El principio

Mi descubrimiento del placer ínter-especie

El Principio

Soy una gran apasionada de este zona de relatos en la que encuentro gente con aficiones muy parecidas a las que yo misma tengo y quiero compartir con ustedes mi experiencia con los ustedes en este espacio.

Mi nombre es Claudia. A diferencia de algunos relatos que he leído, no les voy a describir a una chica que raya en la viva imagen de una "Top Model". Soy una mujer como cualquiera, como la que alguna de ustedes se pudieran cruzar (jijij) por la calle. Soy enfermera y técnica veterinaria, y esto me ha ayudado a descubrir y conocer el fabuloso mundo del placer que brindan las mascotas, en especial los perritos.

Siento la necesidad de expresar mi opinión acerca de algunas narraciones de este sitio, pues hay algunos relatos que me han excitado tanto por su veracidad que no me queda mas remedio que usar ese amigo vibrante que tanto ayuda cuando no se tiene una buena verga canina al alcance Pero también he de decir que hay algunos otros relatos que dejan ver que las autoras no tienen mucha idea de lo que es el comportamiento sexual de un perro. En fin, de cualquier modo es fabuloso que se tengan este tipo de fantasías.

Mi actual empleo no podría ser mejor para una chica que tiene este gusto por compartir su sexualidad con los perros. Trabajo en un criadero de perros. A diferencia de lo que algunas podrían pensar, no hay mucho tiempo para divertirse y practicar con los sementales. Eso si, hay mucha acción para deleitar la pupila. ¡¡¡Siempre hay perros cogiendo!!! ¡¡¡ Ummmm, que ricura!!!!!

Pero a pesar de todo. hay períodos al año en las que todo parece estar a favor de esta servidora. La primera es las fechas en que hay exposiciones caninas en algún estado del país diferente en el que esta ubicado el criadero. Los dueños del criadero normalmente salen en caravana para mostrar a los mejores ejemplares y así vender los cachorros.

Por su puesto que no pueden llevar a todos los sementales y es por esta razón por la que yo muero de felicidad, ¡¡¡ Por lo menos tres semanas con los patrones fuera de las instalaciones con un harem de varios machos llenos de testosterona !!! Claro que no me quedo yo sola con los perros en el criadero. Hay varias personas empleadas para el cuidado de mis lindos perritos.

Pero como las actividades del todo el personal están dividas en turnos, normalmente elijo los turnos que cubren gran parte de la noche. Los días de partidos de futbol son los mejores. ¡¡¡Todo el personal masculino se vuelven Zombies!!!

Mis favoritos son los perros altos y ligeros, dobermans, pastores belgas (ummm), boxer, dálmatas, etc. porque si quedas anudada, es mas fácil zafarse en caso de alguna situación inesperada. Los mas pesados y poderosos es mejor dedicarles sesiones en las que estoy bien segura de que estaré sola durante algunas horas, pues además de que es mas difícil desabotonarse, resulta delicioso tener dentro esos bulbotes el mayor tiempo posible.

Otra de las fabulosas ventajas de este trabajo es que no hay perro que se me resista Siempre guardo muestras de fluidos vaginales mis queridas rivales caninas, tesoros de hormonas, asegurándome así que ninguno de mis novios me dejara mojada y alborotada.

Después de esta presentación, dejen me contarles desde el principio.

Todo empezó en mis clases de reproducción. Empezamos viendo los procesos fisiológicos, que aunque interesante no dejan de ser académicos. Lo bueno empezó cuando tuvimos que hacer una inseminación artificial, pues teníamos que masturbar a un puerquito, bueno mas bien puercote.

El tenia que montarse en un banco de madera cubierto con una piel de cerda, y como parte del proceso de obtención de esperma, una de nosotras debía dirigirle el pene del cerdote a un receptáculo donde se recolecta el semen. Al principio ninguna de nosotras se animaba a hacerle el favor a la inmensa bestia. Pero por muy intimidante que esta pareciera, había algo mucho mas excitante que me impulso a ofrecerme para dirigirle el miembro al receptaculo. Yo temblaba entre miedo y excitación. Y cuando acabo la clase me di cuenta de lo lubricada que estaba mi vagina, y lo cachonda que me había dejado esta fabulosa clase. Ardía en deseos de llegar a mi casa y darme una buena masturbada. Pero en el camino se me fue revelando una mejor idea para satisfacer estas ganas locas de tener sexo.

