El probador
En el probador de una tienda, nuestra protagonista disfruta de su cuerpo.
Me has pedido que compre lencería fina, y que en el probador de la tienda, practique una sesión de autoerotismo con las prendas adquiridas, mirándome en el espejo y contándotelo después...no ha sido exactamente como lo solicitabas, tuve que ir primero a comprarlas (las braguitas no podía ponérmelas sin haberlas pagado antes...) y fue unos días más tarde cuando ocurrió todo lo que ahora te cuento...espero que lo disfrutes como yo lo he hecho al cumplir tu encargo. Aquí está mi pequeña historia:
Me levanto esta mañana dando un salto desde la cama...es el día señalado...el espejo me devuelve una imagen sonriente, complacida y algo picarona...dentro de mi suenan como cascabeles y la excitación aparece tímida al principio, y soy consciente de que irá, inevitable y felizmente, aumentando poco a poco...tomo un cafetito despacio, releo algo de lo que me has mandado, enciendo el calentador y me dispongo a darme una ducha...todo transcurre como a cámara lenta, voy reteniendo, deteniendo, complaciéndome en todos los detalles...el agua calentita, el jabón, mis manos recorriendo toda mi piel, frotando suavemente todos los rincones, regalándome caricias fortuitas...ahora el pecho, su pezoncito...ahora el pubis...luego los muslos, las rodillas, los hombros...no dejo que suba la excitación más que un poquito...que el erotismo de mis propias caricias no pase de un estado suave y tranquilo, relajante, para disponer cuerpo y mente para más adelante...no obstante, la ducha es reposada, diría que estoy preparando mi cuerpo para una ceremonia especial, con mimo y paciencia...salgo al terminar y contemplo mi desnudez en el espejo...formas rotundas, piel blanca, suave, lampiña...si hay algo que tengo claro es que quiero gustarme, quiero excitarme con ese cuerpo, ese rostro que refleja un deseo sutil pero permanente, anclado en tu evocación...¡cómo me agrada ir poco a poco reconciliándome con mi esencia femenina, el deseo que subyace en mi interior hacia ti pugnando por salir, por expresarse contigo y para ti... Me dirijo entonces a la habitación, allí dispuestas encima de la cama están las prendas que voy a usar...un conjunto negro, liguero y medias para el interior...un vestido recto, abierto por delante, por encima de la rodilla...es un placer ir situando cada cosa en su sitio...el pecho ceñido y recogido...las braguitas cubriendo las caderas apenas, y en su vértice inferior brevísimas...asoma algún vello púbico en sus bordes...la imagen me excita sobremanera, no he dejado de acariciarme con descuido todo el rato y debo hacer un esfuerzo para contener las ganas de darme un gusto....debo esperar...las medias suben por mis piernas ajustándose como un guante a ellas...abrocho el liguero...me imagino que estás muy cerca, mirándome, y no puedo evitar pensar en que estás muy excitado...y en que vas a estarlo más todavía, me acompañarás en mi imaginación todo el rato...la imagen ahora es realmente sexy, el blanco de la piel y el negro de la ropa interior crean un contraste vivo pero atractivo...pruebo una postura, otra, me recreo en el movimiento del cuerpo, y casi sucumbo a la tentación...estoy buenísima, me encuentro provocadoramente feliz...ufff qué calentón...cambio rápidamente de pensamiento y me pongo el vestido con rapidez...el resultado final me agrada mucho...hoy parece que fuera un día sumamente especial...y eso se nota... Mientras me maquillo y me peino un poco, sigo entreteniéndome en el recuerdo de tu voz, en tu deseo, en tu placer...Ya casi no tengo conciencia de otra cosa sino de que voy a cumplir un encargo que me has hecho, y en disfrutar intensamente cada momento...no hay impaciencia por llegar, segura de que mi deseo (tu deseo) va a cumplirse... Ya he llegado al centro comercial, encamino mis pasos a la planta primera...en la escalera mecánica veo a un hombre con aspecto deportivo, firme, masculino...pienso que podrías ser tu mismo...y sonrío ante este pensamiento...en la sección de lencería por despistar un poco y hacerlo más transgresor, me entretengo un rato con la misma dependienta que me atendió....si, las dos braguitas que compré me están bien, son mi talla...