El Primo Facu
Mi primo Facu, es un machito hermoso que me hizo conocer lo mejor: cojer entre hombres.
A los 14 años debuté, sexualmente por supuesto, garchandome a mi profesora de matemática. Ella fue copada y me dio tanta seguridad que de ahi nomás inicié una carrera de Don Juan. Como en el fondo las minas no me interesaban, aunque yo lo ignoraba, no me fallaban nunca. Cojí con todo tipo de minas: jóvenes, maduras, lindas, feas, solteras y casadas. Y todas mas que conformes. Siempre les gustó mi cuerpo grandote, desarrollado por las clases de natación y box, mi piel morena, suave, pero viril por la profusión de vello, mis ojos negros soñadores, heredadados de mi abuelo salteño, pero por sobre todo se mostraban especialmente cariñosas con mi instrumento, largo, grueso, con una hermosa cabeza brillante en la erección. A los 28 me case, y 10 años después estaba separado, harta mi esposa de mis infidelidades. Justo en ese momento descubrí mi más profunda satisfacción: el sexo entre varones, o mejor dicho me volvi putísimo. Todo comenzó con un llamado telefónico. Yo me estaba preparando para ir a pasar unos días al campo familiar, cerca de Mar del Plata, en Cobo, cuando me llama mi primito Facundo, para ver si podía venir conmigo al campo. El primo Facu se había ido hacia tres años a estudiar a Barcelona, a los 22 años. Yo mismo lo había ido a despedir a Ezeiza. Era un pendejito, rubiecito, tímido, que parecia sin salir todavía de la adolescencia. Me alegró la idea de no hacere solo el viaje a Cobo.
Quedamos que yo lo levantaba en la esquina de la casa de sus padres, cerca del centro. Cuando llegué y lo ví, no podía creer como había crecido el guacho. Era un pedazo de tipo, ancho de espaldas, copado, bien machito. Cuando subió al coche le dije como había crecido, que turro. Y así inicié el camino de mi "perdición".
Cuando llegamos al campo, ya estaba toda la familia instalada, asi que a los "muchachos", nos mandaron a una piecita separada de la casa, que desde hacía unos años la habian acondicionado como dormitorio de emergencias. A mi me gustó la idea de compartir con un guachito joven y piola, la pieza, lejos de las sobrinas adolescentes y el batifondo de la casa principal.
Por la noche, despues de cenar, yo me sentia medio raro, con ganas de volver a estar a solas con Facu. Apenas cerré la puerta, Facu se saco la ropa para bañarse, abiertamente, sin pudores, como corresponde entre hombres. Asimismo se comenzó a bañar con la puerta abierta, y ahi me di cuenta, de como me gustaba verlo asi, en bolas, con la verga un poquito, apenas erecta. El muy caradura que ya habia captado todo, me dijo cagandose de risa, que como le miraba el pitilin, y yo sin poder creerlo del todo le conteste si queria el mirarme el mio. A los dos minutos, ya estaba yo en bolas, junto con él, debajo de la ducha. No lo podia creer lo facil y natural que era todo. Me encantó hagarrarle la pija, y sentir que diferente era de la mia. Despues descrubí que cada pija es diferente, y a cual mas linda.
Ya en la cama, Facu, se volcó sobre mi pija, durísima y comenzó a chuparmela. Yo sentí como si el glande me fuera a estallar del placer. Despues me puso la suya en la boca, y la probé. Hermano que belleza sentir el falo en la boca. Facú sacó de su bolso un paquete de forros y me puso uno, antes de sentarse sobre mi, abriendole el orto con mi pija. Tengo que decir que estaba tan caliente que acabé enseguida. Pero despues siguieron otras cosas. Facu y yo fuimos probando todas las posibilides que dos tipos tienen para hacer.
Tanto Facu como yo tenemos un cierto caracter kilombero por lo que empezamos a probar otras opciones. Primero fue una tricota, con un gauchito, que ante mi primer escándolo, se prendió en varias fiestitas nocturnas en la piecita. Despues un dia fuimos a Mar del Plata, a conocer yo, Facu por supuesto ya los conocia, los cines porno gay. Aprovechando el calor, solamente llevabamos puestos los shorts y la remera, por lo que en la sala, nos sacamos todo, armando un buen bardo, con tres o cuatros que se prendieron.
Ya en Buenos Aires, con Facu, fuimos a una discoteque gay, donde en el ultimo piso, funcionaba un invento llamado "El club de Adan" donde habia que ponerse en bolas o en calzoncillo. La cuestion es que casi todos se dejan el p'udico slip. De mas está decir que con Facu nos pusimos en pelotas, y despues de dos cervezas, ya estaba poniendole un forrito a Facu, que me cojió ahi, delante de veinte tipos. Me calentaba terriblemente estar siendo penetrado delante de un monton de tipos, sentir toda la pija de Facu, bien adentro en el orto, sentir los pendejos de su pubis, aspero sobre mis nalgas, setir sus besos humedos en mi cuello, en mi oreja, su lengua en el fondo de mi boca.
Hoy a un año de mi "iniciación", solo puedo estar agradecido en primer lugar a Facu, y a todos los hombres que me hacen gozar lo mejor que un hombre puede hacer: el amor con otro varon.