas con su cara metida entre las piernas de la Dra. y con su lengua le comía el coño mientras que con una de sus propias manos se acariciaba su propio coño y entre lamida y lamida gemía de gusto.
La Dra. le miró como si nada fuera de lo común estuviera sucediendo, abrió la gaveta del escritorio y sacó algo colocándolo sobre el escritorio, de la forma más natural y sin mirarla le dijo:
– Desnúdate y toma tu lugar…
Ella despertó muy asustada y muy excitada, jamás había tenido un sueño tan vivido y tan morboso. Paso todo el día pensando en el sueño y en la tarde decidió que tenía que ir a hablar con la Dra. porque se sentía muy incómoda con aquel sueño, sumado a sus fantasías, ella no era así, no le gustaban las mujeres, pero no podía dejar de sentirse excitada y atraída por la Dra.; luego de pasar todo el día pensado decidió ir al consultorio aunque no le tocara cita para ese día.
Al llegar encontró la puerta cerrada y no se atrevió a tocar el timbre, empezaron a acumularse las dudas de lo que haría o le diría a la Dra. pues se sentía muy tonta pensando en cómo se escucharía eso de “Estoy teniendo sueños mojados y fantasías con usted y no quiero verla más” , se puso a pensar que la Dra. pensaría que estaba más loca de lo que creían, se alejó del lugar pero al voltear pudo ver luces en lugar… esperó un buen rato y ya estaba por llamar a la Dra. o irse a casa y esperar la próxima sesión cuando decidió tocar el timbre y se fue directo a la puerta, justo estaba por tocar cuando la puerta de se abrió y del lugar salió La Paciente que ella conoció en la primera consulta… La Paciente iba vestida super sexy en blusa blanca casi transparente que dejaba ver su sostén de encaje, falda negra muy corta y zapatos de tacón de aguja negros, Ella saludo a La Paciente con una sonrisa que se quedó congelada en su rostro por lo hermosa que se veía la chica y porque La Paciente solo abrió la puerta y salió del lugar sin notarla o como si no la hubiese visto parada allí afuera.
La puerta quedó abierta y Ella decidió entrar, llegó hasta la recepción y para su sorpresa y sus temores… La Recepcionista no estaba en su puesto.
Ella se quedó paralizada en medio de la recepción, debatiéndose entre irse a casa o seguir adelante buscando a La Recepcionista o a la Dra. Se quedó en silencio y escuchó ruidos en la oficina de la Dra. un escalofrió recorrió todo su cuerpo al verse caminando hacia la puerta viviendo un Deja Vu y encontrando que la puerta estaba media abierta. Casi temblando terminó de llegar a la puerta y la abrió… La Dra. estaba sentada en su escritorio mirando por la ventana, Ella lentamente y con sus piernas casi hechas de gelatina se acercó al escritorio y la Dra. volteo a mirarla la Dra. se levantó y la saludó con una hermosa sonrisa, La Dra. estaba completamente vestida y no había nadie más en la habitación.
– Hola, que sorpresa verte, pensé que tu sesión era mañana, pero no te quedes allí, siéntate y ponte cómoda.
Sintiéndose de lo más estúpida allí de pie temblando como una hoja Ella respondió a su amable y bella Dra.
– Hola, disculpe que entrara así y viniera sin avisar, pero es que necesitaba verla hoy…
– ¿Sucede algo? ¿Estás bien? ¿En qué te puedo ayudar? Pero siéntate ponte cómoda…
– No, digo… sí, estoy bien, es que solo vine a decirle que… creo que no podre venir a la consulta.
– Tienes algún compromiso, podemos reprogramar la cita para otro día…
– No, no es eso… es solo que no creo que pueda volver a la consulta, no creo que pueda verla más.
La Dra. se sorprendió y le miró extrañada, Ella se sintió tan estúpida luego de decirle eso, por lo menos no tuvo que decirle que pasaba todo el día mojada y excitada pensando en fantasías entre ellas dos. La Dra. la saco de sus pensamientos diciéndole:
– Algo no debe estar bien, pues pensaba que tú habías mejorado mucho y te sentías muy a gusto con las sesiones.
Diciendo esto la Dra. tomó lo que parecía el control remoto del aire acondicionado y lo activó mientras se levantó y se acercó a Ella, tomándola por el brazo le dijo:
– Relájate, solo respira profundamente y cuéntame que ha pasado…
Ella sintió como como una agradable y cálida sensación se iba apoderando de su cuerpo, justo desde donde la mano de la Dra. tocaba su piel y sin pensarlo dos veces empezó a respirar profundamente y luego simplemente las palabras brotaron solas de su boca.