¿podrías enseñarme algún body en negro?, claro, no hay problema...me enseña cuatro modelos diferentes, y voy al probador con ellos...el corazón me late deprisa, alborotado, parece querer salir del pecho...me dirijo al probador que elegí previamente el día anterior...es el más grande y hay espejos en todas las paredes (menos la de la puerta)...hay una banquetita cuadrada...me siento en ella cruzando las piernas y voy recordando tus frases...desabrocho despacio, uno a uno, los botones del vestido...en el trayecto descendente empiezo a ir descubriendo mi escote, mis pechos, y los voy acariciando, rozando apenas...deteniéndome a cada paso para respirar...ya estoy mojada, pero es pronto para iniciar una acción más contundente...así que me recreo, sigo desabotonando el vestido y acariciando la piel que se va descubriendo...el vestido abierto de arriba a abajo deja entrever sólo una parte de mi piel desnuda, de la ropa interior...ahora pienso en que mis ojos te sirven de guía, que son los tuyos...y mis ojos excitan mi cerebro....quiero hacérmelo con esa mujer...quiero darle todo el placer que sea capaz...acaricio mis pechos, mi pubis por encima de la ropa, los pezones se disparan, las bragas se mojan un poquito más...el vestido sobra y me despojo de él...entonces abro bien los ojos, contemplo todos los detalles en el espejo, en los espejos...cómo mis pezones se endurecen tumefactos, y masajeo durante unos minutos todo mi pecho, con las dos manos, hago crecer la excitación más y más...es genial, podría estar así horas y horas con un poco de autocontrol...pero no es necesario...abro bien mis piernas con el liguero y las medias puestas y dirijo mi mano hacia las braguitas...las restriego con mi vulva una y otra vez, impregnándolas de humedad...mientras mi mano izquierda acaricia un pecho, otro pecho, alternativamente...los pellizco suavemente (esto me excita siempre mucho) mientras muevo las caderas dirigiendo mi ardiente y húmedo coño hacia la mano, en vez de al contrario...los gemidos son bajitos, apagados, roncos...giro la mano y la introduzco por debajo de la tela...mi mano entera explora, acaricia, pasea por mi vulva...el dedo vuela hacia el botoncito del placer (duro, hinchado, preparado) con mucha suavidad, se desliza sin esfuerzo arriba y abajo...se introduce en la rajita, rodea la entrada, pasea por la vagina regalando descargas de placer una y otra vez, vuelve a salir y a frotar con insistencia con rapidez mi clítoris...paro, el clímax está muy cerca y quiero demorarlo...me dedico entonces otra vez a mi pecho, cojo el derecho con una mano y lo llevo hacia arriba...entonces mi lengua lame el pezón erguido, mis labios besan su prominencia, chupo un poquito y otro poquito, después el otro pecho (es muy excitante verme a mi misma hacer esto), mientras la otra mano se dedica a regalar al pecho que no es lamido...el placer es casi insoportable...pero lo prolongo durante unos pocos minutos...mientras tanto, sigue la excitación el cosquilleo en mi clítoris...vuelvo a restregar toda la mano contra el tejido de las braguitas, ya visiblemente mojado...entonces, ya vencida, me dedico a frotar no muy deprisa, no muy ansiosa el clítoris, bajo dos dedos hacia la abertura y los hinco con fuerza, una y otra vez...mientras mi otra mano sigue su trabajo en el pecho...es inminente...no lo voy a evitar....bajo mi mano izquierda y con el dedo medio me dedico a acariciar también mi orificio anal, penetrándolo suavemente, un poquito tan solo (lo que aumenta el placer)...ya estoy, ya voy, mi amor, no puedo más....un orgasmo fuerte, intenso, profundo hace que me estremezca a cada contracción...he mantenido dentro de la vagina mis dedos y ahora entran y salen convulsivos....prolongando el placer....voy a prolongar este orgasmo....me siento algo mareada, transportada pero quiero llegar todavía más allá...las maniobras en mi clítoris son ya muy leves, muy sutiles...pero las contracciones no dejan de repetirse....hummmm......tan, tan delicioso que no quiero acabar...pero el cuerpo agotado del esfuerzo, de la contención y explosión del deseo, y también (¿por qué no?) para no agotar, para no extremar mis fuerzas y mis fantasías...me pide un descansito....El ratito del probador han sido quince deliciosos minutos...voy a repetirlo cualquier otro día...¿si?...entonces con un gesto picarón, sonrío a la dependienta, le devuelvo los bodys y le digo que hoy no estoy para nada...no me decido a elegir entre las prendas...hasta otro día, muchas gracias por todo y disculpa las molestias...ella muy amable me contesta que de nada y que hasta pronto...¡si ella supiera!...