La primera cosa que hice, antes siquiera decir hola a mi familia, fue ir al patio trasero y saludar a Berni, nuestro perro. Después de los saltos y empujones que da al verme llegar, lo empecé a acariciar y paulatinamente hice llegar mis manos hasta su prepucio, en ese momento laxo y blando. Las cosas que pasaron por mi mente hicieron que de nuevo en mi cueva subiera la marea. Pero no era el mejor momento ni lugar para entrar en acción. Entre a la casa, salude y subí a cambiarme, puesto que venia aun con los olores de corral porcino. Y diciendo que ya que estaba así de necesitada por una ducha, aprovecharía para darle un buen baño a Berni. Nuestra casa es chica y normalmente hemos acostumbrado a los diferentes perros que han pasado por nuestra historia familiar a bañarlos en la ducha, pues es mucho mas practico.

Así que llame a mi queridísimo Berni, el cual sin la menor idea de lo que estaba a punto de sucederle acudió a mi llamado. Dispuse lo necesario para secarlo, y sin mas nos metimos juntos a la ducha. Esto siempre a sido un lúdico ritual para que el baño sea una experiencia agradable para ambos. Desnuda, mojada por dentro y por fuera, empecé a enjabonar a mi adorado perro. O mas que enjabonar lo acaricie con esa intención erótica e incitante que se tiene al estar comenzando un encuentro sexual; lo enjuague, poniendo especial atención en su pancita. Tome su verga, aun enfundada por el prepucio, dándole, al principio un suave masaje, que fui incrementado en fuerza e intensidad. Al principio lo note un poco confundido, por mantener mas tiempo de lo acostumbrado mi mano en su miembro. Una vez que empezó el ir y venir del prepucio con mas energía, Berni entendió el mensaje. Comenzó a mover la cadera de una manera frenética y yo apreté el ritmo y la fuerza. Berni empujaba cada vez mas fuete, su pene crecía y se engrosaba. Sentía el aumento de los cuerpos cavernosos. Quedaba chica la funda. Lo ayude a salir completamente. No podía creer aquella fabulosa visión: ¡su cosa estaba enorme! El esperma salía en emisiones intermitentes y yo sentía las palpitaciones de su eyaculación. Yo no sabia si gritar, gemir o llorar. Era tal mi emoción y mi excitación al ver a ese perro con el miembro erecto, excitado, en éxtasis y yo participando de ese festín. No podía desperdiciar esa hermosa erección, así que como estaba de rodillas junto a Berni, me recosté debajo de él, sosteniendo su descomunal verga desde la parte anterior del bulbo y muy suavemente lo empecé a chupar. De nuevo los movimientos de cadera, solo que esta ves menos violentos, mas bien como si quisiera guardarlo de nuevo en su funda. Comprendí que hacia falta lubricación; había que salivar mas. Semen, saliva y fluidos lubricantes todos ellos hicieron la mas inolvidable y formidable sesión de sexo oral con mi perro. Como tenia libre mi mano izquierda, había que atender a mi clítoris y mi vagina. ¡Aaahhhh!!! ¿Cuantas veces termine? No lo se, solo supe después de un rato que tenia que terminar con el baño de Berni y claro, también el mío. Estaba plena, contenta y corrida.

Así que seque a Berni; pero no todo debía ser gratis para él, ahora tenia que devolverme una buena gratificación por esa buena chupada que le había dado. Mientras lo frotaba con la toalla, le mostré mi entrepierna, dejándole entrar, primero con su fría nariz y luego con su deliciosa lengua. Nunca había sentido tan basta y placentera superficie. ¡Uy santo cielo! ¡Como era posible haberme perdido tanto tiempo de este incansable suministrador de goce.! Berni seguía y seguía lame que te lame mis labios y mi clítoris, mientras le ayudaba abriendo con mis dedos mi dulce caverna. Yo me mordía los labio para no gritar. Era demasiado, así que termine de secarlo y lo saque del cuarto baño. Me acaricie todo mi denudo cuerpo una vez mas y acabe de bañarme. Ya habría algún tiempo mas propicio para concluir ese primer encuentro con mi nueva afición sexual, la zoofilia.

Este es pues mi relato de la iniciación a lo que ya es una forma de vida para mi.

Me despido, deseándoles un feliz disfrute de su sexualidad, sea como la practiquen, un beso.

Claudia