– Creo que no podre verla otra vez, pues he estado teniendo… teniendo fantasías, fantasías sobre nosotras… no soy… no soy lesbiana pero me siento excitada y atraída por… usted…
Solo termino de decirlo y ya no pudo mirar a los ojos a la Dra. solo bajó la vista y la clavo en el piso sintiéndose completamente avergonzada. La Dra. sonriendo con su otra mano la tomo de la barbilla y acariciando con su pulgar su mejilla la hizo mirarle nuevamente a los ojos mientras le dijo:
– Relájate, no estés asustada por tus sentimientos, en una chica tan bella y vulnerable como tú no es extraño que se sienta atraída por las figuras que representan autoridad… me halagas por sentirte atraída hacia mi… y si me lo permites, tú me pareces muy hermosa – su mano pasó de acariciar la mejilla de Ella y empezó a acariciarle el cabello – no suelo hacer esto, pero igual me he sentido atraída por ti.
Sus miradas se encontraron y la Dra. le dijo:
– No quisiera dejar de verte…
Sin pensarlo Ella acerco su rostro a su Dra. y le planto un beso, que se prolongó y fue correspondido con un gemido y luego sus lenguas se entrelazaron y empezaron a explorar sus bocas con una voracidad incontenible… Ella sintió como todo su cuerpo se erizó completamente y se fundió al cuerpo de la Dra. que empezó a acariciarla, sus manos pasaron por su cintura, sus brazos, sus caderas y cuando finalmente las manos de la Dra. bajaron de las caderas de ella hacia sus nalgas para sostenerla mientras la seguía besando, Ella rompió el beso.
– NO… Esto no está bien… creo… creo que no debemos vernos más…
Ella se alejó de la Dra. y dando dos pasos hacia tras intentó acomodar sus ropas mientras miraba a la Dra. que le sonreía con malicia apoyada en el escritorio. Tomando un objeto que descansaba sobre el escritorio la Dra. le dijo:
– Es una lástima que no quieres verme otra vez…tu Proceso iba tan bien…
Ella la miró confundida y sin saber a qué se refería y la vio sosteniendo el objeto metálico en su mano. Le preguntó algo asustada:
– ¿Proceso… cuál proceso…?
La Dra. movió en el aire la campanilla que tomó de su escritorio y la hizo sonar… Ella sintió que estaba por venirse en un orgasmo incontenible y mirando a la Dra. con la campanilla en la mano, vio como la hacía sonar y fue como si la besaran y lamieran por todas partes miles de lenguas y bocas que la llevaban al borde del orgasmo con cada timbrazo de la campanilla.
La Dra. se le acercó y empezó a acariciarla, Ella solo la dejó hacer con ella lo que quisiera… la besó y la empezó a desvestir mientras la fue guiando a una puerta que Ella siempre pensó que era un armario o algo parecido… Al abrir la puerta, en el suelo pudo ver a La Recepcionista a 4 patas con sus ropas suelta, la falda negra de cuero estaba recogida en su cintura, su blusa blanca estaba abierta sin sostén, una máquina le metía y sacaba, una y otra y otra vez un dildo de un grosor y largo considerable, mientras otra máquina con copas de succión al vacío y unas mangueras le ordeñaba las enormes tetas que le colgaban balanceándose con cada embestida que recibía de la máquia que le insertaba el dildo… La Recepcionista solo estaba allí en 4 gimiendo y recibiendo el tratamiento… La Dra. colocada a la espaldas de Ella, no había perdido un solo momento y por un lado ya le había subido la falta negra hasta poder meter sus dedos en sus encharcadas bragas jugando con su coño, y mientras que por otro lado ya le había abierto la blusa blanca y con toda practica y facilidad le había sacado sus pechos de las copas de su sostén dejándolos colgar libres mientras los acariciaba o apretaba sus pezones que ya estaban completamente duros. Mirando a la recepcionista Ella se dio cuenta que ellas al igual que La Paciente que acababa de salir, vestían casi la misma ropa. No podía creer lo mojada y excitada que estaba y siente como los besos de la Dra. iban subiendo desde el cuello hasta su oído y sin dejar de acariciarle le dijo:
– Desde que te vi entrar la primera vez al consultorio, con mi otra paciente comiéndome el coño, me dije que estas tetas y este culo tenían que ser míos… Eres perfecta para mi tratamiento… Mira como ella goza su tratamiento, fue una de las primeras que “reconvertí” en mi mascotita, me encantan las tetonas, le he estado dando hormonas, se le han hinchado mucho y mira cuanta leche salen de esas ubres.
