El primer trío de Perrita
Perrita fantaseaba con hacer un trío, pero no se atrevía, por lo que tuve que forzar la situación para que le follásemos dos hombres.
Perrita tenía ganas de hacer un trío, estar con otro hombre, aparte de mi. Pero no se atrevía. Alguna vez habíamos intentado yendo a algún bar liberal, pero a la hora de la verdad, siempre se rajaba. Y cuando estábamos a solas, me insistía una y otra vez en que quería hacerlo. Así que tendría que forzar la situación.
Fuimos al cine. Yo saqué las entradas, tres en total. Una para ella, otra para mi y la tercera para un amigo. Le di a él la suya y esperé a Perrita en un bar donde habíamos quedado. Comprobé que había venido sin bragas, tal como le había ordenado y entramos en el cine. Nos sentamos en nuestras butacas y comencé a besarla y a meterle mano. De repente, otra mano la acarició.
Perrita se sobresaltó, pero le susurré al oído "calla y disfruta, lo tengo todo preparado". Al decirle eso, noté que su clítoris palpitaba y llegó al orgasmo casi de inmediato.
Durante un buen rato cuatro manos la acariciaban las piernas, los pechos y su sexo chorreante mientras yo la besaba. Hasta que le dije "tócale la polla". Se la sacó y comenzó a acariciarla tímidamente. Aproveché para masturbarle con más fuerza hasta que tuvo otro orgasmo.
Continuamos con los tocamientos y sus besos para que mantuviese su excitación y cuando ya había pasado más de media película, le ordené que se la chupara al otro al cual apenas veía gracias a la oscuridad de la sala. Se agachó para hacerlo, ofreciéndome su rajita y su ano, orificios que lamí con pasión. Él descargó su esencia en la boca de Perrita y se marchó en la oscuridad. Como ella guardaba el regalo en la boca le mandé que lo tragase. Me miró con cara de desaprovación, pero cuando le volví a acariciar el clítoris, lo tragó sin protestar.
Acabó la película y salimos del cine. Fuimos a cenar y le pregunté por la experiencia. "Al principio incómoda, pero al final he disfrutado mucho. ¿De verdad que lo habías preparado todo?" Cuando le expliqué todos los preparativos, se quedó más tranquila y se volvió a excitar. "Quiero ir a casa y seguir follando." me pidió.
Fuimos a casa y de camino, mandé un mensaje a otro amigo para que se preparase sin que Perrita lo supiese. Llegamos y la até dejándola atada a cuatro patas para poder azotarle bien el culete. No le habría dado ni treinta azotes cuando sonó el timbre. La dejé en esa postura encima de la cama diciéndole "quédate quieta".
Abrí a mi amigo y le hice pasar al dormitorio. "Ahí está mi zorra, deseando que nos la follemos. Pero si quieres, podemos jugar antes con ella." Me pidió pinzas y una palmeta de cuero. Colocó cuatro pinzas en sus labios y una en cada pezón antes de azotarle el culo y los pechos con la palmeta.
Con Perrita deseando polla, la desatamos para que se desahogase con nuestros rabos, que chupó con ansia. Por fin cumplió su deseo de tener dos pollas simultáneamente en la boca. Me tumbé boca arriba y mi amigo ayudó a Perrita a sentarse sobre mi polla introduciéndosela en el culo. Con ella metida, le tumbó sobre mi para dejar su coño disponible y poder penetrarla. En esa postura estuvimos un buen rato, en el que Perrita se corrió incontables veces. Cuando llegó nuestro momento, lo hicimos en su boca.
Él se fue y nos quedamos solos mi Perrita y yo. Nos duchamos juntos y se limpió bien la boca. Cuando llegamos a la cama, se subió a horcajadas sobre mi y me dijo "Gracias por todo, pero ahora quiero ser solo tuya".