Ella no aguanto más… sintió que ya no tenía ninguna voluntad sobre su cuerpo cuando la Dra. tomándola de sus pechos, la besó desde la espalda y con su lengua exploró su boca, soltándose del beso la Dra. le dijo:
– Por cierto… ¿Tenias algo más que decirme linda?
Ella solo atinó a decir una sola cosa mientras sentía como el orgasmo más grande que recordara acababa con la poca voluntad que le quedaba.
– MOOOOOOOOOOOOOUUUUUU…
Semanas después.
El teléfono de la oficina de la Dra. sonó con insistencia, era la tercera vez en menos de 10 minutos que el timbre del teléfono interrumpía el trabajo de la Dra.
No era normal que fuera interrumpida, pues La Recepcionista tenía estrictas órdenes de no dejar que nada ni nadie interfiriera con su trabajo, muy fastidiada finalmente la Dra. decidió tomar la llamada la cuarta vez que empezó a sonar.
– “Lo siento Doctora, una persona ha estado llamando y tuve que interrumpirla pues me dijo que si no contesta su llamada volvería aquí directamente en este momento”.
– “Ok entiendo… transfiéreme la llamada…”
– “Como ordene…”
Un segundo después la buena Dra. escuchó la voz de un hombre que le dijo:
– “Buenas tardes, lamento interrumpir su extenuante trabajo, pero tengo una propuesta de negocios que creo no podrá rechazar”.
– “No sé quién es usted pero sea lo que sea que este vendiendo no estoy interesada, estoy en medio de una sesión importante, así que tenga usted una buena tarde”.
– “Entiendo perfectamente Dra. ¿Cuántas de sus mascotas tiene en sesión, una o dos?”
– “¿Cómo mierda? ¿Quién es usted?”.
La Dra. asustada alejó a su paciente de su coño, la última adquisición a su establo de vaquitas se esforzaba por lamerla y darle todo el placer que su Ama merecía, cerró sus piernas desnudas y miro a su alrededor, tal vez alguien había instalado alguna cámara espía en su oficina, volvió a mirar y se cercioró que las cortinas de la oficina estaban cerradas, no vio nada extraño para ella, lo único fuera de lugar a su alrededor, para cualquier otra persona, era su otra paciente desnuda sentada en una de las sillas con sus piernas abiertas que mientras se masturbaba con un gran dildo, se chupaba sus enormes tetas, ahora más grandes luego de las dosis de hormonas que había estado tomando por orden de su Dra., un par de hermosas tetas llenas de leche, igual de grandes a las que lucía su otra paciente que estaba a 4 patas, ambas solo vestían un collar de cuero negro de donde colgaban cencerros dorados y numerados. La Dra. aterrada simplemente escuchó a aquel hombre.
– “Ahora que tengo toda su atención, me gustaría concertar una cita para hablarle de un negocio que le puede proporcionar todas las lindas mascotas que quiera, ¿puedo coordinarla con usted o hablo con la estúpida tetona que tiene masturbándose en la recepción?”
– “Po… podemos coordinarla nosotros… ¿cu… cuando… nos podemos reunir?”
– “No se preocupe Dra. no voy a denunciarla ni chantajearla, créame que podemos beneficiarnos mutuamente. Le invito a una cena de negocios mañana, le llamaré una hora antes de las 7 para decirle el nombre del restaurante, la reservación estará a nombre del Dr. Robert Sagel”.
– “Ok… hablaremos mañana…”.
– “Nuevamente mis disculpas por interrumpir su excelente trabajo… continúe divirtiéndose con sus pacientes, hace un trabajo excepcional. Hasta mañana Dra. Arellanos”.
PD: Este es un pequeño obsequio para todos los seguidores de la serie Las Profesionales, que han estado esperando nuevas noticias sobre la serie, lamento no tener novedades, pero por lo menos les dejo este relato “ambientado en el universo de Las Profesionales” .
Para conocer más sobre Las Profesionales les invito a visitar:
Mi blog de relatos eróticos de control mental:
https://lasprofesionales.wordpress.com/
O mi perfil de escritor:
http://todorelatos.com/perfil/297/